Dormir menos de seis horas: una moda para ganar el ¨¦xito laboral y perder la salud
Esta costumbre, arraigada entre un buen n¨²mero de triunfadores, es una agresi¨®n al organismo y, especialmente, al cerebro
Consultar con la almohada no est¨¢ de moda. Hay cursos de formaci¨®n para emprendedores en los que se detalla cu¨¢ntas horas hay que dedicar al sue?o, y recomendaciones que circulan por Internet como las del modelo everyman, que consisten en dormir tres horas seguidas y hacer tres siestas de 20 minutos a lo largo del d¨ªa. Es una costumbre que se asocia al ¨¦xito laboral. De Elon Musk a los altos directivos de la mayor parte de las empresas multinacionales, no es raro que se atribuya el ¨¦xito de los ejecutivos la supuesta virtud exprimir al m¨¢ximo el tiempo de vigilia. Sin embargo, la ciencia advierte de que robarle horas al reposo entre las s¨¢banas tiene un precio para la salud: dormir poco afecta al rendimiento cognitivo, a la conducta y al metabolismo. Con esta estrategia, el precio del ¨¦xito es la salud.
Dormir tambi¨¦n es productivo
La relaci¨®n entre el tiempo de sue?o y el ¨¦xito profesional es producto de la sociedad posindustrial. En la literatura anterior al siglo XIX no se asociaba el hecho de dormir mucho o poco al triunfo ni la pereza, recuerda Francisco Jos¨¦ Puertas, jefe del servicio de Neurofisiolog¨ªa y de la unidad de Sue?o del Hospital Universitario de la Ribera (Valencia) y vicepresidente de la Sociedad Espa?ola del Sue?o (SES). "Napole¨®n dec¨ªa que los hombres necesitaban cinco horas y las mujeres seis, y que solo los tontos precisaban m¨¢s, pero hay constancia de que ¨¦l se dorm¨ªa en el carruaje del emperador. En algunas cartas perd¨ªa el trazo por la somnolencia. Con la luz el¨¦ctrica, aparece el concepto de dormir ocho horas seguidas y la gesti¨®n del trabajo nocturno, pero con el tiempo surgi¨® tambi¨¦n la idea de que el que necesita pocas horas de sue?o es m¨¢s productivo", dice Puertas.
Tonter¨ªas. Una buena vigilia, como la de Albert Einstein, necesita buenas horas de sue?o, entre siete y ochos horas, advierten los expertos, y no se puede decir que eso es dedicar tiempo a una tarea improductiva. Una de las funciones del sue?o es procesar y consolidar el aprendizaje, la atenci¨®n y la memoria. "Grandes genios han hecho grandes descubrimientos al despertarse despu¨¦s de un buen sue?o. Dormir implica seguir trabajando, porque el cerebro limpia el bombardeo de informaci¨®n acumulado durante el d¨ªa. Nuestra biolog¨ªa est¨¢ preparada para periodos cortos de falta de sue?o en situaciones estresantes o de urgencia, pero no en el largo plazo", advierte el neurofisi¨®logo.
Numerosos estudios han revelado que el h¨¢bito de dedicarle pocas horas al sue?o reduce el rendimiento cognitivo, provoca un d¨¦ficit en la atenci¨®n y p¨¦rdida de capacidad para tomar decisiones, adem¨¢s de aumentar los estados de estr¨¦s, ansiedad y depresi¨®n. "Los seres humanos somos 'animales circadianos', programados para ciclos de sue?o-vigilia con una duraci¨®n de 24 horas. Dormir pocas horas es una agresi¨®n fisiol¨®gica a nuestro organismo y, de modo particular, al cerebro. De modo cr¨®nico, esto altera el patr¨®n neurohormonal, con problemas cognitivos y emocionales que se traducen en dificultades para adquirir nuevos aprendizajes y provoca problemas para archivar nuevas informaciones, adem¨¢s de un aumento del nerviosismo y la ansiedad hasta la aparici¨®n de trastornos alucinatorios, en los casos m¨¢s extremos", se?ala Jos¨¦ Antonio Portellano, especialista en neuropsicolog¨ªa y psicolog¨ªa cl¨ªnica.
?Falta de sue?o? M¨¢s cartas para desarrollar alzh¨¦imer
Pensar que dormir es perder el tiempo tiene consecuencias para la salud. Algunas, como la somnolencia y la p¨¦rdida de atenci¨®n, se dejan notar al d¨ªa siguiente, mientras otras lo hacen a largo plazo, como el aumento del riesgo de sufrir c¨¢ncer, enfermedades cardiovasculares y trastornos neurodegenerativos. "Algunos estudios demuestran que la funci¨®n del sue?o evita sustancias t¨®xicas como la prote¨ªna beta-amiloide, que si se deposita excesivamente en el cerebro puede convertirse en un mecanismo que favorezca la aparici¨®n de alzh¨¦imer", indica Carles Gaig, coordinador del Grupo de Estudio de Sue?o de la Sociedad Espa?ola de Neurolog¨ªa (SEN).
Dormir poco, adem¨¢s de crear somnolencia, falta de concentraci¨®n y de memoria, incrementa el riesgo de sufrir hipertensi¨®n y de presentar alteraciones metab¨®licas, un aumento de los niveles de glucosa que implica un mayor riesgo de desarrollar diabetes. Tambi¨¦n fomenta el apetito, lo que puede conducir al sobrepeso: "La falta de sue?o empuja a picotear o tomar bebidas azucaradas o con cafe¨ªna. Y cambiar la gesti¨®n de la saciedad tambi¨¦n altera el sue?o", recalca Puertas.
Otra cuesti¨®n importante es si los efectos en la salud de dormir poco tambi¨¦n se producen al levantarse muy temprano. "Durante las fases REM y no REM del sue?o se produce una gran convulsi¨®n hormonal y neurofisiol¨®gica, necesaria para reparar el organismo y el cerebro. Levantarse muy temprano no produce necesariamente alteraciones, siempre que el sue?o haya sido suficientemente reparador. Es muy importante que se complete un ciclo de sue?o completo. Cada ciclo dura 80 minutos y necesitamos dormir cinco o seis ciclos cada noche. Si nos despertamos sin completar el ciclo, tendremos m¨¢s posibilidades de sentirnos cansados, nerviosos y menos eficaces cognitivamente", advierte Portellano.
En todo caso, y por mucho que nos empe?emos, la elecci¨®n de las horas del sue?o no es nuestra, sino del cerebro, una respuesta de la programaci¨®n gen¨¦tica. "En el hipot¨¢lamo hay un centro regulador del sue?o, el zeitgeber (donante de sue?o), que lo sincroniza para evitar un desfase horario que desorganice los ciclos de vigilia y sue?o. Solo un peque?o porcentaje de la poblaci¨®n puede funcionar bien con un reducido n¨²mero de horas de sue?o, por una mutaci¨®n de los genes heredados", subraya Portellano, al referirse los good sleepers, el 3% de las personas que pueden funcionar bien con menos de seis horas de sue?o sin ver perjudicada su salud. Son una minor¨ªa, y no merece la pena imitarlos.
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