Vega, cantante: ¡°Mi ambici¨®n solo es la de buscar justicia po¨¦tica¡±
En esta industria, la del disco, dominada por el algoritmo y las ganas de gustar a todos, a¨²n quedan voces disidentes. Curiosamente, una de ellas es la de esta exconcursante de ¡®Operaci¨®n Triunfo¡¯ que hace una d¨¦cada decidi¨® apostar por la independencia y la autogesti¨®n. Presenta nuevo disco, ¡®Ignis¡¯
Te puedes creer que se ha subido a este escenario mi hija antes que yo?¡±. Vega se?ala la puerta del Gran Teatro de C¨®rdoba, recinto emblem¨¢tico de la ciudad donde naci¨® hace 45 a?os y a la que volvi¨® para vivir hace un par. Noa, de siete a?os, ya ha actuado aqu¨ª con su colegio. Su madre, Mercedes M¨ªgel Carpio, conocida como Vega desde hace m¨¢s de dos d¨¦cadas, cuando entr¨® a concursar en la segunda edici¨®n de Operaci¨®n Triunfo, jam¨¢s lo ha logrado. Su und¨¦cimo disco, Ignis, sale a la venta el 25 de octubre y parece que por fin esa anomal¨ªa podr¨ªa resolverse. ¡°Llamaba, mandaba e-mails¡ Jam¨¢s hab¨ªa fechas para m¨ª. Pero s¨ª para este¡ mago¡±, recuerda se?alando el cartel que hay en la pared del teatro con la programaci¨®n. ¡°Bueno, la semana pasada me reun¨ª con los responsables y parece que actuar¨¦¡±, remata mientras esperamos a uno de los responsables del teatro para acceder a este y hacer fotos durante los parones del ensayo de la orquesta de la ciudad. Seguramente, si aquella reuni¨®n no hubiera salido bien, hoy no estar¨ªamos en C¨®rdoba. ¡°Es un poco l¨ªo, pero seg¨²n como vaya el encuentro podemos quedar en A Coru?a, que tambi¨¦n tiene mucho sentido en mi historia¡±, nos advert¨ªa Vega en la v¨ªspera del c¨®nclave.
As¨ª es un poco el devenir de esta artista que ha escrito ¨¦xitos para David Bisbal, Raphael o Pastora Soler, ha estado dos veces nominada a los Latin Grammy y particip¨® en Spanish Model, el disco en castellano de Elvis Costello, entre otras cosas que para muchos a¨²n siguen pasando inadvertidas. Demasiado independiente para algunos ¡ªse autogestiona a trav¨¦s de su sello La Madriguera desde hace m¨¢s de una d¨¦cada¡ª, demasiado triunfita, por mucho tiempo y muchas canciones que hayan pasado, para otros. ¡°Justo despu¨¦s de que os marcharais de C¨®rdoba empez¨® gente a ponerme comentarios y v¨ªdeos de cuando estaba en OT¡±, informar¨¢ una semana m¨¢s tarde sentada en la cocina de su piso de Madrid. El d¨ªa en que nos citamos en su ciudad natal se anunciaba su ¨¢lbum y las redes, como es menester con todos los artistas, aunque tal vez un poco m¨¢s con ella, regurgitaron amor y odio. ¡°Me han colgado un v¨ªdeo en el que el jurado me dice algo as¨ª como: ¡®Tienes una voz diferente y un f¨ªsico bastante atractivo¡¯. Ese fue el veredicto de mi jurado. No s¨¦, hay gente que sigue empe?ada disco tras disco en recordar esto¡±. Ser Vega es complicad¨ªsimo.
Antes de dirigirnos al teatro, nos hemos citado a las diez de la ma?ana en una cafeter¨ªa al lado de El Corte Ingl¨¦s, como se ha hecho toda la vida. Y lo que iba a ser un caf¨¦ r¨¢pido se ha convertido en una charla de hora y media en la que la artista ha repasado su curr¨ªculo de desencuentros con la industria. Aquel primer casting en OT ya vino con un contrato que no quiso firmar y al que, en una jugada digna de una pel¨ªcula de Jason Bourne, tuvieron acceso su padre y su t¨ªo para leerlo con detalle y aconsejarla que no vendiera su alma siendo tan joven y tan inocente. Y luego, desencuentros al respecto de derechos de autor de temas escritos para otros artistas que terminan con esos temas eliminados de la lista de canciones que esos artistas tocan en directo. Y festivales que le dicen que le van a pagar la mitad del cach¨¦ y que el resto se lo pague su marido. Y reuniones para formar una asociaci¨®n de sellos independientes en las que solo hay dos mujeres y la otra se va pronto y le pide que le cuente lo que ha pasado. Y lo que ha pasado es que alguien propone la entrada de un fondo de inversi¨®n y la encargada de atajar tama?a insensatez es la triunfita. Y claro, el d¨ªa en que un medio se hace eco de su colaboraci¨®n con Elvis Costello se?alando, m¨¢s o menos, que esto ha sucedido porque el ingl¨¦s no tiene ni idea de la riqueza de la escena musical independiente espa?ola. Y Costello la llama. Y ella es quien le tiene que calmar. Y bueno, tambi¨¦n ese disco que se queda en el caj¨®n de una multinacional y ahora es parte de alguna suerte de ponzi scheme empresarial.
¡°Soy una artista, independiente y mujer. He intentado sobrevivir en esta industria, y eso es como pedirle a un cachorro que no est¨¦ alerta. Ya me quito cosas del tema con terapia y tal, pero no va a desaparecer. Sinceramente, no tengo inter¨¦s en que rueden cabezas, no soy la salvadora del mundo, aunque mi familia me llame Juana de Arco y me recuerden c¨®mo de achicharrada acab¨®. Solo busco vivir acorde a mis valores. Portarme bien y que se porten bien conmigo. Eso s¨ª, yo llevo una escopeta aqu¨ª en la pierna¡±. Se acerca una mujer a la mesa a pedir dinero. Lo hace con la insistencia que provoca la necesidad. La mujer persiste. ¡°Perdona. No s¨¦ si te acuerdas de m¨ª, pero, aqu¨ª mismo, la semana pasada te di 20 euros¡±, le dice Vega. Nadie duda de que es verdad. La mujer se va dando las gracias.
Croquetas caseras. En casi cualquier bar o restaurante espa?ol se incluye en la carta la croqueta casera. Pero las croquetas caseras son como los gamusinos, solo se han visto en el hogar de cuatro abuelas y en contadas casas de comidas. Pero eso no impide que se nos siga vendiendo cualquier cosa como croqueta casera. Justo un d¨ªa despu¨¦s de volver de C¨®rdoba de pasar la jornada con Vega, nos topamos con un art¨ªculo en el que un colega suyo de profesi¨®n que vende muchos discos anuncia orgulloso que ¨¦l no se dobla ante la industria, que es independiente y hace lo que quiere. Croquetas caseras. ¡°Yo las diferencio, yo s¨¦ cu¨¢l es casera y cu¨¢l no. No quiero ser irrespetuosa, pero es que en la industria del disco somos vendedores. Soy la peor publicista para m¨ª misma y por eso me genera incomodidad vender ciertas cosas de m¨ª. Me doy un bombo que me incomoda. La industria est¨¢ dise?ada para que el p¨²blico coma solo lo que esta le hace llegar. No puedo hacer culpable a la audiencia de no diferenciar la croqueta casera de la que no lo es. Pero todos los artistas sabemos qu¨¦ tipo de croqueta somos y d¨®nde se ha comprado. Me molesta eso de venderse uno como algo que no es. Pero, en fin, parece que, como en aquella pel¨ªcula, no estamos preparados para la verdad¡±, apunta Vega, quien lleva una d¨¦cada haciendo las cosas en casa.
Su hermana, periodista, la ayuda y le advierte sobre esa tendencia suya a dar titulares sin necesidad (justo en el momento en que Vega recuerda esto durante la charla en su casa, suena el tel¨¦fono y es su hermana), pues la cordobesa debe de ser de las pocas que no han entendido que en el siglo XXI te hacen la promo sin necesidad de que les cuentes nada. Mapea los teatros para fijar los precios de las entradas. Reserva personalmente los restaurantes en los que almorzar¨¢ con la prensa. Gestiona las visitas junto a esa misma prensa a museos como el premiado C3A, en el que disfrutamos durante un par de horas de la muestra Ecolog¨ªas de la Paz II, o el de Julio Romero de Torres, que acoge el cuadro La chiquita piconera, cuya imagen recre¨® Vega en una sesi¨®n de fotos en sus inicios. Le mandas un wasap por la ma?ana y si tarda m¨¢s de un minuto en responder sabes que es porque anoche se debi¨® engorilar con algo del sello y se le olvid¨® dormir. Luego responde, todo disculpas, como si hubiera algo que disculpar.
¡°Ayer mismo estaba a punto de mandar a tomar por culo todo¡±, recuerda en su casa con las gafas de sol puestas tras otra noche en vela. Las necesita, pero no le gusta lo que parece con ellas puestas, por lo que llevamos una hora de quita y pon. Una de cada tres respuestas termina con un ¡°?cu¨¢l era la pregunta?¡±. ¡°Siento orgullo de lo que hago, pero me digo: vas a palmar por el camino, amiga. Muy guay lo del sello propio, pero esta agon¨ªa no compensa. Y entonces llega un d¨ªa en que hay un peque?o hito y me vengo arriba. Funciono como Dori [el desmemoriado pez de Buscando a Nemo], se me olvida lo malo y lo bueno. A mis 45 he aprendido que la felicidad son momentos puntuales. Y que, para m¨ª, la felicidad es alcanzar un equilibrio en el que puedes irte a dormir a pata suelta, con la conciencia tranquila de no haberle hecho da?o a nadie. Con las prioridades ordenadas y respondiendo a ellas¡±. Anoche descubri¨® que en su canal de YouTube hay temas junto a otros artistas que est¨¢n vetados por derechos de autor en ciertos territorios. Se pill¨® un mosqueo importante y decidi¨® impugnar. Le lleg¨® un mensaje diciendo que si mandaba la impugnaci¨®n y perd¨ªa, le pod¨ªan cerrar el canal. ¡°A la mierda, mand¨¦ la impugnaci¨®n. Son mis canciones¡ ?Cu¨¢l era la pregunta? ?La respond¨ª?¡±.
Ignis nace del duelo. Once canciones que van de la oscuridad a la luz. El atribulado viaje de vuelta desde un hoyo profundo y poco ventilado del que pens¨® que jam¨¢s podr¨ªa salir y al que cay¨® tras el fallecimiento de una persona muy cercana en lo personal y en lo profesional. ¡°En ese proceso hay un momento en que me da rechazo la m¨²sica¡±, recuerda. ¡°Entonces, en mitad de ese duelo, escucho En el alambre, de Iv¨¢n Ferreiro. Cuando canta: ¡®No lo has hecho mal¡¡¯. Yo lloro y lloro. Hay un punto en que solo escucho esa canci¨®n en bucle, como un taradete. Mira que a m¨ª tirarme al suelo es complicado, porque por naturaleza tengo resistencia al fuego, pero estoy ah¨ª, aplastada. Y el tema sigue y dice: ¡®Puede que al final debamos dejarnos caer¡¯. Y me dejo caer, y poco a poco me voy sentando a escribir a ratos. Y en el disco ves eso en el orden de los temas, que va del duelo a la rabia y de vuelta, girando hasta llegar a un sitio muy sano, que es un final de calma y de paz. Aunque, bueno, yo siempre digo que en mis temas hay luz al final y mis amigos me dicen que esa luz la veo solo yo. En fin, hoy sigo en el proceso del duelo, pero desde algo m¨¢s asimilado y asentado y con ganas de cambiar cosas¡±.
Para el disco, Vega cambi¨® a su equipo y llam¨® a Ricky Falkner (Ni?os Mutantes, Iv¨¢n Ferreiro, Refree) para que lo produjera. El resultado es un ¨¢lbum de pop rock intenso y vivido, de ra¨ªces anglosajonas, pero resuelto con una intensidad, un nervio y una emoci¨®n absolutamente acompasados con el car¨¢cter de su autora y de su tierra. A veces, para traer ese folclore anglosaj¨®n a nuestra idiosincrasia no hace falta meter una guitarra flamenca o un ritmo de jota. Con hacerlo desde nuestro car¨¢cter alcanza de sobra, y ah¨ª es donde Ignis es todo menos un pastiche, un ejercicio de estilo u otra muestra de complejo de inferioridad mal metabolizado. Tampoco, como podr¨ªa intuirse tras saber de todos sus desencuentros con las multinacionales del disco y su firme e inquebrantable apuesta por la independencia, es un ¨¢lbum dif¨ªcil de digerir, una pieza abstrusa inspirada por Einst¨¹rzende Neubaten, Foetus o cualquier otra banda ruidista, experimental y oscura. No, es un disco de pop rock de toda la vida, solo tal vez el mejor que ha hecho Vega en su vida. La cordobesa se lo pone complicado a los CEOs, no al p¨²blico.
¡°No hay single, no quiero¡±, afirma la cordobesa. Lo que s¨ª hay es un concepto desarrollado por Vega junto a Paula Mar¨ªn ¡ªquien tambi¨¦n colabor¨® en el concepto, entre otros, del ¨²ltimo trabajo de Iv¨¢n Ferreiro¡ª alrededor del fuego (ignis en lat¨ªn es fuego). As¨ª, La Madriguera va a lanzar un producto f¨ªsico (CD y vinilo en edici¨®n de 3.000 unidades) en una tinta negra que con el calor desaparece y revela una imagen de Vega entre Virgen suicida s¨¦nior y Patti Smith. ¡°Si quieres que compren un formato f¨ªsico no puedes ofrecer una basurilla que te da un enorme margen de beneficio. Lo que genero como autora lo invierto en mi carrera. Me lo gasto en que a la gente le llegue una cosa de puta madre. En el anterior disco era una caja de m¨²sica. El otro era hidr¨®fugo y biodegradable. Este, primero iba a ser una caja negra de avi¨®n. Y te juro que iba a ponerme a buscar d¨®nde en el mundo comprar cajas negras de avi¨®n. Al final es este juego con la tinta termorreactiva. En Europa se encontraba una tinta ya formulada, pero con unas temperaturas de consigna bajas y era reversible. Cuando retirabas la llama, volv¨ªa a ser negro. Lo complicado era encontrar esa tinta que aguantara. Y, bueno, hemos tenido que ir a Jap¨®n a por el pigmento. Nada, una cosa sencilla. Conozco a muchos agentes de aduanas en Jap¨®n tras este disco¡±. Si no fuera por estos momentos¡ ¡°Exacto, no sabes las veces que he dejado la m¨²sica y lo he mandado todo a tomar por culo. Pero luego llega esto y piensas: esta vez s¨ª¡±.
¡ª?Qu¨¦ es ese ¡°s¨ª¡±?
¡ªMi ambici¨®n solo es la de buscar justicia po¨¦tica.
¡ª?Nada de venganza?
¡ªNo. Y mira que me han tratado con mucha displicencia. Creen que no lo s¨¦, pero soy consciente de que tengo un mote dentro de la industria, ¡°La reina de las nieves¡±. La t¨ªa m¨¢s fr¨ªa del negocio. No bebo, no me drogo, soy la rara en el backstage. A mamoneos no entro. Soy un aborto de esta industria. No s¨¦, yo me miro en el espejo y me gusta m¨¢s mi cerebro que mi cara. Amable con todos, pero si se pasan de la raya, voy apartando, fumando en su cara, fuera. Me ha pasado incluso que me entren con mi marido enfrente y ¨¦l con la boca en el suelo: ¡°?Pero est¨¢n de co?a?¡±. Y luego muchos de estos van de feministas. En fin, borr¨¦ todo mi Instagram antes de este disco, menos un post incendiario que hice para el 8-M en el que hablaba de hipocres¨ªa y falsos aliados.
¡ª?C¨®mo se encuentra f¨ªsicamente?
¡ªEstoy rota por dentro. Buufff. Tengo migra?a cr¨®nica y estoy en un tratamiento especial, debo de ser una de las personas a las que m¨¢s les duele la cabeza de este pa¨ªs. En estos dos a?os, f¨ªsicamente llegu¨¦ a unos l¨ªmites de adelgazar a saco y no por dejar de comer. Muy preocupada por la imagen que pod¨ªa dar. No hay cosa que me inquiete m¨¢s que alguien con 30 o 28 a?os que me vea en una foto extremadamente delgada y piense: ¡°Qu¨¦ guapa est¨¢¡±.
¡ª?Qu¨¦ es lo que m¨¢s le cuesta?
¡ªApagarme es complicado. Hay un consenso con mi psiquiatra en el que sabe que, ahora con el disco, no me voy a apagar, que me viene fatal. Estar¨¦ chunga unos meses pero es lo que hay, se?or psiquiatra
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