Ser un pilar de la econom¨ªa de un pa¨ªs y no ser reconocida
Las precarias condiciones de las mujeres campesinas en el continente asi¨¢tico evidencian c¨®mo el sector de la agricultura es uno de los que mejor refleja la brecha de g¨¦nero
Una mujer asi¨¢tica que viva en el campo pasa entre el 85 y el 90% de su tiempo ocup¨¢ndose de los cultivos, preparando alimentos, buscando agua, cuidando de los ni?os y encarg¨¢ndose de otras tareas dom¨¦sticas. Su jornada laboral puede llegar f¨¢cilmente a las 13 horas en tiempos de cosecha, y nueve de ellas la pasa de pie o en cuclillas trabajando la tierra. Su ingreso diario oscila entre tres y siete euros, en funci¨®n del pa¨ªs. Una cantidad que no hace justicia a su funci¨®n: ellas son los pilares de la seguridad alimentaria de sus pueblos.
Las mujeres, a menudo, ganan menos pese a que producen m¨¢s y la sociedad no otorga a sus opiniones el peso que merecen. Esto es lo que cuenta el ¨²ltimo Informe de G¨¦nero y Desarrollo del Banco Mundial. Hajnalka Petrics, Oficial de Programa (Igualdad de G¨¦nero y Empoderamiento de la Mujer) en la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci¨®n (FAO), es rotunda: ¡°Hoy no hay pa¨ªs que pueda decir que ha logrado la plena igualdad de g¨¦nero ni est¨¦ en camino de hacerlo para 2030, que es la fecha de finalizaci¨®n de la agenda actual de desarrollo sostenible¡±.
El sector de la agricultura es uno de los que mejor refleja esta brecha de g¨¦nero y ?frica subsahariana y el sur de Asia son dos de las zonas m¨¢s problem¨¢ticas. Un art¨ªculo reciente en la revista Nature Food de Nytia Rao, investigadora en la Escuela de Desarrollo Internacional de la Universidad de Anglia del Este (Reino Unido), expone las precarias condiciones de la mujer rural en el continente asi¨¢tico pese a que sea un eslab¨®n esencial de la econom¨ªa. La igualdad no est¨¢ a la vuelta de la esquina aunque haya habido mejoras en los ¨²ltimos 25 a?os, desde que la Conferencia Mundial sobre las Mujeres de Beijing pusiera sobre la mesa fuertes compromisos para lograrla. No siempre se aplican o se entienden las leyes y tampoco parecen ser suficientes.
India es un caso paradigm¨¢tico porque all¨ª el sector de la agricultura es responsable de hasta un 14,6% del PIB, seg¨²n los ¨²ltimos datos disponibles del Banco Mundial (en Espa?a, no supera el 2,8%). En este pa¨ªs, se han aprobado en los ¨²ltimos a?os diversas leyes para mejorar la situaci¨®n de la poblaci¨®n pobre y rural, lo que ha tenido un impacto especialmente positivo en la vida de las mujeres. Dos ejemplos: el reconocimiento del derecho a trabajar cien d¨ªas al a?o ha conseguido que ellas vean reconocida su labor que normalmente era informal; el otro derecho, que les permite llevarse a casa 25 kilos de grano por mes a un precio asequible facilita el sustento de las familias que es prerrogativa de las madres. Una preocupaci¨®n menos para ellas. Ambas medidas son de 2005 (por la Ley de Garant¨ªa Nacional de Empleo Rural de Mahatma Gandhi) y de 2013 (por la Ley Nacional de Seguridad Alimentaria) respectivamente, pero se necesita m¨¢s.
La agricultura en Asia va viento en popa si se atiende al PIB, pero este dato no va en armon¨ªa con la salud de la poblaci¨®n rural, que sigue presentando altas tasas de desnutrici¨®n. Seg¨²n la hip¨®tesis de la autora del art¨ªculo de Nature Food, los productores dan preferencia al mercado global por delante de su propio consumo, y por lo tanto, de su salud. ¡°El sector de la agricultura no recibe suficientes ingresos y ayudas. El principal objetivo de la familia es conseguir dinero para la temporada siguiente, para sus primeras necesidades, la escuela, los gastos sanitarios o para comprarse un m¨®vil o una televisi¨®n¡±, explica Rao.
El mayor problema: la falta de reconocimiento legal
Para empezar, el matrimonio infantil es uno de los grandes desaf¨ªos de las instituciones. Una ni?a casada con 10 a?os y probablemente embarazada pocos a?os despu¨¦s no accede a la educaci¨®n, se aleja de un futuro profesional, pasa a depender de su marido y sufre adem¨¢s graves problemas de salud por no haber completado su desarrollo biol¨®gico. "Es una pr¨¢ctica muy extendida en el sur de Asia e impide a la mujer tener reconocimiento y acceso a los derechos humanos m¨¢s b¨¢sicos", comenta Petrics, de la FAO. En una muestra, casi la mitad de las mujeres de 20 a 24 a?os de la regi¨®n informaron haber sido casadas antes de los 18 a?os, y el 17 % de las ni?as, antes de los 15, seg¨²n Unicef.
Una vez son madres, las mujeres, aunque sean las que m¨¢s tiempo pasan trabajando en el campo mientras sus maridos est¨¢n en las ciudades, carecen de reconocimiento, de protecci¨®n social, de ingresos decentes y sobre todo, de derechos sobre el territorio. ¡°No tienen un t¨ªtulo legal¡±, asegura Rao. ¡°Y ese es el mayor problema, por el que tendr¨ªamos que empezar, pues todo est¨¢ vinculado a la propiedad del campo. No pueden hacer nada¡±, a?ade.
En muchas partes del mundo, la mayor¨ªa de los analfabetos son las mujeres adultas y desconocen sus derechos
Las mujeres tienen sobre el papel el mismo derecho que los hombres sobre la tierra, seg¨²n la Organizaci¨®n de Naciones Unidas (ONU). Entonces, ?por qu¨¦ no se respeta? Petrics contesta que para aplicar las leyes, hay que saber que existen. En zonas remotas y rurales de muchas partes del mundo, el nivel de analfabetismo es alto y afecta en particular a las mujeres adultas. Por eso, las trabajadoras a menudo desconocen sus derechos. ¡°La falta de informaci¨®n y el desconocimiento de sus derechos pueden hacer que las mujeres terminen sin la propiedad de tierras a las que tienen derecho, porque no conocen la ley¡±, explica. Otro aspecto importante que resalta la experta es que, para que las leyes funcionen, deben cumplirse. Para ello, se necesitan mecanismos de aplicaci¨®n y sistemas dotados de personal y adecuadamente financiados, algo que no siempre se tiene.
Seg¨²n la especialista de la FAO, no basta con enfocarse en el empoderamiento individual de las mujeres rurales, aumentar su conciencia y desarrollar sus habilidades t¨¦cnicas si la sociedad no las considera como lo que son: agricultoras. ¡°A menudo, se las ve como ayudantes no remuneradas de la familia debido a las percepciones estereotipadas negativas sobre su papel y su capacidad¡±, comenta.
Todo est¨¢ entrelazado
Aparte de la discriminaci¨®n constante, impl¨ªcita y expl¨ªcita, la falta de educaci¨®n, los problemas de salud y otras carencias diarias, las mujeres rurales tambi¨¦n tienen que enfrentar la violencia machista durante sus jornadas laborales, por ejemplo, si no traen al final del d¨ªa suficiente comida, seg¨²n se?ala el informe de Rao. Los golpes afectan tanto a su capacidad, su bienestar como el de sus hijos. ¡°Si sufren da?os f¨ªsicos es muy duro para ellas salir a trabajar al d¨ªa siguiente y cumplir con su labor¡±, alerta la investigadora. Seg¨²n estudios en India y Banglad¨¦s manejados por la especialista, un 40% de mujeres en esos pa¨ªses sufre violencia f¨ªsica, un problema particularmente severo en las zonas rurales, d¨®nde hay menor educaci¨®n e ingresos.
?Cu¨¢l es la prioridad en las actuaciones para tapar esta brecha? ¡°Todo est¨¢ vinculado. No creo que haya que actuar en un ¨¢mbito antes que en otro, sino en el todo. Pero que pusieran sus nombres como propietarias de los terrenos ya ser¨ªa un buen principio¡±, concluye la autora de la investigaci¨®n. La opini¨®n de Petrics va en la misma l¨ªnea: todos los problemas de estas mujeres se entrelazan. ¡°El verdadero dilema es que, con mayor frecuencia, solo se abordan los s¨ªntomas y no las causas subyacentes o la ra¨ªz. Y no solo se trata del sur Asia, sino de muchas otras regiones. Es un tema complejo y multidimensional. La igualdad de g¨¦nero no es solo una cuesti¨®n social, sino tambi¨¦n de poder y pol¨ªtica¡±, opina. ¡°Y ser¨¢ as¨ª al menos hasta dentro de 100 a?os, fecha en la que el Foro Econ¨®mico Mundial considera que alcanzaremos la igualdad¡±, zanja.
Dos iniciativas mundiales para dar reconocimiento a la mujer
La FAO reconoce que la desigualdad persistente entre mujeres y hombres es una de las principales ra¨ªces del bajo rendimiento de la agricultura en muchos pa¨ªses. Para paliar este problema, la FAO aplica enfoques hol¨ªsticos e integrados para promover la igualdad de g¨¦nero y el empoderamiento de las mujeres.
En primer lugar, junto con el Fondo Internacional de Desarrollo Agr¨ªcola (FIDA) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la FAO lanz¨® en 2019 un programa conjunto financiado por la Uni¨®n Europea para incorporar enfoques transformadores en los di¨¢logos pol¨ªticos, en sus culturas institucionales y en su trabajo para acabar con la brecha. El objetivo general es aumentar la contribuci¨®n en l¨ªnea con el segundo objetivo de los ODS, abordando las causas profundas de desigualdad para desencadenar cambios en el empoderamiento de las mujeres y las ni?as en sus hogares, en las comunidades y en la sociedad en general.
A la otra iniciativa global en marcha se une tambi¨¦n Espa?a ya que, en colaboraci¨®n con la FAO, FIDA y el PMA, el pa¨ªs ha sido uno de los proponentes de un flujo de trabajo sobre igualdad de g¨¦nero y empoderamiento de mujeres en el contexto de seguridad alimentaria y nutricional del Comit¨¦ de Seguridad Alimentaria Mundial (CFS, por sus siglas en ingl¨¦s). El objetivo es desarrollar un conjunto de directrices voluntarias para orientar sobre igualdad de g¨¦nero y empoderamiento de las mujeres y para identificar intervenciones transformadoras que puedan eliminar la discriminaci¨®n estructural contra las mujeres y las ni?as y mejorar la seguridad alimentaria y la nutrici¨®n.
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