Poner l¨ªmites a los ni?os sin castigos, un desaf¨ªo para los padres en la cuarentena y siempre
Cosas que podemos hacer para establecer normas en casa con nuestros hijos de manera sana y respetuosa
Unos d¨ªas atr¨¢s tuve la gran suerte de mantener una agradable e interesante conversaci¨®n a trav¨¦s de un directo en mi cuenta de Instagram con mi buen amigo el psic¨®logo Alberto Soler. Hablamos y reflexionamos en torno a los l¨ªmites de los ni?os. Hay algunas familias que establecen muchos l¨ªmites de manera r¨ªgida y, en el otro extremo, nos encontramos con otras familias que apenas establecen l¨ªmites. Ambos casos, extremos de un continuo, generan en los ni?os mucha ansiedad, por lo que lo ideal es posicionarse en un punto medio: debemos establecer l¨ªmites de manera sana y respetuosa a nuestros hijos pero sin caer en los extremos. Ahora bien, ?por qu¨¦ es necesario que nuestros hijos tengan l¨ªmites? Kontxin Roger establece una interesante met¨¢fora para entender la importancia de establecer adecuadamente los l¨ªmites. Imagina que viajas a un pa¨ªs que est¨¢ en guerra. La verdad es que no nos sentir¨ªamos muy seguros ni tranquilos en ese lugar, pero nos informan de que nos han asignado a una persona que velar¨¢ por nuestra seguridad. Entre disparos por un sitio y por otro, con tanta incertidumbre, nos disponemos a preguntarle a nuestro protector por donde debemos ir y qu¨¦ lugares debemos evitar para no poner en peligro nuestra vida, a lo que nos responde: cari?o, podemos ir por donde a ti te apetezca. No sentir¨ªamos ninguna tranquilidad, ?verdad? Ante potenciales peligros, como ocurre en nuestra vida cotidiana, necesitamos de alguien experto que nos indique qu¨¦ cosas son seguras y cu¨¢les son peligrosas. Esa es una de las funciones de las madres y los padres. Por lo tanto, los l¨ªmites son necesarios pero debemos aprender a ponerlos en marcha de manera sensible, respetuosa y adecuada.
Los l¨ªmites ayudan a nuestros hijos a saber lo que se puede y lo que no se puede hacer, lo que es positivo para ellos y lo que es negativo. Los establecemos por su seguridad. Aun as¨ª, nuestros hijos siempre quieren saltarse los l¨ªmites y las normas que establecemos. Los l¨ªmites ayudan a nuestros hijos a aprender las normas sociales y las normas que consideramos relevantes en nuestra casa, por lo que fomentan su autonom¨ªa pero de manera segura. Existen tres grandes tipos de l¨ªmites:
- L¨ªmites naturales: este tipo de l¨ªmites y consecuencias aparecen de manera natural ante una determinada conducta. Por ejemplo, si nuestro hijo decide salir a la calle en pleno mes de diciembre sin su abrigo, la consecuencia natural es que, probablemente, pasar¨¢ fr¨ªo. Las consecuencias del incumplimiento de estos l¨ªmites no est¨¢n determinadas ni por la sociedad ni por nuestra familia. Est¨¢ bien que determinadas consecuencias las experimenten nuestros hijos de manera natural, pero en ocasiones no podemos permitir que sea as¨ª. Por ejemplo, si nuestra hija de dos a?os quiere cruzar sola la carretera, la consecuencia natural m¨¢s probable es que un coche la atropelle o, en el mejor de los casos, nos llevemos un buen susto. En estos casos no podemos permitir que nuestros hijos experimenten la consecuencia natural de sus decisiones, pues no son conscientes de ellas.
- L¨ªmites sociales: son marcados por la sociedad de manera impl¨ªcita. Aunque a veces se hagan expl¨ªcitos, suelen ser l¨ªmites o normas que consideramos de educaci¨®n o sentido com¨²n. Por ejemplo, no est¨¢ escrito en ning¨²n sitio que cuando nos encontramos con un vecino en el ascensor haya que saludarle cort¨¦smente pero es una norma de convivencia y educaci¨®n. No son normas que las decidamos los padres. Lo que s¨ª que hacemos es transmit¨ªrselas a nuestros hijos y tratar de que las vayan interiorizando paulatinamente.
- L¨ªmites de cada familia: adem¨¢s de los l¨ªmites naturales y sociales, cada uno en su casa establece una serie de normas idiosincr¨¢ticas y ¨²nicas en funci¨®n de su manera de ver la vida y la crianza. Por ejemplo, hay familias que no permiten ver la televisi¨®n entre diario y otras s¨ª; hay padres que dejan que sus hijos se levanten de la mesa una vez que han acabado de comer y otros no. ?Os parece adecuado que vuestros hijos salten en las camas o en los sof¨¢s? Este tipo de l¨ªmites son muy particulares de cada familia.
Como podemos ver, los l¨ªmites y las normas se establecen siguiendo tres criterios b¨¢sicos: salud, seguridad y respeto. Si est¨¢ en juego la salud, la seguridad o el respeto tanto del menor como del resto de personas, debemos poner un l¨ªmite o establecer una serie de normas. Creo que un ejercicio imprescindible a la hora de poner normas a nuestros hijos y establecer una serie de l¨ªmites es sentarnos junto a nuestro marido o nuestra mujer y hablar abiertamente de ellos para definirlos de manera expl¨ªcita y acordar cu¨¢les son imprescindibles y cu¨¢les son prescindibles. Es importante que reine el respeto, la flexibilidad y el sentido com¨²n a la hora de establecerlos.
?Por qu¨¦ a los ni?os les cuesta tanto acatar los l¨ªmites?
El desarrollo del cerebro nos da algunas claves para entender y comprender el motivo por el cual tiendan a saltar la l¨ªnea roja que separa lo permitido de lo inadmisible. En primer lugar, su curiosidad y su car¨¢cter explorador les llevan a hacer cosas que quiz¨¢s sean peligrosas aunque ellos desconozcan las repercusiones de meter los dedos en el enchufe o tirar una maceta por la terraza. En los primeros meses y a?os de vida se produce una proliferaci¨®n de neuronas excitatorias en sus cerebros, las cuales invitan al menor a la acci¨®n. No es hasta los tres a?os que comienza la proliferaci¨®n de neuronas inhibitorias que permitir¨¢n, si el menor se desarrolla en un ambiente donde reinan los buenos tratos, frenar la acci¨®n impulsiva que le viene de las zonas m¨¢s primitivas de su cerebro. Adem¨¢s, ya para terminar de redondear la explicaci¨®n, los ni?os viven en el aqu¨ª y el ahora (presente), activando sus cerebros calientes, y no son capaces de prever las consecuencias de sus acciones (futuro).
Una vez establecidas las normas, ?qu¨¦ pasar¨ªa si nuestros hijos se saltan a la torera los l¨ªmites? En primer lugar, tengamos en cuenta que esto es lo normal. Los ni?os constantemente se quieren saltar las normas y est¨¢n haciendo de las suyas. Esto es lo normativo y lo deseable, aunque como padres nos complique la tarea. Lo contrario ser¨ªa lo preocupante. Es frecuente, en la sociedad en la que vivimos, que un ni?o que no cumple con las normas sea castigado. Es lo normal, estad¨ªsticamente hablando, porque todos hemos sido castigados de peque?os y tendemos a hacer lo que hicieron con nosotros. Es por ello por lo que el castigo como consecuencia (artificial) sea uno de los m¨¦todos m¨¢s frecuentes de sancionar la conducta inadecuada del ni?o. La consecuencia es natural, mientras que el castigo es artificial. Constantemente estamos dici¨¦ndoles a nuestros hijos y alumnos que se porten bien. Personalmente, es un t¨¦rmino que no me gusta, pues solo se centra una parte muy concreta de la persona: la conducta. Es como tratar de describir al r¨ªo Ebro solo por c¨®mo desemboca en el Delta del Ebro. Injusto, ?no os parece?
Lo mismo solemos hacer con los ni?os. Les evaluamos por sus comportamientos, acciones, bolet¨ªn de notas y s¨ªntomas (punta del iceberg). No tenemos en cuenta lo que hay detr¨¢s de todo esto, que no se ve pero es lo m¨¢s importante. Creo que la frase archiconocida de p¨®rtate bien tiene que ver m¨¢s con la comodidad del adulto que con cubrir las necesidades del menor. Si lo interpret¨¢ramos bien, entender¨ªamos que lo que conocemos como ¡°mala conducta¡± es un mensaje de SOS del ni?o hacia quien lo pueda captar y hacerse cargo de ¨¦l.
Si nos centramos en el cerebro del ni?o que est¨¢ siendo castigado, las investigaciones demuestran que activan su cerebro inferior y, por lo tanto, lo predisponen a huir, atacar o quedarse paralizado. Si queremos que nuestros hijos aprendan de las consecuencias de sus actos, el castigo no es buena idea ya que no permite al ni?o razonar ni pensar, le invita a reaccionar instintivamente. Por lo tanto, aunque el castigo sea lo m¨¢s r¨¢pido para acabar con la conducta inc¨®moda para el adulto no es la mejor opci¨®n, adem¨¢s de vulnerar los derechos del ni?o, va en contra de los estudios neurocient¨ªficos y el sentido com¨²n.
?Qu¨¦ cosas podemos hacer los padres?
Ya hemos visto la importancia de los l¨ªmites, los diferentes tipos que existen, por qu¨¦ a los ni?os les cuesta tanto cumplir con las normas y que una de las maneras m¨¢s habituales de reaccionar ante el incumplimiento de las normas establecidas es castigar pero, ?qu¨¦ cosas podemos hacer los padres para poner en marcha normas y l¨ªmites en nuestros hijos de manera sana y respetuosa? Aqu¨ª esbozo algunas ideas que os pueden ayudar:
- Imprescindibles: los l¨ªmites son necesarios, aunque ni te quedes corto ni te pasas estableci¨¦ndolos.
- Comunicaci¨®n en la pareja: conversa y discute con tu pareja qu¨¦ l¨ªmites y normas se van a establecer en casa.
- Respeto: establece l¨ªmites a tus hijos de manera calmada y respetuosa.
- Necesidades: a la hora de poner una serie de l¨ªmites, ten en cuenta las necesidades que tienen tus hijos en funci¨®n de la etapa en la que est¨¢n.
- L¨ªnea roja: los ni?os siempre tratan de no cumplir con lo que se espera de ellos y tratar¨¢n de saltarse los l¨ªmites. Es s¨ªntoma de que todo va bien.
- Castigos: el castigo es algo muy habitual y normal en nuestra sociedad. Que sea as¨ª, no quiere decir que sea lo correcto y lo esperable.
- Reacciones ante el castigo: cuando un ni?o es castigado tiene ganas de huir, atacar (revancha) o se queda paralizado debido al gran miedo que experimenta.
- Flexibilidad: recuerda, los l¨ªmites que se ponen ahora se pueden cambiar en un futuro.
- Consecuencias naturales y l¨®gicas: intenta sustituir los tradicionales castigos tan ineficaces por consecuencias naturales y l¨®gicas.
- Conecta y redirige: ante el incumplimiento del l¨ªmite o la mala conducta, trata de calmar, devolver al equilibrio y luego redirige para que en un futuro entienda que el l¨ªmite es una manera de decirle te quiero.
- Educar es invertir en futuro: aunque estemos todo el d¨ªa educando a nuestros hijos, no veremos los resultados de lo que hoy hacemos hasta dentro de un tiempo.
- Calma: tu calma es su calma. No podemos calmar si nosotros no estamos relativamente tranquilos.
- Emoci¨®n y conducta: diferencia entre la emoci¨®n que tiene tu hijo (rabia) de su conducta (agresiva o rabiosa). Se puede se?alar la conducta pero jam¨¢s a la emoci¨®n o a la persona.
- Mirada incondicional: a pesar de que no se porten como t¨² quieres que lo hagan, no establezcas condiciones a dedicarles tiempo, respeto y amor incondicional.
Espero que este art¨ªculo haya servido para aclarar algunos dudas con relaci¨®n a los l¨ªmites y os ayuden a establecer una normas sanas, respetuosas y adaptadas a las necesidades de tus hijos. Gracias a mi colega y buen amigo Alberto Soler por ayudarme a reflexionar sobre este tema esencial en la educaci¨®n y crianza de nuestros hijos.
Rafa Guerrero es psic¨®logo y doctor en Educaci¨®n. Director de Darwin Psic¨®logos. Miembro de la Sociedad Espa?ola de Medicina Psicosom¨¢tica y Psicoterapia. Autor de los libros ¡°Educaci¨®n emocional y apego. Pautas pr¨¢cticas para gestionar las emociones en casa y en el aula¡± (2018), ¡°Cuentos para el desarrollo emocional desde la teor¨ªa del apego¡± (2019), ¡°C¨®mo estimular el cerebro del ni?o¡± (2020) y ¡°Educar en el v¨ªnculo¡± (2020).
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