Siete formas de discutir. ?Cu¨¢l es la suya?
Discrepar es normal. El problema surge en la manera en que lo hacemos. Realizarlo adecuadamente significa saber defender nuestro criterio y encontrar una soluci¨®n com¨²n
Todos discutimos. Nos enfrentamos a puntos de vista o intereses diferentes que nos hacen debatir en casa, en el trabajo o en las redes sociales. Discrepar es normal. El problema surge en la manera en que lo hacemos. Discutir adecuadamente tiene arte y ciencia. Significa saber defender nuestro criterio y encontrar una soluci¨®n com¨²n al tiempo que se cuida la relaci¨®n. La eficacia de lo que decimos depende del nivel en que nos movemos en nuestras discusiones, ya sean personales o profesionales.
Para analizar la forma en la que discutimos podemos apoyarnos en el trabajo que realiz¨® Paul Graham, un programador inform¨¢tico y ensayista que, en 2008, public¨® la jerarqu¨ªa de las discrepancias. Hagamos un recorrido por los niveles propuestos para identificarlos en nuestro d¨ªa a d¨ªa:
1. Refutar el punto central. Es el nivel m¨¢s alto y dif¨ªcil de encontrar. Los grandes negociadores son capaces de moverse c¨®modamente por ¨¦l. No atacan a la persona, ni el tono. Buscan refutar la opini¨®n del otro, pero apoy¨¢ndose en razonamientos. Y lo que es m¨¢s importante: son capaces de ir al punto central de la discusi¨®n y no andarse por las ramas, como se dice popularmente. Atendiendo a la conversaci¨®n del nivel anterior, refutar el punto central ser¨ªa: ¡°No estoy de acuerdo con un bajo desempe?o, ya que he conseguido los indicadores que definimos a principio de a?o¡±, que va m¨¢s all¨¢ de si se ha llegado o no tarde al trabajo, que no es lo m¨¢s importante.
2. Refutaci¨®n. Es el segundo nivel en el que se identifican los argumentos con los que no se est¨¢ de acuerdo, pero adem¨¢s se expresan los propios. Como es de imaginar, cada vez que se sube en la pir¨¢mide resulta menos frecuente de encontrar este nivel. En este punto nos apoyamos en ideas o en detalles de lo expuesto por la otra persona, pero no se aborda el argumento principal. Por ejemplo, en una discusi¨®n con un jefe que no est¨¢ satisfecho con nuestro trabajo la contestaci¨®n ser¨ªa: ¡°No estoy de acuerdo con lo de llegar tarde todos los d¨ªas; ayer y hoy he sido puntual¡±. Es correcto, pero el problema de fondo es otro.
3. Contrargumento. Este grado se apoya en el anterior, pero a?ade alguna evidencia expresada por terceros. Es la primera fase de desacuerdo convincente que nos ayuda a ser m¨¢s persuasivos, pero le falta la riqueza de la elaboraci¨®n de la opini¨®n propia. Por ejemplo: ¡°No estoy de acuerdo contigo porque, como dijo S¨¦neca¡¡±.
4. Contradicci¨®n. En este estadio se aborda el contenido, en vez de la persona o el tono. Sin embargo, se apoya en generalizaciones o en datos con pocas evidencias. Por ejemplo, cuando decimos: ¡°Todo el mundo sabe que esto se hace as¨ª¡±. En este apartado podemos caer en determinadas discusiones caseras que comienzan con palabras tan inquietantes como siempre, nunca¡ Ejemplos hay muchos: ¡°Nunca sacas la basura¡± o ¡°siempre llegas tarde¡±. Una vez m¨¢s, no es un nivel que sirva para construir.
5. Respondiendo al tono. Este nivel resulta menos ofensivo que los anteriores, pero tampoco ayuda mucho. Se descarta el argumento por la manera en la que se ha expuesto sin tratar el fondo del asunto. ¡°Es imposible estar de acuerdo con lo arrogante que ha sido¡±, por ejemplo. El tono no puede ser medido. Es posible que haya sonado desafortunado, pero desmontarlo por el tono tampoco ayuda a encontrar una soluci¨®n com¨²n.
6. Ad Hominem o contra la persona. En este caso se intenta echar abajo un argumento por las caracter¨ªsticas de quien lo expone, no por lo que dice. Como sostiene Graham, si un senador defiende la necesidad de subir los salarios a los pol¨ªticos, la respuesta de este nivel ser¨ªa: ¡°Por supuesto que lo dir¨ªa. Es un senador¡±. No entra en el fondo del tema. En este nivel habitan los sesgos inconscientes o etiquetas que ponemos a las personas: ¡°Ya se sabe, lo ha dicho fulanito¡±.
7. Insulto. Es el nivel m¨¢s bajo de cualquier discusi¨®n y, posiblemente, el m¨¢s com¨²n en redes sociales. El anonimato de determinadas redes, como Twitter, hace que el insulto campe a sus anchas. En esta categor¨ªa se sit¨²an frases tipo como ¡°menuda idiotez¡± o cualquier comentario despectivo. Solo sirve para enfadar al otro (a excepci¨®n de quienes lo utilizan como herramienta para ser populares o con intereses concretos en redes sociales).
Pilar Jeric¨® es emprendedora, escritora, conferenciante, doctora en Organizaci¨®n de Empresas y divulgadora de investigaciones sobre el comportamiento humano. www.pilarjerico.com
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