Del Caf¨¦ Sacher, en Viena, al Tortoni de Buenos Aires, saltando de caf¨¦ en caf¨¦ por 20 ciudades del mundo
Un pastel con el nombre de Mozart en Salzburgo, visitas guiadas a las plantaciones cafeteras de Costa Rica o un capuchino en el Tommaseo de Trieste. Un listado de propuestas irresistibles
Disfrutar de un buen caf¨¦ requiere su ceremonia, su tiempo y una atm¨®sfera adecuada. La cultura del caf¨¦ se extiende por todo el mundo, aunque principalmente en Europa, donde hay aut¨¦nticos templos dedicados a esta estimulante bebida a menudo acompa?ada de una buena tertulia.
Esta es una peque?a vuelta al mundo, de caf¨¦ en caf¨¦, para descubrir los mejores rincones para disfrutarlo en 20 ciudades. Muchos de ellos con d¨¦cadas de historia a sus espaldas y lugar de encuentro de numerosas personalidades.
Información en la guía 1000 experiencias únicas en Europa y en lonelyplanet.es.
1. New York Caf¨¦ y Centr¨¢l Grand Cafe (Budapest, Hungr¨ªa)
¡°El mejor caf¨¦ del mundo¡±, as¨ª se autopromociona el New York Caf¨¦ de Budapest. ?Y qui¨¦n iba a llevarle la contraria? Con su exuberante decoraci¨®n, las balaustradas de madera y las lujosas molduras de su techo, este espacio recuerda a un templo barroco. Este fastuoso caf¨¦ del a?o 1894, tradicional punto de encuentro de intelectuales y escritores en la capital h¨²ngara, ha salido sorprendentemente inc¨®lume de las tormentas de la historia y, desde hace unos a?os, tras una concienzuda restauraci¨®n, vuelve a ofrecer buen caf¨¦ y todo tipo de delicias para acompa?arlo.
El otro gran caf¨¦ literario de la ciudad es el Centr¨¢l Grand Caf¨¦, que tambi¨¦n atrajo desde el siglo XIX a un p¨²blico literario; incluso se editaban en sus salas dos peri¨®dicos locales de gran influencia.
Y es que los caf¨¦s de Budapest siempre han sido parte esencial de su vida social, mucho antes de que aparecieran otros salones similares en ciudades como Viena o Par¨ªs. Solo un dato: en las ¨²ltimas d¨¦cadas del Imperio austroh¨²ngaro, a principios del siglo XX, hab¨ªa en la ciudad m¨¢s de 600 de estos locales.
2. Grand Caf¨¦ Orient (Praga, Rep¨²blica Checa)
En la Casa de la Madona Negra, uno de los mejores ejemplos de la arquitectura cubista en Praga, est¨¢ ubicado el Grand Caf¨¦ Orient, un local ¨²nico en Europa. Desde sus extraordinarias l¨¢mparas de ara?a hasta los bancos acolchados tapizados a rayas verdes, todo es aqu¨ª cubista. Hasta los dulces. Por ejemplo, la coronita venecek, que es uno de los postres t¨ªpicos checos, generalmente redondo, aqu¨ª es cuadrado. El caf¨¦ actual imita la decoraci¨®n original aunque no todos los detalles de los interiores de ¨¦poca se pudieron rescatar tras un incendio que arras¨® con todo.
3. Caf¨¦ de la Paix, La Rotonde, Caf¨¦ de Flore y Les Deux Magots (Par¨ªs, Francia)
Par¨ªs es una de las capitales con m¨¢s caf¨¦s cl¨¢sicos del mundo. Por ellos han pasado artistas, escritores, pintores, intelectuales y grandes figuras de la industria del espect¨¢culo. Lugares como La Rotonde, un lugar emblem¨¢tico del barrio de Montparnasse que abri¨® sus puertas en 1911 y al que iban Picasso y Modigliani. O el m¨ªtico Les Deux Magots, en Saint-Germain-des-Pr¨¦s, en pleno Barrio Latino de la capital francesa, que fue el caf¨¦ de los rom¨¢nticos a finales del siglo XIX. Hoy mantiene su terraza con un gran ambiente y unas vistas estupendas. Tambi¨¦n merece una visita el Caf¨¦ de Flore, otro lugar de encuentro de intelectuales, sobre todo los existencialistas.
Pero hay que ir imprescindiblemente al Caf¨¦ de la Paix para encontrar el caf¨¦ parisino m¨¢s antiguo que todav¨ªa sigue abierto. Situado frente a la ?pera, este lugar est¨¢ lleno de historia y de historias. Fue inaugurado en 1862, pero cobr¨® su enorme fama con ocasi¨®n de la Exposici¨®n Universal de Par¨ªs de 1867. Esta instituci¨®n ha conservado hasta hoy su glamur mundano, con sus columnas doradas y sus frescos de estilo Segundo Imperio. Sigue siendo uno de los cl¨¢sicos de la gastronom¨ªa parisina, aunque sus precios est¨¢n en consonancia con su fama.
4. The Wolseley y otros cl¨¢sicos (Londres, Reino Unido)
En rigor, The Wolseley, con todos sus dorados cl¨¢sicos, no es un caf¨¦, sino un sal¨®n de t¨¦. Tambi¨¦n es restaurante, brasserie, punto de encuentro del mundo de la moda¡ (en la mesa n¨²mero 32 se sol¨ªa sentar Kate Moss). El tradicional afternoon tea que, por supuesto, tambi¨¦n existe en versi¨®n champ¨¢n, es, con sus deliciosos scones y su clotted cream, todo un sue?o. Servido, adem¨¢s, bajo altos arcos y columnas de m¨¢rmol.
En la capital brit¨¢nica, m¨¢s que caf¨¦s al estilo centroeuropeo, destacan los salones de t¨¦, y en esto no tienen rival. Y en todos, por supuesto, se sirve tambi¨¦n caf¨¦ a quien lo pida. Todos los grandes hoteles tienen su sal¨®n de t¨¦, pero entre los mejores y m¨¢s cl¨¢sicos est¨¢n los del Claridge¡¯s, el Ritz y The Berkeley (aqu¨ª los dulces est¨¢n dise?ados por grandes marcas de moda, como Gucci o Dolce & Gabbana). Y como no: el imprescindible e hist¨®rico Fortnum and Mason, en su Diamond Jubilee Tea Salon de la cuarta planta.
5. Caf¨¦ A Brasileira (Lisboa, Portugal)
Los lujosos caf¨¦s del siglo pasado, ?son una especie en extinci¨®n? Quiz¨¢s, pero han sobrevivido algunos magn¨ªficos ejemplares en Europa. En Lisboa, el caf¨¦ por excelencia es A Brasileira, en el Barrio Alto, donde la cultura del caf¨¦ florece, entre paredes cubiertas de espejos y una refinada decoraci¨®n, desde hace m¨¢s de 110 a?os: un cuarto de estar p¨²blico que permanece igual que en tiempos de Fernando Pessoa.
6. Confiter¨ªa Spr¨¹ngli (Z¨²rich, Suiza)
Elegir entre una oferta de dulces como la de la confiter¨ªa Spr¨¹ngli ¨Dchocolates fin¨ªsimos, pralin¨¦s o pastas¨D resulta complicad¨ªsimo. Y as¨ª era ya en 1836. Aqu¨ª tienen su origen, de hecho, los legendarios luxemburgerli, esas galletas rellenas de crema tan t¨ªpicas de Suiza.
7. Caf¨¦ Pushkin (Mosc¨², Rusia)
Este caf¨¦ naci¨® en 1964 con la canci¨®n Nathalie, de Gilbert B¨¦caud, en la que el cantante se encuentra con su amada ¨Duna supuesta gu¨ªa rusa que conoci¨® en una gira¨D en el ficticio caf¨¦ Pushkin de Mosc¨². El tema se hizo tan popular en su momento que muchos turistas franceses que visitaban la ciudad rusa buscaban aquel caf¨¦ que en realidad no exist¨ªa. As¨ª que hubo que crearlo a partir de la letra de la canci¨®n, y se inaugur¨® en 1999. Las antig¨¹edades cuidadosamente escogidas, las paredes forradas de madera y los platos rusos y franceses de su carta le confieren un encanto mundano.
8. Schamong Kaffee (Colonia, Alemania)
Schamong es el tostadero de caf¨¦ m¨¢s antiguo de Colonia, con m¨¢s de 50 a?os de historia. Su tienda vende una variada gama de mezclas: caf¨¦s cl¨¢sicos junto a interpretaciones especiales del grano de caf¨¦. Pero Schamong es tambi¨¦n una cafeter¨ªa, lo que significa que uno puede quedarse y disfrutar de una de las deliciosas composiciones de la casa. Tambi¨¦n es sede de la primera ¡°academia de caf¨¦¡± de la ciudad, donde ense?an, por ejemplo, que para preparar un aut¨¦ntico espresso han de seguirse estrictamente nada menos que siete reglas. Y todo ello con una gran preocupaci¨®n por la sostenibilidad.
9. Caf¨¦ Sacher (Viena, Austria)
A finales del siglo XIX y principios del XX, Viena era la capital de un gran imperio del que formaban parte no solo los austriacos, sino tambi¨¦n h¨²ngaros, checos, eslovacos, polacos, italianos, bosnios, rumanos, alemanes¡ Era una metr¨®poli comparable al Nueva York de hoy, y el centro de todo estaba en sus caf¨¦s. Casi todos se mantienen y conservan la atm¨®sfera de aquel tiempo en el que por ellos pasaban Mahler, Adolf Loos, Wagner, Klimt o Freud, hasta tal punto que los caf¨¦s de Viena son patrimonio cultural inmaterial de la Unesco.
El m¨¢s popular y tur¨ªstico es el Sacher, leyenda absoluta por su tarta de chocolate que lleva el mismo nombre y que siguen elaborando de una forma totalmente artesanal. Pero hay otros muchos en la ciudad, como el Sperl, de 1880, frecuentado por Gustav Klimt y Egon Schiele, que pagaban sus consumiciones con los dibujos que hac¨ªan en el caf¨¦. Por la misma ¨¦poca, Freud iba al Landtmann, muy cerca de su consulta.
10. Grand Caf¨¦ (Oslo, Noruega)
Todo Oslo qued¨® conmocionado con el anuncio de que el caf¨¦ del Grand Hotel, cargado de tradici¨®n, cerraba tras m¨¢s de 140 a?os de historia. A finales del siglo XIX, aqu¨ª ven¨ªan en busca de tranquilidad principalmente artistas: Henrik Ibsen acud¨ªa a diario, y Edvard Munch pint¨® el local. Hace pocos a?os lo han vuelto a abrir; lo han remodelado, pero sigue siendo el mismo acogedor oasis para pasar horas de reflexi¨®n frente a un buen caf¨¦.
11. Caff¨¨ Tommaseo (Trieste, Italia)
El Tommaseo, abierto en en el a?o 1830, sirvi¨® durante d¨¦cadas de punto de encuentro de empresarios de ¨¦xito, artistas e intelectuales, as¨ª como de epicentro de varios movimientos pol¨ªticos; de hecho, hay una exposici¨®n dedicada a su interesante historia. A este local de la localidad italiana de Trieste se viene, sin embargo, sobre todo por su capuchino.
12. Caf¨¦ Maiasmokk (Tallin, Estonia)
El Maiasmokk lleva en su sitio nada menos que desde 1864. La decoraci¨®n de este local de Tallin (Estonia) incluye numerosas piezas ¨²nicas que datan de aquella ¨¦poca. Con el caf¨¦ se pueden comer exquisitos bizcochos, tartas y pasteles. En una sala aneja, un peque?o museo del mazap¨¢n informa sobre la historia y el origen de esta pasta dulce de almendras.
13. Hafiz Mustafa (Estambul, Turqu¨ªa)
Un buen caf¨¦ a la turca es muy diferente al que se toma en la mayor parte de Europa: se prepara con caf¨¦ molido muy fino en el cezve, una t¨ªpica cafetera de cobre y lat¨®n con mango largo. Se sirve con posos y acompa?ado con las t¨ªpicas delicias turcas o baklavas. En el Hafiz Mustafa de Estambul hay golosinas y dulces turcos desde primera hora de la ma?ana hasta bien pasada la medianoche. Este negocio lo fund¨® un prestamista hace m¨¢s de 150 a?os. En la primera planta se puede tomar tranquilamente el t¨ªpico caf¨¦ negro turco o un t¨¦ negro fuerte. Es obligatorio probar la especialidad de la casa: baklavas rellenas de almendra o de pistacho que adem¨¢s exportan a todo el mundo.
14. Gran Caf¨¦ Gij¨®n (Madrid, Espa?a)
De todos los grandes caf¨¦s madrile?os famosos por sus tertulias, destaca el Caf¨¦ Gij¨®n, en el paseo de Recoletos de la capital espa?ola. Fue fundado por un asturiano afincado en la ciudad en 1888 y, desde el primer momento, se convirti¨® en un punto de reuni¨®n de escritores, artistas e intelectuales, cuyas palabras tal vez sigan dormitando en alg¨²n lugar de sus cortinas rojas. En este lugar se han sentado desde Salvador Dal¨ª o Luis Bu?uel hasta la legendaria esp¨ªa Mata Hari. Cuando, en 1914, el local se vendi¨®, el nuevo propietario tuvo que firmar que este negocio y su nombre jam¨¢s desaparecer¨ªan. Hoy sigue siendo un punto de referencia en la ciudad.
15. Confiter¨ªa Furst (Salzburgo, Austria)
No hay amante del dulce que pueda evitar una visita a la acogedora sede central de la confiter¨ªa Furst, en la plaza del Mercado de Salzburgo, o a sus otras tres sucursales. Aqu¨ª es imposible tomarse nada m¨¢s que un caf¨¦ e ignorar los m¨²ltiples y apetecibles dulces. Esta confiter¨ªa es conocida, sobre todo, por su peque?o y redondo bombazo, el Mozartkugel (bola de Mozart), que sigue prepar¨¢ndose seg¨²n la antigua receta.
16. Caff¨¨ Florian (Venecia, Italia)
En el caf¨¦ m¨¢s antiguo de Europa el tiempo parece haberse detenido. Desde su apertura en 1720, lo ¨²nico que ha cambiado en el Florian de Venecia son los precios y los clientes. Los rituales siguen siendo los mismos: camareros con chaquetas blancas sirven el capuchino en bandejas plateadas y, por la noche, la orquesta se pone en marcha. Donde hace siglos compart¨ªan sus reflexiones artistas, intelectuales y pol¨ªticos, hoy remueven sus capuchinos tropeles de turistas. El Florian fue el primer caf¨¦ de Italia donde pudieron entrar las mujeres, lo que le vali¨® el lamentable sobrenombre de ¡°coto de caza de Casanova¡±.
17. Antico Caff¨¨ Greco (Roma, Italia)
El caf¨¦ m¨¢s antiguo de Roma, abierto desde 1760, presume de sus camareros con frac y pajarita, camareras con delantales blancos con volantes, paredes de terciopelo rojo y espejos dorados picados por el tiempo. Los precios del Antico Caff¨¨ Greco reflejan este impresionante patrimonio. Casanova, Goethe, Wagner, Keats, Byron, Shelley y Baudelaire eran parroquianos habituales del local y hasta se puede uno echar en el canap¨¦ de color jengibre de Hans Christian Andersen (desde la entrada por V¨ªa dei Condotti, hay que atravesar las ocho salas hasta el ¨²ltimo sal¨®n, con un piano de cola).
18. Plantaci¨®n Britt y caf¨¦ La Mancha (San Jos¨¦, Costa Rica)
Costa Rica ha hecho del caf¨¦ uno de sus iconos y es impensable pasar por el pa¨ªs latinoamericano sin probar uno de los caf¨¦s m¨¢s famosos del mundo. Un buen lugar puede ser Barva, en el Valle Central. All¨ª se encuentra el tostadero costarricense m¨¢s famoso, Britt, que anima a una visita guiada de 90 minutos para conocer su plantaci¨®n, que tambi¨¦n incluye una cata de caf¨¦ e incluso una teatralizaci¨®n de la historia del caf¨¦.
Los que prefieran simplemente probar un buen caf¨¦ tienen en San Jos¨¦, la capital, muchos locales. Una buena recomendaci¨®n es el caf¨¦ La Mancha, escondido en un patio del hist¨®rico edificio Steinvorth. El establecimiento es fruto de la pasi¨®n de un fot¨®grafo costarricense por esta energizante bebida. Desde el cl¨¢sico cortado hasta el caf¨¦ de cafetera Chemex, ofrece la tecnolog¨ªa m¨¢s avanzada en su elaboraci¨®n. Es un tranquilo local, repleto de fotograf¨ªas y plantas, que sirve de oasis en el caos callejero.
19. Tortoni (Buenos Aires, Argentina)
La capital argentina hered¨® de la tradici¨®n italiana y espa?ola el gusto por los caf¨¦s con cristaleras modernistas y mesas de madera, convertidos en centros de la vida social y cultural. Los porte?os presumen incluso de ser ¡°la Viena de Am¨¦rica¡±. Y como s¨ªmbolo de todo esto, el famoso caf¨¦ Tortoni, el m¨¢s antiguo de Buenos Aires, que fue centro de emblem¨¢ticas tertulias literarias. Es a¨²n tan famoso que los autobuses cargados de turistas paran en la puerta, lo que le resta cierto encanto. Pese a todo, es una visita casi obligatoria para cualquiera que visite la ciudad. Lo mejor es pedir un par de churros con chocolate caliente y olvidarse de los precios mientras se disfruta del ambiente.
En Buenos Aires hay otros caf¨¦s con sabor literario, como el London City, el favorito de Julio Cort¨¢zar, que sit¨²a en este sal¨®n su novela Los premios. En el barrio de Palermo, el punto de encuentro de narradores y poetas porte?os es el Varela Varelita, y sus fotos cuelgan de sus paredes. Funciona hasta bien entrada la madrugada, algo muy habitual en Buenos Aires.
20. Camelot (Cracovia, Varsovia)
?El centro europeo de la cultura del caf¨¦? Viena, por supuesto. Solo que algunos entendidos consideran Cracovia la capital cafetera secreta. Y es que aqu¨ª abundan los caf¨¦s instalados en edificios hist¨®ricos de su casco antiguo y con una larga tradici¨®n. Por ejemplo, el caf¨¦ Camelot, donde se puede disfrutar acompa?ado de un trozo de tarta en sus acogedoras salas iluminadas con velas y mesas con tapetes de encaje. Aqu¨ª tampoco faltan los buenos desayunos y almuerzos para los que quieran algo m¨¢s que un buen caf¨¦.
Suscr¨ªbete aqu¨ª a la newsletter de El Viajero y encuentra inspiraci¨®n para tus pr¨®ximos viajes en nuestras cuentas de Facebook, Twitter e Instagram.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.