Supermercados con productos locales y sin pl¨¢sticos

?msterdam, Par¨ªs o Berl¨ªn inauguraron hace entre dos y cinco a?os sus supermercados sin pl¨¢sticos. Productos a granel, de cercan¨ªa, sin envases ni bolsas de pl¨¢stico son la marca de estos comercios. Y, si bien no es nada nuevo ¡ªquiz¨¢ se trata, en cierto modo, de recuperar el funcionamiento de los mercados antiguos¡ª la necesidad de reducir el pl¨¢stico es un tema que vuelve a estar sobre la mesa. La pandemia del coronavirus ha hecho m¨¢s visibles, entre otros, los residuos pl¨¢sticos, y la necesidad de compras que velen por nuestra salud y la del planeta.

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Y es que, en muy poco tiempo, el pl¨¢stico ha llegado a la vida humana y se ha instalado en ella. Resulta sorprendente pensar que hasta inicios del siglo XX no conoc¨ªamos este derivado del petr¨®leo, con el que en tan poco tiempo hemos inundado nuestra cotidianeidad. La producci¨®n en masa de pl¨¢sticos comenz¨® hace tan solo seis d¨¦cadas, pero su crecimiento ha sido exponencial. Y, si en 1950 la producci¨®n en el mundo era de 1,7 millones de toneladas, en 2016 ya era de 335 millones. Recientemente, el ge¨®logo Jan Zalasiewicz ha calculado que con el pl¨¢stico que la humanidad ha producido desde mediados del siglo XX, se podr¨ªa envolver el planeta con una fina capa de film transparente, como el que se emplea para proteger la comida.

Seg¨²n la ONU, adem¨¢s, la mitad del pl¨¢stico que usamos est¨¢ dise?ado para un solo uso, de modo que la cantidad de residuos pl¨¢sticos es descomunal. Se calcula que de las?8.300 millones de toneladas m¨¦tricas que se han producido a escala mundial, 6.300 se han convertido en desecho. Y tan solo el medio marino recibe m¨¢s de 200 kilos de pl¨¢stico por segundo.

Las ciudades desempe?an un papel importante. El Banco Mundial afirma que los m¨¢s de 3.000 millones de seres urbanos del planeta generan 1,20 kilos de basura por persona al d¨ªa, un total de 1.300 millones de toneladas anuales. Y el pl¨¢stico es el protagonista. Los costes ambientales, sociales y econ¨®micos de estas cifras son indudables.

Por eso, las grandes urbes se proponen, poco a poco, nuevos objetivos. Ciudad de M¨¦xico se plantea, para 2024, ser una ciudad de Basura Cero, pasando de tener 8.600 toneladas de basura diarias a 2.000 toneladas diarias. Ha empezado prohibiendo las bolsas de pl¨¢stico, y en 2021 a?adir¨¢ cubiertos, platos y vasos de pl¨¢stico, c¨¢psulas de caf¨¦, o globos. En China, que sigue siendo el mayor generador mundial de residuos de envases pl¨¢sticos, se prohibir¨¢n las bolsas de pl¨¢stico no biodegradables en las grandes ciudades a fines de este a?o. Europa, por su parte, ha aprobado una directiva que prohibir¨¢, a partir de 2021, los pl¨¢sticos de un solo uso, y garantizar¨¢ que antes de 2029 al menos el 25% del pl¨¢stico de las botellas provenga de material reciclado, y el 30% en 2030. Y, a escala local, el Ayuntamiento de Barcelona, por ejemplo, comenz¨® el a?o pasado con la creaci¨®n (junto con empresas, entidades ambientales y de consumo) de la Mesa Pl¨¢stico Cero en la ciudad.

Actualmente, reducir la producci¨®n y el consumo de pl¨¢stico supone un desaf¨ªo para sociedades tan acostumbradas a su uso. Sin embargo, cada vez hay m¨¢s personas preocupadas. Y se han generado iniciativas como Vivir Sin Pl¨¢stico, directorios de tiendas urbanas que venden a granel, o nuevos modelos de supermercados, libres de pl¨¢sticos. Y que permiten que evitemos tanto el proceso de reciclaje como el de reutilizaci¨®n porque, directamente, los residuos pl¨¢sticos dejan de existir.

Algunos de los ejemplos europeos m¨¢s conocidos son:

• En Berl¨ªn, Original Uverpackt: en 2014 abri¨® la primera tienda, y en 2019 la segunda. Es un supermercado de compra a granel, a trav¨¦s de grandes dispensadores de cristal y con cero desechos. El comprador es el que pone el envase. Fue creado mediante microfinanciaci¨®n, y hoy d¨ªa, comprometido con el movimiento Zero Waste, ha recibido m¨²ltiples premios.
• En ?msterdam, EkoPlaza: una cadena, nacida en 2018, que tiene 74 establecimientos en Holanda y ofrece m¨¢s de 700 productos sin pl¨¢stico. Cuenta con el apoyo de organizaciones sin ¨¢nimo de lucro como la brit¨¢nica?A Plastic Planet. Y se plantea, adem¨¢s, favorecer que supermercados convencionales incorporen al menos un "pasillo sin pl¨¢sticos".
• En Londres, Bulk Market: un comercio ligado a la iniciativa Plastic Free Hackney. Y que, fomentando la econom¨ªa circular, cumple a rajatabla las cinco Rs (que propone Zero Waste Homes): Rechazar, Reducir, Reusar, Reciclar y Compostar (Rot).
• En Barcelona, Yes Future: abri¨® sus puertas en 2017 con la intenci¨®n de luchar por un desarrollo sostenible en la ciudad de Barcelona. Se pueden comprar productos a granel, sin envases, y de proximidad y kil¨®metro cero. Incentivando as¨ª la soberan¨ªa alimentaria y un comercio local sostenible.
• En Madrid, Unpacked shop: un supermercado que, desde 2018, vende sin envases perecederos fomentando la compra sostenible. Y que "intenta promover productos locales y naturales, la reutilizaci¨®n de envases en las compras, y el apoyo a empresas que hacen el bien creando productos reutilizables, compostables o biodegradables".

El pl¨¢stico se ha convertido en uno de los principales retos ambientales de nuestro siglo. Sus deshechos est¨¢n afectando gravemente tanto a la salud de los ecosistemas ¡ªya que los materiales derivados del petr¨®leo no pueden ser metabolizados por los ciclos de la naturaleza¡ª como a la de los seres vivos que los habitamos. Ahora, el cambio de rumbo est¨¢ en manos de la ciudadan¨ªa y, fundamentalmente, de una voluntad pol¨ªtica que, a escala global, priorice medidas encaminadas a cerrar ciclos y a revertir la crisis ecol¨®gica actual.