?Fuera las m¨¢scaras de la indiferencia!
Las grandes celebraciones suelen venir acompa?adas de festines gastron¨®micos. Una exaltaci¨®n de la comida que contrasta con la necesidad de acabar con el despilfarro de alimentos en los pa¨ªses desarrollados.
Las m¨¢scaras esconden, anonimizan y empoderan. Protegen revistiendo de inc¨®gnito al enmascarado, que siente que se libera e incluso se transforma. En ocasiones activan en quien las luce un estado de trance infundido por el car¨¢cter del personaje que representa su careta. En ese punto, en el de la suspensi¨®n colectiva de la raz¨®n, se activa en quien observa a los disfrazados un estado de alerta, de inc¨®moda curiosidad cuando se completa la escena con el clamor de la multitud alborozada. Es lo que suscitan en m¨ª las m¨¢scaras de los parachicos, esos personajes de las celebraciones patronales del mes de enero en Chiapa de Corzo, M¨¦xico. Bailan al son del tambor, la flauta y los chinchines, o de sonajeros de hojalata, que sacuden durante horas y d¨ªas sin parar, mientras lanzan gritos y profieren loas a sus santos y v¨ªrgenes.
Esos d¨ªas, esta localidad chiapaneca festeja la Comida Grande, una exaltaci¨®n del exceso, el despilfarro y la reciprocidad con las deidades y con quienes las veneran. Entre ofrendas, cantos y bailes se exorcizan hambres remotas y se festeja la vida comiendo, bebiendo y regalando alimentos a vecinos, familiares y amigos. Un ejemplo de c¨®mo la comida es un medio universal de expresi¨®n de cortes¨ªa y acogida, de extensi¨®n de las relaciones sociales, de reafirmaci¨®n de pertenencia, de muestra de devoci¨®n y exteriorizaci¨®n de experiencias emocionales.
Sucede en Chiapas y en gran parte del mundo. Tambi¨¦n en nuestro entorno, tal y como lo exponen esos f¨®siles de experiencia popular que son los refranes: ¡°De la panza sale la danza¡±; ¡°tripa vac¨ªa, coraz¨®n sin alegr¨ªa¡±; ¡°barriga colmada, a Dios alaba¡±; ¡°fiesta sin comida no es fiesta cumplida¡± o ¡°en la mesa que no sobr¨®, hambre qued¨®¡± son una muestra del homenaje popular al buen yantar. Pueblos de todo el mundo entienden el exceso como una norma de cortes¨ªa, como un signo de esplendor, quiz¨¢ por contraposici¨®n a escaseces pasadas, o simplemente de progreso, riqueza y estatus.
A esta demas¨ªa se le ha sumado el modo de vida contempor¨¢neo, donde el tiempo escasea o cotiza m¨¢s que la comida. Hoy el desaprovechamiento de alimentos en el ¨¢mbito familiar de los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo es m¨ªnimo, al contrario que en los pa¨ªses industrializados, donde la ciudadan¨ªa tiene interiorizado que desechar alimentos es m¨¢s barato que utilizarlos o reutilizarlos. Los datos de la FAO indican que un tercio de todos los alimentos producidos en el mundo se desperdician. Una considerable cantidad de comida se arroja al contenedor desde el comercio y los hogares, el 40% de todo lo malogrado. Las familias desestiman productos de forma desmesurada tanto desde el refrigerador como desde el plato: en Espa?a 1.339 millones de kilos/litros anuales acaban en la basura, seg¨²n los ¨²ltimos datos del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentaci¨®n y Medio Ambiente.
No hay como quitarse la m¨¢scara para revelar el verdadero rostro de la realidad: la gente descarta alimentos adecuados para el consumo sencillamente porque se lo puede permitir. ?Saben que en muchas legislaciones penales resulta un agravante cubrirse la cara mientras se comete un crimen? Bien, pues si pensamos que portar la careta de la indiferencia con mueca de resignaci¨®n no acarrea sanci¨®n alguna, vayamos pensando que los recursos que hacen falta para producir todos esos excedentes que se desperdician tienen un considerable efecto en el cambio clim¨¢tico y, por tanto, en el mundo que vamos a dejar a las siguientes generaciones.
Empanada de mejillones
Ingredientes
Para 4 personas
Para la masa
- 300 gramos de harina de trigo
- 70 mililitros de agua templada
- 2 huevos
- Sal
- Un poco de harina de ma¨ªz precocida
Para el relleno de mejillones
- 250 gramos de cebolla
- 200 gramos de pimiento verde
- 400 gramos de mejillones
- 40 mililitros de aceite de oliva
- 40 mililitros de vino blanco
- Sal
Instrucciones
1. La masa
Batir los huevos junto a la sal, añadir el agua y la harina y amasar durante 10 minutos. Dejar reposar durante 30 minutos tapada con papel transparente.
Estirar con ayuda de la harina de maíz y hacer círculos de unos 14 centímetros de diámetro y 0,2 centímetros de grosor.
3. El relleno de mejillones
Cortar en juliana las verduras y poner a sofreír con el aceite.
Cuando estén doradas, añadir vino y dejar desglasar. Poner los mejillones y dejar que abran en el sofrito.
Retirar del fuego y separar los mejillones de las conchas y quitar las barbas. Reservar.
6. Acabado y presentaci¨®n
Freír los círculos de masa en aceite de girasol a 180 grados hasta que estén dorados.
Entre cada dos círculos, poner una cucharada de sofrito y unos pocos mejillones.
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