Probar para conocer
Cada sociedad comparte valores y gustos representativos de su comunidad. Solo derrib¨¢ndolos surgen las nuevas corrientes ideol¨®gicas, culturales y gastron¨®micas.
Abril es el mes de las fresas y los primeros esp¨¢rragos, los guisantes l¨¢grima, las jud¨ªas verdes y los tirabeques. En las vitrinas de las pescader¨ªas lucen anchoas, caballas y chicharros. Abril es el mes de la llegada a las costas de Islandia de los cet¨¢ceos m¨¢s grandes del mundo, el arranque de la temporada en Mugaritz y del D¨ªa del Libro y del Derecho de Autor. Y precisamente una rese?a de un libro de cocina de 1969 en la revista Time comenzaba as¨ª: ¡°Abril ha sido un gran mes en la vida de Alice May Brock, de 28 a?os. Conoci¨® a su esposo en abril (1961) y lo dej¨® en abril (1968). Abri¨® un peque?o restaurante en Stockbridge, Massachusetts, en abril (1966) y lo cerr¨® en abril (1967). Fue contratada para el cine en abril (1968), en el ¨¦xito de Arlo Guthrie Alice¡¯s Restaurant¡±.
Arlo Guthrie, autor del himno de la contracultura Alice¡¯s Restaurant que dio pie al filme del mismo nombre, lanz¨® a la popularidad a Alice Brock a finales de los sesenta, en medio del clima de cambio social y pol¨ªtico que activ¨® a parte de la juventud estadounidense. Junto a las demandas de libertad de expresi¨®n, ley de igualdad y amor libre, tambi¨¦n se desafi¨® la manera de comer en el pa¨ªs del fast?food. Alice Waters, nacida tambi¨¦n un abril, enarbolaba desde su restaurante muchos de los c¨®digos que hoy se asocian a la cocina m¨¢s comprometida. La inclusi¨®n social, el kil¨®metro cero o la sostenibilidad eran ideas que con otro nombre custodiaba su cocina en Chez Panisse. Waters revest¨ªa productos locales con las t¨¦cnicas y f¨®rmulas que fue asimilando durante sus estancias y viajes por Francia. Un pa¨ªs con una rica diversidad gastron¨®mica regional aunque muchos se ci?an al clich¨¦ de la mantequilla, el pato y el fuagr¨¢s, la baguette, las hierbas de Provenza y los quesos. Lo proclamaba May Brock cuando afirmaba de la gastronom¨ªa que ¡°los tomates y el or¨¦gano la hacen italiana; el vino y el estrag¨®n, francesa. La crema ¨¢cida la hace rusa. El lim¨®n y la canela, griega. La salsa de soja la hace china. El ajo la hace buena¡±.
Esos estereotipos reducen bastante la realidad, aunque encierran algo de verdad. La cohesi¨®n de las sociedades precisa de lugares, sabores y referencias comunes que pueden juzgarse como clich¨¦s, pero operan como denominador com¨²n. La disponibilidad natural de los ingredientes, junto a los factores sociales y preferencias conformados en el tiempo, han constituido esa memoria compartida de gustos arraigados. Es en ese campo donde se incuba el aprecio o rechazo hacia ciertos alimentos o combinaciones que acaban siendo representativos de una comunidad. Un revestimiento cultural que anticipar¨¢ en la memoria la interpretaci¨®n de la realidad percibida.
La canci¨®n Alice¡¯s Restaurant, los tumultuosos sesenta, el ¨²ltimo libro del escritor Harkaitz Cano, la ratatouille de Alice Waters o el mes de abril representan para cada uno algo distinto. Todo viene determinado por el software que llevemos puesto y que favorece a aquellas cosas con las que crecimos ¡ªcostumbres, comidas, afectos¡ª, lo que desencadena una renuncia a la experimentaci¨®n. Lo familiar se sabe qu¨¦ ofrece, mientras lo novedoso abre la puerta a la incertidumbre, una abstracci¨®n que puede desagradar. Aunque no hay forma de conocer sin probar.
Pasa con la comida y con las propuestas que agitaron en los sesenta los cimientos de la sociedad. Movimientos que desbordaron los valores culturales e ideol¨®gicos predominantes con consignas que horadaron la comprensi¨®n que se ten¨ªa del mundo. De las desave?nencias de entonces surgieron corrientes ambientalistas, anticolonialistas, pacifistas, de derechos civiles, feministas, LGTBI y de alimentaci¨®n sana, consolidadas hoy como sensibilidades mayoritarias. Al fin y al cabo, Mayo del 68 empez¨® en abril.
Las sardinas
Ingredientes
Para 4 personas
Para las sardinas
- 8 sardinas
- 500 gramos de az¨²car
- 500 gramos de sal
Para la crema de interiores
- Interiores de sardina
- 1 litro de agua
- 80 gramos de sal
- 500 mililitros de agua
- 50 gramos de bicarbonato s¨®dico
- 100 gramos de cebolla
- 100 gramos de berenjena
- 20 mililitros de aceite de oliva
Para las migas de ma¨ªz
- 50 gramos de ajo
- 200 gramos de harina de ma¨ªz de Iparralde
- 50 gramos de az¨²car
- 200 gramos de mantequilla a dados
Instrucciones
1. Las sardinas
Limpiar las sardinas reservando las tripas con agua y hielo. A continuación, deslomarlas cuidadosamente con los dedos, con la precaución de dejar la espina intacta. Reservar los lomos y secar. Mezclar el azúcar y la sal, y cubrir las sardinas durante una hora con esa mezcla. Limpiar con mucho cuidado en agua fría y volver a secar.
2. La crema de interiores
Después de desangrar los interiores en agua y hielo, hacer una salmuera con el agua y la sal y sumergirlos en ella durante 20 minutos. Retirar, hacer un baño con la otra parte del agua y el bicarbonato y sumergir los interiores durante otros 20 minutos. Lavar y secar 12 horas a 70 grados centígrados sobre papel de horno.
Por otro lado, limpiar y cortar las verduras y pocharlas con un poco de aceite de oliva hasta que estén doradas. Triturarlas junto a los interiores y reservar en frío.
4. Las migas de ma¨ªz
Picar el ajo muy finamente. Mezclar todos los ingredientes hasta que tengan una textura arenosa. Hornear 10 minutos a 180 grados centígrados y dejar reposar antes de romper con una espátula.
5. Acabado y presentaci¨®n
Disponer un poco de crema de los interiores, servir encima unos lomos de sardina y acabar con unas migas de maíz.
Aporte nutricional
La sardina aporta unas 153 kilocalor¨ªas por 100 gramos de porci¨®n comestible y unos 10 de grasa. Es una gran fuente de omega-3 y algunas vitaminas como la B12, la B1, la A o la D.
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