La escasez de Caracas en tiempos de pandemia

El regreso a la calle y la vida p¨²blica suena a¨²n muy lejano para Am¨¦rica Latina, actual epicentro de la covid-19. La regi¨®n ya ha superado los 59.000 fallecidos, y Brasil es el pa¨ªs que archiva m¨¢s de 42.800 muertos, a 14 de junio. La situaci¨®n de este pa¨ªs se ha visto agravada con la decisi¨®n de su actual presidente ultraderechista, Jair Bolsonaro, quien abiertamente se ha opuesto al confinamiento que han decretado varios alcaldes y gobernadores siguiendo las pautas de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) y la comunidad cient¨ªfica internacional.

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Mientras que por un lado, Brasil ostenta el mayor n¨²mero de muertes, por el otro, Venezuela es uno de los pa¨ªses de Latinoam¨¦rica que menos casos y fallecidos por coronavirus ha notificado (poco m¨¢s de tres mil contagios y 24 decesos). Sin embargo, la Organizaci¨®n Panamericana de la Salud (OPS) considera que Venezuela es uno de los pa¨ªses potencialmente m¨¢s vulnerables de toda la regi¨®n; no solo por la falta de recursos m¨¦dicos, su capacidad para albergar enfermos, las graves deficiencias del sistema de salud p¨²blica, y la imposibilidad de ofrecer un conteo preciso de los casos detectados, sino porque, adem¨¢s, debe considerarse la grave crisis que atraviesa desde hace a?os.

Ya antes de la pandemia, varias organizaciones, como el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas (WFP), alertaron que un tercio de la poblaci¨®n venezolana se hallaba en situaci¨®n de inseguridad y riesgo alimentario.

En 2019 se registraron 1.777 protestas por falta de agua en el pa¨ªs, una cifra que aumenta a?o tras a?o, seg¨²n el informe anual del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social. De hecho, la crisis del coronavirus no ha frenado a los caraque?os a tomar las calles para protestar por la escasez de este recurso, ya que la situaci¨®n lleg¨® a niveles cr¨ªticos despu¨¦s de una explosi¨®n en la sala de bombeo de uno de los sistemas de suministro que dej¨® gran parte de la capital sin agua durante el pasado mes de mayo.

El problema del deterioro de la infraestructura de distribuci¨®n de agua no es nuevo en Venezuela y, hoy por hoy, golpea m¨¢s que nunca a los venezolanos por la epidemia. Es decir, esta carencia impide el cumplimiento de las medidas de prevenci¨®n, como el lavado de manos y la higiene ¡ªuna de las principales recomendaciones en la que m¨¢s se ha insistido para prevenir contagios¡ª. Pero, adem¨¢s del problema del suministro, Venezuela se enfrenta a una grave escasez de combustible, que impide el transporte de mercanc¨ªas del campo a la ciudad, dificulta el desplazamiento de los sanitarios a sus puestos de trabajo, y evidentemente, tambi¨¦n paraliza el transporte p¨²blico terrestre.

Desde el descubrimiento de los yacimientos de petr¨®leo durante la d¨¦cada de 1920, la gasolina se convirti¨® en el motor del pa¨ªs, transform¨¢ndose en una superpotencia petrolera. Desde la d¨¦cada de 1970, el Estado venezolano ha tenido el monopolio de la venta de gasolina y siempre asegur¨® que los venezolanos tuvieran el dep¨®sito lleno a un precio muy reducido. La gasolina barata est¨¢ totalmente arraigada en la identidad nacional, pero, lo que ha sido la se?a de identidad del pa¨ªs ¡ªconseguirla pr¨¢cticamente gratuita¡ª est¨¢ llegando a su fin. El expolio de la petrolera estatal (PDVSA), la mala gesti¨®n, el deterioro de todas las instalaciones as¨ª como los incesantes casos de corrupci¨®n han llevado al colapso de las refiner¨ªas, sumado con las sanciones de Estados Unidos.

As¨ª, desde el 1 de junio de este a?o la participaci¨®n del sector privado en la venta de crudo supone una ruptura con lo que ha sido la pol¨ªtica de estado durante m¨¢s de cinco d¨¦cadas. Muchos expertos aseguran que la situaci¨®n de la covid-19 ha sido beneficiosa para el actual Gobierno de Maduro, ya que es una oportunidad para implementar lo que ya se quer¨ªa implementar desde hace tiempo en el pa¨ªs.

Pero, ?qui¨¦n podr¨¢ afrontar este aumento de gasolina en medio de esta crisis?

Las sanciones, las crisis internas y la situaci¨®n de emergencia que atraviesa Venezuela desde hace a?os dificulta la cooperaci¨®n y directamente repercuten a la poblaci¨®n m¨¢s vulnerable. Ya no solo se trata de la crisis sanitaria del coronavirus, sino de la inestabilidad pol¨ªtica, la precariedad social y econ¨®mica, la escasez de gasolina, el colapso de servicios, cortes de agua, electricidad, etc. No tan solo es una cuesti¨®n econ¨®mica, sino que tambi¨¦n es una cuesti¨®n social.

En este contexto de precariedad, donde los cuidados son necesarios, la Organizaci¨®n Panamericana de Salud estima que un 30% de la poblaci¨®n de toda la regi¨®n de Am¨¦rica Latina y El Caribe no tiene acceso a la atenci¨®n de salud debido a razones econ¨®micas. Tal y como se explica en este art¨ªculo de CLACSO, en Chile, por ejemplo, siendo el segundo pa¨ªs de Am¨¦rica Latina con mayor gasto per c¨¢pita de salud p¨²blica, el acceso no es igual para todos debido al nivel de privatizaci¨®n de la Sanidad, generando un problema para los m¨¢s despose¨ªdos. En un contexto en el que los Estados no invierten en salud p¨²blica de calidad y acceso universal, es evidente que hoy por hoy, el abandono al sistema sanitario y la asistencia social se paga muy caro.

Este nuevo escenario global es necesario tomar medidas urgentes para evaluar los impactos que pueden afectar a toda la regi¨®n. En este sentido, la Comisi¨®n Econ¨®mica para Am¨¦rica Latina y el Caribe (CEPAL) ha desarrollado un observatorio donde se monitorean y recopilan todas las pol¨ªticas p¨²blicas que se est¨¢n llevando a cabo en los 33 pa¨ªses de la regi¨®n para limitar el impacto de la pandemia, as¨ª como el an¨¢lisis de los impactos econ¨®micos y sociales que van a tener en lo nacional y sectorial.

Esta crisis afectar¨¢ no solo a Venezuela, sino a todos los pa¨ªses de la regi¨®n que, de un modo u otro, est¨¢n expuestos abiertamente a las oscilaciones del precio del petr¨®leo y son totalmente dependientes de este recurso natural, ya que lamentablemente, el petr¨®leo repercute, en muchos pa¨ªses, en todos los aspectos de la vida p¨²blica: sanidad, econom¨ªa, educaci¨®n... El petr¨®leo ha sido el catalizador de la regi¨®n durante casi un siglo y, quiz¨¢, ha llegado el momento en el que se deba dejar atr¨¢s la idea de hacer de este recurso no renovable y de existencia limitada el motor de la regi¨®n.