Ni carbohidratos, ni tabaco ni (casi) alcohol: con la generaci¨®n Z se acab¨® la fiesta
Casi el 80% de los nacidos entre 1997 y 2012 tiene en cuenta criterios de salud para decidir qu¨¦ come y qu¨¦ bebe
La prensa anglosajona llama a la generaci¨®n Z (nacida entre 1997 y 2012) Gen ZZZZZZ. Excesivamente preocupada por su salud y con fobia a envejecer (aunque a¨²n no ha cumplido los 30), no fuma, apenas bebe alcohol, no come az¨²car ni carbohidratos de absorci¨®n r¨¢pida, sale poco y madruga para hacer 40 burpees y 80 flexiones mientras sus gur¨²s de la productividad le susurran en TikTok: ¡°Gana la ma?ana y ganar¨¢s el d¨ªa¡±. ¡°Tener tripa y lorzas es de mileurista¡±.
Una generaci¨®n que ahorra para pagar membres¨ªas de gimnasios premium y se suplementa con col¨¢geno, magnesio, prote¨ªnas y adapt¨®genos. Venera el orden, la disciplina y la doctrina estoica all¨ª donde sus mayores hubieran elegido el hedonismo epic¨²reo. N¨®tese que los ¨²ltimos informes de salud se?alan que los h¨¢bitos de vida ¡°problem¨¢ticos¡±, el elevado consumo de alcohol y las enfermedades de transmisi¨®n sexual ya no est¨¢n entre los m¨¢s j¨®venes, sino entre los mayores de 55, sus padres y abuelos.
En cambio, los m¨¢s j¨®venes se averg¨¹enzan (con frecuencia o con mucha frecuencia) si su estilo de vida no se califica como saludable, y casi el 80% tiene en cuenta criterios de salud para decidir qu¨¦ come y qu¨¦ bebe. Y eso incluye el bienestar f¨ªsico y emocional, concluye un estudio global encargado, entre otras empresas, por Ikea, Pepsi-Cola, Visa y WWF International en 27 mercados. En el informe, a medida que la edad baja crecen las horas dedicadas al gimnasio y la preocupaci¨®n por la salud mental y la gesti¨®n del estr¨¦s.
Poco dados a la iron¨ªa, han interpretado literalmente aquello de que la belleza que importa va por dentro. Aterrorizadas por la posibilidad de envejecer, ellas invierten en productos de skincare y, aunque son m¨¢s diestras en t¨¦cnicas de maquillaje que sus madres y abuelas, se someten a masajes linf¨¢ticos y dietas antiinflamatorias que prometen hacer desaparecer las ojeras y la celulitis, no disimularlas.
Ellos quieren abdomen six pack y unos cu¨¢driceps definidos. No buscan unos vaqueros que le hagan ¡°buen culo¡±, quieren tenerlo y se lo esculpen en el gimnasio a golpe de puentes de gl¨²teo y creatinina. Quieren ver en el espejo un rostro terso sin rastro de cansancio, manchas o acn¨¦, y cuando vienen mal dadas se les puede ver afirmar en sus redes que tienen ¡°cara de cortisol¡±. Airean una pseudojerga especializada que refleja una idea de la est¨¦tica y la belleza entendida como la optimizaci¨®n de la salud, aunque eso suponga someterse a una disciplina monacal y a largu¨ªsimas rutinas detox.
?Llevar una vida organizada en hojas de productividad, aplicar criterios de eficacia a cada acto vital y llevar horarios monacales es compatible con la loca juventud? ?Estamos ante la generaci¨®n m¨¢s ordenada, sana y aburrida de la historia?
¡°Probablemente sea una de las generaciones mejor informadas de todos los tiempos sobre nutrici¨®n y los efectos nocivos del alcohol, pero con algunas obsesiones y cambios de h¨¢bitos. Seguramente no morir¨¢n de un infarto antes de los 50, pero pueden tener otros problemas con los esteroides anabolizantes que se meten en el gimnasio para conseguir una forma f¨ªsica concreta, de m¨²sculos definidos e hipertrofiados¡±, apunta el psic¨®logo Luis Miguel Real, que se?ala que para estos j¨®venes su identidad es su cuerpo, y ganar dinero, el m¨¢ximo exponente de la felicidad. ¡°Lo que veo en consulta es la adopci¨®n de h¨¢bitos productivos t¨®xicos que ponen en jaque su salud mental, no invierten en relaciones sanas y tienen la idea peligrosa de que todo depende ¨²nicamente de ellos mismos¡±.
¡°Normalicemos cancelar los planes¡± es toda una categor¨ªa de contenidos en TikTok que ilustra lo que ser¨ªa un planazo de fin de semana para muchos chicos: quedarse en su habitaci¨®n con el tel¨¦fono y no exponerse a los riesgos de la vida social anal¨®gica. Est¨¢n mucho m¨¢s c¨®modos ¡°escroleando¡± que hablando con extra?os.
Oriol Bartomeus, director del Institut de Ci¨¨ncies Pol¨ªtiques i Socials (ICPS), adscrito a la Universitat Aut¨°noma de Barcelona, opina que para los m¨¢s j¨®venes la pandemia fue una especie de banco de pruebas que les ense?¨® a estar solos, a relacionarse con ellos y con el mundo a trav¨¦s de una pantalla. ¡°Es una generaci¨®n con angustia existencial¡±, dice. Quiz¨¢s por eso nunca contestan las llamadas. Nada puede horrorizarles m¨¢s que su tel¨¦fono sonando y que alguien espere que ellos contesten. La ¨²ltima encuesta de Uswitch asegura que un cuarto de las personas de entre 18 y 34 a?os jam¨¢s responde al tel¨¦fono. Lo ignoran y luego responden con un mensaje. Si no reconocen el n¨²mero, lo googlean. M¨¢s de la mitad de los que respondieron a la encuesta asociaron el sonido del tel¨¦fono a malas noticias.
Los expertos observan que las interacciones digitales han sobrepasado en muchos casos a los contactos cara a cara y ese modelo digital no precisa de lubricantes sociales como el alcohol, cuyo consumo ha ca¨ªdo en picado. Seg¨²n un estudio de HBSC, auspiciado por la OMS, solo el 8% de los j¨®venes consume alcohol semanalmente, en 2006 lo hac¨ªa el 25%. Adem¨¢s, casi el 80% considera que consumir cinco o seis copas un fin de semana puede tener ¡°graves consecuencias¡±. Afortunadamente, las d¨¦cadas de campa?as p¨²blicas contra el consumo excesivo de alcohol est¨¢n dando sus frutos.
¡°La cerveza y el vino han dejado de ser las bebidas por defecto¡±, observa Felipe Romero, socio de la consultora The Cocktail. Seg¨²n datos de Euromonitor International, el mercado de bebidas sin alcohol en Espa?a ha crecido un 18% por a?o en los ¨²ltimos tres. Romero describe un panorama donde se imponen las bebidas energ¨¦ticas, los batidos y las aguas minerales. ¡°Y si beben, siempre son bebidas de menor graduaci¨®n. Detr¨¢s hay un deseo muy fuerte de estar siempre disponibles, activos, productivos. Y el alcohol no es un optimizador¡±, expone.
En Occidente triunfan las start-ups que persiguen la cuadratura del c¨ªrculo: una borrachera sin resaca. Se intenta con nuevas bebidas que navegan entre el alcohol y la abstinencia. Es decir, dan un punto de desinhibici¨®n y alegr¨ªa pero mantienen la lucidez y el control. Son las denominadas ¡°bebidas espirituosas funcionales sin alcohol¡± (en ingl¨¦s, functional non-alcoholic spirits), y la m¨¢s popular se llama Three Spirit, una especie de infusi¨®n de t¨¦ verde, ashwagandha y melena de le¨®n con efectos nootr¨®picos, es decir, calma la mente y mejora la memoria y la concentraci¨®n. Tres puntos d¨¦biles de la primera generaci¨®n nativa digital. En el Reino Unido, el neuropsicofarmac¨®logo David Nutt ha desarrollado Sentia Spirits, un brebaje de hierbas que act¨²a sobre los receptores GABA del cerebro imitando las bondades del alcohol sobre las habilidades sociales, otro tal¨®n de Aquiles de una generaci¨®n que est¨¢ m¨¢s a gusto pantalla por medio. Un informe de la Fundaci¨®n Fad Juventud asegura que solo un 13% de los j¨®venes busca ¡°diversi¨®n a toda costa¡± y que la mayor¨ªa prefiere disfrutar en ¡°entornos seguros y amenos¡±.
Dec¨ªa la antrop¨®loga Helen ?Fisher que las generaciones j¨®venes eran ¡°los nuevos victorianos¡±. Despu¨¦s de entrevistar a decenas de miles de solteros ¡ª5.000 por a?o¡ª para su proyecto Singles in America hab¨ªa constatado c¨®mo el sexo iba saliendo de su top five de prioridades, desplazado por la seguridad econ¨®mica. Las cifras del Pew Research Center corroboran que la actividad sexual ha ca¨ªdo a su nivel m¨¢s bajo de los ¨²ltimos 30 a?os arrastrada por la falta de inter¨¦s de los m¨¢s j¨®venes. En Espa?a m¨¢s del 30% de la generaci¨®n Z respondi¨® a la encuesta nacional de sexualidad y anticoncepci¨®n que no hab¨ªa mantenido relaciones sexuales ¡°en los ¨²ltimos meses¡±. Los expertos no compran la teor¨ªa de la falta de inter¨¦s por el sexo de los j¨®venes, m¨¢s bien creen que prefieren pr¨¢cticas controladas y en solitario que les ahorran disgustos y les proporcionan el mismo placer. Seg¨²n The Economist, muchos j¨®venes de uno y otro g¨¦nero consideran el intercambio de fluidos ¡°molesto y engorroso¡±.
Sin embargo, s¨ª parecen estar m¨¢s dispuestos al sacrificio. Concretamente a levantarse cada d¨ªa a las cinco de la madrugada para optimizar su rendimiento cognitivo y ser productivos. Por lo visto, todo el que ha tenido ¨¦xito en la vida ¡ªdesde Jennifer Lopez hasta Tim Cook¡ª empieza su d¨ªa a esa hora m¨¢gica. Un ritual del esfuerzo que se apuntala con best sellers como El club de las 5 de la ma?ana, de Robin Sharma (publicado en Espa?a por Grijalbo), y con la comunidad #5amClub de TikTok, con m¨¢s de 18 millones de publicaciones que comparten imponentes rutinas madrugadoras que incluyen prolijos cepillados de dientes, sesiones de calistenia, burpees y meditaci¨®n. A Russell Foster, director del Instituto de Neurociencia Circadiana y del Sue?o de la Universidad de Oxford, le preguntaron por la utilidad de este h¨¢bito y respondi¨®: ¡°No hay nada relevante en levantarse a las cinco m¨¢s all¨¢ de alimentar la superioridad moral del madrugador¡±.
Bartomeus, que tambi¨¦n es autor del libro El peso del tiempo: Relato del relevo generacional en Espa?a (Debate, 2024), opina que es una generaci¨®n ¡°agobiada¡± que reclama la vuelta ¡°a los b¨¢sicos, a un mundo m¨¢s simple¡±. ¡°Han asumido que el futuro ser¨¢ terrible, que se ha acabado la fiesta. Todos se sienten v¨ªctimas y buscan la revancha. Esto en pol¨ªtica se traduce en una idea: ¡®Que llegue alguien que mande, que ponga orden¡¯. No toleran la pluralidad, sobre todo los chicos que est¨¢n m¨¢s entregados a las doctrinas del orden y a los preceptos estoicos con el machaque en el gimnasio y la idea de hacerse millonarios¡±.
El ¨²ltimo informe World Happiness Report afirma que esta generaci¨®n es m¨¢s infeliz que sus padres y abuelos. Desde 2006 los niveles de felicidad de los j¨®venes han ca¨ªdo en todos los continentes. La generaci¨®n m¨¢s sana y ordenada de la historia reciente no se lo est¨¢ pasando bien. Eso o los viejunos ¡ªboomers, X y mileniales¡ª no nos estamos enterando de nada.