?Por qu¨¦ los nutricionistas fruncen el ce?o ante el consumo de suplementos alimenticios?
No son medicamentos, por lo que nadie les exige eficacia; se venden con esl¨®ganes muchas veces de fantas¨ªa (¡°s¨¦ m¨¢s listo, m¨¢s flaco, m¨¢s guapo¡±); y la evidencia cient¨ªfica no siempre los respalda
Los hay para quemar grasa, para perder peso, para ganar m¨²sculo, y hasta los que aseguran ayudar a mejorar la libido y el rendimiento sexual. Tambi¨¦n podemos encontrar los que favorecen ciertas funciones vitales ¡ªcomo los diur¨¦ticos o los laxantes¡ª o los que aportan nutrientes necesarios. Pueden estar elaborados a partir de un solo compuesto ¡ªcomo los de calcio¡ª o de varios de ellos ¡ªlos multivitam¨ªnicos¡ª. Y sus formas tambi¨¦n var¨ªan: los hay l¨ªquidos, s¨®lidos, en polvo o en pastillas y comprimidos. Suplementos o complementos alimenticios (son sin¨®nimos) conforman un mercado en crecimiento a nivel mundial, pero, a pesar de su ¨¦xito, muchos profesionales de la salud y la nutrici¨®n los desaconsejan.
La Agencia Espa?ola de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrici¨®n (Aecosan) los define como aquellos "productos alimenticios cuyo fin sea complementar la dieta normal y consistentes en fuentes concentradas de nutrientes o de otras sustancias que tengan un efecto nutricional o fisiol¨®gico [por ejemplo, vitaminas, minerales, prote¨ªnas, hidratos de carbono, fibra, ¨¢cidos grasos o amino¨¢cidos], en forma simple o combinada, comercializados en forma dosificada, es decir, c¨¢psulas, pastillas, tabletas, p¨ªldoras y otras formas similares, bolsitas de polvos, ampollas de l¨ªquido, botellas con cuentagotas [¡]". Se encuentran al alcance de los consumidores en distintos tipos de establecimientos (farmacias, herbolarios, tiendas de los gimnasios o supermercados). Y no requieren receta m¨¦dica. Esta flexibilidad es uno de los primeros escollos con los que m¨¦dicos y dietistas-nutricionistas se atragantan. "Su venta es como un parque tem¨¢tico en el que se ofrecen remedios para cosas, y algunos son mentira. Por ejemplo, los que aseguran que podemos absorber col¨¢geno por la piel", cita Miguel ?ngel S¨¢nchez Chill¨®n, presidente del Colegio Oficial de M¨¦dicos de Madrid.
Adem¨¢s, "muchas marcas hace un negocio fraudulento de los complementos alimenticios al venderlos como sustitutos de los alimentos o como soluciones m¨¢gicas para perder peso", coincide Luis Zamora, nutricionista y vocal del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de la Comunidad de Madrid (Codinma).
Desde la propia industria, se reconoce el car¨¢cter tramposo de algunas compa?¨ªas con sus esl¨®ganes. Carlos Garc¨ªa, director farmac¨¦utico de Pfizer Consumer Healthcare, la empresa que produce el complemento vitam¨ªnico m¨¢s vendido en el mundo, Centrum, lo explica as¨ª: "Estamos de acuerdo en que hay que tener mucha responsabilidad a la hora de publicitar los suplementos nutricionales; y hay ¨®rganos que se encargan de controlarlo, pero es imposible hacerlo al cien por cien. Desde el sector, escuchamos mensajes que no nos gustan porque no son correctos, pero no queremos entrar en este tipo de guerras. Nosotros hacemos una comunicaci¨®n responsable y enfatizamos la necesidad de consultar a un profesional sanitario o de la nutrici¨®n antes de consumir complementos".
Ni te alargar¨¢n la vida ni te convertir¨¢n en Einstein
Son muchos los complementos concretos que carecen de evidencia cient¨ªfica: segundo gran escollo. Uno de los estudios m¨¢s recientes al respecto ha sido el elaborado por Global Council on Brain Health (GCBH), una organizaci¨®n no gubernamental formada por cient¨ªficos, profesionales sanitarios, investigadores y expertos en pol¨ªticas sanitarias de todo el mundo que investiga sobre la salud cerebral y cognitiva. Seg¨²n este trabajo, titulado The Real Deal on Brain Health Supplements, los suplementos que se venden para mejorar las capacidades cognitivas y la memoria no cumplen con los objetivos deseados. Los expertos del GCBH consideran que es necesario seguir investigando en la relaci¨®n entre la carencia de ciertos nutrientes y el deterioro de las capacidades cerebrales, y aseguran que "no existe suficiente evidencia sobre la efectividad de los suplementos para el cerebro".
A los expertos les escama que est¨¦n a la venta en supermercados o tiendas de gimnasio, pero tampoco se pueden regular como medicamentos porque no lo son. ?Soluci¨®n? Consumirlos siempre bajo recomendaci¨®n m¨¦dica
En el apartado de "consejos pr¨¢cticos" que se incluye en el informe, sus autores recomiendan a los consumidores que "se ahorren su dinero", ya que comprar estos productos es "tirarlo". Si a pesar de esto, nos empe?amos en lo contrario, animan a consultarlo previamente con un profesional sanitario y tener cuidado con todos aquellos que aseguran "mejorar la memoria, aumentar la inteligencia o curar enfermedades cerebrales". Incluso con aquellos que dicen ser naturales, ya que por el mero hecho de serlo no tienen por qu¨¦ resultar beneficiosos para la salud. Al igual que la opini¨®n de los expertos consultados por BuenaVida, desde el GCBH afirman que para la mayor¨ªa de las personas la mejor forma de conseguir los nutrientes necesarios para un funcionamiento sano del cerebro es a trav¨¦s de una dieta saludable y equilibrada.
Otra investigaci¨®n, del pasado mayo, en Annals of Internal Medicine, que analiz¨® el uso de suplementos alimenticios y el consumo de nutrientes en relaci¨®n con la mortalidad en adultos en Estados Unidos, concluy¨® que, a diferencia de una dieta equilibrada, su ingesta no se asocia a beneficios relacionados con la mortalidad. Y m¨¢s all¨¢ de no cumplir con lo que se publicita, algunos pueden incluso tener efectos secundarios negativos para nuestra salud. Ejemplo de ello es lo que un nuevo estudio, publicado en abril en Journal of Internal Medicine, define como la paradoja Mossman-Pacey: cuando los hombres, con el objetivo de ganar m¨²sculo para resultar m¨¢s atractivos, toman suplementos de testosterona (la hormona sexual masculina), que traen consigo efectos adversos, por ejemplo que su fertilidad se vea afectada, logrando as¨ª lo contrario a lo que buscaban (de ah¨ª la paradoja).
Sin embargo, seguimos tom¨¢ndolos como pipas
Seg¨²n el informe del Global Council on Brain Health, actualmente un 69% de los estadounidenses mayores de 18 a?os ingiere alg¨²n tipo de complemento al menos tres veces a la semana, y el 81% considera que son de alguna forma importantes para mantenerse saludables. Y cada vez se venden m¨¢s. Desde la Asociaci¨®n de las Empresas de Diet¨¦ticos y Complementos Alimenticios, apuntan que los deportivos y los diet¨¦ticos son los que se llevan la palma, pero tambi¨¦n han crecido las ventas de complejos vitam¨ªnicos y de minerales. En conjunto, el sector alcanza unas ventas que superan los 120 billones de d¨®lares (unos 105 billones de euros) y que se espera que lleguen a los 155 billones en 2020. En Espa?a, faltan datos de esa envergadura, pero peque?os sondeos, como un estudio publicado en Archivos Latinoamericanos de Nutrici¨®n a partir de 415 encuestas en cuatro gimnasios de Sevilla, reflejan que el sector est¨¢ despegando: el 56% de los usuarios reconoci¨® haberlos consumido en alguna ocasi¨®n.
Esl¨®ganes falsos conviven con otros que s¨ª cuentan con evidencia cient¨ªfica. Por ejemplo, los mayores de 50 a?os, aun aliment¨¢ndose bien, est¨¢n expuestos a d¨¦ficits de calcio, magnesio, prote¨ªna o vitamina D. Y de todos estos existen suplementos
A diferencia de pa¨ªses como EE UU, donde este negocio multimillonario apenas est¨¢ regulado, en Europa "la seguridad de los productos s¨ª deber¨ªa estarlo", apunta la dietista-nutricionista Iva Marques, de la Academia Espa?ola de Nutrici¨®n y Diet¨¦tica. A nivel europeo, se hace a trav¨¦s de la Directiva 2002/46/CE y en Espa?a del Real Decreto 1487/2009, de 26 de septiembre, que adapta la legislaci¨®n de nuestro pa¨ªs a la normativa comunitaria. Entre otras cosas, la ley habla de la importancia de que las sustancias qu¨ªmicas que se utilicen para elaborar el complemento "no presenten peligro" y que los ingredientes hayan sido aprobados por el Comit¨¦ Cient¨ªfico sobre la Alimentaci¨®n Humana (SCF). Deja abierta la puerta a futuras investigaciones sobre los suplementos que ya est¨¢n en el mercado y regula las ingestas m¨¢ximas recomendadas, seg¨²n el SCF, ya que la Uni¨®n Europea no se posiciona al respecto.
Parecen medicamentos, pero no lo son
Y he aqu¨ª el tercer foco de la pol¨¦mica. Al no considerarse f¨¢rmacos, la eficacia no se regula, solo su seguridad, como recuerda Iva Marques. Es decir, podemos estar tomando un suplemento que sirva, seg¨²n su descripci¨®n, para perder peso, y que, sin embargo, no tenga ning¨²n tipo de efecto. "Algunos complementos est¨¢n respaldados por investigaciones tanto en animales como en humanos que aseguran su funcionamiento. Sin embargo, para muchos otros no se realizan ensayos o solo se hacen en animales", evidencia Marques.
SOS super¨¢vit
Aunque no existe un sobreesfuerzo metab¨®lico como tal cuando tomamos vitaminas y minerales de m¨¢s ¡ªalgo que s¨ª ocurre, por ejemplo, con el consumo extremo de prote¨ªnas¡ª, hay ingestas m¨¢ximas tolerables (IMT) para todos estos nutrientes, que, sobrepasadas, pueden desencadenar efectos adversos, seg¨²n advierte la dietista-nutricionista Iva Marques.
"El margen es muy elevado y la mayor¨ªa, como las vitaminas del grupo B, admite una ingesta hasta 100 veces superior a la adecuada. Pero hay excepciones, como el calcio, cuya dosis diaria recomendada es de 900/1.000 mg, y su IMT, de 2.500. Muy justo. Por eso, los suplementos de este mineral deber¨ªan evitarse. O, al menos, nunca tomarse en dosis superiores a los 500 mg por jornada", zanja.
E incluso contando con un respaldo cient¨ªfico, un complemento puede tener efecto en algunas personas y no en otras, pues el proceso de su funcionamiento es largo y complejo: "Lo ingerimos, llega al intestino, donde se deber¨ªa absorber. Supongamos que ocurre y pasa a la sangre; de ah¨ª, tiene que llegar a la c¨¦lula diana y actuar en ella", explica la dietista-nutricionista, quien a?ade: "Se trata de un camino muy largo y desconocido para muchos sustratos, que depende tanto de la forma qu¨ªmica en la que est¨¦ el compuesto como de la base gen¨¦tica de cada persona y su forma de metabolizarlo".
Convertirlos en medicamentos no es, a juicio de los expertos consultados, la soluci¨®n. "B¨¢sicamente, porque no lo son. Y sus rangos de seguridad son mayores¡±, responde Zamora, dietista-nutricionista de Codinma: "Aunque depende del complemento ¡ªy es verdad que algunas vitaminas se almacenan (las liposolubles: A, D, E y K)¡ª, es dif¨ªcil que haya hipervitaminosis u otro efecto adverso. Es decir, por un chute puntual de vitamina C no va a pasar nada. Otra cosa es si se mantiene en el tiempo¡ Por eso la legislaci¨®n es diferente". Seg¨²n el experto, una rigurosa orientaci¨®n m¨¦dica resulta suficiente para un consumo responsable.
Casos que los dietistas-nutricionistas s¨ª aprueban
"Generalizar es un gran error", puntualiza Zamora sobre el aparente rechazo de sus colegas a los complementos alimenticios. Marques, de la Academia Espa?ola de Nutrici¨®n y Diet¨¦tica, coincide: "No se puede decir que los nutricionistas estemos en contra de ellos, aunque puede haber un sector al que no les convenza". Ambos explican que existen grupos de poblaci¨®n que se benefician de su ingesta. Los detalla Zamora: "Las embarazadas, antes y durante la gestaci¨®n, pueden necesitar yodo y ¨¢cido f¨®lico. Adem¨¢s, en ocasiones, resulta interesante complementar con hierro, vitamina D o calcio. En mujeres premenop¨¢usicas, puede ser necesario hacerlo con calcio y vitamina D. Todas las personas mayores de 50 a?os est¨¢n expuestas a presentar deficiencias de calcio, magnesio, vitamina D y prote¨ªnas [existen suplementos para todos ellos].
Otro ejemplo son los individuos con dietas muy restrictivas (menos de 1.500 Kcal/d¨ªa), cuyo caso hay que valorar, pues a veces conviene que tomen un multivitam¨ªnico/multimineral". Otro caso, que aporta Marques, es el de los deportistas de ¨¦lite, "que pueden llegar a necesitar los complementos para optimizar acciones del cuerpo". Sin embargo, unos y otros insisten en la necesidad de consultar con expertos antes de consumirlos y, siempre que sea posible, intentar solucionar la deficiencia que exista a trav¨¦s de una dieta equilibrada.
Incluso a los ni?os
Una investigaci¨®n publicada en JAMA Pediatrics, en 2018, destap¨® que en Estados Unidos los padres procuran cada vez m¨¢s suplementos a sus hijos, especialmente de omega-3 y melatonina. El autor del art¨ªculo, Aaron E. Carroll, profesor de Pediatr¨ªa en la Universidad de Indiana, considera que la falta de evidencia cient¨ªfica sobre la eficacia de muchos de ellos, y los posibles perjuicios a la salud que pueden suponer algunos de sus ingredientes, son motivos suficientes para regular su venta con los mismos est¨¢ndares que se aplican a la de medicamentos.
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