La gente no quiere centros para ni?os migrantes
Se crea una alarma social cuando se escucha la noticia de la apertura de un albergue de acogida. Y siempre se mira mal a los menores
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Hace unas semanas, un pueblo cordob¨¦s llamado Lucena fue noticia debido a una protesta por la cesi¨®n, por parte de la corporaci¨®n local a una fundaci¨®n, de unas instalaciones para la apertura de un centro de menores migrantes. A partir de all¨ª, los rumores, los miedos, los temores y los prejuicios se extendieron como la p¨®lvora por las redes y por las calles de los pueblos de los alrededores. Unos hablaron de ladrones, otros de delincuentes, algunos de violadores, otros de futuros terroristas y un largo etc¨¦tera. Todos pusieron el foco de sus temores en los menores. Esto suele pasar siempre. Se crea una alarma social cuando se escucha la noticia de la apertura de un espacio de acogida. Y siempre se mira mal a los ni?os.
Y creo que aqu¨ª cabe hacerse una pregunta: ?Sabemos lo que es un centro de ni?os migrantes o de MENAS? Cuando un menor de edad migrante llega a tierras espa?olas sin un familiar adulto, lo primero que se le suele hacer es darle una compa?¨ªa legal, es decir, es declarado en desamparo y la administraci¨®n se apodera de su tutela. En otras palabras: el Estado se convierte en la referencia y en quien reside la responsabilidad de su protecci¨®n. Y m¨¢s claro a¨²n, el Estado se convierte en el progenitor de esas criaturas.
A partir de esto, y gracias al trabajo de los cuerpos de seguridad y a los servicios jur¨ªdicos de las comunidades aut¨®nomas, esos menores son trasladados y repartidos por centros de la Comunidad donde se hayan interceptado. Y estos centros, conocidos como Centros de Protecci¨®n de Menores especializados en MENAS (o CAM, o CA, o UAI, o CAI, o ISL, o COIL, o un largo abanico de nombres) son los que tienen la guarda de los menores con la aprobaci¨®n y supervisi¨®n de la Administraci¨®n.
Los centros se convierten en la referencia visible y palpable para los chicos; se convierten en sus familias educadoras y cuidadoras. Las empresas que gestionan estos espacios ostentan la responsabilidad de educarlos y prepararlos para su emancipaci¨®n. Educar y preparar no es simplemente ense?arles a hablar el idioma, sino una tarea m¨¢s compleja: se trata de formar a los adolescentes para ser adultos. ?C¨®mo conseguirlo? Lo primero, hay que contar con un equipo competente en estas tareas, gente bien formada (educadores sociales, no auxiliares). Lo segundo es centrar el trabajo en los recursos que est¨¦n cerca o/y lejos que puedan serles de utilidad a los chicos para su formaci¨®n profesional ayud¨¢ndolos en su acceso al mercado laboral.
Es en las empresas, asociaciones y fundaciones que gestionan los centros donde deber¨ªan enfocarse todas las miradas y cr¨ªticas de la sociedad
He realizado esta breve explicaci¨®n del principio y del fin de los centros de menores porque realmente es en las empresas, asociaciones y fundaciones que los gestionan donde deber¨ªan enfocarse todas las miradas y cr¨ªticas de la sociedad y de la Administraci¨®n. Antes de adjudicar el servicio hay que evaluar la experiencia de esa entidad.
Actualmente, para la adjudicaci¨®n de un servicio de protecci¨®n de menores a una entidad, lo que se valora es su proyecto educativo y su proyecto econ¨®mico. La que presente el mejor y al mejor precio se queda con el servicio. ?Qu¨¦ se consigue con este sistema? Que las entidades contraten a personal laboral con baja cualificaci¨®n porque, al final, el proyecto educativo suele ser tinta y teor¨ªa que quedan en los papeles. Se deber¨ªa evaluar los antecedentes educativos de esa entidad. ?Qu¨¦ ciudadanos ha formado? ?A adultos con documentaci¨®n en regla y un futuro seguro o a personas sin o con documentaci¨®n y con un futuro incierto? ?Qu¨¦ hace una persona que ni tiene trabajo, ni alojamiento, ni capital humano que le ayude?
Como educador social y especialista en migraciones, mi segundo consejo va hacia las entidades: tomaos vuestra labor en serio, recordad que est¨¢is trabajando con personas. Pasar una semana limpiando y decorando para tener el recinto bonito el d¨ªa de la inspecci¨®n solo sirve para transmitir una imagen t¨®xica a los menores que educ¨¢is¡ Y se educa con el ejemplo. Mi advertencia a los supervisores es tambi¨¦n que hay que tomar el trabajo en serio porque muchas veces no sab¨¦is a qui¨¦n deleg¨¢is la labor m¨¢s importante de la sociedad: educar. A veces (la mayor¨ªa), la realidad de un centro se conoce preguntando a las personas que residen all¨ª, no a los que pasan el d¨ªa detr¨¢s de un despacho.
Esta peque?a reflexi¨®n quiz¨¢ no sirva de mucho porque la situaci¨®n en los centros de acogida seguir¨¢ siendo igual o peor, pero creo que es importante informar. Informar es una ventana que muestra la realidad. Esto que he explicado no lo he aprendido, lo he vivido.
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