Aqu¨ª estamos, querido Ram¨®n
No ha sido el ¨²nico para quien la nueva ley de eutanasia ha llegado muy tarde. Tanto sufrimiento, y tan innecesario
Entre todas las cartas que he recibido en mi vida hay una que guardo con especial cari?o. Son s¨®lo cuatro palabras en una cuartilla; est¨¢n escritas con bol¨ªgrafo, en una letra irregular y temblorosa, llena de tropezones en el trazo, pero se lee con claridad. Y dice: ¡°Muchas gracias. Ram¨®n Sampedro¡±.
No s¨¦ si las nuevas generaciones sabr¨¢n qui¨¦n fue Ram¨®n Sampedro. Quiz¨¢ s¨ª por Mar adentro, esa maravilla de pel¨ªcula, ganadora de un Oscar, que Amen¨¢bar hizo en 2004 sobre ¨¦l. Dir¨¦ de todas formas que Ram¨®n naci¨® en 1943; marino mercante de profesi¨®n, a la espl¨¦ndida edad de 25 a?os se zambull¨® en el mar desde una roca en su Galicia natal y se rompi¨® el cuello. Qued¨® tetrapl¨¦jico y vivi¨® en esas horrendas condiciones durante casi tres d¨¦cadas. A partir de 1993, es decir, tras pasar 25 a?os encarcelado en su propio cuerpo, empez¨® a reclamar su derecho a una muerte digna. Ped¨ªa que le quitaran las sondas que lo alimentaban, o que un m¨¦dico le diera los f¨¢rmacos necesarios. No lo consigui¨®. Finalmente, en 1998, ayudado por amigos, pudo sorber cianuro con una pajita. ¡°Hoy, cansado de la desidia institucional, me veo obligado a morir a escondidas, como un criminal¡±, dijo en su v¨ªdeo de despedida. Fue el primer espa?ol que puso el tema de la eutanasia ante nuestras narices. Publiqu¨¦ un art¨ªculo hablando de su terrible lucha, y por eso me envi¨® esa carta escrita con la boca. La atesoro.
No ha sido el ¨²nico para quien la nueva ley de eutanasia ha llegado muy tarde. Tanto sufrimiento, y tan innecesario. Y no s¨®lo en Espa?a, por supuesto. Hace un par de semanas consigui¨® por fin la muerte en Colombia una mujer cuyo caso ha marcado un hito en su pa¨ªs, al igual que Sampedro lo hizo aqu¨ª. Hablo de Yolanda Chaparro, de 71 a?os, diagnosticada hace tres de ELA, una enfermedad cruel que te acaba paralizando. Colombia tiene una situaci¨®n ambigua respecto a la eutanasia y eso hizo que los m¨¦dicos le negaran la ayuda a Yolanda, argumentado que todav¨ªa deb¨ªa deteriorarse mucho m¨¢s; que, para poder morir, antes ten¨ªa que estar completamente postrada en cama, haber perdido el habla, necesitar ayuda para todo y no ser capaz de masticar. ?C¨®mo? ?Pero qu¨¦ parte de ¡°derecho a una muerte digna¡± no entendieron los malditos m¨¦dicos colombianos? Es justamente todo eso, todo ese terror y ese horror, lo que la eutanasia debe ahorrarnos.
Los seres humanos somos bastante absurdos. Jam¨¢s pensamos en la muerte, aunque es la ¨²nica certidumbre que tenemos de nuestro futuro. La muerte forma parte de la vida, y es justamente por respeto a la vida por lo que hay que regular el derecho a una buena muerte. Esto es, a una salida digna de un sufrimiento extremo. La ley de la eutanasia no obliga a nadie, s¨®lo cuida y ayuda. Esto es algo tan obvio que me cuesta entender los 141 votos contrarios a la ley. Como tampoco entiendo que ahora los del PP aleguen que es mejor reforzar los cuidados paliativos y la dependencia, cuando se han opuesto en tres ocasiones a legislar la paliaci¨®n y han recortado 12.000 millones de euros en dependencia. En fin, creo que han perdido la oportunidad de hacer algo bueno y grande.
Porque para m¨ª es conmovedor y emocionante poder vivir el hito hist¨®rico de la aprobaci¨®n de una ley semejante. La ha promovido el PSOE y se lo agradezco, pero en cualquier caso es una de esas leyes esenciales, transversales y apartidistas que pertenecen a toda la sociedad (y a toda la humanidad) y que nos hemos ganado madurando como pa¨ªs: seg¨²n el CIS, el 82% de los espa?oles est¨¢n a favor. Pasar¨¢n los a?os, pocos a?os, y la evidente justicia y necesidad de la regulaci¨®n de la eutanasia ser¨¢ algo tan indiscutible como las leyes que dieron el voto a las mujeres o que abolieron la esclavitud.
La muerte por ingesti¨®n de cianuro puede tardar entre 10 minutos y una hora y es muy dolorosa: sientes que te quemas por dentro y que te asfixias. En su v¨ªdeo final, Ram¨®n Sampedro dec¨ªa: ¡°Considero que vivir es un derecho, no una obligaci¨®n. He sido obligado a soportar esta penosa situaci¨®n (¡). S¨®lo el tiempo y la evoluci¨®n de las conciencias decidir¨¢n alg¨²n d¨ªa si mi petici¨®n era razonable o no¡±. Y aqu¨ª estamos, querido Ram¨®n. S¨ª, era razonable. Han ganado el amor al ?pr¨®jimo y la vida.
@BrunaHusky
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