Estopa, 25 a?os de rumba
Un disco nuevo, una gira nacional con r¨¦cords de ventas, una Medalla de Oro al M¨¦rito en las Bellas Artes y sus bodas de plata con la m¨²sica: hace ya 25 a?os que se public¨® ¡®Estopa¡¯, su primer trabajo. Los hermanos David y Jose Mu?oz tienen mucho que celebrar en este 2024, y lo hacen compartiendo comida, bebida, m¨²sica y risas
¡°?Que c¨®mo lo hemos hecho para que el grupo funcione durante 25 a?os? La verdad, no tengo ni idea¡±, sonr¨ªe Jose Mu?oz, guitarrista y 50% del d¨²o de rumba, rock, pop ¡ªy m¨¢s¡ª Estopa. ¡°Sobre la marcha, supongo: cuando acabas un disco te entra la oscuridad; te quedas vac¨ªo y crees que ya no te va a salir nunca otra canci¨®n. Piensas: ?c¨®mo me van a salir m¨¢s, si ya he hecho un mont¨®n? Y te da el cague, claro¡±. Su hermano David, la otra mitad ¡ªcantante y tambi¨¦n guitarrista¡ª, corrobora: ¡°Pero te vas de gira, y luego poco a poco vamos haciendo: con la primera [canci¨®n] nueva, nos damos con un canto en los dientes de que salga algo que se pueda escuchar, luego haces otra, luego ya le pillas el tranquillo, y as¨ª pues m¨¢s o menos ya sale el siguiente disco¡±.
Cuando lo dicen los hermanos Mu?oz con relajado convencimiento, copa de cerveza en una mano, torrezno en la otra y mirando al monte desde la terraza de un restaurante de cocina tradicional en Sant Just Desvern ¡ª?muy cerca de su Cornell¨¤¡ª, suena tan sencillo que dan ganas de dejarlo todo y lanzarse a perseguir un sue?o de juventud. Pero antes de pedir el finiquito y comprarse una guitarra, es importante saber que detr¨¢s de su nuevo trabajo, Estop¨ªa (Sony Music, a la venta el 15 de marzo), hay una cantidad importante de tiempo, talento, trabajo, energ¨ªa y t¨¦cnica. Fuego, su ¨²ltimo ¨¢lbum hasta la fecha, sali¨® en 2019: ¡°Luego vino la pandemia, as¨ª que hemos tenido cuatro a?os para hacerlo¡±, matiza Jose. ¡°Pero durante el confinamiento no compusimos, ?eh? Est¨¢bamos separados y nos dedicamos a hacer ejercicio en casa, ver series, jugar a la consola y no hacer nada: yo, la verdad, me lo pas¨¦ muy bien¡±, recuerda David. ¡°Cuando ya nos pudimos volver a juntar empezamos a tocar juntos, que ten¨ªamos muchas ganas, y de ah¨ª sale Estop¨ªa¡±.
Mientras, repasan la carta para pedir la comida. David: ¡°He visto por ah¨ª unas alb¨®ndigas con muy buena pinta: yo quiero. ?Fuet, hay? ?Jam¨®n? ?Pan con tomate?¡±. Jose: ¡°Mi hermano tiene el gusto de Happy Meal, de men¨² infantil¡±. David: ¡°Bueno, un par de cal?ots me comer¨¦, al menos lo intento¡±. Jose: ¡°No le gusta ni la paella ni los canelones, imag¨ªnate¡±. Jose pide tambi¨¦n chulet¨®n de vaca vieja, ¡°si puede ser, bien hecho¡±, con all i oli, arroz de monta?a y cal?ots a la brasa, una de las especialidades de la casa.
Su primer single, ¡®El d¨ªa que t¨² te marches¡¯, se lanz¨® el pasado mes de noviembre y acumula ya m¨¢s de cinco millones de reproducciones en Spotify (lejos todav¨ªa de los 132 millones que lleva su hit ¡®Como Camar¨®n¡¯). Es una rumba can¨®nica, que recuerda a sus primeras canciones por el combo caracter¨ªstico entre melod¨ªas pegadizas, letras con cierta tendencia a la melancol¨ªa y coros de la artista flamenca Chonchi Heredia, que tambi¨¦n los acompa?a desde sus inicios. ¡°La nostalgia es un tema principal en nuestra m¨²sica, ya desde j¨®venes: con 16 a?os escribimos una letra que dec¨ªa ¡®sentado en una mesa paticoja y desmembrada, hoy me paro a hacer balance de una vida pasada¡¯. Venga ya, ?pero qu¨¦ balance iba a hacer, joder, si era un ni?o!¡±, r¨ªe el mayor de los Mu?oz.
Por el videoclip que acompa?¨® este lanzamiento desfilan m¨²ltiples referencias a su carrera, hechas con t¨¦cnicas de escaneado 3D, rodaje volum¨¦trico y trabajo de efectos especiales, adem¨¢s de herramientas de inteligencia artificial. ¡°Quer¨ªamos usarla porque vimos un anuncio de Coca-Cola que pon¨ªa ¡®100% realizado con IA¡¯ que nos mol¨® much¨ªsimo, y nos lo cre¨ªmos porque somos unos inocentes¡±, recuerda Jose. ¡°Pero desde Glassworks [la productora con la que trabajaron para este proyecto] nos dijeron: ¡®Chicos, si no quer¨¦is que se quede obsoleto r¨¢pido, va a haber que usar bastantes m¨¢s cosas¡¯, y claro, nosotros quer¨ªamos hacer algo que perdurara en el tiempo, as¨ª que fuimos con todo¡±. Su dise?ador e ilustrador de cabecera, Jandi, tambi¨¦n utiliz¨® herramientas de IA en el dise?o de la portada del disco, un tr¨ªptico inspirado en El jard¨ªn de las delicias, del Bosco, que le llev¨® cuatro meses de trabajo. ¡°Lo que no es lo mismo que hacerlo solamente con inteligencia artificial¡±, matiza David, con intenciones de zanjar la pol¨¦mica generada al respecto en redes sociales. ¡°Jandi lo dice muy bien: la t¨¦cnica se podr¨¢ mejorar, pero la creatividad siempre va a ser humana, y el resultado final es completamente humano, aunque tambi¨¦n entendemos a los ilustradores que se han enfadado con nosotros: la verdad, es un debate muy interesante¡±.
El v¨ªdeo de ¡®El d¨ªa que t¨² te marches¡¯ ha sido, asegura David, ¡°como vivir la experiencia total para cualquier aficionado a los videojuegos como nosotros: poder meterte en tu propia aventura, y si eres fan puedes pasarte todo el v¨ªdeo cazando las diferentes estop¨ªas¡±. Desde el logo de la Seat ¡ªf¨¢brica en la que trabajaron antes de vivir de la m¨²sica y donde se fabricaba el Panda contra el que se estrellaron en la m¨ªtica ¡®Por la raja de tu falda¡¯¡ª hasta su barrio, el cerdo de la portada de Destrangis o el bar en el que crecieron. ¡°Fue un sitio muy importante para nosotros: mi padre abr¨ªa a las nueve de la ma?ana y a veces cerraba a la una¡ Le met¨ªa 15 y 16 horas¡±, recuerda Jose, ¡°as¨ª que nosotros nos hemos criado con los clientes del bar¡±.
El segundo avance del disco, ¡®La rumba del Pesca¨ªlla¡¯ ¡ªdonde cantan por primera vez en catal¨¢n¡ª, es un homenaje festivo y guitarrero a la Barcelona gitana que vio nacer a Antonio Gonz¨¢lez. ¡°Tengo unos amigos que viven en Gr¨¤cia y me dijeron: ¡®Vente a mi barrio, que lo vas a flipar¡¯. ?bamos paseando por la calle, que estaba de chavaler¨ªo a tope y, sin pararnos en ning¨²n bar, todo itinerante, sal¨ªan de aqu¨ª una cerveza fr¨ªa y de all¨ª un kebab buen¨ªsimo¡±, recuerda el mayor de los Mu?oz. ¡°De repente paramos en un sitio y me dice: ¡®Mira esto, que a ti te va a gustar¡¯, y en la puerta hab¨ªa una placa que pon¨ªa: ¡®l¡¯ any 1925, va n¨¦ixer Antonio Gonz¨¢lez El Pesca¨ªlla, creador de la rumba catalana¡¯ (en 1925, naci¨® Antonio Gonz¨¢lez El Pesca¨ªlla, creador de la rumba catalana), y as¨ª tal cual empieza la canci¨®n: digamos que us¨¦ la placa como herramienta para inspirarme¡±, r¨ªe. ¡°Usamos m¨¢s herramientas, ?eh?¡±, recuerda su hermano. ¡°Al final, cuando la canci¨®n empieza a ir m¨¢s r¨¢pida, en el estudio le metimos la f¨®rmula de ¡®Pibonacci¡¯ [Fibonacci], as¨ª como curiosidad: acelera, pero con l¨®gica¡±. Tambi¨¦n rumbeando, pero esta vez en versi¨®n ¡°ochentera, lentita, rom¨¢ntica y acaramel¨¢¡±, seg¨²n su cantante, llega ¡®Ma?ana clara¡¯, con reminiscencias de Manzanita, Los Chunguitos, sus adorados Chichos y, sobre todo, Bord¨®n 4.
Este 25? aniversario tambi¨¦n trae debajo del brazo una gira nacional e internacional de grandes recintos en la que han pulverizado r¨¦cords de ventas: las entradas para sus conciertos en Madrid (C¨ªvitas Metropolitano) y Barcelona (Estadio Ol¨ªmpico Llu¨ªs Companys) se vendieron en menos de dos horas. ?Ser¨¢ este el evento que re¨²na a la generaci¨®n X con la Z? Jose: ¡°Es verdad que al principio nuestro p¨²blico eran chavales de 16 a?os, y a medida que fuimos haciendo discos esta gente fue creciendo con nosotros. La juventud en un cierto momento se dedic¨® a escuchar otras cosas, y de un tiempo a esta parte ha vuelto¡±. David: ¡°Igual es que ya hemos pasado a ser puretas, aunque yo no me veo as¨ª, ?eh? Que jugamos a la consola y salimos con los amigos por ah¨ª a pillarnos un pedo, no al bingo, y eso es claramente de joven¡±. Jose: ¡°Estamos en nuestro peak¡±. David: ¡°?Qu¨¦ es eso, t¨ªo?¡±. Jose: ¡°?No lo sabes? Quiere decir que estamos en nuestro mejor momento (y que, efectivamente, t¨² eres un pureta)¡±. Los dos se r¨ªen.
¡°La verdad es que cuando nos lo propusieron dijimos: pero ?c¨®mo vamos a llenar esos sitios tan grandes? Adem¨¢s, lo de ser los primeros espa?olitos que tocan en el Montju?c¡, con lo contentos que est¨¢bamos con nuestro Palau Sant Jordi, que lo ten¨ªamos por la mano¡±, recuerda Jose, que se pas¨® el d¨ªa antes de sacar las entradas a la venta con un tic en el ojo. ¡°Y despu¨¦s hay que tocar, claro, que sigue dando el mismo v¨¦rtigo que la primera vez¡±. David: ¡°Yo so?aba que por ir de guais despu¨¦s no ven¨ªa nadie, y se ve¨ªa el t¨ªpico sitio desolado¡±. Jose: ¡°Por la noche nos ven¨ªamos abajo, dec¨ªamos: llamamos al t¨ªo y le decimos que no, ?eh?, y luego por la ma?ana nos ven¨ªamos arriba, en plan ?venga, hombre, que podemos! ?Qui¨¦n falla los penaltis? ?El que los tira!¡±. David: ¡°La vida es de los valientes y tal, pero as¨ª es la serotonina, que baja por la noche¡±.
No es la ¨²nica cosa que pasa cuando se pone el sol: los Mu?oz coinciden en que este es un ¨¢lbum ¡°muy on¨ªrico¡±. ¡°No digo n¨¢' es mi canci¨®n favorita¡, y adem¨¢s la so?¨¦. La melod¨ªa, la primera frase y la segunda, cuando dice ¡®nos quedamos dormidos al raso¡±, canta David. ¡°Me despert¨¦ y dije: pero ?qu¨¦ es esto?, y lo mismo con ¡®Sola¡±, el tema que ocupa el puesto noveno en el ¨¢lbum, el n¨²mero en el que suelen poner las canciones m¨¢s especiales. ¡°Es el primer disco que hacemos sin fumar [porros] y ahora so?amos much¨ªsimo. Ya no compongo por el d¨ªa, es una pasada, me voy a dormir y digo: Bueno, pues a ver qu¨¦ sale hoy¡±, cuenta David. ¡°Durante el sue?o vienen colegas ¡ªpor ejemplo, uno que es prot¨¦sico dental, que no tiene ni idea de tocar la guitarra¡ª, y me dice; ¡®Mira lo que tengo¡¯. Miro los acordes y despu¨¦s me despierto, la toco y coincide, qu¨¦ fuerte es el cerebro¡±. Su hermano lo mira por el lado pr¨¢ctico: ¡°Adem¨¢s as¨ª no te pueden pedir derechos de autor¡±, r¨ªe. David no lo tiene tan claro: ¡°Bueno, hay uno que no se lo digo, que seguro que me los pide [risas]¡±.
Mientras llega la comida a la mesa, proponemos un brindis por su recientemente concedida Medalla de Oro al M¨¦rito de las Bellas Artes, concedida por el Ministerio de Cultura por considerarles ¡°una de las bandas m¨¢s destacadas en la escena musical espa?ola¡± cuya alma flamenca y frescura de la rumba urbana ¡°perdura como referente¡±. David: ¡°Nos llam¨® el ministro, fl¨ªpalo¡±. Jose: ¡°De presidencia¡¯, dijeron; y primero pensamos ?venga ya! Pero era, era¡±. David: ¡°Debe ser muy importante porque todo el mundo nos felicita¡±. Jose: ¡°Mi madre se puso tan contenta y tan nerviosa a la vez que se tuvo que tomar un diazepam¡±. David: ¡°Esto supongo que nos da inmunidad para las pr¨®ximas veces que la caguemos¡±.
El siguiente brindis va por la amistad que se celebra en ¡®La ranchera¡¯, un himno con un estribillo lleno de ¡°lalal¨¢¡± que acabar¨¢ siendo ¡°lolol¨®¡± ¡ª¡±pusimos ¡®lalal¨¢¡¯ porque quedaba como m¨¢s fino, aunque luego la gente lo cantar¨¢ como quiera¡±, apunta David a la vez que intenta pelar un cal?ot¡ª y el primer videoclip dirigido por Estopa que ¡°seguramente no ser¨¢ el ¨²ltimo¡±, aseguran. ¡°Es nuestra interpretaci¨®n de una ranchera: popular, que huele a churro, a fiesta de pueblo¡ y un poquito tambi¨¦n a apolog¨ªa del alcohol¡±, cuenta Jose (por eso no fue seleccionada como single).
¡®K¨¦ m¨¢s nos da¡¯ (la canci¨®n m¨¢s rockera del disco) es para David ¡°otra invitaci¨®n a divertirse, a aprovechar ese momento en el que est¨¢s vivo: como dice la letra, ¡®queremos pizza para cenar, cuatro amigos y cerveza, una mesita para charlar y se nos vaya la cabeza¡¯, aunque no tengamos nada que celebrar¡±. Jose: ¡°Esto es una movida de hacerse mayor, eh: el otro d¨ªa intent¨¢bamos quedar con los amigos para tomar un verm¨² y fue imposible: uno ten¨ªa que llevar a la ni?a, otro ten¨ªa dentista, otro curraba ¡ªque es lo peor¡ª, y nosotros ten¨ªamos que venir aqu¨ª¡±. David: ¡°?Los pod¨ªamos haber tra¨ªdo!¡±. Jose: ¡°Otra cosa mala de la edad son las resacas, que duran much¨ªsimo¡±. David: ¡°Yo no puedo con lo de que ya est¨¢s en la segunda mitad de la vida, cada cumplea?os es peor: un camino inexorable hacia el devenir de la muerte. ¡®Nuestra vida son los r¨ªos¡¯, que dir¨ªa Jorge Manrique¡±.
Es la hora del caf¨¦, el postre ¡ª¡±Te he pedido una trufa porque s¨¦ que primero dices que no quieres y luego te comes la m¨ªa¡±, advierte Jose a su hermano¡ª y de echar la vista atr¨¢s. ¡°Como fan¨¢tico de la ciencia ficci¨®n es algo que he pensado muchas veces: al David de hace 25 a?os le dir¨ªa: m¨ªrate, chaval, eres t¨², pero soy yo¡, ?y no nos va a ir nada mal, eh!¡±. Jose prefiere mirar al futuro: ¡°Yo espero llegar a los 65 igual que soy ahora: jugando a la consola, viendo dibujos animados como Historias corrientes, haciendo m¨²sica¡±. David: ¡°Mola llegar a casa y jugar a la consola, ?eh? Antes nos la llev¨¢bamos de gira pero ya no, porque despu¨¦s de los conciertos nos encerr¨¢bamos todos en una habitaci¨®n a jugar al Virtua Tennis de la Dreamcast y no hac¨ªamos nada m¨¢s¡±. Jose: ¡°C¨®mo molaba ese juego, qu¨¦ vicio, ultraadictivo¡±. Despu¨¦s de unos segundos de silencio mirando a la inminente puesta de sol ¡ªo recordando aquellos saques y voleas pixelados, nunca lo sabremos¡ª, el menor de los Mu?oz propone volver paseando a casa, ¡°para bajar la comida, que ma?ana tenemos curro¡±. Se despiden repartiendo abrazos y se marchan juntos, camino a su inminente Estop¨ªa (y todas las que vengan despu¨¦s).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.