Nick Clegg: ¡°Facebook no puede ser la polic¨ªa de Internet¡±
Pele¨® contra el Brexit y perdi¨®. Ha cambiado la C¨¢mara de los Comunes por California para encargarse de contar las bondades de Facebook y asesorar en una futura regulaci¨®n del grupo que preside Mark Zuckerberg, con 2.700 millones de usuarios. Admite errores pasados, pero defiende las f¨®rmulas que utiliza la red social para decirnos qu¨¦ ver y qu¨¦ leer en la plataforma
DESPU?S DE muchos a?os anud¨¢ndose la corbata, Nick Clegg (Chalfont St. Giles, Inglaterra, 52 a?os) se muestra a gusto en mangas de camisa. Tras 10 meses como vicepresidente de asuntos globales y comunicaci¨®n de Facebook, Clegg no parece echar de menos la C¨¢mara de los Comunes ni el Europarlamento, ni la vicepresidencia del Reino Unido. Pero algo le queda de humor ingl¨¦s, aunque se refiera poco a su vida anterior. Habla con efusividad de avances y aplicaciones m¨®viles. La compa?¨ªa tecnol¨®gica aprovecha sus vacaciones estivales en Espa?a, donde naci¨® su esposa, para programar una jornada maratoniana. Se re¨²ne con pol¨ªticos, prescriptores y medios de comunicaci¨®n con un apreciable cansancio en el rostro, pero no en la velocidad con la que aborda preguntas, comentarios o posados. Lleva un reloj que no mira y solo al final de la entrevista echa mano a su bolsillo para sacar un tel¨¦fono, el aparato que ha hecho grande a la firma que le ha fichado. Tampoco bebe. Ni por sed, ni para encontrar silencios durante los que preparar su respuesta. Deja claro su af¨¢n por ser cordial y cercano, lejos de parecer el ejecutivo de una empresa que alcanz¨® unos beneficios de 20.000 millones de euros en 2018 y a la que se imponen multas millonarias, sobre todo por no proteger los datos personales de sus usuarios. La ¨²ltima, el pasado julio, de 5.000 millones en Estados Unidos por violar esa privacidad. Tiene claro su papel. A ¨¦l le ha tocado la defensa p¨²blica de las bondades del negocio de Mark Zuckerberg. Para ello, utiliza una argucia muy pol¨ªtica: representar la aceptaci¨®n de los errores y ensalzar las mejoras futuras.
?Qu¨¦ hace un sir en una empresa de frikis en California? Pues es que hace un a?o empec¨¦ a hablar con Mark Zuckerberg y Sheryl Sandberg [n¨²mero dos de la compa?¨ªa] y me dijeron que buscaban a alguien para ayudarles a responder a preguntas supercomplejas e importantes sobre cuestiones ¨¦ticas, culturales y pol¨ªticas acerca del impacto de esta tecnolog¨ªa en la sociedad. Es un impacto muy diverso, en las elecciones, en la vida social, en la vida comercial [una de cada tres empresas espa?olas utiliza Facebook y m¨¢s del 50% de ellas dicen que han ofrecido empleo a alguien tras ver su perfil en Facebook]. Es una forma de comunicar nueva y gratis para el usuario. Dos mil setecientos millones de personas utilizan Facebook, Instagram, Messenger o WhatsApp, y despu¨¦s de Cambridge Analytica [el esc¨¢ndalo por la venta de datos personales] y de las elecciones de Estados Unidos [la posible influencia de Facebook en el resultado que llev¨® a Trump a ocupar la presidencia] hab¨ªa muchas preguntas. Cuando me ofrecieron la oportunidad de trabajar en esos temas, me result¨® fascinante. Es muy importante porque las reglas que introduzcamos juntos, la sociedad y el mundo tecnol¨®gico, van a servir como par¨¢metros durante muchos a?os. Poder desempe?ar un peque?o papel en esta evoluci¨®n tecnol¨®gica es una oportunidad y estoy muy contento de participar.
Entonces, ?el objetivo que tiene la compa?¨ªa para usted es ayudar en esa regulaci¨®n? La gente olvida que Facebook es muy grande pero muy joven. Roger Federer fue n¨²mero uno en tenis por primera vez dos d¨ªas antes de que comenzara Facebook. La vida de Federer es m¨¢s larga que la de Facebook. En este tiempo, Facebook ha crecido r¨¢pido y es muy popular. Cuando miro su evoluci¨®n, pienso que es una empresa muy joven con una tecnolog¨ªa muy potente. No es una sorpresa que estemos confrontando preguntas que no se esperaban. Nadie pod¨ªa imaginar que los rusos intentaran interferir en las elecciones de Estados Unidos, ni que un acad¨¦mico de Cambridge Analytica vendiera datos de usuarios. No es una sorpresa que haya escepticismo. Cometimos errores. La manera de gestionar datos en el pasado no fue demasiado estricta ni cuidadosa, pero ahora estoy convencido de que la empresa est¨¢ entrando en un nuevo cap¨ªtulo, no solo de crecer, sino de asumir la responsabilidad profunda que acompa?a el ¨¦xito.
?Es dif¨ªcil defender unas plataformas que han dejado a los usuarios sin servicio tres veces en cuatro meses? El objetivo es reducir al m¨¢ximo los errores y las ca¨ªdas, pero no debemos creer que podemos eliminar ni los errores, ni las fugas de datos. Cada vez que hay una interrupci¨®n de los servicios tenemos que saber por qu¨¦, solventar el problema y hacer lo que podamos para evitar que se repita. Pero no puedo prometer que vayamos a eliminar todos los problemas y errores. Nuestro compromiso es ofrecer a los 2.700 millones de personas que utilizan nuestros productos y servicios la mejor experiencia posible. A veces, tenemos disrupciones temporales del servicio y trabajamos r¨¢pido para identificar el problema, solucionarlo y restaurarlo.
Cada d¨ªa se env¨ªan 100.000 millones de mensajes por nuestras redes. La mayor¨ªa son inocentes. No hay que enfocarse tanto en los problemas
?C¨®mo convencer¨ªa a alguien de que Facebook no tiene demasiado poder? Tiene muchos usuarios, pero no es un poder como el de un Gobierno. Es un servicio que permite a la gente decir lo que quiere, cuando quiere y de la manera que quiere. Es muy importante que grandes empresas como Facebook den cuenta de sus decisiones y que cuando cometamos errores, paguemos multas y los corrijamos. El poder de esta tecnolog¨ªa es el que da a la gente, otorg¨¢ndole la capacidad de comunicarse. ?Qu¨¦ n¨²mero es el bueno para que no sea demasiado poder? No puedo decir que 2.700 millones de usuarios sea mucho poder. Es verdad que es una empresa global, pero, por ejemplo, no existe en China. No s¨¦ si hay n¨²mero m¨¢gico que define si tienes demasiado poder o no. Lo que s¨¦ es que este ¨¦xito empresarial tiene que estar acompa?ado de responsabilidad y tiene que demostrar transparencia. Y si hay errores, se tienen que solucionar.
?Cree entonces que no es oportuno dividir la empresa, tal y como han se?alado algunos dirigentes pol¨ªticos? Es m¨¢s importante regular la empresa que dividirla. Imagine que quitamos a WhatsApp del grupo. Eso no cambiar¨ªa los problemas de privacidad, de extremismo, de intervenci¨®n en las elecciones¡ Ahora podemos utilizar los datos que tenemos de Facebook para identificar criminales que est¨¢n utilizando WhatsApp. Entiendo que la gente quiere buscar una soluci¨®n r¨¢pida. Entiendo que la soluci¨®n de dividir es seductora, pero no es real. Internet es muy joven. La historia de las revoluciones tecnol¨®gicas tiene siempre la misma evoluci¨®n: primero viene la euforia; despu¨¦s, el miedo y el pesimismo, la paranoia. Estamos en esta fase y lo que tenemos que hacer es llegar al equilibrio de reconocer que hay una parte buena y otra que no lo es, y que tenemos que desempe?ar un papel colaborativo para encontrar soluciones y para celebrar lo positivo. Cada d¨ªa se env¨ªan 100.000 millones de mensajes a trav¨¦s de nuestras redes. La mayor¨ªa son mensajes inocentes, ¡°me voy a comprar pl¨¢tanos, mira la foto de mi perro, cu¨¢ndo jugamos al f¨²tbol¡¡±. No tenemos que enfocarnos tanto en los problemas y olvidar que la mayor¨ªa utiliza las aplicaciones para cosas muy positivas. Regular Facebook es una soluci¨®n m¨¢s real que dividirlo.
Usted es partidario de que los Gobiernos legislen sobre servicios como los de Facebook, WhatsApp o Instagram, pero ?es posible una legislaci¨®n universal? Siempre es mejor tomar medidas para una industria tan fluida. Para los medios financieros, los Gobiernos reaccionaron juntos. Pero eso no siempre es posible. A veces es importante que un Gobierno o un grupo de Gobiernos empiece. Pienso de verdad que la Uni¨®n Europea tiene un papel claro e importante. No participamos en la guerra tecnol¨®gica entre China y EE UU. No tenemos la presencia comercial que tienen ellos, pero Europa tiene la capacidad de introducir las normas que van a servir como par¨¢metros, l¨ªmites y fronteras.
En 2018 la Comisi¨®n Europea impuls¨® una autorregulaci¨®n a las plataformas para evitar injerencias en las elecciones, pero, una vez pasadas las votaciones, los informes han dejado de presentarse pese a que el acuerdo sigue vigente. Cada d¨ªa bloqueamos un mill¨®n de cuentas falsas. La dimensi¨®n del problema es enorme. La mayor¨ªa son bots y tenemos sistemas sofisticados para bloquear contenido que no es aceptable, como el contenido terrorista. El 99% de los que detectamos lo hacemos con inteligencia artificial antes incluso de que alguien lo descubra. Desempe?amos un papel superactivo. En las elecciones europeas fuimos por delante de las reglas. Tuve un debate curioso con el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, al que conozco de mis d¨ªas en Bruselas, porque se quejaron de que hubi¨¦ramos implantado nuestras propias normas, muy estrictas, para vigilar la publicidad pol¨ªtica en nuestras plataformas. Se quejaron de que estuvi¨¦ramos trabajando con todas las autoridades electorales nacionales y le expliqu¨¦ que el motivo era que no hay una autoridad europea. Y si no hay una infraestructura institucional y legal europea y nosotros queremos proteger las elecciones, ten¨ªamos que trabajar con las instituciones que s¨ª existen.
Nosotros tenemos unas normas de comunidad y el algoritmo incorpora nuestra idea de que ciertos contenidos deben ser bloqueados o ensombrecidos
Entonces, ?cree que las normas de Facebook son suficientes o, al menos, mejores que las que recomienda Europa? Bueno, es un poco raro para m¨ª quejarme de la clase pol¨ªtica, de donde vengo¡ ?C¨®mo puedo decirlo diplom¨¢ticamente? Hay una distancia entre la ret¨®rica de tener normas y reglas electorales y la realidad. Ese fue un buen caso en el que Facebook mostr¨® que ten¨ªa sus reglas. Ser¨ªa mucho mejor, en el futuro, que nosotros tuvi¨¦ramos que seguir las reglas que los Gobiernos hayan adoptado porque nosotros somos una empresa privada y ellos est¨¢n m¨¢s legitimados.
?Est¨¢ haciendo Facebook todo lo posible en la lucha contra el contenido violento? Estamos haciendo mucho m¨¢s que antes. Tenemos 30.000 personas que nos ayudan en la vigilancia del contenido, adem¨¢s de la inteligencia artificial. Estamos mejorando, pero siempre hay m¨¢s que hacer.
?Y contra las noticias falsas? Trabajamos con organizaciones que vigilan si algo es verdad o no, si hay exageraciones o fechas falsas. Pero no podemos ser una polic¨ªa de Internet diciendo qu¨¦ cosas son aceptables o las que son absolutamente verdad. La libertad de decir tonter¨ªas es la libertad en una sociedad abierta. S¨ª podemos alertar sobre un contenido. Decir: ¡°?Cuidado, este contenido puede ser falso!¡±, y otra organizaci¨®n, independiente de Facebook, es la que identifica que hay un problema y se?ala las alternativas que puede explorar el usuario para tener una perspectiva m¨¢s objetiva.
?Cree que Facebook genera la suficiente confianza como para poner en marcha una criptomoneda? No es una moneda de Facebook ni un Zuckerberg d¨®lar. Facebook no va a controlar esa moneda, Libra, sino que esperamos ser parte de una asociaci¨®n de m¨¢s de 100 empresas que va a lanzar una moneda si los Gobiernos y reguladores est¨¢n convencidos de que podemos hacerlo. Facebook ser¨¢ solo una voz y un voto. Pero es que hay un problema: hay mucha gente en el mundo, especialmente en los pa¨ªses pobres, que no tiene acceso a un banco y queremos lanzar la idea de que pueden utilizar sus tel¨¦fonos para recibir y hacer pagos. Beneficiar¨ªa a muchas personas que ahora est¨¢n fuera del sistema bancario. Entiendo que la gente tenga dudas por c¨®mo guardamos los datos personales, pero vamos a ver primero si es posible lanzarla y si podemos ayudar y dar una soluci¨®n a esos 1.700 millones de personas que no tienen capacidad de utilizar el banco para pagar. Si creen que esa criptomoneda es una soluci¨®n para el fracaso del mercado bancario, espero que podamos demostrar que merecemos la confianza.
Pero los reguladores y supervisores de mercados ya han expresado sus dudas acerca de la seguridad o la regulaci¨®n que necesita esa divisa que pensaban poner en circulaci¨®n en 2020. ?Supone eso que se congela la idea? Lo importante es entender que nosotros no podemos lanzar Libra sin permiso de los reguladores. Si deciden que no dan permiso, no va a ocurrir.
?Y renunciar¨¢n completamente, no intentar¨¢n otra cosa? Si los planes avanzan, tendremos una asociaci¨®n regulada en Ginebra. Esperamos que la asociaci¨®n empiece con un centenar de empresas, y Facebook ser¨¢ una de ellas. Existe un fracaso total en el mercado bancario. Mil setecientos millones de personas no tienen derecho a utilizar un banco y poseen tel¨¦fonos. No solo en los pa¨ªses pobres. En EE UU tambi¨¦n hay 12 millones de personas que no pueden tener una cuenta bancaria y lo que pasa es que tienen que pedir dinero a usureros con intereses al 400%. Nosotros presentaremos la idea con las otras empresas. Queremos que tenga m¨¢s estabilidad que las criptomonedas del pasado y para eso la conectaremos a unas bolsas de reserva. Si los reguladores no quieren avanzar, seguir¨¢ existiendo una injusticia.
?No intentar¨ªan un sistema de pago tipo PayPal? Un sistema de pago es otra cosa. Esperamos que en el futuro se pueda utilizar WhatsApp para pagar, pero eso es algo muy convencional porque utilizas tu infraestructura del banco. Libra ser¨ªa una soluci¨®n para un problema mayor.
Usted dice que en Facebook no hay vips, no hay acceso preferente, pero ?c¨®mo podemos saberlo si manejan un algoritmo que es absolutamente secreto y no conocemos c¨®mo tratan a nuestro vecino? S¨ª puedes saberlo. Puedes saber por qu¨¦ est¨¢s viendo y c¨®mo se sit¨²a tu ranking¡, pero no hay un gran misterio. El algoritmo no es un animal que decide lo que ve cada persona y que est¨¢ en una caja en el despacho de Mark Zuckerberg.
Claro, no es un animal encerrado porque, de hecho, cambia. Cuando entras en Facebook durante unos minutos, lo que ves primero es superimportante porque la mayor¨ªa de la gente solo ve los primeros 20 posts. El algoritmo solo nos dice en qu¨¦ orden lo vemos, la prioridad. Es maravilloso porque as¨ª cada canal de noticias es diferente, es ¨²nico, es particular para cada uno. Las se?ales m¨¢s importantes que determinan ese orden son tus amigos, cu¨¢les son los grupos en los que participas y cu¨¢les son los mensajes que miras. El algoritmo, simplemente, reacciona a lo que haces, no impone un orden que no refleja lo que te gusta. El algoritmo es como un eco de las decisiones que cada uno toma.
Si es un eco de mis decisiones, ?por qu¨¦ el algoritmo o sus programadores han sido acusados de tener sesgo?, ?es que somos todos machistas o racistas? Nosotros tenemos unas normas de comunidad y el algoritmo incorpora nuestra idea de que ciertos contenidos deben ser bloqueados o ensombrecidos. Cada d¨ªa hay muchos casos en los que, aunque una persona quiera leer sobre un tema, reducimos la capacidad de acceder a ellos.
Entonces, ?tambi¨¦n es como nuestra conciencia? No es que sea conciencia porque las razones son p¨²blicas. Estamos contra la violencia, contra la desinformaci¨®n, contra los extremismos, contra los odios. Est¨¢ todo escrito.
?Es posible un Facebook sin noticias de diarios tradicionales? El contenido total de noticias es apenas de entre el 4% y el 5%. S¨¦ que pol¨ªticos y periodistas piensan que los usuarios est¨¢n consumiendo noticias todo el d¨ªa, pero no es as¨ª, es una minor¨ªa. Desde el punto de vista de la cantidad, no es la raz¨®n principal por la que la gente usa Facebook. Pero eso no quiere decir que nosotros pensemos que no es una parte importante. Por eso estamos explorando la posibilidad de tener un apartado para agrupar las noticias en un mismo lugar al que accedan aquellos que quieren consumir estos contenidos.?
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