La historia de los ni?os de Kothapalli que estudian el cambio clim¨¢tico y han aprendido a atrapar la lluvia
Este peque?o pueblo de India ha logrado superar sus problemas con el agua con ayuda de una estaci¨®n meteorol¨®gica instalada en el colegio y manejada por los alumnos
El colegio del pueblo de Kothapalli, en el sur de India, dispone de muy pocos medios: pizarras, pupitres, sillas, y un patio con un banco de madera bajo un ¨¢rbol. Sin embargo, cuenta con un recurso poco corriente: una estaci¨®n meteorol¨®gica autom¨¢tica. El centro, acurrucado entre las casas de los agricultores, es la ¨²nica escuela p¨²blica del estado indio de Telangana, y posiblemente de todo el pa¨ªs, con una de estas herramientas en sus instalaciones, aseguran los cient¨ªficos encargados de su supervisarla.
Los alumnos de tercero de Secundaria, todos ellos hijos de los agricultores locales, registran las precipitaciones, la humedad, la velocidad del viento y la temperatura del aire como parte de un proyecto m¨¢s amplio dirigido por un instituto internacional de investigaci¨®n de los cultivos cuyo objetivo es adaptar la agricultura del pueblo al agua disponible.
"Entiendo c¨®mo funciona. S¨¦ que, si el d¨ªa anterior ha llovido lo suficiente, es un buen momento para abonar las cosechas", explica Vamshi Voggu, de 14 a?os, un estudiante al que no le gustan mucho las clases de ciencias, pero que disfruta con la tarea de seguimiento de las condiciones meteorol¨®gicas que realiza en el colegio por la ma?ana. "Mis padres son agricultores y esta informaci¨®n los ayuda", a?ade durante una pausa entre clases mientras sus risue?os amigos interrumpen para contar lo mucho que los campesinos del pueblo se benefician del dispositivo.
Hace dos d¨¦cadas, Kothapalli se enfrent¨® a una grave crisis en el suministro de agua. Los recursos disponibles eran insuficientes para regar los campos o para beber, y las mujeres ten¨ªan que caminar kil¨®metros para ir a buscarla. Los habitantes del pueblo cuentan que casi la mitad de los ni?os no estaban escolarizados, y muchos de ellos pastoreaban el ganado para complementar los ingresos familiares. M¨¢s o menos al mismo tiempo, los empleados de una oficina del Instituto Internacional de Investigaci¨®n de los Cultivos para los Tr¨®picos Semi¨¢ridos (ICRISAT, por sus siglas en ingl¨¦s), situada a unos 60 kil¨®metros de Kothapalli, proyectaban reproducir en alg¨²n pueblo un proyecto de gesti¨®n de cuencas experimentado en laboratorio.
Un pol¨ªtico local llam¨® su atenci¨®n sobre la falta de agua en la aldea. El proyecto, que trajo consigo pozos para la recogida del agua de la lluvia, diques, balsas agr¨ªcolas y la estaci¨®n meteorol¨®gica ha dado como resultado cosechas abundantes en los ¨²ltimos a?os. Adem¨¢s, el nivel fre¨¢tico ha subido unos cuatro metros y la agricultura est¨¢ cada vez m¨¢s en sinton¨ªa con la pluviometr¨ªa. Mientras que, en los ¨²ltimos a?os, la lucha por el agua en India se ha intensificado, y en numerosos pueblos y ciudades este precioso recurso est¨¢ agot¨¢ndose, Kothapalli se mantiene a flote.
Kothapally se ha convertido en un laboratorio de experimentos para el cambio social
"El n¨²mero de d¨ªas de lluvia en la zona est¨¢ descendiendo, lo que supone periodos de sequ¨ªa m¨¢s largos y mayor cantidad de lluvia en un d¨ªa", explica el agroclimat¨®logo Kesava Rao, miembro honorario del ICRISAT en Hyderabad. Con la alteraci¨®n de los patrones clim¨¢ticos y el mejor acceso al agua del subsuelo, las pr¨¢cticas agr¨ªcolas tradicionales de Kothapalli han cambiado. Los campos en los que se cultivaba principalmente algod¨®n se han diversificado para incluir especies que permiten un uso eficiente del agua, como el sorgo, el ma¨ªz, el guand¨², las hortalizas y tambi¨¦n las flores. Registrar por primera vez las precipitaciones que recibe el pueblo ha proporcionado igualmente indicadores clave de la humedad de los suelos para ayudar a planificar las pautas de cultivo, a?ade Rao.
Al principio, los cient¨ªficos del ICRISAT visitaban la estaci¨®n meteorol¨®gica una vez al mes para realizar las lecturas, afirma. "Pero se nos ocurri¨® involucrar a la comunidad, as¨ª que la trasladamos al colegio hace una d¨¦cada. Cada a?o formamos a los ni?os durante dos d¨ªas para que sepan realizar las lecturas. Ahora los alumnos est¨¢n orgullosos de lo que tienen en la escuela", explica el especialista.
Una labor matutina
Cuando, hace cuatro a?os, Binkam Sudhakar lleg¨® al instituto de Kothapalli para ocupar el cargo de director, nunca hab¨ªa visto una estaci¨®n meteorol¨®gica. Ahora piensa que es la mejor herramienta que tiene el centro para dar clases pr¨¢cticas sobre el cambio clim¨¢tico, muy diferentes del m¨¦todo de memorizaci¨®n habitual en el sistema educativo indio.
Cada ma?ana, antes de la asamblea escolar, dos alumnos se dirigen a la estaci¨®n con un cuaderno y un l¨¢piz, extraen el monitor en forma de tel¨¦fono m¨®vil y comprueban los registros de lluvia y temperatura pulsando unos cuantos botones. A continuaci¨®n, apuntan las mediciones en el gr¨¢fico multicolor del tiempo pintado en la pared exterior de la escuela.
Los agricultores locales aseguran que los boletines diarios les son de gran ayuda. "Es muy importante. De camino al trabajo, comprobamos aqu¨ª la lluvia que ha ca¨ªdo", cuenta Voggu Anjaiah, de 50 a?os y propietario de 2,5 hect¨¢reas de terreno, que consulta cada d¨ªa los valores registrados. "Yo cultivo algod¨®n, mel¨®n amargo, jud¨ªas verdes y guand¨². Antes solo ten¨ªa algod¨®n. No sab¨ªamos cu¨¢nto llov¨ªa. Ahora sabemos tambi¨¦n cu¨¢ndo la humedad del suelo es la adecuada, as¨ª que hemos empezado a cultivar hortalizas", explica.
Sin embargo, como muchos agricultores del pueblo son analfabetos, menos de la mitad consultan los registros de la estaci¨®n como hace Anjaiah. Hay ni?os que leen en voz alta la informaci¨®n del tabl¨®n a sus padres, que nunca fueron al colegio. Otros notifican las novedades importantes cuando vuelven a casa despu¨¦s de clase como, por ejemplo, si llovi¨® bastante el d¨ªa anterior. Los j¨®venes "hombres y mujeres del tiempo" piensan que participan en una tarea importante. "Nunca falto a mi turno", declara Vamshi.
Un giro radical
Cuando Venkat Reddy, de la organizaci¨®n proderechos de los ni?os Mamidipudi Venkatarangaiya, visit¨® Kothapalli por primera vez en 1991 vio grandes extensiones de secano y ni?os trabajando como peones. Al cabo de cuatro a?os, tras varias campa?as intensivas en las que participaron j¨®venes que iban de puerta en puerta instando a los padres, los empresarios y los funcionarios del Ayuntamiento del pueblo a que mandasen a los ni?os al colegio, Kothapalli fue declarado municipio sin trabajo infantil por parte del Gobierno local.
"Todo el pueblo se uni¨® en defensa de sus ni?os", cuenta Reddy por tel¨¦fono desde la ciudad de Hyderabad, en el sur del pa¨ªs. El n¨²mero de alumnos de la escuela primaria del pueblo aument¨®, y ahora hay suficientes estudiantes que han seguido con su educaci¨®n para que exista tambi¨¦n un instituto que ofrece clases hasta cuarto de Secundaria.
A medida que m¨¢s estudiantes se matriculaban en el colegio, las mediciones de la estaci¨®n meteorol¨®gica se volvieron accesibles para m¨¢s agricultores. "Mis padres nunca obten¨ªan beneficios de la agricultura. ?ramos muy pobres. Me sacaron del instituto despu¨¦s de cuarto de ESO", recuerda Malleshwar Goud, cuyo hijo Gurulingam, de 13 a?os, cursa tercero en el instituto local. Goud cultiva legumbres, soja, ma¨ªz y hortalizas en sus tierras, y dice que ya no depende de una sola cosecha para sobrevivir todo el a?o. Nunca consulta los datos meteorol¨®gicos, ya que su hijo le informa de las mediciones cuando vuelve del instituto.
Los activistas y los cient¨ªficos reconocen que, aunque nadie lo planificase, Kothapalli se ha convertido en un laboratorio de experimentos para el cambio social. Seg¨²n Reddy, de la Fundaci¨®n Mamidipudi Venkatarangaiya, su organizaci¨®n reprodujo la campa?a de Kothapalli para acabar con el trabajo infantil en los pueblos del estado de Telangana y su vecino Andhra Pradesh, mientras que el ICRISAT ampli¨® su innovador proyecto de gesti¨®n a 13 pueblos de diferentes estados del pa¨ªs. Mientras, Goud espera que una buena formaci¨®n y la mejora de los rendimientos de sus cosechas a lo largo del a?o protejan el futuro de su hijo. "Seguir¨¢ estudiando hasta que encuentre un buen trabajo", afirma el agricultor.
Este reportaje ha sido escrito por Roli Srivastava y editado por Laurie Goering para la Fundaci¨®n Thomson Reuters, la secci¨®n sin ¨¢nimo de lucro de Thomson Reuters dedicada a informar sobre temas humanitarios, derechos de las mujeres y LGTB+, tr¨¢fico de personas, derechos de propiedad y cambio clim¨¢tico.?
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