El tratamiento de las aguas provoca cambios en la flora y fauna de los r¨ªos
La reducci¨®n de los fosfatos y el aumento del nitr¨®geno en arroyos y lagos produce la proliferaci¨®n de plagas
Los fertilizantes, detergentes con fosfatos o la contaminaci¨®n industrial provocaron que las econom¨ªas m¨¢s industrializadas acumularan un exceso de f¨®sforo en los r¨ªos y lagos y, por lo tanto, que proliferara el fitoplancton (algas flotantes que le dan al agua un tono verdoso y enturbiado). El problema se solucion¨® hace un par de d¨¦cadas con la ayuda de las plantas de tratamiento de aguas. Sin embargo, un grupo de cient¨ªficos ha descubierto que esa gesti¨®n de limpieza ha cambiado el ecosistema, provocando variaciones en la flora y fauna de los r¨ªos. En Espa?a, por ejemplo, ha aparecido una plaga de mosca negra en los municipios ribere?os que est¨¢ perturbando la vida de los vecinos de la zona.
Los resultados del tratamiento de aguas son, en principio, positivos: cada vez hay menos f¨®sforo y los r¨ªos vuelven a tener un aspecto m¨¢s transparente. Ahora no fosfatos suficientes para que crezca el fitoplancton; estas algas consum¨ªan el ox¨ªgeno y creaban situaciones an¨®xicas (sin ox¨ªgeno) como la putrefacci¨®n, y por eso se crearon plantas de procesamiento que mejoraron la calidad de las aguas. Pero esta circunstancia ha creado unas condiciones nuevas. ¡°La luz llega hasta el fondo del r¨ªo y da lugar a que crezcan mucho mejor que antes las plantas acu¨¢ticas grandes llamadas macr¨®fitos¡±, explica Josep Pe?uelas, ec¨®logo del CSIC en el Centro de Investigaci¨®n Ecol¨®gica y Aplicaciones Forestales (CREAF) de Barcelona, y autor de un estudio que pone de relieve el problema y acaba de publicar la revista Science.
En la naturaleza, cualquier peque?a variaci¨®n produce cambios en los ecosistemas, y m¨¢s cuando son transformaciones hechas por el ser humano. ¡°Como la red tr¨®fica ha sido alterada, ha crecido como una gran plaga un insecto que no estaba ah¨ª previamente: la mosca negra¡±, se?ala Pe?uelas.
Este insecto hace insoportable la vida de los habitantes de los municipios ribere?os. Su picadura, o m¨¢s bien mordedura porque corta la piel con unas mand¨ªbulas de sierra, es muy dolorosa y provoca miles de visitas a centros de salud.
En la naturaleza, cualquier peque?a variaci¨®n produce cambios en los ecosistemas, y m¨¢s cuando son transformaciones hechas por el ser humano
La aparici¨®n de las plantas acu¨¢ticas y, por lo tanto, de la mosca negra es una de las consecuencias de este problema. Pero no la ¨²nica. El incremento de ¨®xidos de nitr¨®geno ha ayudado a crear este nuevo escenario. ¡°La idea ser¨ªa adem¨¢s de eliminar los fosfatos, reducir el nitr¨®geno. Estos nutrientes han de estar de manera proporcionada para que se den las condiciones de antes¡±, asegura Pe?uelas.
El f¨®sforo y el nitr¨®geno son nutrientes que necesitan las plantas para crecer junto con el sol y el agua, pero en su justa medida. ¡°Adem¨¢s del cambio en las condiciones del h¨¢bitat tanto por exceso como por defecto de nutrientes (f¨®sforo y ox¨ªgeno), si empeora la calidad del agua puede producirse una p¨¦rdida de diversidad biol¨®gica¡±, alerta Miguel Ca?edo-Arg¨¹elles, ecologista acu¨¢tico y profesor de la Universidad de Barcelona (UB).
El exceso de nitr¨®geno llega a los r¨ªos porque utilizamos fijadores de nitr¨®geno y fertilizantes de nitr¨®geno. Esto se traduce en una mayor producci¨®n de alimentos pero tambi¨¦n en m¨¢s emisiones de nitr¨®geno. La otra entrada de este gas se genera por la combusti¨®n de veh¨ªculos de transporte. ¡°Adem¨¢s de generar di¨®xido de carbono, el calor de los motores produce ¨®xidos de nitr¨®geno que se depositan en el medio. Estas tres entradas son enormes. Mucho m¨¢s de lo que la biosfera ha hecho en su vida de forma natural¡±, afirma Pe?uelas.
Cultivos ecol¨®gicos para reducir la emisi¨®n de nitr¨®geno
Algunos expertos abogan por reducir el uso de fertilizantes, ya que son los productos que m¨¢s nitr¨®genos emiten a las aguas. ¡°Hay que apostar por cultivos m¨¢s ecol¨®gicos que permitan usar una dosis muy justa de fertilizante que absorba la planta porque si hay un exceso de aplicaci¨®n, el nitr¨®geno se filtra¡±, apunta Ca?edo-Arg¨¹elles. ¡°El nitr¨®geno lleva mucho tiempo acumulado en el suelo y en la capa subterr¨¢nea por lo tanto, lo mejor es evitar que se retenga m¨¢s¡±, a?ade.
Adem¨¢s de la emisi¨®n de carbono, el otro gran elemento que estamos a?adiendo al medio es el nitr¨®geno, que no es limitado porque el ser humano lo produce artificialmente. Los m¨¦todos actuales de eliminaci¨®n de nitr¨®geno no son tan eficientes y, por lo tanto, los cient¨ªficos creen que hay que dar un paso hacia delante y desarrollar nuevos modelos. ¡°Los ec¨®logos hemos analizado la calidad de las aguas y las consecuencias que tiene para la vida, ahora hay que ponerse de acuerdo con los tecn¨®logos para tener una mayor eficiencia¡±, concluye Pe?uelas.
R¨ªos de Europa, EE UU y ahora de China
Los investigadores observaron este fen¨®meno en los r¨ªos europeos y norteamericanos hace 20 a?os, pero en los ¨²ltimos 3 a?os tambi¨¦n lo han notado en pa¨ªses como China (ya que ha adoptado una pol¨ªtica ambiental de gesti¨®n de sus aguas similar a EE UU y Europa).
El estudio se centra en r¨ªos de caudal mediano como el Ebro. "En el Misisipi o Amazonas que son grandes como mares es necesario un estudio alternativo porque este fen¨®meno depende del caudal del rio y del sustrato", apunta Pe?uelas. "Las emisiones de nitr¨®geno casi tienen la misma importancia que las del di¨®xido de carbono, por lo tanto, est¨¢ muy ligado al cambio clim¨¢tico. Este desequilibrio de nitr¨®geno requiere la atenci¨®n de cient¨ªficos, gestores ambientales y pol¨ªticos", alerta Pe?uelas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.