El buscador de fusilados de la fosa 114
David Coronado indaga sobre los nombres de los asesinados en el municipio valenciano de Paterna para localizar a familiares que no han reclamado los cuerpos
¡ªHola. Soy David Coronado. Est¨¢n exhumando la fosa en la que est¨¢ tu abuelo. Creo que puedes recuperar sus restos, despedirte de ¨¦l.
Coronado no siempre sab¨ªa qu¨¦ se iba a encontrar al otro lado del tel¨¦fono. ¡°Soy el t¨ªpico friki que se presenta voluntario de presidente de la comunidad de vecinos. Hay que dedicarle tiempo a los dem¨¢s. Hacer unas llamadas, preguntar por la calle y, quiz¨¢, darles la alegr¨ªa de comunicarles que pueden recuperar los restos de un antepasado asesinado¡±.
La fosa 114 del cementerio de Paterna (Valencia) alberga casi dos centenares de personas fusiladas entre el 9 de mayo y el 28 de junio de 1940, ya acabada la Guerra Civil. La asociaci¨®n de familiares apenas re¨²ne a 70 miembros que, tras el cotejo del ADN, podr¨¢n llevarse los restos de sus familiares. Los dem¨¢s, de no encontrar quien los reclame, volver¨¢n en cajas a la fosa. David Coronado trabaja para que sean los menos posibles.
El historiador Vicent Gabarda, especializado en memoria hist¨®rica, elabor¨® un listado con los nombres de quienes, seg¨²n la documentaci¨®n estudiada, fueron fusilados en el pared¨®n de Paterna y abandonados en la fosa 114, la llamada ¡°fosa de la cultura¡± porque en ella se depositaron los cuerpos de editores, ilustradores y alg¨²n periodista, adem¨¢s de magistrados y pol¨ªticos. El resto, en la mayor¨ªa de los casos, eran labradores.
Coronado hizo de ese listado una gu¨ªa. Y se fij¨® en los procedentes del valenciano pueblo de Cheste. Figuraban cinco. ¡°Conozco el pueblo, es gente solidaria y trabajadora. Es peque?o (8.000 habitantes) y era f¨¢cil que las familias de antes hubieran permanecido all¨ª¡±, relata.
As¨ª que comenz¨® a chequear apellidos. Redes sociales, buscadores... y tambi¨¦n cont¨® con la ayuda del Ayuntamiento. ¡°Tuve una corazonada. Uno de los apellidos coincid¨ªa con el de alguien que conoc¨ªa. Fue una alegr¨ªa cuando descubr¨ª que uno de los asesinados no reclamados era familiar de una amiga¡±, recuerda. As¨ª fue. Cristina Fortea es sobrina de Jos¨¦ Fortea, fusilado el 18 de junio de 1940, padre de su t¨ªa Fina. Como en tantos otros casos, en la familia apenas se hablaba de ello. ¡°Sab¨ªamos que estaba en Paterna (donde se han contabilizado 2.238 fusilamientos), pero no sab¨ªamos en qu¨¦ fosa. Tampoco que hab¨ªa empezado la exhumaci¨®n¡±, recuerda. Y es que, aunque Coronado y Fortea son amigos desde hace a?os, tampoco entre ellos hab¨ªan hablado del tema.
Jacqueline, otra sobrina de Jos¨¦ Fortea, lo ratifica: ¡°Era un tema tab¨²¡±. La ¨²nica parte de la historia que hab¨ªan o¨ªdo de su t¨ªa Fina fue la de las visitas a la c¨¢rcel Modelo de Valencia. Y ella, a sus 88 a?os, a¨²n se acuerda. ¡°Iba con mi madre todas las semanas a llevarle comida. Ella no quer¨ªa ir sola. En la puerta de la c¨¢rcel pas¨¢bamos fr¨ªo, calor, lo que hiciera. Mi padre solo preguntaba por mi hermano y por m¨ª, pero no pod¨ªamos entrar¡±. Con voz emocionada aunque serena revive aquel d¨ªa que estuvo a punto de poder abrazar, de nuevo, a su padre: ¡°Est¨¢bamos en la puerta, yo deb¨ªa tener seis a?os. Una se?ora muy gorda, con un mant¨®n negro, me dijo que me metiera en sus faldas. Me tap¨® y entr¨¦, pero, ya en el patio, un guarda me vio los pies, me cogi¨® del hombro y me ech¨® a la calle¡±. Jos¨¦ Fortea fue fusilado con 34 a?os. ¡°No me acuerdo de su cara¡±, se apena su hija, que nunca fue al cementerio. ¡°Ser¨¦ feliz¡±, asegura, cuando se le pregunta qu¨¦ siente ahora que sabe que podr¨¢ enterrar los restos de su padre junto a los de su madre¡±.
Promesas para recuperar restos
No todos los chestanos contactados respondieron igual. La que fue esposa de Emilio Tar¨ªn, labrador, asesinado el mismo 18 de junio de 1940, pidi¨® a sus nietos que, si ten¨ªan oportunidad, si lo localizaba, si se enteraban de la exhumaci¨®n de los restos, los recuperaran. Le prometieron que as¨ª lo har¨ªan y, pese a que no son familia directa de aquel labrador fusilado, ya que son fruto de una relaci¨®n posterior, as¨ª lo har¨¢n. Pero sin celebraciones, sin revivir aquella p¨¦rdida. ¡°No todos reaccionan igual, pero lo van a hacer¡±, resume Coronado.
Consuelo y Jos¨¦, hijos de Jos¨¦ Morell, fusilado en 18 de junio de 1940, enterraron a su madre y grabaron la foto de la boda con su padre en la l¨¢pida. Nunca pensaron que en alg¨²n momento podr¨ªan descansar juntos. ¡°Era como si estuviera all¨ª con ella, pero no estaba. Ahora estar¨¢¡±, celebra Consuelo. Silvia, sobrina de ambos, recibi¨® la llamada de Coronado. ¡°Fue una alegr¨ªa. Sab¨ªamos que lo hab¨ªan fusilado en Paterna, pero no sab¨ªamos que estaban exhumando¡±. Los hijos de Jos¨¦ Morell ten¨ªan dos y tres a?os y medio. Su madre, 22. El recuerdo de ella, su lucha por sacarlos adelante, sola, les despierta rabia. Eso y las necesidades que pasaron: ¡°Un zumo era la cena de todas las noches¡±, rememora Consuelo. Su padre estuvo m¨¢s de un a?o encerrado, con sentencia de muerte, en la c¨¢rcel Modelo de Valencia. El indulto lleg¨® ocho d¨ªas despu¨¦s de que fuera fusilado. ¡°Yo no me puedo olvidar¡±, lamenta. Dicen que lo pillaron cuando iba a por una gaseosa para celebrar la muerte de alguien. ¡°Mi madre siempre hablaba de sacarlo, era su ilusi¨®n. Muri¨® enamorada, m¨¢s que a su vida lo quer¨ªa¡±, evoca.
David Coronado no le da importancia a la labor que hace. ¡°Es un tema de derechos humanos. Les busco para decirles que pueden rescatar los restos, velar el cuerpo, despedirse y hacer el ritual del que les privaron hace 80 a?os. Es importante despedirse¡±, argumenta. Ha conseguido que, en la b¨²squeda, el Ayuntamiento de Cheste se interese por todos ellos y se comprometa a celebrar un acto cuando les sean entregados los cuerpos a los familiares. Mientras, pasa de vez en cuando por una casa, que tiene pinta de abandonada, pero que est¨¢ a nombre del que podr¨ªa ser un familiar de Miguel Morell Ib¨¢?ez, fusilado el 20 de mayo de 1940 y abandonado en la fosa 114 de Paterna. ¡°Estoy siguiendo alguna pista m¨¢s, pero a¨²n no he localizado a ning¨²n familiar¡±, lamenta. ¡°Los vecinos tampoco saben nada¡±, alega con pesar. Quiz¨¢ lo consiga antes de que finalicen los trabajos de exhumaci¨®n y cotejo de ADN, al que todav¨ªa le quedan varios meses. ¡°Ser¨ªa una satisfacci¨®n enorme¡±, dice, aunque su tono evidencia que no es plena porque son demasiados los que volver¨¢n a la fosa.
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