Explorando Cabo Tribulaci¨®n: un extraordinario viaje en el tiempo en Australia
Tanto en tierra como bajo el mar, el espect¨¢culo visual al que se asiste en esta zona al norte de Queensland es asombroso. Una regi¨®n ¨²nica donde conviven dos ecosistemas: la selva tropical de Daintree y la Gran Barrera de Coral
Un intenso aguacero empapa la selva tropical de Daintree, la m¨¢s antigua del mundo. Los tesoros de esta catedral de la naturaleza dan una tregua a la constante estimulaci¨®n de los dispositivos m¨®viles. Se agradece que en esta zona de Australia , que es m¨¢s antigua que el Amazonas, no haya cobertura. Los sentidos descubren especies vegetales ancestrales que dan cobijo y alimento a una constelaci¨®n de animales ¨²nicos. Deja de llover, y sin el manto de agua se percibe con meridiana claridad la hostilidad del lugar. Es como si uno hubiese viajado al pasado, a Gondwana y a la etapa del Jur¨¢sico. Estamos frente a 180 millones de a?os de historia y la reflexi¨®n es inevitable: el paso del tiempo es relativo en Cabo Tribulaci¨®n.
Esta lengua de tierra ubicada al norte de Queensland alberga dos ecosistemas que son patrimonio mundial de la Unesco: el parque nacional Daintree y la Gran Barrera de Coral. Precisamente, en uno de los arrecifes encall¨® en 1770 el Endeavour del capit¨¢n James Cook. El explorador brit¨¢nico puso Tribulaci¨®n al cabo porque ah¨ª comenzaron ¡°todos sus problemas¡±. Su viaje se retras¨® considerablemente y cuando se aventur¨® a investigar los sinuosos caminos embarrados y plagados de cocodrilos concluy¨® que aquella zona no era habitable. Hubo, sin embargo, una salvedad en su an¨¢lisis: la tribu de los kuku yalanji llevaban ah¨ª entre 30.000 y 50.000 a?os.
En este remoto para¨ªso tropical de playas v¨ªrgenes, la arena y los manglares besan el Mar del Coral bajo la mirada de enormes ¨¢rboles. Son los dinosaurios verdes, entre los que hay, al menos, 12 especies de plantas primitivas que no se encuentran en otros lugares del planeta. A pocos kil¨®metros, los arrecifes de la Gran Barrera de Coral descansan en aguas cristalinas y entre peque?os cayos. Tanto en tierra como sumergidos en las profundidades, el espect¨¢culo visual al que se asiste aqu¨ª es asombroso. Aqu¨ª van algunas claves de este viaje para inmortalizar.
No importa el orden de los factores
El aeropuerto m¨¢s cercano a Cabo Tribulaci¨®n es el de Cairns. All¨ª puede comenzar la ruta con un coche alquilado. Los dos destinos principales son: Port Douglas (a 66 kil¨®metros del punto de partida) y Cabo Tribulaci¨®n (a 139 kil¨®metros). Qu¨¦ lugar explorar antes o despu¨¦s queda a gusto del viajero. En este caso, optamos por seguir el orden del litoral en direcci¨®n al norte y de camino a Port Douglas paramos en Palm Cove, una playa espectacular con largas palmeras alineadas que brindan una estampa de lo m¨¢s fotog¨¦nica.
Port Douglas es un peque?o pueblo costero con una poblaci¨®n de 5.500 habitantes que vive enteramente del turismo. Adem¨¢s de la gran oferta de hoteles, apartamentos tur¨ªsticos, restaurantes y bares, tambi¨¦n hay varios operadores que organizan viajes en barco a la Gran Barrera de Coral, como Sailaway Reef & Island Tours. Hay experiencias m¨¢s personalizadas frente a las m¨¢s masificadas, y otras dedicadas exclusivamente al buceo con ox¨ªgeno. Nosotros optamos por un catamar¨¢n de alrededor de 50 personas que nos llev¨® al arrecife Mackay, justo en frente de Cabo Tribulaci¨®n. El desayuno y el almuerzo est¨¢n incluidos y ofrecen material para hacer esn¨®rquel.
La subida de las temperaturas del mar ha provocado cuatro procesos de blanqueamiento en siete a?os. En 2020, la Fundaci¨®n de la Gran Barrera de Coral analiz¨® desde el aire 1.036 corales de los 2.300 kil¨®metros de longitud que tiene el arrecife. Un 60% estaban afectados. Aunque durante nuestra visita este estaba sano, el bi¨®logo marino Federico Facchin nos asegur¨® que ¡°las temperaturas subir¨¢n otra vez y, seguramente, tengamos otro evento de blanqueamiento del coral¡± durante este verano austral. Nos aferramos al presente y observamos c¨®mo conviven cientos de especies marinas en escasos metros cuadrados: tortugas, peces Napole¨®n, peces payaso percula y hasta un tibur¨®n de punta negra (inofensivo, aparentemente). La gama crom¨¢tica es enorme y los matices de estas criaturas hacen que el tiempo vuele. La jornada finaliza poco antes de la puesta de sol.
Amanecemos en Port Douglas y salimos direcci¨®n a Cabo Tribulaci¨®n. Esperan 84 kil¨®metros rumbo al norte, a lo largo de la selva tropical del parque nacional Daintree y con el mar y la barrera de coral al este. A los 20 minutos de viaje paramos en Mossman Gorge, el punto de entrada al parque. El Centro Cultural ofrece muchas claves sobre el modo de vida de los kuku yalanji. All¨ª hay un autob¨²s que asciende a una de las monta?as cubiertas de ¨¢rboles que se elevan desde el r¨ªo. Nos bajamos en medio de esta fascinante orograf¨ªa te?ida de verde y hacemos los dos caminos acondicionados con pasarelas. R¨¢pidamente, se siente la humedad tropical y se percibe la exuberancia de la vegetaci¨®n con las c¨ªcadas, los helechos y los musgos m¨¢s primitivos que existen. La diversidad de la vida vegetal es abrumadora: hay unas 3.000 especies de plantas de 210 familias; 50 de ellas son ¨²nicas de esta regi¨®n.
¡®Glamping y senderismo¡¯
Estamos un lugar extremadamente remoto. La ¨²nica v¨ªa por carretera desde Cairns a Cabo Tribulaci¨®n entre los a?os sesenta y noventa del pasado siglo solo permit¨ªa el acceso a veh¨ªculos 4x4. Se asfalt¨® en 2002, y en 2011 se construy¨® el ¨²ltimo puente que permit¨ªa acceder durante todo el a?o. Cruzamos el r¨ªo Daintree en ferri (mejor comprar el ticket con antelaci¨®n) y nos dirigimos al alojamiento. Entre la oferta de hoteles optamos por el glamping Daintree Crocodylus Village, inmiscuido en la selva. La estructura de las tiendas consta de lonas gruesas y se erigen sobre plataformas de madera. Aqu¨ª uno convive con casuarios, unas aves no voladoras muy agresivas a las que mejor mirar de lejos
Tras pasar una noche hechizados por los sonidos de los animales, la ruta comienza a la vieja usanza: con un mapa que marca los lugares de inter¨¦s. Por delante espera una jornada en coche donde se va parando en distintos puntos para realizar caminatas sobre pasarelas y disfrutar de las playas. Aunque a primera vista el mar invite al ba?o, mejor no sumergirse m¨¢s all¨¢ de las espinillas. ¡°Siempre hay un cocodrilo esperando su momento¡±, cuentan los locales.
Las playas de Cow Bay, de Alexandra Bay, la espectacular Thornton Beach, Myall Beach o los senderos de Jindalba, Marrdja o Dubuji; miradores como el de Wallu Wurrigga; o ba?os permitidos como el de Thompson Creek, contribuyen al misticismo de la ruta. Entre la exuberancia se ocultan bizarras especies de fauna. Como las zarig¨¹eyas verdes ¨²nicas o las de cola anillada, los gatos tigres, los canguros arbor¨ªcolas o los ratones marsupiales dentones. Un tercio de los mam¨ªferos australianos viven en esta selva tropical, donde tambi¨¦n se ven los murci¨¦lagos m¨¢s raros que existen.
Cabo Tribulaci¨®n invita al viajero a colocarse las lentes del capit¨¢n Cook y conocer las estrategias para que haya vida en un terreno tan hostil. A ponerse en la piel de los kuku yalanji para imaginar sus m¨¦todos de supervivencia y su sabidur¨ªa ancestral sobre el entorno. Pero, sobre todo, pone un par¨¦ntesis al milenio actual y nos desplaza, como si de un viaje astral se tratara, a lo m¨¢s primitivo de la naturaleza. Deshacemos el camino con cierta nostalgia. Regresamos a 2024.
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