El aislamiento de los adolescentes privados de cuidado parental
Los ni?os que viven en hogares de acogida y aquellos j¨®venes que ya salieron de ellos se encuentran en situaci¨®n de gran vulnerabilidad desde el inicio de la cuarentena. Un grupo de participaci¨®n se re¨²ne en encuentros virtuales para acompa?arlos
Desde los seis a?os, Evelin Rol¨®n vivi¨® en hogares tutelados por el Estado. En diciembre, ya con 23 a?os, la joven egres¨® de la instituci¨®n y se mud¨® sola a un apartamento. A menos de tres meses de su mudanza, comenz¨® el aislamiento obligatorio en Argentina para evitar la propagaci¨®n de la covid-19, y su experiencia de independencia fue muy distinta de c¨®mo se la hab¨ªa imaginado.
¡°En esta nueva etapa, cre¨ª que iba a estar acompa?ada de mis amigos. Fue un cambio muy grande para m¨ª y fue chocante estar sola. Estoy en contacto por videollamada, pero no es lo mismo. Estaba con todo el entusiasmo de comprarme la heladera, los muebles, las sillas. Todas mis cosas. Me voy a ir equipando en estos meses para recibir a mis amigos en la poscuarentena¡±, expresa Rol¨®n.
Pocos d¨ªas entes de que comience el aislamiento, Rol¨®n cambi¨® de trabajo y no lleg¨® a relacionarse con sus compa?eros. Hoy, teletrabaja desde casa. Tambi¨¦n estudia virtualmente Administraci¨®n de empresas. ¡°La cuarentena me genera angustia y mucha incertidumbre¡±, comenta.
Desde los 15 a?os, la joven rot¨® por distintos hogares de acogida. ¡°Me mud¨¦ mucho y tanta rotaci¨®n me hizo perder mucha gente. Reci¨¦n ahora, de grande, empec¨¦ a tener v¨ªnculos fuertes: tengo amigos que hice a trav¨¦s de Doncel, otros de la facultad y algunos del colegio secundario. Pude romper con esa idea de familia tipo, de pap¨¢ y mam¨¢. Constru¨ª una familia distinta con la gente que me quiere¡±, dice Rol¨®n.
Para sentirse acompa?ada, Rol¨®n participa de encuentros de escucha y contenci¨®n generados por Gu¨ªa Egreso. Se trata de un grupo creado por Doncel, una asociaci¨®n civil que busca mejorar la transici¨®n de estos j¨®venes a su vida adulta.
Un espacio de escucha entre pares
El grupo de participaci¨®n juvenil Gu¨ªa Egreso, compuesto por adolescentes y j¨®venes que viven o han vivido en hogares, se re¨²ne todos los viernes a trav¨¦s de videollamadas. All¨ª, comparten experiencias sobre el aislamiento, se apoyan e intercambian recursos. Aquellos que ya salieron del hogar de acogida cuentan las dificultades que tienen para mantener los ingresos, porque suelen tener trabajos precarios. Tambi¨¦n, entre ellos se ayudan a gestionar los diferentes recursos estatales disponibles. La particularidad de este espacio, del cual participan 25 j¨®venes, es que se trata de un encuentro entre pares, que funciona como factor de protecci¨®n ante violencia, maltrato o negligencia que se puede generar en contextos de aislamiento.
Desde la Gu¨ªa Egreso se impuls¨® en 2017 la sanci¨®n de la Ley de Egreso, que implic¨® la creaci¨®n del Programa de Acompa?amiento para el Egreso de J¨®venes Sin Cuidados Parentales (PAE). La legislaci¨®n promueve dos etapas de acompa?amiento: en la primera, desde los 13 a los 18 a?os, los adolescentes que viven en los dispositivos de cuidado tienen derecho a contar con un acompa?amiento emocional (por parte de un referente) para preparar su salida. En la segunda etapa, tienen derecho a una asignaci¨®n econ¨®mica mensual igual al 80% del salario m¨ªnimo vital y m¨®vil, entre los 18 y 21 a?os, adem¨¢s de continuar con el acompa?amiento emocional. El PAE en este contexto es fundamental, pero todav¨ªa no todos acceden por falta de implementaci¨®n en algunas provincias argentinas.
Rol¨®n, que cuenta con una referente, dice que ella est¨¢ presente todo el tiempo. Cuenta: ¡°Cuando empez¨® la cuarentena yo le dec¨ªa que no ten¨ªa ganas de estudiar virtualmente, que estaba cansada de la computadora. Y ella siempre me alienta. Ese soporte para m¨ª es fundamental¡±. Adem¨¢s, resalta la importancia de la ayuda econ¨®mica. Agrega: ¡°En esta situaci¨®n de pandemia, no la voy a minimizar. Por m¨¢s que yo tengo trabajo, me ayud¨® mucho para poder equiparme¡±.
Luciana Ludmila Alegre tambi¨¦n participa de estos encuentros semanales que organiza la Gu¨ªa Egreso. Ella tiene 19 a?os y vive en un hogar del barrio de Balvanera, en la Ciudad de Buenos Aires, junto a Toto, su hijo de cuatro a?os. En Argentina, alrededor 15.000 ni?os, ni?as y adolescentes viven en hogares tutelados por el Estado.
¡°Todos los viernes participo de las reuniones virtuales porque me sirven un mont¨®n. Nos contamos como la estamos pasando, hablamos de las cosas que aprendimos en la cuarentena y nos mandamos videos de TikTok para re¨ªrnos un rato y distraernos. Este es un espacio que contiene emocionalmente¡±, cuenta Alegre. Ella reside en el hogar desde los 16 a?os. Antes, viv¨ªa con sus padres y sus 12 hermanos en un asentamiento informal.
Luciana menciona que muchas veces se siente identificada con lo que cuentan otros j¨®venes del grupo. ¡°Pasamos por historias similares. No es lo mismo que nos hable un profesional que un pibe que pas¨® por lo mismo¡±, explica.
En ese sentido, Evelin comenta: ¡°Cuando hablo con otros amigos no es lo mismo. Si a ellos, algo les sale mal o se quedan sin trabajo, pueden vivir con sus padres, un abuelo o un familiar. Nosotros estamos todo el tiempo con el miedo de perderlo todo. Es un temor l¨®gico por nuestras historias de vida. Uno as¨ª se siente comprendido todo el tiempo¡±.
Este espacio de encuentro evidenci¨® que la emergencia sanitaria supone una serie de posibles riesgos para los ni?os y adolescentes que residen en espacios institucionales. Esta situaci¨®n les genera enojo, fastidio y mucho estr¨¦s. A muchos chicos, por el aislamiento, se les suspendieron muchas de las terapias psicol¨®gicas, psiqui¨¢tricas, de adicciones y ocupacionales. Sumado a esto, hay cuestiones que se agudizan con el encierro. El aislamiento est¨¢ afectando los h¨¢bitos y los patrones del sue?o de los adolescentes. En el caso de los egresados, se suma el estar aislado en soledad.
¡°Ahora es cuando m¨¢s apoyos necesitamos y menos est¨¢n los profesionales que deber¨ªan estar. Yo aprovechaba un mont¨®n el espacio de terapia, y no lo estoy teniendo¡±, cuenta Alegre. Hace ya un tiempo que Evelin viene haciendo terapia. ¡°Me vino b¨¢rbaro porque, cuando inici¨¦, estaba desesperada porque no consegu¨ªa trabajo. Yo me preguntaba qu¨¦ tengo de malo que nadie me contrata. El espacio terap¨¦utico me sirvi¨® mucho para entender que no depend¨ªa de m¨ª, sino que era un momento que atravesaba el pa¨ªs en relaci¨®n con el mercado laboral para los j¨®venes¡±, dice.
La cuarentena en el hogar
En el hogar de Luciana no hubo casos de covid-19, pero en otros hogares del pa¨ªs s¨ª. La coordinadora del ?rea de J¨®venes de Doncel, Jessica Waksmann, comenta que en las ¨²ltimas semanas se est¨¢n conociendo muchos casos de contagio, sobre todo en Ciudad de Buenos Aires, tanto de chicos como del personal. Incluso, algunos que participan de los encuentros de Gu¨ªa Egreso estuvieron aislados por ser contacto estrecho.
Luciana cuenta que algunas de sus compa?eras tienen hermanos en otros hogares, en los que hubo alg¨²n caso. ¡°Los tuvieron que llevar a otro lugar, a la casa de los operadores del hogar o de alguna otra familia voluntaria. Es dif¨ªcil para los nenes porque se acostumbran a vivir una casa con rutinas distintas. Viven cosas que en el hogar no tienen o no hacen y despu¨¦s es dif¨ªcil que quieran volver. Capaz creen que esas familias se van a quedar con ellos¡±, opina la joven.
La falta de dispositivos de comunicaci¨®n y conectividad limita la posibilidad de mantener el v¨ªnculo con familiares, referentes y amigos fuera de la instituci¨®n. Los ni?os se preocupan por la salud y seguridad de sus referentes y familiares. En muchos casos, refieren que sus familias se encuentran en una situaci¨®n peor a la de ellos a nivel socioecon¨®mico y eso los angustia. ¡°Afuera tenemos hermanos, hermanas, algunos tenemos una mam¨¢ o un pap¨¢, que la est¨¢n pasando mal, tambi¨¦n. Yo me contact¨¦ con una hermana con la que no hablaba hace un mont¨®n y estoy m¨¢s tranquila porque s¨¦ que est¨¢ bien¡±, cuenta Luciana.
Alegre est¨¢ cursando el ¨²ltimo a?o de secundaria. Por la cuarentena, en su hogar pusieron WiFi y trajeron dos computadoras. Los ni?os en cuidado institucional no cuentan con muchos espacios para estudiar y necesitan mucho apoyo para darle continuidad a la escuela. No siempre hay conectividad ni ordenadores suficientes para poder estudiar o realizar tareas virtuales. En muchos casos, la posibilidad de conectarse queda a criterio de que alg¨²n trabajador preste su dispositivo para hacerlo.
La rutina de Luciana en el hogar comienza temprano. Luego de desayunar, ayuda con la limpieza. Despu¨¦s mira dibujitos con su hijo y las chicas. Sobre la convivencia en el hogar, Luciana opina que la cuarentena ayud¨® a mejorar el v¨ªnculo con sus compa?eras. ¡°Dos chicas, que estaban embarazadas, tuvieron a sus hijos en medio de este caos. Las que ya somos mam¨¢s tratamos de contenerlas y tranquilizarlas¡±, dice.
En el hogar de Alegre se cumplen con todos los protocolos indicados para cuidarse del contagio de la covid-19. ¡°Si salgo a dar una vuelta con Toto, lo hacemos con tapabocas. Vienen menos operadoras para que haya menos circulaci¨®n. Antes hab¨ªa dos o tres por turno. Ahora solo una. La directora se qued¨® con nosotras desde que dictaron la cuarentena obligatoria¡±, cuenta Luciana.
La disminuci¨®n de personal en los hogares, se debe principalmente a que muchos trabajadores son poblaci¨®n de riesgo y por lo tanto est¨¢n de licencia. Tambi¨¦n algunos tienen dificultad para llegar al Hogar porque viven lejos y hay problemas con el transporte p¨²blico. Al mismo tiempo, esta situaci¨®n excepcional impact¨® en el modo de vincularse entre adultos y ni?os. Los cuidadores est¨¢n proponiendo y haciendo m¨¢s actividades recreativas con los ni?os, apoy¨¢ndolos en sus tareas escolares y conteniendo emocionalmente. Esto gener¨® una ida y vuelta y cambio la imagen que tienen los chicos sobre los cuidadores. El v¨ªnculo se fortalece m¨¢s desde lo afectivo.
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