La literatura infantil y juvenil en tiempos de pandemia
En Espa?a hay alrededor de 400 librer¨ªas independientes dedicadas en parte o por completo al mundo de los ni?os y adolescentes
La librer¨ªa infantil Kirik¨² y la Bruja, situada en el barrio de Estrella de Madrid, cerr¨® sus puertas, abiertas en 2003, obligada por la declaraci¨®n del Estado de Alarma del 13 de marzo. Su due?a, Ester Madro?ero, apost¨® inmediatamente por un ERTE para ella y sus dos empleadas porque ¡°aguantar sin facturar y sin poder asegurar los sueldos supon¨ªa poner en mucho riesgo la empresa¡±. Desde entonces solo atiende temas administrativos y de comunicaci¨®n ya que ha decidido no hacer venta online: ¡°no me parece coherente quedarnos todos en casa y que los transportistas vayan y vengan. No quiero poner en riesgo a nadie y, aunque pierda ventas, me parece que son mucho m¨¢s importantes los principios y la salud¡±, explica por tel¨¦fono a EL PA?S.
Seg¨²n datos de la Confederaci¨®n Espa?ola de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL), en Espa?a hay 3.556 librer¨ªas independientes operativas. De ellas, aproximadamente el 40% son especializadas o generales con especializaci¨®n, de las que un 28% est¨¢n dedicadas a la literatura infantil y juvenil (LIJ). Es decir, podemos decir que en Espa?a hay alrededor de 400 librer¨ªas independientes dedicadas en parte o por completo al mundo LIJ.
¡°Todas las librer¨ªas infantiles y juveniles que yo conozco lo est¨¢n pasando mal, pero somos muy resilientes y cabezones, personas muy ricas en alma y muy pobres en dinero¡±, ironiza Madro?ero, que cree que pueden aguantar dos o tres meses con las librer¨ªas cerradas, aunque ve con m¨¢s escepticismo el d¨ªa despu¨¦s: ¡°Cuando abramos no sabemos muy bien qu¨¦ mundo nos vamos a encontrar. Nuestra fuerza es la cercan¨ªa con el p¨²blico. Adem¨¢s de que las librer¨ªas infantiles, desde hace mucho tiempo, ya no somos solo punto de venta, sino que tambi¨¦n somos centros culturales, creamos muchas acciones de animaci¨®n a la lectura para vincular a los ni?os con los libros. Si eso no se puede hacer a partir de ahora¡¡±.
A la responsable de Kirik¨² y la Bruja, en ese sentido, no le preocupa tanto los guantes y las mascarillas (¡°la gente ya lo ha normalizado¡±) como la distancia social, que puede provocar que el ritmo de atenci¨®n al p¨²blico se reduzca y, con ello, el volumen de negocio, lo que puede acabar repercutiendo directamente, en puro efecto domin¨®, en las editoriales, sobre todo en las m¨¢s peque?as. ¡°En la autoedici¨®n y en los bestsellers no va a haber problema, porque la gente los compra donde haga falta. Lo que peligra es la diversidad, el descubrimiento de un libro que ni siquiera sabes que existe, ese trabajo que hacemos los libreros en nuestra mediaci¨®n con los ni?os¡±, reflexiona Madro?ero.
¡°Una cadena de precariedad¡±
El pasado 23 de abril, con motivo del D¨ªa del Libro, m¨¢s de 300 editores, libreros y distribuidores lanzaron un manifiesto alertando precisamente de la p¨¦rdida de diversidad y pluralidad que puede acarrear esta crisis si no se toman medidas en beneficio del sector editorial. El manifiesto parti¨® de la Asociaci¨®n ??lbum!, que re¨²ne en su seno a 23 editoriales independientes de Literatura Infantil y Juvenil, la mayor¨ªa de ellas peque?os proyectos emprendedores con entre uno y tres empleados.
El hecho de que sean editoriales tan peque?as, ?las hace m¨¢s vulnerables a la crisis?, preguntamos a Fernando Diego Garc¨ªa, presidente de ??lbum! y director de la editorial Libros del Zorro Rojo. ¡°S¨ª y no¡±, responde el editor, que considera que los grandes grupos editoriales ¡°tienen m¨¢s m¨²sculo financiero y m¨¢s posibilidades de conseguir financiaci¨®n¡±, pero que los peque?os, en cambio, tienen otras ventajas para hacer frente a la situaci¨®n como ¡°una estructura m¨¢s peque?a y una partida de gastos fijos no tan pesada¡±. Su opini¨®n la comparte Ricard Peris, editor de Andana, que considera que el comportamiento de los ni?os durante esta crisis puede ser una buena met¨¢fora de la que las editoriales pueden sacar aprendizajes: ¡°Los ni?os tienen una alta capacidad de adaptaci¨®n y viven el presente de la mejor forma posible y yo creo que los peque?os editores, aunque aparentemos ser m¨¢s vulnerables, en realidad, por nuestra capacidad de adaptaci¨®n y por la vocaci¨®n que tenemos por hacer este oficio por pasi¨®n, lo que nos lleva a vivir el d¨ªa a d¨ªa con ilusi¨®n, podemos ser los mejor preparados para esta situaci¨®n¡±.
Pese a esa vocaci¨®n, no obstante, los n¨²meros a medio plazo pueden no cuadrar y ninguna de las fuentes consultadas descarta que alguna editorial o librer¨ªa del mundo LIJ pueda caer a consecuencia de la crisis. ¡°En estos momentos la situaci¨®n no es tan catastr¨®fica como en otros sectores porque aqu¨ª vivimos de lo que pas¨® hace tres meses. El problema vendr¨¢ dentro de tres meses, tras el verano, cuando encaremos la campa?a de Navidad, una de las m¨¢s importantes para nosotros, ya que no tendremos los fondos de la primavera (d¨ªas del libro, ferias, etc.). Es en ese momento donde se puede complicar la situaci¨®n¡±, concede Peris.
Los vaticinios m¨¢s pesimistas en el sector hablan de que incluso la campa?a de Navidad podr¨ªa verse afectada. ¡°Si es as¨ª, vamos a estar bastante fastidiados, tanto las librer¨ªas como los editores, porque las librer¨ªas son nuestro canal de venta. Por mucho que se venda por plataformas online, en ning¨²n caso se puede compensar la p¨¦rdida que tenemos en venta de libros en espacios f¨ªsicos¡±, asegura Luis Manuel Larraza, editor de Bookolia.
Fernando Diego Garc¨ªa ejemplifica este argumento. Los ERTE y el auxilio financiero prometido por el Gobierno pueden garantizar la supervivencia de las editoriales en estos primeros meses de par¨¢lisis casi total. El problema, insiste, es que nadie sabe c¨®mo va a ser la situaci¨®n de mercado en septiembre. ¡°Supongamos, por ejemplo, que hay una campa?a en Navidad con limitaciones por el distanciamiento social y el sector factura en conjunto el 60% de lo que factur¨® el a?o pasado. ?Cu¨¢ntas empresas podr¨ªan soportar una situaci¨®n as¨ª y por cu¨¢nto tiempo? Ah¨ª entrar¨¢ en juego el respaldo financiero que tenga cada cual, pero sobre todo la capacidad de poder ir ajustando los costes de manera proporcional. El problema es que ya sabemos que ajustar gastos tiene como consecuencia que un mont¨®n de gente pierde su trabajo y sus ingresos, ya que salen menos proyectos y por tanto menos autores pueden contar con recursos. Es una cadena de precariedad que se va instalando a lo largo de toda la cadena del libro¡±, argumenta.
Compra p¨²blica a trav¨¦s de las librer¨ªas como medida fundamental
Adem¨¢s del apoyo financiero a trav¨¦s de cr¨¦ditos a inter¨¦s cero, el sector editorial infantil y juvenil ha hecho una reclamaci¨®n muy importante para que, como m¨ªnimo, se recupere el presupuesto destinado para adquisiciones para bibliotecas p¨²blicas y escolares que hab¨ªa en 2009, a?o a partir del cual esa partida empez¨® a caer de manera dr¨¢stica. ¡°Queremos que haya ambiciosos programas para reequipar las bibliotecas p¨²blicas y escolares¡±, afirma el presidente de ??lbum!, que considera que esos programas deben dar un salto cualitativo y recoger el esp¨ªritu de los que rigen en muchos pa¨ªses de Am¨¦rica Latina, donde se crean comit¨¦s de expertos en LIJ que eval¨²an y preseleccionan los libros para que las bibliotecas tomen sus decisiones alimentadas por el input de los especialistas. ¡°Ese es un punto muy importante para evitar que los grupos editoriales m¨¢s poderosos, con sus aparatos comerciales y promocionales, acaparen este mercado. Si no hay un proceso de selecci¨®n en el que prime la calidad es muy dif¨ªcil que las peque?as editoriales tengan cabida¡±, explica Fernando Diego Garc¨ªa, que considera ¡°fundamental¡± que esas compras p¨²blicas se canalicen ¡°siempre¡± a trav¨¦s de las librer¨ªas: ¡°No se debe saltar ning¨²n eslab¨®n de la cadena porque eso es lo que permite un reparto arm¨®nico de los recursos entre todos los sectores¡±.
Su opini¨®n la comparten el resto de editores consultados. Tambi¨¦n Ester Madro?ero, que cuenta c¨®mo en 2003, cuando puso en pie su librer¨ªa, la compra de libros por parte de bibliotecas de la zona hicieron viable su proyecto y le permitieron desarrollar el amplio abanico de actividades culturales de fomento de la lectura que ten¨ªa en marcha hasta el cierre obligado del local. ¡°Mientras el mundo se normaliza un poco es fundamental que las instituciones p¨²blicas apoyen comprando a trav¨¦s de las librer¨ªas el fondo para las bibliotecas. Eso nos dar¨¢ un respiro, un margen hasta que el mundo se calme¡±, afirma.
Luis Larraza, por su parte, destaca la importancia de esta medida por el hecho de que las librer¨ªas ¡°son la pata m¨¢s endeble¡± de una cadena que los puede arrastrar a todos: ¡°Si no se toman medidas las peque?as editoriales iremos detr¨¢s porque nuestra facturaci¨®n depende mayoritariamente de las librer¨ªas. Si ellas no facturan, nosotros tampoco. Es una cadena en la que todos los eslabones estamos muy imbricados. Si uno falla, se cae todo el equipo¡±.
?Y parar la burbuja de la novedad?
Seg¨²n datos de la Federaci¨®n de Gremios de Editores de Espa?a, en 2018 se editaron 76.202 libros en Espa?a (un 12% menos que en 2017) de los que un 15,7% (8.963) pertenec¨ªan al sector de la literatura infantil y juvenil. Pese al descenso, la cifra sigue siendo alt¨ªsima, casi 200 nuevos t¨ªtulos de media a la semana.
¡°Lo fundamental, y eso est¨¢ en el esp¨ªritu del manifiesto que hicimos p¨²blico el 23 de abril, es poder tener un espacio de reflexi¨®n con las librer¨ªas independientes para juntos discutir de qu¨¦ manera se reformula el modelo de negocio editorial para que sea viable dada la nueva coyuntura¡±, afirma Fernando de Diego. En esa reformulaci¨®n, cabe saber si entrar¨ªa poner freno de alg¨²n modo a la locura de t¨ªtulos que se publican. ¡°Mi sensaci¨®n es que va a haber una actitud de mucha precauci¨®n en relaci¨®n con el segundo semestre. Eso seguro. De ah¨ª en adelante es un tema en el que es dif¨ªcil que se d¨¦ un entendimiento simult¨¢neo y conjunto de una mayor¨ªa de editores para publicar menos, sobre todo porque los grandes no lo har¨¢n y ocupar¨¢n m¨¢s cuota de mercado. Todos sabemos que es un problema estructural que afecta al mercado editorial, pero es muy dif¨ªcil de resolver porque depende de una multitud de decisiones empresariales individuales¡±, responde.
Una visi¨®n que comparte Ester Madro?ero, que como librera ha llegado a una conclusi¨®n: que si el comercial de turno de una distribuidora que lleva varias editoriales no le visita porque no tiene ninguna novedad que ense?arle, ella se acaba olvidando de esa editorial. ¡°Los comerciales me hacen frenar, me obligan a mirar los libros. Mi experiencia es que, si no hay comercial, no te acuerdas de la editorial. Entonces, ?qui¨¦n es el guapo que deja de editar?¡±, se pregunta.
Una cuesti¨®n que tambi¨¦n se formula Luis Larraza, que afirma que la industria editorial ¡°estaba muy sobreexcitada¡± en cuanto al n¨²mero de publicaciones, pero reconoce que como editor ¡°es muy dif¨ªcil escapar a esa vor¨¢gine porque el mercado te lo va exigiendo¡±.
Ricard Peris, por ¨²ltimo, anima a hacer autocr¨ªtica y explica que uno de sus deseos es que esta crisis ayude a revalorizar los fondos editoriales: ¡°Hay grandes libros que se est¨¢n perdiendo por la epidemia de la novedad que hace a?os afecta al mundo editorial. Es cierto que no todo el fondo merece ser revalorizado y que hay novedades muy necesarias, pero este par¨®n puede ayudarnos a reflexionar al respecto¡±. En todo caso, el editor de Andana destaca la importancia de invertir en educaci¨®n ¡°para crear nuevos lectores¡± a trav¨¦s de acciones y programas que acaben con lo que considera ¡°una paradoja de efecto letal¡±: "cada vez m¨¢s novedades y cada vez menos lectores".
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