Philippine Leroy-Beaulieu, la estrella inesperada de ¡®Emily en Par¨ªs¡¯: ¡°El #MeToo fue cosm¨¦tica. Todo el mundo puso el ¡®hashtag¡¯ y luego se olvid¨®¡±
A punto de cumplir 60 a?os, la actriz francesa se ha convertido en una celebridad mundial gracias a su papel en una de las series preferidas de la generaci¨®n Z. Asegura que no se parece mucho a su personaje, una parisiense segura de s¨ª misma e irreverente, aunque lo cierto es que tampoco es tan diferente
Los turistas que atestan Par¨ªs suelen confundir a Philippine Leroy-Beaulieu (Par¨ªs, 59 a?os) con Sylvie Grateau, el personaje que la actriz interpreta en la serie de televisi¨®n Emily en Par¨ªs. Da igual que est¨¦ almorzando en un tranquilo bistr¨® de la Rive Gauche o viendo la ¨²ltima colecci¨®n de alta costura de Schiaparelli al otro lado del Sena, siempre hay alguien que se acerca a ella con la fantas¨ªa de hablar y hacerse un selfi con la jefa sexy e irreverente de Emily Cooper (Lily Collins). ¡°Yo saludo y soy atenta, por supuesto. Entonces se dan cuenta de que no soy como Sylvie y me dicen: ¡®Eres mucho m¨¢s simp¨¢tica¡±, reconoce Leroy-Beaulieu mientras nos atiende en un peque?o caf¨¦ cerca de su casa, en el barrio de Saint-Germain-des-Pr¨¦s. ¡°Ya no puedo bajar a la calle en pijama para comprar una baguette. A los franceses les da igual, porque son blas¨¦s, indiferentes. Pero los turistas son muy entusiastas¡±, contin¨²a, bajando un poco la mirada para no ser reconocida por dos chicas j¨®venes que acaban de entrar en la cantina.
Darren Star, creador de Emily en Par¨ªs y de ¨¦xitos televisivos como Sensaci¨®n de vivir, Melrose Place y Sexo en Nueva York, no ten¨ªa en mente a Leroy-Beaulieu cuando empez¨® con la b¨²squeda de alguien que diera vida a Sylvie Grateau. De hecho, el productor estadounidense y los guionistas de la comedia buscaban a una mujer de 35 o 40 a?os. ¡°Pero la directora de casting me conoc¨ªa bien y me dijo que lo intentara. Me present¨¦ y no volv¨ª a saber nada de ellos durante dos meses. Pens¨¦: ¡®Habr¨¢n encontrado a alguien m¨¢s joven. No pasa nada¡¯. Finalmente me llamaron¡±, recuerda la actriz. Reconoce que todo esto se debe a las plataformas de streaming como Netflix, que est¨¢n dando m¨¢s oportunidades a int¨¦rpretes de todo el mundo y de todas las edades. ¡°Es verdad que cuando tienes m¨¢s de 50 a?os recibes menos propuestas de trabajo. Pero no quiero quejarme mucho sobre este asunto. Creo que las actrices deber¨ªamos dejar de quejarnos sobre nuestra condici¨®n de mujeres y simplemente actuar. Si uno insiste en decir que es v¨ªctima de una injusticia, entonces puede terminar convirti¨¦ndose en eso por el resto de su vida. El mundo est¨¢ lleno de injusticias y hay que luchar por lo que uno quiere. No quiero parecer arrogante, pero lo siento as¨ª¡±, dice.
Leroy-Beaulieu es una pieza fundamental del fen¨®meno de Emily en Par¨ªs, un ¨¦xito global desde su estreno. Casi 60 millones de hogares en todo el mundo vieron la serie durante su primer mes en pantalla, en 2020. La tercera temporada, estrenada en diciembre de 2022, alcanz¨® en pocas semanas el primer puesto en el ranking de lo m¨¢s visto en Netflix. Pero la popularidad no es algo nuevo para la actriz, una celebridad en Francia desde que el director de cine Roger Vadim le diera su primer papel en la pel¨ªcula Surprise Party, en 1983. Dos a?os despu¨¦s, protagoniz¨® Tres solteros y un biber¨®n, que le vali¨® una nominaci¨®n a mejor actriz revelaci¨®n en los Cesar. La cinta gan¨® el premio de la Academia de Cine Franc¨¦s a la mejor pel¨ªcula en 1986 y fue nominada al Oscar en la categor¨ªa de mejor largometraje internacional. ¡°Es muy peligroso alcanzar el ¨¦xito cuando eres muy joven. Yo estaba empezando en esta profesi¨®n y ten¨ªa miedo porque de peque?a hab¨ªa visto c¨®mo mi padre hab¨ªa tenido que lidiar con la fama. No siempre fue sencillo¡±, recuerda en un perfecto espa?ol. El dominio de nuestra lengua le viene de un romance de juventud con un argentino.
Cuando habla de su padre, se refiere a Philippe Leroy-Beaulieu, un reconocido actor franc¨¦s que en los sesenta y setenta trabaj¨® a las ¨®rdenes de directores como Jean-Luc Godard, Jacques Deray, Dario Argento y Luc Besson. Philippine naci¨® en 1963, el a?o en que su padre se hizo conocido gracias a su papel en 55 d¨ªas en Pek¨ªn, el cl¨¢sico de Hollywood protagonizado por Charlton Heston, Ava Gardner y David Niven. Al a?o siguiente, Philippe Leroy-Beaulieu rodar¨ªa Llanto por un bandido, de Carlos Saura, y Una mujer casada, de Godard, y se convertir¨ªa en una estrella en Italia. ¡°Crec¨ª en la Roma de la dolce vita¡±, dice la actriz, que vivi¨® su infancia rodeada de paparazis y famosos, pero tambi¨¦n de miradas intrusas e interrupciones inc¨®modas. ¡°Cuando era ni?a no pod¨ªa salir a almorzar con mi padre porque la gente se acercaba todo el tiempo a pedirle aut¨®grafos. Fue complicado para m¨ª¡±, admite, mientras se ajusta el gorro de lana que ha decidido no quitarse durante la entrevista. El reconocimiento que est¨¢ viviendo ahora es diferente. ¡°Ya tengo una edad y he vivido mucho. No soy tan inocente como cuando era joven. Ahora me tomo todo con m¨¢s tranquilidad¡±.
Su sue?o de ser actriz comenz¨® cuando ten¨ªa 12 a?os y vio a la bailarina de ballet Carla Fracci interpretando el papel de Odette en El lago de los cisnes. Poco despu¨¦s qued¨® fascinada con Liza Minnelli en Cabaret y entonces lo tuvo claro. Con 16 empez¨® a estudiar Arte Dram¨¢tico en Par¨ªs. Su padre se alegr¨®. Su madre, Fran?oise Laurent, una exmodelo que trabajaba como estilista y asesora del dise?ador Marc Bohan en la casa de moda Christian Dior, intent¨® disuadirla. ¡°Ella viv¨ªa con un actor y sab¨ªa lo dif¨ªcil que era eso. No le faltaba raz¨®n¡±, apunta. A lo largo de estos 40 a?os de carrera, ha tenido altos y bajos y por eso se toma lo que est¨¢ viviendo con calma: ¡°S¨¦ que el d¨ªa de ma?ana puedo volver a caer en el olvido¡±.
No parece que eso vaya a ocurrir muy pronto. En verano comenzar¨¢ a rodar la cuarta temporada de Emily en Par¨ªs y en los ¨²ltimos meses ha recibido muchas ofertas para trabajar en Estados Unidos. Las ha rechazado todas. Dice que en Hollywood le proponen papeles que se parecen a Sylvie, pero que son peores versiones de la Sylvie original. ¡°Es lo que ocurre cuando tienes ¨¦xito con un personaje, te proponen repetirlo cien veces¡±, se lamenta. ¡°Adem¨¢s, amo demasiado Europa. Soy muy europea. Crec¨ª en Italia, vivo en Francia, mi hija vive en Inglaterra, tengo amigos en Portugal y Espa?a¡ ?Por qu¨¦ iba a mudarme a Estados Unidos? La brecha cultural entre Francia y EE UU es enorme¡±, se?ala. Emily en Par¨ªs muestra precisamente eso: las diferencias culturales que existen entre franceses y estadounidenses. Lily Collins interpreta a Emily, una inexperta americana que llega a la Ciudad de la Luz para trabajar en una agencia de marketing. Leroy-Beaulieu encarna a su jefa parisiense: avezada, empoderada, chic y sin prejuicios sexuales (su personaje est¨¢ casado, aunque eso no le impide vivir aventuras con hombres m¨¢s j¨®venes).
Las cr¨ªticas a Emily en Par¨ªs confirman que la brecha cultural de la que habla la actriz es real. La opini¨®n p¨²blica y la audiencia estadounidenses han adorado la serie. La prensa y el p¨²blico franc¨¦s han sido m¨¢s esc¨¦pticos. ¡°Las boinas. Los cruasanes. Las baguettes. Los camareros hostiles. Los conserjes irascibles. Los mujeriegos empedernidos. Los amantes y las amantes. Nombra un clich¨¦ sobre Francia y los franceses y lo encontrar¨¢s en Emily en Par¨ªs¡±, public¨® el peri¨®dico 20 Minutes cuando se estren¨® la comedia. ¡°A veces los franceses podemos ser esnobs y arrogantes¡±, sentencia la actriz, bajando un poco la voz para que no la oigan los otros clientes del caf¨¦. ¡°Hay gente que me dice que ha visto toda una temporada y que la ha odiado, y yo les pregunto: ¡®?Entonces por qu¨¦ has visto los 10 cap¨ªtulos?¡±.
No parece interesarle la opini¨®n de los cr¨ªticos, pero s¨ª la de las mujeres j¨®venes (y no tan j¨®venes) que ven Emily en todo el mundo. ¡°Mi personaje les dice que pueden sentirse seguras de s¨ª mismas sin la arrogancia de los hombres. Durante mucho tiempo, las mujeres intentaron romper el techo de cristal actuando como ellos. Hoy podemos conseguir lo que queramos sin tener que imitarlos, sin pretender ser machos¡±, explica. Sin embargo, se niega a hablar de las mujeres como v¨ªctimas del machismo o del patriarcado. ¡°Estamos obsesionados con la cultura del victimismo. Estamos obsesionados con sentirnos ofendidos y con un concepto reduccionista de la identidad. Si eres mujer, esa tiene que ser tu identidad. Si eres negro, esa tiene que ser tu identidad. Si eres gay, esa tiene que ser tu identidad. Una sola palabra no deber¨ªa definir todo lo que somos¡±, contin¨²a.
Muchas artistas francesas de su generaci¨®n se han mostrado cr¨ªticas con el #MeToo, el movimiento iniciado como hashtag en las redes sociales en 2017. Surgi¨® entre las actrices estadounidenses para denunciar la agresi¨®n y el acoso sexual en la industria del entretenimiento, a ra¨ªz de las acusaciones de abusos contra el productor de cine Harvey Weinstein. Pocos meses despu¨¦s de que se hiciera viral, un centenar de actrices, cantantes e intelectuales de Francia firmaron un manifiesto a favor del derecho de los hombres a ¡°importunar¡± porque, seg¨²n ellas, es ¡°indispensable para la libertad sexual¡±. ¡°La violaci¨®n es un crimen. Pero el ligue insistente o desafortunado no es un delito, ni la galanter¨ªa es una agresi¨®n machista¡±, afirmaron estrellas de la talla de Catherine Deneuve e Ingrid Caven. Leroy-Beaulieu tiene sentimientos encontrados con el activismo de Hollywood. ¡°Yo creo que el #MeToo fue cosm¨¦tica. Lamento decirlo y s¨¦ que la gente me va a odiar. Fue importante hablar de ello, pero luego se cometieron excesos. Una parte del movimiento, no todo, empez¨® a odiar a los hombres y decidi¨® que todos son violadores. Y eso es rid¨ªculo. ?Ad¨®nde nos conduce?¡±, dice, gesticulando impetuosamente con sus manos. ¡°S¨ª que sirvi¨® para crear conciencia sobre un problema. Pero hay gente que piensa que como ocurri¨® el #MeToo ahora todo est¨¢ bien. As¨ª de mal est¨¢n las cosas. El exceso hizo que nos dijeran que deb¨ªamos pasar p¨¢gina, que todo estaba bien. Pues no, sigue habiendo problemas. Todo el mundo puso el hashtag y luego se olvid¨®. Esto no deber¨ªa ser un hashtag ni maquillaje. Odio el activismo de Instagram¡±.
Por un instante, Philippine se parece a Sylvie, el personaje irreverente que la ha hecho famosa. En abril, la actriz cumplir¨¢ 60 a?os. ¡°Pero no me preocupa envejecer. He heredado los genes de mi padre. Tiene 92 a?os y hasta no hace mucho practicaba paracaidismo¡±, dice soltando una carcajada. Ella tambi¨¦n parece estar preparada para dar grandes saltos.
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