Que la ciencia te acompa?e

Me gustan la teor¨ªa de la relatividad y la mec¨¢nica cu¨¢ntica / porque no las entiendo, / porque hacen que tenga la sensaci¨®n de que el espacio vaga / como un cisne que no puede estarse quieto, / que no quiere quedarse quieto ni que lo midan; / porque me dan la sensaci¨®n de que el ¨¢tomo es una cosa siempre impulsiva, / que cambia siempre de idea¡±, escribe D. H. Lawrence en su poema Relativity. La ciencia y la tecnolog¨ªa pueden a veces parecer incomprensibles para los no iniciados, pero si algo hemos aprendido de la pandemia y del cambio clim¨¢tico es que en sus manos est¨¢ el futuro de la especie humana. M¨¦dicos, microbi¨®logos, f¨ªsicos, qu¨ªmicos, astr¨®nomos y matem¨¢ticos nos demuestran a diario que frente al m¨¦todo cient¨ªfico y el pensamiento racional no valen los bulos, las supercher¨ªas, las paraciencias o las inyecciones de lej¨ªa que propon¨ªa el infame Donald Trump (aunque ¨¦l no se puso ninguna cuando enferm¨®). En su honor, proponemos un viaje alucinante por algunos de los hitos cient¨ªficos y sus protagonistas.

Un brindis por Rosalind

La cient¨ªfica brit¨¢nica Rosalind Franklin (1920-1958), codescubridora de la doble h¨¦lice del ADN junto a James Watson y Francis Crick, no estuvo presente el 28 de febrero de 1953 en el pub The Eagle, en Cambridge (Inglaterra), cuando sus colegas masculinos ¡ªque se refer¨ªan a ella como ¡°una feminista que se quejaba de trivialidades¡± como no poder tomar caf¨¦ en la sala de profesores de la Facultad porque estaba reservada para los hombres¡ª anunciaron el descubrimiento de la estructura del ¨¢cido desoxirribonucleico, la llave que contiene las instrucciones necesarias usadas en el desarrollo y funcionamiento de todos los organismos vivos, y su transmisi¨®n hereditaria: ¡°?Hemos descubierto el secreto de la vida!¡±, exclamaron. Con este hallazgo naci¨® una nueva ciencia que hoy abarca casi todos los ¨¢mbitos de la medicina: la biolog¨ªa molecular. Es probable que Rosalind Franklin hubiera recibido el Nobel de Medicina de 1962, junto a Watson y Crick, de no haber muerto de un c¨¢ncer de ¨²tero cuatro a?os antes, pese a que hab¨ªa conseguido fotografiar la cara B del ADN hidratado, la famosa foto 51, pieza clave del descubrimiento. Su lugar en Estocolmo lo ocup¨® su jefe de departamento, Maurice Wilkins, quien la hab¨ªa traicionado al mostrar, sin su permiso,? la foto a los dos investigadores de Cambridge que despu¨¦s la ningunearon. Hoy, las monedas de 50 peniques llevan su efigie, un pobre y tard¨ªo reconocimiento a sus m¨¦ritos. En cualquier caso, el pub, abierto desde el siglo XIV (y ahora confinado por la covid-19), se merece una visita, aunque solo sea por lo bien que tiran las pintas de cerveza.

?Hay vida en la Tierra!

El veh¨ªculo Perseverance se pos¨® con ¨¦xito en Marte el pasado jueves 18 de febrero en la misi¨®n m¨¢s importante enviada hasta ahora al planeta rojo: encontrar vestigios de vida en el cr¨¢ter Jezero, un antiguo lago donde hace miles de millones de a?os se pudieron dar condiciones favorables. La NASA no espera encontrar all¨ª f¨®siles de dinosaurios o peces, sino huellas de vida arcaica como los estromatolitos descubiertos en Warrawoona y el parque nacional de Yalgorup (Australia), los f¨®siles m¨¢s antiguos de la Tierra: rocas que se formaron hace m¨¢s de 3.500 millones de a?os por la acumulaci¨®n de capas y capas de bacterias que absorben minerales en las orillas de lagos salinos.

¡°Bib, bip¡±, dijo el primer sat¨¦lite

El cosm¨®dromo de Baikonur, construido cerca de la localidad de Tiuratam, en Kazajist¨¢n, es la base de lanzamiento espacial m¨¢s antigua del mundo, desde el primer sat¨¦lite artificial ¡ªel Sputnik 1, lanzado el 4 de octubre de 1957¡ª pasando por la c¨¢psula Vostok con la que el cosmonauta Yuri Gagarin complet¨® una ¨®rbita a la Tierra el 12 de abril de 1961. Hasta la construcci¨®n del cosm¨®dromo Vostochni en 2007 en Rusia, todos los cohetes sovi¨¦ticos y despu¨¦s rusos despegaron de Baikonur, al igual que la mayor¨ªa de las naves y tripulaciones enviadas a la Estaci¨®n Espacial Internacional (ISS), entre ellos el espa?ol Pedro Duque, actual ministro de Ciencia e Innovaci¨®n. Para visitar el complejo se necesita un permiso especial; algunas agencias, como la espa?ola Advantour, organizan viajes hasta all¨ª para ver las instalaciones y los lanzamientos. Otro hito de la exploraci¨®n espacial: el Kennedy Space Center, el parque tem¨¢tico del espacio en Cabo Ca?averal (Florida, EE UU) donde se exponen trajes de astronautas, piezas originales de la carrera espacial y naves como el transbordador Atlantis o uno de los cohetes Saturn V del programa Apolo.

El jugador de cartas

El qu¨ªmico siberiano

(1834-1907) era aficionado a hacer solitarios. Cuando se le nombr¨® para la c¨¢tedra de qu¨ªmica de la Universidad de San Petersburgo, en 1897, no pudo encontrar un texto a su gusto para dar las clases y se le ocurri¨® la idea de crear una baraja de cartas con los s¨ªmbolos de los elementos qu¨ªmicos entonces conocidos (H, Li, Na, K¡­), con sus pesos at¨®micos y propiedades. Las fue colocando por orden creciente de masa at¨®mica y descubri¨® una periodicidad: cada ocho cartas, reaparec¨ªan en los elementos unas caracter¨ªsticas similares. As¨ª naci¨® la primera versi¨®n de la tabla peri¨®dica. Mendel¨¦yev tambi¨¦n pronostic¨® algunas propiedades de elementos todav¨ªa desconocidos, que ocupar¨ªan los espacios vac¨ªos de su tabla. Su

se encuentra en la Universidad de San Petersburgo, en la isla de Vasilievski.

Tsunami c¨®smico

El f¨ªsico alem¨¢n Albert Einstein predijo la existencia de las ondas gravitacionales, violentas perturbaciones del espacio-tiempo que viajan a la velocidad de la luz en todas direcciones como las ondas producidas por una piedra tirada a un estanque. Cuando llegan a la Tierra son tan d¨¦biles que Einstein dudaba de que pudieran demostrarse. Se equivocaba. La primera observaci¨®n de una onda gravitacional se realiz¨® el 14 de septiembre de 2015 en el detector por interferometr¨ªa l¨¢ser LIGO en Hanford (Washing?ton, EE UU), una instalaci¨®n ¨®ptica en forma de L de cuatro kil¨®metros de largo. La produjo el choque de dos agujeros negros. Dicha onda habr¨ªa viajado a la velocidad de la luz durante 1.300 millones de a?os. El 21 de mayo de 2019, dos detectores situados a miles de kil¨®metros de distancia, el estadounidense LIGO?y el de Virgo, cerca de Pisa, en Italia, registraron la colisi¨®n m¨¢s potente jam¨¢s observada de dos agujeros negros, ocurrida hace unos 7.000 millones de a?os, antes de la formaci¨®n del sistema solar.

Pescando neutrinos

Los neutrinos son unas part¨ªculas misteriosas y esquivas. Millones de ellos atraviesan cada segundo nuestros cuerpos y la Tierra sin dejar rastro, lo que les vali¨® el apodo de part¨ªculas fantasma. Solo se dejan detectar en observatorios construidos a gran profundidad, como el IceCube, en la Ant¨¢rtida, que ocupa un volumen de un kil¨®metro c¨²bico de hielo con sensores que llegan hasta una profundidad de 2.450 metros. Es dif¨ªcil llegar hasta ¨¦l, pero las fotos son espectaculares, al igual que las del Super Kamiokande, una piscina con 50.000 toneladas de agua y miles de fotodetectores construida a un kil¨®metro bajo tierra en una antigua mina de Jap¨®n.

El doctor Turing contra Enigma?

El pr¨®ximo 23 de junio se cumplir¨¢n 110 a?os del nacimiento de Alan Turing (1912-1954), una de las mentes m¨¢s brillantes del siglo XX, matem¨¢tico y precursor de los ordenadores y la inform¨¢tica moderna, entre otros muchos descubrimientos. Su vida, contada en la pel¨ªcula The Imitation Game (2014), no fue un lecho de rosas. Durante la II Guerra Mundial fue reclutado por la sede de la inteligencia brit¨¢nica en Bletchley Park, cerca de Londres (que ahora ofrece visitas y exhibiciones virtuales). All¨ª, al frente de un equipo de criptoanalistas ¡ªentre ellos, la matem¨¢tica de la Universidad de Oxford Ann Katharine Mitchell, fallecida el a?o pasado por covid¡ª, consigui¨® descifrar el c¨®digo de la famosa m¨¢quina Enigma, el sistema de comunicaciones secretas utilizado por los submarinos alemanes, lo que salv¨® miles de vidas y contribuy¨® a la victoria de los Aliados. Todo ello no impidi¨® que en 1952 fuera perseguido por homosexual por su propio Gobierno y obligado a someterse a una castraci¨®n qu¨ªmica. Dos a?os despu¨¦s se suicid¨® mordiendo una manzana con cianuro (la leyenda dice que Steve Jobs se inspir¨® en ella para el logotipo de Apple). En diciembre de 2013, 60 a?os despu¨¦s de su muerte, la reina Isabel II le exoner¨® oficialmente de los cargos por ¡°conducta indecente¡±. Hoy llevan su efigie los billetes de 50 libras. Otra pionera de la computaci¨®n fue Ada Lovelace (1815-1852). Esta matem¨¢tica y escritora inglesa, hija del famoso poeta Lord Byron, recibi¨® una educaci¨®n inusual para su ¨¦poca, con especial atenci¨®n a las ciencias exactas, donde logr¨® sobresalir. Sus escritos ya avanzaban ideas sobre la actual programaci¨®n, incluidas las tarjetas perforadas empleadas en las primeras computadoras del siglo XX.

Papel, l¨¢piz y mucho talento

Muchos conocen el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), el templo de la ciencia en Espa?a, fundado en 1939, por la serie La casa de Papel (Netfix), donde aparece la fachada de su sede principal en la madrile?a calle de Serrano, que simula ser el edificio de la F¨¢brica Nacional de Moneda y Timbre (?FNMT) de Madrid, donde no se pudo rodar por motivos de seguridad. El vecino edificio del Centro de Investigaciones Biol¨®gicas (1951), con su airoso voladizo conocido entre los trabajadores del CSIC como ¡°el balc¨®n del Titanic¡±, es obra del arquitecto Miguel Fisac Serna. Un edificio que marca el abandono de la arquitectura ligada al franquismo de sus inicios y que le sirvi¨® para reconectarse con el Movimiento Moderno. Otros conocidos lugares de Madrid vinculados al CSIC son el Real Jard¨ªn Bot¨¢nico, el Museo Nacional de Ciencias Naturales y la Residencia de Estudiantes.

Genealog¨ªa para monos listos

En la Sima de los Huesos, un pozo de 14 metros en el fondo de la Cueva Mayor de?Atapuerca (Burgos), se han rescatado m¨¢s de 6.500 f¨®siles de 28 individuos de Homo heidelbergensis, antecesores de los neandertales, adem¨¢s de restos de leones, linces, lobos, zorros y m¨¢s de un centenar de osos de las cavernas. Todos ellos cayeron al fondo del pozo, una trampa natural, al perderse en las cuevas buscando refugio o comida. Atapuerca, uno de los yacimientos m¨¢s importantes del mundo, ha llevado a reescribir la evoluci¨®n remota de nuestra especie, un largo ¨¢rbol geneal¨®gico que ech¨® ra¨ªces hace 1,2 millones de a?os y se consuma en nosotros, los Homo sapiens. Lo m¨¢s destacado de la visita son tres yacimientos: la Sima del Elefante, la Galer¨ªa y la Gran Dolina. A unos 15 kil¨®metros de los yacimientos de la sierra de Atapuerca, la excursi¨®n puede seguir en el fascinante Museo de la Evoluci¨®n Humana, en el centro de la ciudad de Burgos.

Cazadores de dragones

En 1818, Mary Anning (1799-1847), una vecina de Lyme Regis, una localidad costera al suroeste de Dorset (Inglaterra), descubri¨® el esqueleto de un monstruo al pie de los acantilados: se trataba de un ictiosaurio. Su hallazgo, al que se sumar¨ªan los de dos plesiosaurios completos, puso en marcha una aut¨¦ntica fiebre para descubrir el mundo enterrado que debi¨® de existir antes del diluvio universal. Hombres como el reverendo William Buckland, que intent¨® demostrar la veracidad del retrato b¨ªblico, o Gideon Mantell, descubridor de los primeros f¨®siles de iguanod¨®n, se vieron relegados al olvido de la historia de la ciencia por un cient¨ªfico que consigui¨® hacerse con el m¨¦rito de ser el descubridor de los dinosaurios: Richard Owen. Mary Anning, considerada hoy d¨ªa como la primera paleont¨®loga y cuyo trabajo fue fundamental para la comprensi¨®n de la vida prehist¨®rica, era de familia humilde y por ser mujer nunca se le permiti¨® publicar sus logros cient¨ªficos. Varios ge¨®logos utilizaron sus hallazgos en sus propios trabajos, pero su nombre nunca fue incluido. Los ictiosaurios y plesiosaurios encontrados por Anning, as¨ª como el primer iguanod¨®n, se exhiben hoy en el National History Museum de Londres, al igual que parte de las colecciones de espec¨ªmenes de las expediciones del capit¨¢n Cook y Darwin. En Estados Unidos, la carrera por encontrar m¨¢s y mejores f¨®siles de dinosaurios lleg¨® a¨²n m¨¢s lejos durante las Bone Wars, las Guerras de los Huesos, la feroz rivalidad que sostuvieron en el Far West de finales del siglo XIX, llegando incluso a enfrentarse a tiros, los pioneros de la paleontolog¨ªa Othniel Charles Marsh y Edwin Drinker, descubridores de m¨¢s de 120 nuevas especies de dinosaurios.

?tomos con sentido del humor

?Qu¨¦ le dice una part¨ªcula subat¨®mica a un pato? ¡°Quark, quark¡±. ¡°?Por qu¨¦ un fot¨®n no puede hacer una pizza? Porque no tiene masa¡±. El fot¨®n es la part¨ªcula portadora de todas las formas de radiaci¨®n electromagn¨¦tica entre las que est¨¢n los rayos gamma, los rayos X, la luz ultravioleta, la luz visible, la luz infrarroja, las microondas o las ondas de radio; su energ¨ªa viene dada por la constante de Plank y su longitud de onda, pero su masa es cero. Los chistes sobre f¨ªsica de part¨ªculas y mec¨¢nica cu¨¢ntica son como el gato de Schr?dinger: tienen y no tienen gracia a la vez. En su ameno libro La part¨ªcula divina, el premio Nobel de F¨ªsica Leon Lederman, que tambi¨¦n fue director del Fermilab de Chicago, uno de los dos grandes centros de investigaci¨®n subat¨®mica, repasa la historia de la ciencia, desde el ¨¢tomo del fil¨®sofo griego Dem¨®crito hasta el bos¨®n de Higgs, la part¨ªcula elemental que explica por qu¨¦ la materia del universo tiene masa. La existencia de este ¨²ltimo fue confirmada en 2012 en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) del Laboratorio Europeo de F¨ªsica de Part¨ªculas (CERN), en las afueras de Ginebra (en ambos centros se organizan visitas gratuitas guiadas por los propios cient¨ªficos). En la historia de la ciencia tambi¨¦n hay hitos tenebrosos, como el Proyecto Manhattan, liderado por el f¨ªsico Robert Oppenheimer, para fabricar la primera bomba at¨®mica. El 16 de julio de 1945 se realiza con ¨¦xito en Los ?lamos (Nuevo M¨¦xico) la primera prueba nuclear. Sobrecogido ante su criatura, Oppenheimer record¨® unas palabras del Bhagavad-Gita hinduista: ¡°Me he convertido en la muerte, en el destructor de mundos¡±.

Las contadoras de estrellas

A comienzos del siglo XX, en una vieja oficina del departamento de Astrof¨ªsica de la Universidad de Harvard, un grupo de 13 mujeres dise?aban los mapas celestes y catalogaban las estrellas. Las llamaban las computadoras de Pickering, y tambi¨¦n el "har¨¦n de Pickering". Edward Charles Pickering (1846-1919), su jefe, era el director del Observatorio y quien las reclut¨® (sal¨ªa m¨¢s barato contratar a mujeres que a hombres). Entre ellas estaban Annie Jump Cannon (1863-1941), que clasific¨® un cuarto de mill¨®n de estrellas y descubri¨® su arco espectral, o Henrietta Leavitt (1868-1921), quien invent¨® la f¨®rmula para calcular el tama?o del universo y las distancias entre estrellas.