Parte de guerra en Grecia
Despu¨¦s de tantos sacrificios y recortes, la deuda ha seguido aumentando sin parar
En el verano de 2009, hace ahora una d¨¦cada, se hab¨ªa contenido la primera oleada de la crisis financiera que asolaba el mundo, con ingentes cantidades de dinero p¨²blico. Las econom¨ªas americana y europea parec¨ªan recuperarse. Pero las r¨¦plicas al terremoto de la Gran Recesi¨®n no hab¨ªan hecho m¨¢s que empezar: en la Uni¨®n Europea (especialmente en la zona euro), el salto desde la generosidad ante la insolvencia bancaria hacia la austeridad a ultranza impuesta a las poblaciones adquiri¨® su forma m¨¢s dram¨¢tica en tres peque?os pa¨ªses en los que el impacto fue brutal: Grecia, Irlanda y Portugal. Los eslabones m¨¢s d¨¦biles de la cadena.?
Cada uno de ellos ten¨ªa su etiolog¨ªa. En Grecia fue la acumulaci¨®n de deuda, imposible de pagar (m¨¢s del cien por cien de su producto interior bruto). Para m¨¢s inri, entonces se conoci¨® que el Gobierno griego del conservador Constantinos Karamanlis, con la complicidad activa del banco de inversi¨®n Goldman Sachs, hab¨ªa trucado las cifras que hab¨ªa presentado a Bruselas y que el d¨¦ficit p¨²blico real de la econom¨ªa griega casi llegaba al 13% del PIB (12,7%), y la deuda p¨²blica, al 115%. A partir de entonces, los hombres de negro de la odiada (por la ciudadan¨ªa helena) troika ¡ªComisi¨®n Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional¡ª se pasearon por las calles y plazas de Atenas interviniendo con mano de hierro la econom¨ªa, a cambio de sucesivos rescates cuyo monto final ha estado cercano a los 300.000 millones de euros. Es sugerente recordar en estos momentos en que el FMI va a cambiar de manos (su directora gerente, Christine Lagarde, va a pasar a ser la gobernadora del BCE), que aquella instituci¨®n multilateral no era bien vista en la rica Europa, ya que era partidaria de reestructurar la deuda griega, a lo que se opusieron Sarkozy y Merkel. Scha¨¹ble, aquel feroz ministro de Econom¨ªa de la canciller alemana, declar¨® que considerar¨ªa una intervenci¨®n del FMI ¡°una humillaci¨®n para Europa¡± y Sarkozy, m¨¢s expl¨ªcito, dijo: ¡°Olv¨ªdense del FMI. El FMI no es para Europa. Es para ?frica. ?Es para Burkina Faso!¡±.
Cinco a?os despu¨¦s del primer rescate, los griegos se desembarazaron de los partidos y las familias tradicionales, y eligieron, por primera vez en un pa¨ªs europeo despu¨¦s de la II Guerra Mundial, a un partido (Syriza) a la izquierda de la socialdemocracia. En este periodo, los griegos han vivido al mismo tiempo su propia Gran Depresi¨®n y el mayor ¨¦xodo de refugiados desde el otro lado del Mediterr¨¢neo, en t¨¦rminos de centenares de miles de personas que, a trav¨¦s del mar Egeo, pretendieron llegar a Europa Central y Europa del norte.
Ahora parecen terminar los experimentos con el pa¨ªs que ha sido la cobaya de Europa en la aplicaci¨®n de las medidas de austeridad (Jean-Claude Juncker, el presidente de la Comisi¨®n Europea, reconoci¨® recientemente que ¡°no fuimos solidarios con Grecia; los insultamos¡±). En las elecciones europeas, municipales y regionales del pasado mayo, Syriza dej¨® de ser el partido principal y es bastante posible que algo semejante suceda hoy, en los comicios generales. El triste parte de guerra de este tiempo (y que explica en parte las corrientes electorales de fondo) indica que Grecia ha vuelto a un crecimiento econ¨®mico homeop¨¢tico (por debajo del 2%) y que se ha reducido el paro (aunque sigue siendo el mayor de la UE y castiga a un 40% de los j¨®venes), pero las pensiones se han reducido inmisericordemente una y otra vez (hasta en 20 ocasiones), muchos sectores estrat¨¦gicos se han privatizado y han sido vendidos a la inversi¨®n extranjera (por ejemplo, el puerto de El Pireo), la renta media ha ca¨ªdo con estr¨¦pito, han desaparecido centenares de miles de empresas, etc¨¦tera. Todo ello se expresa en factores psicol¨®gicos tan a flor de piel como depresi¨®n, desconfianza, falta de esperanza, hartazgo, etc¨¦tera.
?Y qu¨¦ pas¨® con la deuda p¨²blica despu¨¦s de tantos a?os de sacrificios y austeridad? En el a?o 2018 ascendi¨® al 181,1% del PIB.
?Para qu¨¦ ha servido todo?
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