De los pesticidas al cultivo ¡®bio¡¯: Togo apuesta por el cacao ecol¨®gico

M¨¢s informaci¨®n

La inversi¨®n por la elaboraci¨®n cuidada del cacao

La esclavitud infantil que esconde una barrita de chocolate

El chocolate amarga a los pobres de ?frica

Donho Kossivi se abre paso entre las plantas de ma¨ªz de su campo hasta alcanzar la tierra que verdaderamente le aporta liquidez: su plantaci¨®n de cacao. Es uno de los m¨¢s de 1.600 productores que siembran de forma sostenible en Togo. Mediante la aplicaci¨®n de t¨¦cnicas de agricultura ecol¨®gica, Kossivi y otros campesinos est¨¢n mejorando las condiciones y la fertilidad de la tierra y protegiendo el ecosistema. As¨ª se aseguran una producci¨®n sustentable en el futuro.

Con una poblaci¨®n similar a la de Catalu?a, Togo es uno de los pa¨ªses m¨¢s peque?os de ?frica occidental, regi¨®n en la que se sit¨²an Ghana y Costa de Marfil, productores del 60% del cacao que se consume en el mundo. El pasado mes de junio, ambos Estados plantaron cara a los gigantes chocolateros. Anunciaron la suspensi¨®n de la venta del "alimento de los dioses" para la pr¨®xima temporada 2020-2021 de no fijarse un precio m¨ªnimo (2.300 euros por tonelada) que asegurase la supervivencia de los campesinos de ambos pa¨ªses. Un ultim¨¢tum arriesgado que podr¨ªa haber beneficiado, en cierta medida, a los productores togoleses. Sin embargo, la prohibici¨®n qued¨® anulada a mediados de julio gracias a que Costa de Marfil y Ghana fijaron una prima de 400 d¨®lares por tonelada vendida.

La producci¨®n de cacao en Togo, que es el principal cultivo de renta del pa¨ªs, alcanz¨® las 22.522 toneladas en 2017. Por ello es considerado el tercer producto agr¨ªcola m¨¢s exportado despu¨¦s del algod¨®n y del caf¨¦, seg¨²n estimaciones de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura (FAO).

El 98% de los productores de esta planta, como Kossivi, se concentra en un tri¨¢ngulo conformado por las ciudades de Atakpam¨¦, Badou y Kpalim¨¦, en la regi¨®n del Altiplano. Antes se dedicaba al caf¨¦, pero la falta de mano de obra y de medios le llevaron a sustituir los ¨¢rboles de caf¨¦ por cacaoteros. Junto a sus tres hijos, cultiva de manera ecol¨®gica diferentes tipos, entre los que se incluye el amelonado, una variedad antigua con un particular gusto amargo por el que se pirran los m¨¢s chocolateros.

En Togo, la producci¨®n ecol¨®gica de cacao certificado ocupa ya el 8,5% de los cacaoteros y emplea al 12,4% de los agricultores, que se organizan en tres cooperativas. ¡°La variedad ecol¨®gica preserva nuestra salud y la de los otros. Queremos cuidar a la gente que lo consume y utilizar productos qu¨ªmicos nos perjudica¡±, afirma Komla Ametefe, presidente de Scoops Procab, una de las cooperativas. A ella pertenecen el 40% de los productores ecol¨®gicos de la prefectura de Kloto, en la regi¨®n del Altiplano.

Los agricultores ecol¨®gicos deben identificar las enfermedades de sus campos, y para ello es necesario que conozcan la tierra mejor

Para la comercializaci¨®n y exportaci¨®n es necesaria una certificaci¨®n que asegure su origen ecol¨®gico. Este certificado incrementa el beneficio por kilo vendido de 1,50 euros (1.000 CFA) a 1,70 euros (1.200 CFA). Hasta ahora, Scoops Procab vend¨ªa su producci¨®n a la empresa exportadora suiza Gebana, la cual certificaba el origen sostenible de su cosecha, pero este a?o han invertido en su propia certificaci¨®n para ¡°diversificar su mercado¡±.

T¨¦cnicas de labranza

La falta de conocimientos agr¨ªcolas es el tal¨®n de Aquiles de la agricultura bio del pa¨ªs. Para solventarlo, en 2016, Scoops Procab implant¨® cinco campos escuela donde los productores de las aldeas aleda?as aprenden t¨¦cnicas de labranza ecol¨®gica, una iniciativa que cont¨® con el apoyo de Agr¨®nomos y Veterinarios sin Fronteras (AVSF).

Este d¨¦ficit formativo es tambi¨¦n una de las preocupaciones de Alfonso Molera, asistente t¨¦cnico del Programa de Desarrollo Rural y Agricultura (ProDRA) de la agencia de cooperaci¨®n alemana (GIZ)?¡ªDeutsche Gesellschaft f¨¹r Internationale Zusammenarbeit en alem¨¢n¡ª, que tiene como objetivo promover el trabajo en equipo de las cooperativas cacaoteras y formar a los productores. Por ejemplo, los horticultores togoleses saben ahora que las mazorcas de cacao vac¨ªas, los rastrojos que quedan tras la recolecta del ma¨ªz o la yuca, pueden ser una fuente natural de abono excepcional.

¡°Gran parte de la agricultura ecol¨®gica se basa en prevenir y en cuidar la salud de la planta, al igual que ocurre con las personas. Si est¨¢s sano, va a ser m¨¢s dif¨ªcil que te pongas malo, y si tienes s¨ªntomas de alguna enfermedad, podr¨¢s reconocer r¨¢pidamente que algo no va bien. De la misma forma, los agricultores ecol¨®gicos deben identificar las enfermedades de sus campos, y para ello es necesario que tengan un mayor conocimiento de la tierra¡±, explica.

Las plagas como la podredumbre negra, responsable de las mayores p¨¦rdidas de cacaoteros en el mundo, son algunas de las grandes amenazas a las que se enfrentan los agricultores ecol¨®gicos. ¡°Te viene una plaga y no tienes con qu¨¦ combatirla. La falta de acceso a informaci¨®n lleva a recurrir a los qu¨ªmicos y esto acaba con su producci¨®n ecol¨®gica, mientras se podr¨ªan utilizar otros medios asequibles como el ¨®xido de cobre. La agricultura qu¨ªmica les ha quitado el saber a los agricultores¡±, advierte Molera.

Adem¨¢s, las buenas pr¨¢cticas ecol¨®gicas podr¨ªan mejorar la situaci¨®n econ¨®mica de los campesinos. Actualmente, el ingreso bruto por hect¨¢rea es de 557 euros y el rendimiento medio es de 300 kilos por hect¨¢rea. Si los agricultores aplican las ense?anzas sostenibles en sus campos, podr¨ªan casi duplicar la producci¨®n y, por tanto, incrementar sus ganancias en un 40%.

De productores a transformadores

Gertruide Dacke llena su bandeja de granos de cacao. Coge uno, da un golpe seco sobre la mesa y lo descascarilla con mucha destreza. Es la supervisora de una plantilla de 60 mujeres que trabajan para Choco Togo, la ¨²nica empresa togolesa que transforma el cacao ecol¨®gico de la regi¨®n en diferentes productos de consumo final como tabletas de chocolate o manteca.

Con sede en Kpalim¨¦ y Lom¨¦, capital de Togo, y una plantilla de 80 trabajadores, esta innovadora empresa fomenta el cultivo del amelonado, apuesta por una producci¨®n local sostenible y promueve la econom¨ªa solidaria. La responsable de calidad, Delia Carmen Diabangouaya, sostiene que decidieron poner sus esfuerzos en la transformaci¨®n de la variedad ecol¨®gica para ¡°ofrecer al consumidor un producto de calidad sin qu¨ªmicos, que no perjudique a la salud¡±.

La compa?¨ªa quiere ¡°apoyar e impulsar las cooperativas que cultivan cacao ecol¨®gico¡± para que no tengan que enfrentarse a los problemas de exportaci¨®n, ni perder beneficios a causa de los intermediarios. En total, los trabajadores transforman ocho toneladas de producto al a?o y las comercializan tanto en el ¨¢mbito nacional como internacional en pa¨ªses de ?frica Occidental y Europa. Desde 2017, trabajan una nueva l¨ªnea de negocio: la exportaci¨®n de habas tostadas a Jap¨®n.

Choco Togo tiene planes ambiciosos para el futuro: seguir desarrollando el concepto de econom¨ªa social, aumentar su capacidad de producci¨®n y diversificarla. Pero, sobre todo, contribuir a que los togoleses disfruten de un chocolate de calidad asequible.

Beneficios de las plantaciones

Seg¨²n el Bar¨®metro del Cacao de 2018, si el sector contin¨²a desarrollando el negocio como hasta ahora, pasar¨¢n d¨¦cadas hasta que se respeten los derechos humanos y se consiga proteger el medioambiente. A este respecto, el fomento e inclusi¨®n de las pr¨¢cticas ecol¨®gicas ayudar¨ªan en la lucha contra el cambio clim¨¢tico y la consecuci¨®n de los Objetivos de Desarrollo Sostenible fijados por Naciones Unidas.

La reducci¨®n de la erosi¨®n y la degradaci¨®n, el aumento de la fertilidad de los suelos y el respeto por la biodiversidad son algunos de los beneficios tangibles en las plantaciones ecol¨®gicas togolesas, y un ejemplo a seguir para los agricultores que se dedican a otros cultivos. Adem¨¢s, la agroecolog¨ªa podr¨ªa frenar la subalimentaci¨®n en el continente, cuya poblaci¨®n se duplicar¨¢ para 2050.

Como afirma Alfonso Molera, t¨¦cnico agr¨®nomo de la GIZ, ¡°la agricultura qu¨ªmica tiene un mayor potencial de producci¨®n a corto plazo, pero si nos fijamos en los costes ambientales, la agricultura ecol¨®gica es m¨¢s rentable y tiene m¨¢s en cuenta a las futuras generaciones.¡±

Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter y Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra newsletter.