Abordar la desigualdad es una opci¨®n pol¨ªtica
La reducci¨®n de la pobreza extrema es hoy m¨¢s lenta que hace unos a?os porque la inequidad est¨¢ creciendo dentro de los pa¨ªses

El mundo ha dado pasos notables en la reducci¨®n de la pobreza extrema, pero en los ¨²ltimos a?os esos avances se han ralentizado considerablemente. El problema est¨¢ claro: para eliminar la pobreza extrema es necesario abordar la desigualdad.
La buena nueva es que esta ha bajado en t¨¦rminos internacionales desde 1990, reflejando la reducci¨®n de la pobreza. La mala noticia es que se ha elevado en el interior de los pa¨ªses. En comparaci¨®n con hace 25 a?os, es mucho m¨¢s probable que una persona promedio viva hoy en una econom¨ªa m¨¢s desigual. Y, m¨¢s all¨¢ del ingreso y la renta, sigue habiendo grandes disparidades ¡ªdentro y entre pa¨ªses¡ª en ¨¢mbitos como la alimentaci¨®n y la nutrici¨®n, la atenci¨®n de salud, la educaci¨®n, la tierra, el agua potable y otros factores esenciales para llevar una vida digna y plena.
Lejos de ser inevitable, luchar contra la desigualdad es una opci¨®n pol¨ªtica. Los gobiernos que desean reducir las brechas en los ingresos y la riqueza, y mejorar las vidas y oportunidades a disposici¨®n de sus ciudadanos m¨¢s pobres han demostrado su esfuerzo y algunos avances. Desde 2015, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS), y espec¨ªficamente el Objetivo 10, han hecho que se preste una atenci¨®n sin precedentes a este tema.
En el Foro Pol¨ªtico de Alto Nivel celebrado en julio en la sede de la ONU Nueva York, la comunidad internacional tuvo su primera oportunidad de aprovechar los avances logrados para combatir la desigualdad, tanto a nivel global como nacional. Para tal fin, el Grupo del Banco Mundial y el Departamento de la ONU de Asuntos Econ¨®micos y Sociales sostuvo un encuentro preparatorio para enfatizar c¨®mo los gobiernos pueden acelerar sus iniciativas en esta ¨¢rea. Se lleg¨® a varias conclusiones y resultados:
Las autoridades deber¨ªan reconocer que la persistencia de grandes disparidades entre grupos no solo es perjudicial para la econom¨ªa, sino tambi¨¦n para la estabilidad pol¨ªtica y social
- La desigualdad suele originarse y estar causada por una combinaci¨®n de circunstancias sociales, como el estatus econ¨®mico o de composici¨®n de la familia, la ubicaci¨®n geogr¨¢fica, la etnicidad y el g¨¦nero. Todos estos factores pueden contribuir a la inequidad en las oportunidades, y la misma diferencia de ingresos los exacerba. Adem¨¢s, puesto que esta reduce la movilidad social de una generaci¨®n a la siguiente, crea persistentes trampas de desigualdad.
- Para eliminar las barreras a las oportunidades, los gobiernos deben abordar las causas ra¨ªces de la desigualdad, identificando y eliminando las leyes discriminatorias, y no en menor medida aquellas que criminalizan la desventaja. M¨¢s a¨²n, dado que la inequidad se origina en gran parte en la ni?ez, los gobiernos deben invertir mucho m¨¢s en una atenci¨®n de salud universal de alta calidad y en educaci¨®n en la infancia temprana. Solo con la creaci¨®n de capital humano desde temprano podemos asegurarnos de que las desigualdades no pasen de una generaci¨®n a la siguiente.
- Para hacer tales inversiones ser¨¢ necesario contar con recursos nacionales adicionales. En general, la tributaci¨®n progresiva es esencial para aumentar los ingresos del gobierno. Pero tambi¨¦n lo es una mayor capacidad de administraci¨®n, de modo que los gobiernos puedan prevenir la evasi¨®n de impuestos y limitar los flujos il¨ªcitos de recursos entre fronteras. Con una mejor movilizaci¨®n de recursos, las protecciones y transferencias sociales se pueden convertir en potentes herramientas para reducir las disparidades de ingreso y riqueza.
- Los gobiernos tienen que asegurarse de que los beneficios de las pol¨ªticas progresivas lleguen a quienes m¨¢s los necesitan. Para ello, las autoridades deber¨ªan pedir las perspectivas de sus ciudadanos menos privilegiados a la hora de dise?ar e implementar nuevas medidas de reducci¨®n de la pobreza y la desigualdad. Dar voz a los menos favorecidos permitir¨ªa an¨¢lisis m¨¢s aut¨¦nticos de los retos actuales, al tiempo que se aseguran los recursos se dirijan a quienes tienen m¨¢s necesidad de ellos.
- Por ¨²ltimo, la falta de datos es una barrera para dise?ar pol¨ªticas efectivas. Para mapear la desigualdad de manera completa, las autoridades deben poder responder a la pregunta de qui¨¦n se beneficia de una pol¨ªtica, ley, estructura o norma cultural determinadas. ?mbitos como la educaci¨®n, el clima, la seguridad alimentaria y la infraestructura son solo algunos en los que los gobiernos precisan de m¨¢s y mejores datos. Aunque su recolecci¨®n es costosa y exige el uso de muchas habilidades, las innovaciones recientes han ampliado sustancialmente las opciones disponibles para los gobiernos.
- Las fuentes de datos tradicionales como las encuestas en el hogar generalmente no reflejan los ingresos m¨¢s altos (incluido el 1% superior); hoy se est¨¢n complementando con datos tributarios y administrativos para llenar esas prolongadas brechas de conocimiento. De todos modos, necesitaremos desarrollar m¨¢s y mejores indicadores que reflejen las diferentes manifestaciones de la desigualdad de modo que todos los actores ¡ªgobiernos, partes interesadas, instituciones multilaterales, organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicaci¨®n¡ª puedan medir directamente los avances hacia el logro del ODS 10.
Las barreras a las pol¨ªticas de reducci¨®n de la desigualdad suelen reflejar una falta de voluntad pol¨ªtica para superarlas. Las autoridades deber¨ªan reconocer que la persistencia de grandes disparidades entre grupos no solo es perjudicial para la econom¨ªa, sino tambi¨¦n para la estabilidad pol¨ªtica y social. Sin igualdad de oportunidades y pol¨ªticas que reflejen narrativas de unidad no puede haber cohesi¨®n social ni confianza en las instituciones.
Los l¨ªderes mundiales evaluar¨¢n los avances hacia el logro del ODS en una cumbre que se celebrar¨¢ en septiembre. Deben reafirmar su compromiso con los objetivos globales y espec¨ªficamente con el n¨²mero 10. El Grupo del Banco Mundial centrar¨¢ su energ¨ªa y recursos en medir los avances entre hoy y 2030. Pero no bastar¨¢ con eso. Para reducir la inequidad en el mundo y dentro de los pa¨ªses ser¨¢ necesario que pensemos como una aldea global.?
Mahmoud Mohieldin es vicepresidente senior del Grupo del Banco Mundial para la Agenda 2030 de Desarrollo, relaciones de las Naciones Unidas y relaciones de asociaci¨®n. Carolina S¨¢nchez-P¨¢ramo es directora global de Pr¨¢cticas Mundiales sobre Pobreza e Igualdad del Banco Mundial. Traducci¨®n: David Mel¨¦ndez Tormen.
Copyright: Project Syndicate, 2019.?
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