El descuelgue de Junts en los cambios a la amnist¨ªa provoca malestar al Gobierno y sus socios

La legislatura no ha hecho m¨¢s que empezar y la actitud de Junts per Catalunya ya est¨¢ poniendo a prueba la paciencia entre los integrantes de la mayor¨ªa de investidura que sustenta al Gobierno. Tras situar al Ejecutivo al borde del precipicio la pasada semana, en la votaci¨®n de los decretos con medidas anticrisis y reformas exigidas por Bruselas, la formaci¨®n independentista volvi¨® a desconcertar al resto de partidos con la presentaci¨®n, el pasado martes, de las enmiendas a la propuesta de ley de amnist¨ªa, in extremis y sin explicaci¨®n alguna. Cuando todos los dem¨¢s grupos implicados en la iniciativa daban por hecho que esas enmiendas se tramitar¨ªan de forma conjunta, Junts se descolg¨® con sus propias iniciativas y acab¨® arrastrando a Esquerra Republicana (ERC) por el mismo camino.

Entre los grupos que apoyan al Gobierno hay una impresi¨®n un¨¢nime: una de las mayores dificultades para sacar adelante la legislatura residir¨¢ en la competencia entre Junts y ERC. El partido de Carles Puigdemont resulta a menudo imprevisible incluso para los acostumbrados a tratar con ¨¦l. Y adem¨¢s ha puesto todo su empe?o en demostrar que se trata de un negociador mucho m¨¢s firme y eficaz de lo que fue en los cuatro a?os anteriores su rival republicano en el campo independentista catal¨¢n. El temor de todo el bloque que respald¨® la investidura de Pedro S¨¢nchez es que esas actitudes se agudicen todav¨ªa m¨¢s seg¨²n se acerquen las elecciones auton¨®micas de Catalu?a, donde la actual legislatura finaliza al comienzo de 2025.

Lo ocurrido este martes con las enmiendas a la ley de amnist¨ªa no ha hecho m¨¢s que acrecentar esa inquietud. Entre todos los grupos que apoyan la iniciativa exist¨ªa un pacto no escrito para no presentar ninguna enmienda individual y promover solo algunos retoques t¨¦cnicos en un texto que, seg¨²n sus promotores, est¨¢ ya muy medido ante la certeza de que ser¨¢ examinado con lupa microsc¨®pica cuando las medidas de gracia se planteen ante los tribunales. ERC llevaba semanas asegurando que no presentar¨ªa ninguna enmienda que no estuviese acordada con las dem¨¢s formaciones. Los dos grupos nacionalistas vascos y los gallegos del BNG se limitar¨ªan a asentir a lo decidido por sus correligionarios catalanes.

Esa era el panorama que describ¨ªan los implicados el martes al mediod¨ªa, solo unas horas antes de que terminase ¡ªa las 18.00¡ª el plazo para presentar las enmiendas. Tanto fuentes socialistas como de ERC y de los grupos vascos se?alaban que se estaban ultimando los detalles entre los equipos jur¨ªdicos de cada formaci¨®n y que las negociaciones ten¨ªan un car¨¢cter puramente t¨¦cnico, sin contenido pol¨ªtico. Y as¨ª ocurri¨®: PSOE, Sumar, ERC, EH Bildu y BNG firmaron conjuntamente nueve propuestas con retoques menores.

Lo inesperado fue que, en la misma tarde del martes, apenas 15 minutos antes del cierre del plazo para registrar esas enmiendas conjuntas, Junts se descolg¨® y decidi¨® presentar una docena por su cuenta. Sin avisar y sin dar explicaciones, que en la Mesa de la comisi¨®n a¨²n se desconoc¨ªan 24 horas m¨¢s tarde. A continuaci¨®n, ya con el tiempo al l¨ªmite, ERC, a pesar de lo que ven¨ªa anunciando, tramit¨® sobre la marcha otras cuatro individualmente. Los grupos que apoyan al Gobierno interpretaron que Esquerra reaccion¨® as¨ª para no ofrecer la imagen que intenta endosarle Junts de que se comporta como un socio m¨¢s complaciente para S¨¢nchez. La maniobra cogi¨® por sorpresa tanto al PSOE y a Sumar como a los nacionalistas vascos y gallegos, que daban por hecho que todo estaba acordado ya entre el conjunto de las formaciones y que se enteraron al l¨ªmite, sin tiempo de reacci¨®n, lo que ha provocado gran malestar en esas formaciones, como ha constatado EL PA?S con representantes de todas ellas.

Las enmiendas de ERC y Junts, aunque con matices diferentes, pretenden que las medidas de gracia a los independentistas con causas judiciales pendientes sean aplicables incluso a los que tengan condenas firmes por terrorismo, un supuesto excluido del texto inicial de la futura ley. Pero ERC y Junts parece que difieren en c¨®mo debe precisarse esa situaci¨®n en la norma, para que supere los filtros y recursos jur¨ªdicos posteriores y esa divergencia o ¡°pique¡± entre los partidos independentistas catalanes podr¨ªa ser, seg¨²n fuentes de esa comisi¨®n, el motivo del desmarque en la firma de las enmiendas del partido de Puigdemont. Los independentistas justifican esa demanda en lo que entienden como animosidad contra el independentismo de jueces como Manuel Garc¨ªa Castell¨®n, de la Audiencia Nacional. Este magistrado ha atribuido delitos de terrorismo a Carles Puigdemont y la secretaria general de ERC, Marta Rovira, ambos huidos en el extranjero, responsabiliz¨¢ndolos de la muerte de un turista franc¨¦s por un infarto, el 14 de octubre de 2019, en el aeropuerto de Barcelona, que se encontraba cercado por activista que protestaban contra las condenas judiciales a l¨ªderes del proc¨¦s.

El episodio de las enmiendas ha ratificado a los dem¨¢s grupos en una impresi¨®n que resulta un¨¢nime: Junts ¡°lo va a poner muy dif¨ªcil¡± para avanzar en la legislatura. Y en un mes empezar¨¢n las negociaciones sobre los Presupuestos.