Zuecos, licor caf¨¦ o cer¨¢mica, de compras en A Coru?a por comercios de toda la vida

?No es un plan maravilloso dar paseos y mirar escaparates por una ciudad amigable con los peatones? Con los meses m¨¢s duros de la pandemia nos dimos cuenta de que visitar las tiendas tradicionales, con sus escaparates arreglados con af¨¢n, era una de las actividades que m¨¢s ech¨¢bamos de menos. Una ciudad particularmente atractiva para llevar a cabo este tipo de paseos es A Coru?a. Ya sea porque se busca un recuerdo artesanal o porque nos interesa el consumo sostenible, recorrer sus calles comerciales al ritmo pausado de la ciudad gallega es una delicia.

Comencemos por la calle Riego de Agua, a pocos pasos de la plaza de Mar¨ªa Pita, el epicentro de la ciudad. All¨ª se encuentra la tienda de zuecos Eferro, fabricantes de este calzado tan gallego desde 1915. Tradicionalmente, los zuecos se usaban en el campo, pues aislaban los pies de la lluvia, pero hoy se pueden calzar en la ciudad cientos de adaptaciones ingeniosas de este calzado at¨¢vico de madera, que van desde el formato bot¨ªn hasta la sandalia-zueco.

La zona del mercado de San Agust¨ªn tambi¨¦n merece una visita. Para empezar, no hay que perderse su edificio, construido en 1932 seg¨²n las directrices est¨¦ticas del movimiento moderno, y reconocible gracias a su cubierta parab¨®lica, que result¨® de lo m¨¢s innovadora cuando se inaugur¨®. En uno de sus lados, bajo los p¨®rticos de la R¨²a P¨ªo XII, se encuentran varias tiendas de dise?o gallego: en D- Raiz hay moda y complementos creados por artesanos locales. En la contigua Tesouros se expone lo m¨¢s selecto de la bisuter¨ªa gallega contempor¨¢nea. La protecci¨®n contra el fr¨ªo se logra con una de las mantas de pura lana virgen que venden en Utiler¨ªa Varaston, pero tambi¨¦n comi¨¦ndose un exquisito pincho de tortilla en el bar Pontejos de la misma calle.

Para seguir la ruta de los bares de toda la vida hay que acudir a la contigua plaza del Humor, que luce bajorrelieves de Mafalda, Mortadelo y Filem¨®n y hasta de Moncho Borrajo. All¨ª est¨¢ la tasca A Cunqui?a, uno de los pocos locales donde todav¨ªa se sirve el Ribeiro en taza blanca ¡ªcunca, en gallego¡ª, como manda la tradici¨®n. Sus barriles de madera siguen ah¨ª desde su apertura en 1956, casi como su personal, que conoce por su nombre a la fiel clientela.

Si hay ¨¢nimos para subir un tramo de escaleras ¡ªla ciudad de A Coru?a tiene cuestas, y ah¨ª radica parte de su encanto¡ª, nos toparemos con la cercana Ferreter¨ªa Vecino, un templo del utensilio de cocina que pone a nuestra disposici¨®n objetos sugerentes y algunos tan gallegos como una sart¨¦n para cocinar filloas.

Hablar de artesan¨ªa de Galicia lleva irremediablemente a pensar en la cer¨¢mica de Sargadelos. La marca tiene su sede principal en el n¨²mero 56 de la calle Real, donde se pueden comprar objetos decorados con sus caracter¨ªsticos tonos azules y rojos sobre fondo blanco y otros, m¨¢s contempor¨¢neos, ideados por dise?adores como Andr¨¦s Gallardo, cuya l¨ªnea de colgantes y pendientes con dise?os de p¨¢jaros alegrar¨¢ la vista.

En las farmacias y perfumer¨ªas coru?esas no solamente venden aspirinas y agua oxigenada: tambi¨¦n ofrecen un mont¨®n de productos cosm¨¦ticos tradicionales que sirven tanto para el autocuidado como para hacer regalos pintones e inesperados. Droguer¨ªa Villar, en sus dos sedes, es un gabinete de curiosidades y un viaje al pasado: all¨ª se encuentran desde los m¨¢s sofisticados champ¨²s s¨®lidos ecol¨®gicos hasta botellas de litro de colonia Var¨®n Dandy que nos llevan a los a?os de la Transici¨®n. Y para una experiencia vintage en lo que respecta a la atenci¨®n al cliente, con una dedicaci¨®n que a menudo se echa de menos en estos tiempos acelerados, hay que ir a Verso Libre, en la calle San Agust¨ªn. Esta peque?a boutique tiene un nombre de lo m¨¢s coherente, pues en ella se encuentran ropa, complementos y objetos decorativos que se alejan de la oferta de las grandes cadenas de tiendas.

En A Coru?a no faltan tiendas de guantes y sombreros, ni de zapatillas de estar por casa para conservar los pies calientes. Estas ¨²ltimas tienen su templo en Pantuflas, con una variedad que hace dif¨ªcil elegir qu¨¦ par calzaremos para ver la nueva temporada de nuestra serie favorita. Tambi¨¦n en Calzados La Primitiva, conocida como ¡°La casa de las zapatillas¡±, encontramos calzado con un escaparatismo de lo m¨¢s expresivo, ya que los cartelitos informativos escritos a mano por los due?os son una rareza en peligro de extinci¨®n.

Para combatir el fr¨ªo en las manos hay que ir a Guante Varad¨¦, en la calle Real, y para abrigarse la cabeza el sitio id¨®neo es la Sombrerer¨ªa Austroh¨²ngara. Y puesto que estos comercios hacen recordar otros tiempos, para sumergirse del todo en la nostalgia hay que acudir a la mercer¨ªa La Cris¨¢lida, en la calle San Andr¨¦s. All¨ª el joven Ram¨®n Santos ha retomado un negocio de botones, cremalleras, flecos y corchetes con una ilusi¨®n contagiosa, as¨ª que no saldremos de esta especie de museo de la cotidianidad sin alguna compra. En la misma San Andr¨¦s est¨¢ la gran Librer¨ªa Moito Conto, con una ampl¨ªsima y cuidada selecci¨®n de libros, y en la que se celebran presentaciones y otros actos literarios.

En la zona cercana al Museo de Bellas Artes y a la plaza de Espa?a esperan otras dos librer¨ªas tentadoras: Sisargas y Fiand¨®n (calle San Roque), donde se nos van los ojos y las manos rebuscando entre sus miles de libros de otras d¨¦cadas. Cruzando la calle San Roque nos topamos con El Garc¨ªa & Co, un local gigantesco e inclasificable que vende la ropa y los complementos m¨¢s originales de toda la ciudad, adem¨¢s de libros ilustrados, obra gr¨¢fica y alimentos artesanales gallegos con envases sorprendentes. El Garc¨ªa es un punto de encuentro para aquellos que quieren hacer amistades en A Coru?a: sus talleres de cocina y sus sesiones de cata de vinos y quesos son el ant¨ªdoto contra la soledad y el aburrimiento.

Para encontrar m¨¢s alimentos gallegos hay que visitar Enxebre, que vende delicatessen locales en forma de cerveza, conservas de pescado o licor de caf¨¦, productos que nos vendr¨¢n bien para cuando, ya de vuelta en casa, nos ataque la morri?a hacia la bella A Coru?a.

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