El rastro del cromosoma de Hitler
Nuestro ADN revela qui¨¦nes somos y de d¨®nde venimos. Una herencia involuntaria que, en ocasiones, puede querer mantenerse oculta, como en el caso de los parientes de Hitler.
EL ADN es la mol¨¦cula responsable de almacenar la informaci¨®n gen¨¦tica. Si tenemos dos brazos, dos piernas y una cabeza en vez de tent¨¢culos o plumas es porque as¨ª lo ordena el ADN. A pesar de que entre dos personas distintas es pr¨¢cticamente igual, hay unas m¨ªnimas diferencias que explican que unos sean m¨¢s altos o m¨¢s bajos o que algunos tengan m¨¢s propensi¨®n a unas enfermedades que otros. La mayor¨ªa de la informaci¨®n gen¨¦tica se encuentra en unas estructuras llamadas cromosomas de los que tenemos dos copias. Tenemos 23 pares de cromosomas, de los cuales 22 son denominados autos¨®micos y el par 23 es el cromosoma sexual. Cuando se forman las c¨¦lulas germinales (los espermatozoides y los ¨®vulos), hay entrecruzamiento entre los dos cromosomas hom¨®logos, lo que implica que cada cromosoma nuevo sea algo diferente a los que heredamos de nuestros padres. En los ¨®vulos todos los cromosomas sexuales son del tipo X, mientras que en los espermatozoides unos tiene una versi¨®n X y otros una versi¨®n Y. Si el que fecunda el ¨®vulo es un cromosoma Y, tendremos un ni?o, y si es X, ser¨¢ una ni?a. El Y es un cromosoma al que le falta un trozo, por eso los chicos solo tenemos una copia de determinados genes que se sit¨²an en el cromosoma X y sufrimos enfermedades como el daltonismo que las mujeres dif¨ªcilmente padecen.
Un padre transfiere el cromosoma Y a sus hijos varones pr¨¢cticamente intacto
El cromosoma Y tiene otra peculiaridad. Debido a que no tiene hom¨®logo no se recombina: un padre transfiere el cromosoma Y a sus hijos varones pr¨¢cticamente intacto. A esta transmisi¨®n la llamamos herencia patrilineal, y dado que en la mayor¨ªa de culturas los apellidos tambi¨¦n se heredan de padres a hijos, en una zona geogr¨¢fica determinada lo m¨¢s probable es que todos los que comparten el mismo apellido tengan el mismo cromosoma Y, salvo paternidades ileg¨ªtimas.
Esta particularidad ha hecho que exista un cromosoma Y que se ha convertido en una pieza muy cotizada para su estudio, y no es el de Mozart ni el de Einstein. El cromosoma deseado lo portaba uno de los personajes m¨¢s infaustos de la historia. Adolf Hitler era hijo de Alois Hitler y Klara P?lzl. Su padre hab¨ªa tenido una esposa anterior, Franziska Matzleberge, con la que tuvo dos hijos, Angela y Alois. Este ¨²ltimo tuvo a su vez un hijo, William Patrick, nacido en Liverpool. Alois abandon¨® a su esposa y a su v¨¢stago y volvi¨® a Alemania, donde se volvi¨® a casar y tuvo otro descendiente, Heinz Hitler.
Heinz Hitler se convirti¨® en un nazi comprometido y fiel seguidor de su t¨ªo. Muri¨® prisionero de los sovi¨¦ticos durante la Segunda Guerra Mundial. La historia de Willy Hitler, el primer hijo de Alois, fue muy diferente. Se crio en Inglaterra, pero volvi¨® a Alemania en 1933 para tratar de beneficiarse del poder de su t¨ªo, quien lo enchuf¨® en un banco y en la f¨¢brica de autom¨®viles de Opel. Ninguno de estos trabajos le satisfac¨ªa y esto le convirti¨® en una figura muy molesta y trat¨® de chantajear a Hitler con historias oscuras de su familia. Para conseguirle una mejor colocaci¨®n, el dictador le puso como condici¨®n que renunciara a la nacionalidad brit¨¢nica. Willy se oli¨® la trampa y volvi¨® a Inglaterra, donde escribi¨® en contra del nazismo. En 1939 realiz¨® una gira de conferencias por Estados Unidos. El estallido de la Segunda Guerra Mundial le oblig¨® a quedarse all¨ª y, gracias a un permiso del presidente Roosevelt, se alist¨® en la Armada en 1944. Tras dejar el Ej¨¦rcito, se instal¨® definitivamente en el pa¨ªs americano, cambi¨® el apellido por Stuart-Houston, se cas¨® y tuvo cuatro hijos. Uno de ellos falleci¨® en un accidente automovil¨ªstico en 1989. Los tres hijos restantes de William Patrick, sobrinos nietos de Hitler, siguen viviendo en Estados Unidos. Dos son jardineros y el tercero es un psic¨®logo retirado.
?Qu¨¦ particularidad tienen los hermanos Stuart-Houston? Los tres comparten el mismo cromosoma Y de Hitler. Ninguno de ellos tiene descendencia y todos se han negado a ceder material gen¨¦tico para ninguna prueba de ADN ni para que sea conservado. Su material gen¨¦tico es un objeto deseado y cuentan que hasta les roban los pa?uelos usados.?
El otro rastro
El ADN mitocondrial se hereda ¨ªntegro desde la madre a toda la descendencia, varones o hembras, lo cual es muy ¨²til para estudios hist¨®ricos. Cuando en 1991 se identificaron los restos de la familia real rusa, la identidad del zar Nicol¨¢s II se confirm¨® por cotejo con el de Xenia Cheremeteff Sfiri, sobrina bisnieta del zar, con la que compart¨ªa un antepasado materno, Louise de Hesse-Kassel, abuela del zar y tatarabuela de Xenia. Este linaje materno del zar no sirvi¨® para averiguar la identidad de los hijos y hubo que buscar en la l¨ªnea materna. La identidad de la zarina y de sus hijos se confirm¨® al cotejarlo con el ADN mitocondrial del pr¨ªncipe Felipe de Edimburgo, el marido de Isabel II de Inglaterra, sobrino nieto de la zarina Alejandra.
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