Los pueblos vecinos de uno de los mayores rebrotes en Portugal: ¡°Esto puede ser un c¨®ctel molotov¡±
Los Ayuntamientos pacenses de Valencia de Mombuey y Villanueva del Fresno piden al Gobierno cerrar la frontera por el aumento de contagios por covid en una localidad lusa
Manuel Naharro no ha parado en 24 horas. El alcalde popular de Valencia de Mombuey (Badajoz) responde el tel¨¦fono minutos despu¨¦s de terminar una entrevista con la RTP, la televisi¨®n p¨²blica de Portugal. Trata a los medios lusos como si fuesen periodistas espa?oles, estos d¨ªas le llaman a menudo, aunque hasta ahora no hab¨ªa contactado con un medio extranjero en su vida. El inter¨¦s por este regidor en una localidad de apenas 750 residentes se gener¨® a partir de una petici¨®n que hizo el pasado jueves al Gobierno central, junto con el alcalde de otro pueblo de la zona, Villanueva del Fresno: cerrar el paso al pa¨ªs vecino. El temor, cuenta, est¨¢ m¨¢s que justificado. Al otro lado de La Raya, a unos 30 kil¨®metros del pueblo, en el municipio portugu¨¦s de Reguengos de Monsaraz (7.100 habitantes), los n¨²meros de contagios por coronavirus generan una desbordante preocupaci¨®n al superar los 136 casos y 16 fallecidos.
Entre Valencia de Mombuey y Villanueva del Fresno no superan los 5.000 habitantes, pero en el despacho de Naharro ya se habla hasta de ¡°conflictos diplom¨¢ticos¡±. Los dos Ayuntamientos enviaron una carta a la Delegaci¨®n del Gobierno en Extremadura para alertar del peligro que significa, en lugares con alta poblaci¨®n de gente mayor, el paso diario de personas que vienen de la zona con uno de los rebrotes m¨¢s importantes que ha registrado Portugal desde que se abri¨® la frontera el pasado 1 de julio.
En Valencia de Mombuey, o Valencita, como tambi¨¦n se conoce al pueblo, el temor se dispar¨® despu¨¦s de que el lunes se registrase un primer caso de covid-19. Es el primer positivo que ha detectado el municipio, seg¨²n confirma el propio alcalde. Como muchos lugares de la Espa?a rural, la localidad pas¨® la crisis sanitaria sin un solo contagio. Hasta el momento se desconoce el origen de la infecci¨®n, pero fue una llamada de atenci¨®n para tomar cartas en el asunto. ¡°En A Mari?a [Lugo] se cerr¨® una comarca con 106 casos. Aqu¨ª tenemos un foco al lado con m¨¢s de 130¡±, comenta Naharro.
En la Delegaci¨®n del Gobierno han pasado la patata caliente al Ejecutivo central, al carecer de competencias para cerrar la frontera lusa. La Consejer¨ªa de Sanidad extreme?a confirm¨® que durante el fin de semana en toda la zona de salud de Villanueva del Fresno se har¨¢ una inspecci¨®n sanitaria para determinar si hay suficientes casos para plantear un cierre como el de A Mari?a. Ram¨®n D¨ªaz, alcalde socialista de Villanueva, tambi¨¦n es veterinario y no duda en hablar del problema en t¨¦rminos epidemiol¨®gicos: ¡°Esto puede ser un c¨®ctel molotov que puede estallar¡±. Con 42 a?os de edad, lleva casi la mitad de su vida como regidor y nunca hab¨ªa detectado tanto temor entre sus vecinos. Horas despu¨¦s de hablar con EL PA?S, su hom¨®logo en Reguengos de Monsaraz, Jose Calixto, hac¨ªa unas declaraciones p¨²blicas sobre la propuesta de sus vecinos de cerrar el l¨ªmite con Portugal: ¡°El brote en nuestra comunidad est¨¢, hasta cierto punto, controlado, por lo que en este momento no hace falta tomar medidas¡±.
La relaci¨®n entre estos dos pueblos de la frontera con Portugal es tan estrecha que, en la estaci¨®n de servicios de Villanueva, atienden el tel¨¦fono en portu?ol: ¡°Un momentinho por favor¡±, pide una mujer de unos 60 a?os, antes de pasar la comunicaci¨®n con su hija, Dolores. La trabajadora de la gasolinera est¨¢ de acuerdo con que se confine al municipio, pese a que esto repercutir¨ªa en sus ingresos. ¡°El 60% de los clientes es portugu¨¦s. Entiendo que esto ha generado cierta preocupaci¨®n entre los vecinos¡±, cuenta. Como muchos negocios de la zona, la clientela principal se encuentra del otro lado de La Raya y, aunque un hipot¨¦tico aislamiento signifique regresar a los tiempos del estado de alarma, ¡°la salud de gente como mi madre es lo primero¡±.
Yoana Rodr¨ªguez, de 35 a?os, es otro ejemplo de la interesante demograf¨ªa de Villanueva. Se enamor¨® de su pareja, Jaime, cuando ambos ten¨ªan 15 a?os. Su compa?ero la conoci¨® en una noche de fiesta en el pueblo. Cientos de portugueses, como ¨¦l, pasaban la frontera en esos a?os para irse de fiesta al lado espa?ol. Dos hijos despu¨¦s, ambos hacen una vida itinerante entre los dos pa¨ªses. Su suegro vive en una residencia de mayores en la ciudad lusa de Portel. ¡°Mi marido no lo ha podido ver en cuatro meses. Y ahora con el rebrote, creo que pasar¨¢n unas semanas m¨¢s antes del reencuentro¡±, cuenta esta auxiliar de enfermer¨ªa que trabaja con ancianos en pisos tutelados.
Otro efecto colateral que experimenta Rodr¨ªguez, como m¨¢s familias hispanoportuguesas de la zona, es el de un creciente sentimiento antiluso: ¡°Tanto a m¨ª como a mis amigas nos ha tocado escuchar cosas feas. Como que Portugal es un coladero del bicho. Me molesta mucho¡±, dice mientras el tono de su voz se eleva de golpe. A ella no le gustar¨ªa quedar privada de esa realidad binacional que tanto caracteriza su vida, pero es comprensiva. Adem¨¢s, no es ajena a los confinamientos: su madre, una mujer de edad avanzada, vive en la ciudad de Igualada, una de las cuatro localidades catalanas que fueron aisladas antes del estado de alarma.
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