TOC de amores: cuando el "me quiere, no me quiere" se convierte en obsesi¨®n
En los tiempos de Tinder, parece f¨¢cil dejarse llevar por los pensamientos rumiantes en el terreno del amor. A veces, llegan a ser un trastorno
Vivimos en los tiempos del amor l¨ªquido, ese del que hablaba el soci¨®logo Zygmunt Bauman a comienzos de este milenio, incluso antes de que se inventara Tinder y todo el mundo viviera con miedo que le hicieran ghosting (en el lenguaje milenial, que tras una cita o un periodo de cortejo, la otra persona desaparezca sin dejar rastro, ni si quiera digital). Es un tiempo en el que el amor ya no es algo c¨®modo y seguro, y por eso es normal que nos entren m¨¢s dudas que antes sobre nuestras relaciones de pareja. ?Es lo mejor a lo que puedo aspirar? ?Realmente seguimos enamorados? Son las preguntas que quiz¨¢s toda pareja se puede llegar a plantear en los momentos de crisis, pero hay personas que viven permanentemente deshojando la margarita, con una ansiedad continua por saber si su pareja les quiere o no les quiere.
Estas situaciones se conocen como TOC de amores (Trastorno Obsesivo Compulsivo de amores). Seg¨²n el psic¨®logo Fernando Villadangos, se trata de un tipo concreto de trastorno obsesivo compulsivo en el que "las personas se obsesionan y sufren excesivamente cuando inician una relaci¨®n de pareja. Se sienten atrapadas en la inseguridad y en la duda constante sobre si esa persona ser¨¢ la adecuada, la comparan con relaciones anteriores y le dan vueltas a la cabeza dudando continuamente". Un "ni contigo ni sin ti" en toda regla.
Dudar es normal, pero hay un l¨ªmite
"Las dudas habituales cuando empiezas a conocer a una persona son algo normal", aclara Villadangos, e insiste en que hay que distinguir la enfermedad de los momentos de inseguridad que todos tenemos. Por su parte, la tambi¨¦n psic¨®loga Yolanda Cuevas a?ade que es cierto que actualmente "la sociedad actual no lo pone f¨¢cil" en lo que a las relaciones se refiere, y que eso ha generado una mayor inseguridad. "Hay personas que no son ellas mismas, que se protegen por el miedo a ser da?adas o condicionadas por experiencias pasadas. Tambi¨¦n personas ansiosas con ganas de 'atar' a la posible pareja o leyendo la cartilla antes de iniciar casi la relaci¨®n para no perder ni un segundo".
Este contexto, muy diferente del que vivieron nuestros padres, hace que sea m¨¢s f¨¢cil caer en ciertos momentos de angustia e inseguridad, y es importante distinguir cuando se trata de una duda pasajera o de algo m¨¢s patol¨®gico. Como apunta Fernando Villadangos, "el TOC de amores es un trastorno y, como tal, es algo excesivo que consume mucha energ¨ªa. La persona que lo padece se da cuenta de que no es algo normal, pero le cuesta mucho controlarlo".
El experto a?ade que es algo que "le sucede a una persona, pero afecta a la pareja de forma directa. Hay personas que le ponen pruebas al otro para comprobar que no miente. Lo investigan y esp¨ªan en redes sociales para comprobar su vida y lo que dice, buscando contradicciones que les confirmen que no es la persona adecuada". Es decir, que m¨¢s all¨¢ de tener momentos de dudas, tambi¨¦n llevan a cabo este tipo de acciones compulsivas relacionadas con su obsesi¨®n.
?D¨®nde est¨¢ la frontera con la normalidad?
?En qu¨¦ momento podemos pasar de sentir una angustia m¨¢s o menos justificada a acabar rumiando pensamientos obsesivos sin control? Yolanda Cuevas explica que hay ciertos perfiles de personas que pueden ser m¨¢s proclives a pasar esta l¨ªnea. "Las causas m¨¢s comunes que originan TOC de amores son experiencias traum¨¢ticas o periodos importantes de estr¨¦s mantenidos durante la infancia y juventud".
Entre los posibles or¨ªgenes del trastorno, la experta se?ala ejemplos como "haber sufrido carencias afectivas por parte de los padres, miedo al abandono, un entorno opresor, r¨ªgido, dictatorial y, de adulto, una falta de estructura interna. Esto crea un perfil dependiente lleno de dudas, sin capacidad para tomar decisiones, personas que siguen los criterios de padres del entorno, viviendo a trav¨¦s de los dem¨¢s. Su vida es una duda constante".
Fernando Villadangos a?ade que otros casos responden simplemente a la desconfianza del otro o del amor en s¨ª mismo, tras un importante fracaso sentimental. "Suelen ser personas que han sufrido una traici¨®n, una infidelidad o una relaci¨®n de maltrato y temen repetirlo", es decir, que "tienen una herida emocional que les hace sentirse muy inseguros y desconf¨ªan de la vida". Algo que es mucho m¨¢s com¨²n hoy en d¨ªa.
C¨®mo romper relaciones que podr¨ªan haber sido estupendas
"He atendido a personas que han pedido consulta por esta causa. Se dan cuenta de que algo no funciona bien y que ellos mismos est¨¢n estropeando relaciones que podr¨ªan haber sido estupendas. Sienten que no pueden controlar su comportamiento y piden ayuda para solucionarlo", prosigue Villadangos, quien insiste en que "la terapia ayuda mucho al autocontrol y, en definitiva, a no sabotear tu propia vida".
Si bien el TOC de amores define casos m¨¢s complejos, lo cierto es que, en un tiempo en el que acumulamos relaciones fallidas y decepciones, parece f¨¢cil sentirse dudoso y ansioso cada vez que conocemos a alguien nuevo, y, aunque no se trate de una situaci¨®n patol¨®gica, puede afectar igualmente a nuestro bienestar. Por ese motivo pedir ayuda siempre puede ser positivo, o al menos, decidirnos a trabajar algunos aspectos claves que nos den una mayor seguridad.
"Hay que trabajar la estructura interna propia de uno mismo, aprender a aceptarse y valorarse, a tomar decisiones y alimentar la seguridad", subraya Yolanda Cuevas. Tambi¨¦n apunta que no solo se trata de cambiar la percepci¨®n que tenemos de nosotros mismos, sino tambi¨¦n la idealizaci¨®n sobre el amor y las relaciones, que generalmente chocan con la realidad y nos llevan a replantearnos todo sin que haya necesidad.
"La pel¨ªculas rom¨¢nticas, las novelas, o los anuncios nos transmiten una imagen ideal de relaci¨®n perfecta", y nos llevan a comparar nuestra pareja con expectativas poco realistas. Por ello, el primer paso es valorarnos y valorar la relaci¨®n desde nuestro propio punto de vista, y no desde el ideal rom¨¢ntico o compararla con lo que vemos en otras relaciones cercanas o, incluso, a trav¨¦s de las redes sociales. No hay que olvidar que generalmente se muestra una parte superficial, y no todo lo que pasa a puerta cerrada en la intimidad de su hogar. Y es f¨¢cil dejarse llevar por la duda cuando comparamos nuestra trastienda con los escaparates de los dem¨¢s.
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