La lucha de los pueblos de la dana: 16.000 ni?os sin escolarizar, 2.150 casas inhabitables, riesgos sanitarios y un enorme agujero econ¨®mico

Al menos 16.000 ni?os y adolescentes no est¨¢n escolarizados. Solo hay 365 viviendas sociales disponibles cuando la dana ha dejado 2.147 casas en las que no se puede vivir. La red ferroviaria de la comarca de L¡¯Horta Sud no se reactivar¨¢ hasta mediados de 2025. Los riesgos de salud p¨²blica por las inundaciones siguen latentes. Las empresas han sufrido un golpe de 9.365 millones de euros. Y los agricultores tratan de salvar las cosechas que no se llev¨® el agua. La situaci¨®n en las zonas afectadas por la riada de Valencia ha mejorado en las ¨²ltimas cuatro semanas, pero las vidas de sus vecinos, los servicios b¨¢sicos y el tejido econ¨®mico est¨¢n lejos de haber recuperado la normalidad.

Vivienda: emergencia por falta de casas

Manuel, vecino de la calle Lepanto de Paiporta, una de las m¨¢s embarradas del municipio m¨¢s arrasado, lleva tres semanas viviendo en la casa de la suegra de su hija. ?l y su mujer en una habitaci¨®n; su hija Inma y su novio en otra; y la madre de ¨¦l en otra. La escena se repite en cientos de hogares. Casi ning¨²n vecino de las plantas bajas de esta localidad, que haya sobrevivido a la dana, puede habitar en ellas. Y si a¨²n no se ha ido es porque tiene miedo de dejar la casa sola: sin muebles, ni ventanas, ni puerta, ni ropa, ni una silla para sentarse. Y con el moho trepando las paredes. A unos metros de ah¨ª, en un bajo de la calle Doctor Fleming, Lourdes Barreto huy¨® con sus dos hijas de un piso de alquiler, por el que pagaba 400 euros, a la casa de una desconocida. Duermen las tres en una cama de matrimonio en la ciudad de Valencia y despu¨¦s de m¨¢s de 20 d¨ªas peregrinan al Ayuntamiento de la localidad para pedir alg¨²n tipo de ayuda: ¡°Nos han dicho que como no ten¨ªamos contrato no nos van a dar nada. Yo he perdido dos trabajos, de tres que ten¨ªa, no me llega para alquilar nada. Y ya nos da verg¨¹enza depender de la caridad de esta mujer¡±, resume.

Esta es la situaci¨®n de cientos de familias. La Consejer¨ªa de Vivienda de la Generalitat ha decretado el desalojo de 491 viviendas por problemas estructurales y otras 1.656 no re¨²nen las condiciones m¨ªnimas de habitabilidad. Una cifra que puede aumentar, pues hay todav¨ªa muchas que no han sido revisadas tres semanas despu¨¦s. Del total de viviendas afectadas, 130 tendr¨¢n que ser demolidas. Con estas cifras en la mano, el Gobierno auton¨®mico trata de hacer frente a una crisis habitacional sin precedentes con pocas armas.

La primera cuesti¨®n, la m¨¢s urgente: la vivienda social. Para quienes no tienen un conocido o un desconocido tan caritativo como Lourdes y unos ingresos inferiores a 2.700 euros al mes. En estos momentos la Generalitat dispone de un bloque de 185 viviendas p¨²blicas en el barrio de La Torre en Valencia, uno de los que tambi¨¦n han sido arrasados por la riada. Sus s¨®tanos se encuentran todav¨ªa anegados y los operarios trabajan a contrarreloj para hacer habitable la finca para sus nuevos moradores, que vienen de convivir tres semanas con m¨¢s fango. Ni siquiera cuenta con el suministro el¨¦ctrico, porque lo ha reventado el agua, por eso la adjudicaci¨®n se har¨¢ por fases, se?alan fuentes auton¨®micas. Adem¨¢s de estas, la Generalitat dispone de otras 30 viviendas repartidas por la provincia. A 21 d¨ªas de la tragedia solo se han adjudicado nueve: la primera fue a una familia de Picassent por seis meses sin coste, a partir de ah¨ª, ¡°se evaluar¨¢¡± y, de ser necesario, se pasar¨ªa a alquiler social, una ayuda de hasta 800 euros al mes.

La residencia y el albergue habilitados como soluci¨®n temporal para los vecinos m¨¢s vulnerables ha alojado por el momento a 98 personas (en un centro de Burjassot) y 18 en el antiguo hospital La Fe.

Por su parte, la Sareb ¡ªel banco malo, propietaria de casas vac¨ªas del Estado¡ª pondr¨¢ en disposici¨®n de los afectados de la dana 150 viviendas de las 1.000 que dispone en la Comunidad, seg¨²n informan desde la Generalitat.

Si se tiene en cuenta que se han desalojado 491 viviendas y se suman las que est¨¢ ofreciendo la Generalitat y el Gobierno, la oferta p¨²blica ni siquiera alcanzar¨ªa para cubrir al total de hogares en estos momentos. A estos hay que sumarle los 1.656 cuyas casas se han convertido en espacios inseguros e insalubres. En paralelo, apenas se han presentado 300 peticiones de ayuda al alquiler, seg¨²n fuentes de la Consejer¨ªa, por la complejidad de los tr¨¢mites y porque el plazo se abri¨® hace poco m¨¢s de una semana y muchas familias se encuentran todav¨ªa buscando un sitio donde vivir. Y, en cambio, la Generalitat tiene abiertos 25.222 expedientes de ayudas directas por la p¨¦rdida de enseres, dotadas con 6.000 euros a cada afectado. La dana del 29 de octubre afect¨® a 75 municipios del sur de Valencia y, con diferentes niveles de gravedad, a 1,8 millones de personas. De las 130.000 viviendas ubicadas en las zonas inundadas, el Consorcio de Compensaci¨®n de Seguros contabiliza 48.003 casas con alg¨²n tipo de da?o, una cifra que solo contempla las viviendas aseguradas. El n¨²mero final puede ser mucho mayor.

Ni la Generalitat ni los Ayuntamientos cuentan de momento con planes de construcci¨®n de vivienda. ¡°Hay gente viviendo en Catarroja que sigue dependiendo de la ayuda vecinal hasta para poner una lavadora, porque no se ha atendido reparaci¨®n de luz m¨ªnima en las viviendas. Hay cientos de garajes que no se han vaciado todav¨ªa y desconocemos la situaci¨®n de las estructuras de esos edificios¡­ Queda mucho por hacer. Todav¨ªa estamos en una fase de emergencia¡±, resume el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Catarroja, Mart¨ª Raga.

Educaci¨®n: la desesperante lentitud en reabrir las escuelas

Cuatro semanas despu¨¦s de la dana, m¨¢s de 16.000 estudiantes siguen sin escolarizar. El n¨²mero proviene del recuento realizado por este peri¨®dico recabando datos ofrecidos de responsables municipales y educativos de Paiporta, Catarroja, Massanassa, Albal, Alfafar, Sedav¨ª, Aldaia, Picanya y Benet¨²sser, porque la Consejer¨ªa de Educaci¨®n no ha contestado a las peticiones de informaci¨®n. Seg¨²n la Generalitat, la mayor¨ªa deber¨ªa volver el lunes, aunque parte de los Ayuntamientos y los centros educativos se muestran esc¨¦pticos despu¨¦s de que previsiones anteriores se hayan incumplido. La situaci¨®n es grave, coinciden profesores y familias, porque los ni?os est¨¢n sufriendo el impacto educativo de no poder ir a clase, y, adem¨¢s, debido al estado de los municipios y al continuo movimiento de maquinaria pesada, tampoco se dan las condiciones para que se re¨²nan al aire libre, lo que acent¨²a su aislamiento.

¡°Los parques infantiles y el resto de espacios para ni?os siguen sucios o llenos de barro. El aire est¨¢ lleno de polvo. Y as¨ª es inviable que los ni?os est¨¦n en la calle¡±, dice Mari Carmen L¨®pez, 35 a?os, madre soltera, que vive con su hija Yenire, de 6 a?os, alumna del colegio p¨²blico Rosa Serrano de Paiporta. ¡°Intentas que trabaje un poco en casa y no se aburra, pero es muy dif¨ªcil. Y no entiende por qu¨¦ de la noche a la ma?ana no puede ir al cole, bajar a la calle, ver a sus amigas o ponerse sus zapatillas favoritas y tiene que ir siempre con botas¡±. Las familias se han organizado para adecuar espacios donde los cr¨ªos puedan juntarse. El jueves, Yenire fue a uno, instalado en un bajo. ¡°La noche de antes no se pod¨ªa dormir de lo nerviosa que estaba de volver a ver a sus amigas. Se despert¨® a las 7. Y al salir de la ludoteca, volviendo a casa, no paraba de saltar. Dec¨ªa: ¡®mam¨¢, estoy tan contenta que no puedo parar de saltar¡±.

La comunidad educativa ¨DFampa valencia, los sindicatos STEPV, CC OO, UGT y otras entidades que integran la Plataforma por la Ense?anza P¨²blica¨D reclamaron este s¨¢bado en una manifestaci¨®n en Valencia a la que asistieron miles de personas la dimisi¨®n del presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Maz¨®n, y del consejero de Educaci¨®n, Jos¨¦ Antonio Rovira. ¡°La gesti¨®n ha sido nefasta, y la falta de informaci¨®n casi total¡±, dice Marc Candela, del STEPV. La consejer¨ªa ha hablado, por ejemplo, de 92 centros educativos afectados por la dana, pero el dato no incluye los colegios privados de la zona. ¡°Nosotros recibimos la primera llamada de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n ayer¡± (tres semanas despu¨¦s del desastre), comentaba el jueves Teresa Hern¨¢ndez, profesora del colegio concertado Larrod¨¦, una escuela cooperativa de Catarroja. Tampoco ha tenido apenas contacto con la Administraci¨®n otra cooperativa educativa, La Gavina, en Picanya, que reabri¨® el martes gracias al trabajo de sus socios, antiguos alumnos y voluntarios, y acoge a 14 ni?os de otros centros.

La respuesta de la Generalitat, seg¨²n los testimonios de alcaldes, concejales de educaci¨®n y directores de centros educativos, ha sido lenta, subestim¨® inicialmente la gravedad de los da?os ¨Dafirmando, por ejemplo, que algunas escuelas podr¨ªan reabrir al cabo de pocos d¨ªas, lo que despu¨¦s se demostr¨® inviable¨D, y puso ¨¦nfasis en el ahorro de costes ¨Dplanteando que las reparaciones deb¨ªan recaer en los Consistorios y rechazando la instalaci¨®n de aulas prefabricadas temporales¨D. Un regidor, que pide no ser identificado, asegura: ¡°Para arreglar los centros de salud se pusieron en marcha en cinco d¨ªas. Con los colegios tardaron m¨¢s de 10. Y empezaron discutiendo que ten¨ªamos que repararlos nosotros, porque somos los propietarios. Pero nuestras competencias son de mantenimiento y esto no es cambiar una ventana. Hablamos de obras muy importantes, y las infraestructuras educativas son responsabilidad de la Generalitat. Al final lo han aceptado, pero de entrada no valoraron bien la magnitud del problema¡±.

Sanidad: pendientes de los riesgos de salud p¨²blica

La atenci¨®n sanitaria a¨²n no ha recuperado la normalidad y se mantiene la vigilancia para evitar riesgos de salud p¨²blica. La dana da?¨® 57 centros de salud y, aunque han reabierto todos, 10 requieren reparaciones importantes y 17 todav¨ªa no funcionan con cita previa, aunque atienden ¡°a demanda¡±, explica una portavoz de la consejer¨ªa de Sanidad. Quien tiene alg¨²n problema de salud se acerca y los m¨¦dicos lo ven. Adem¨¢s, otros 15 consultorios auxiliares ¨Dm¨¢s peque?os¨D, tambi¨¦n se vieron afectados, y una parte sin precisar de lo mismo tampoco ha abierto las agendas para dar citas. El consultorio de Beniparrell, situado muy cerca del barranco de Picassent, que tambi¨¦n se desbord¨® el 29 de octubre aunque con consecuencias mucho menos devastadoras que el del Poyo, es la ¨²nica instalaci¨®n sanitaria que todav¨ªa no ha reabierto. El agua tir¨® abajo la pared del patio trasero e inund¨® la planta baja. Pero los sanitarios que normalmente trabajan all¨ª estaban este jueves reubicados en la Escuela de Adultos del mismo municipio, situado a seis minutos a pie.

Uno de los factores que hizo que la dana no derivase en una gran crisis sanitaria fue que no afect¨® a ning¨²n hospital, ya que todos los que dan servicio a la comarca de L¡¯Horta Sud est¨¢n situados al norte del nuevo cauce del Turia. ¡°Tuvimos problemas. Los sistemas de informaci¨®n no funcionaron en la zona durante dos o tres d¨ªas, y poder ver la historia cl¨ªnica y prescribir es muy importante. Las salas de cura deben tener ciertas condiciones, necesitas cierto material y condiciones para montar la atenci¨®n a domicilio. Pero un centro de salud no es un hospital. No tiene quir¨®fanos, ni servicio de rayos, ni grandes equipos. Si hubiera afectado a un hospital hubiera sido mucho m¨¢s problem¨¢tico¡±, afirma Salvador Peir¨®, nombrado por la Consejer¨ªa de Sanidad como coordinador cient¨ªfico de Salud P¨²blica para la emergencia de la dana.

La asistencia no lleg¨® a interrumpirse. Al d¨ªa siguiente de los desbordamientos, all¨ª donde los ambulatorios estaban muy mal se habilitaron puntos de atenci¨®n m¨¦dica en dependencias municipales. Y al personal asignado de normal a los centros de la zona ¨Dcuyo principal problema al inicio consisti¨® en llegar y salir del lugar de trabajo debido al estado de las calles y carreteras¨D se sumaron enseguida numerosos voluntarios sanitarios. A la bolsa abierta por la Generalitat se apuntaron m¨¢s de 10.000, aunque Sanidad prioriz¨® a aquellos que ya trabajaban en el sistema valenciano de salud y ten¨ªan acceso a las aplicaciones inform¨¢ticas sanitarias. Su ayuda, se?ala Peir¨®, complement¨® el trabajo del personal sanitario y facilit¨® que pudieran descansar. Aunque el ritmo en algunos ambulatorios, por ejemplo, de la comarca de La Ribera, sigue siendo agotador, asegura una trabajadora.

Una de las voluntarias fue la m¨¦dica de familia Mar¨ªa Sanch¨ªs, que a los cinco d¨ªas de la dana fue a trabajar al punto de atenci¨®n instalado en el Ayuntamiento de Massanassa. ¡°Hicimos avisos a domicilio, y como las calles estaban tan mal nos llevaron voluntarios que hab¨ªan venido con sus 4x4¡±, dice. Sanidad deleg¨® parte de la gesti¨®n del flujo de voluntarios a M¨¦dicos Sin Fronteras (MSF), cuyos trabajadores tambi¨¦n visitaron centros de salud y expusieron a los sanitarios c¨®mo se organiza la ONG en contextos catastr¨®ficos. Por el tipo de emergencia, explica la delegada de MSF en Valencia, Mila Font, el temporal caus¨® en Valencia muchos muertos, 221, y un n¨²mero comparativamente menor de heridos.

Aunque al principio se temi¨® que la inundaci¨®n desencadenara graves episodios infecciosos, hasta ahora la mayor parte de los problemas de salud han consistido en lesiones; personas que se caen ¨Dsobre todo cuando las calles estaban enfangadas¨D o se hacen contusiones o cortes al manipular objetos da?ados por la dana. Jos¨¦ Ferrer, de 60 a?os, empleado en una subcontrata de Ford, esperaba el jueves en la puerta de la consulta del centro de salud de Catarroja a que su cu?ado saliera de la consulta. Se hizo da?o en la mano vaciando un bajo, y lo ha acompa?ado a que le revisen la herida. A esta hora, poco antes de las 14.00, apenas hay gente ¨Daunque, seg¨²n los m¨¦dicos, hay horas punta y pasan por all¨ª 300 persona al d¨ªa¨D y la sala de espera est¨¢ impecable. ¡°Estar aqu¨ª, con todo tan limpio, sin barro ni coches amontonados da sensaci¨®n de normalidad¡±, dice Ferrer. La planta baja del centro fue barrida por la dana, y est¨¢ en obras. Para acelerar la reapertura, se abri¨® una puerta en la pared de ladrillo a la altura del primer piso, y se instal¨® una rampa met¨¢lica que sube hasta ella desde la calle. El ambulatorio abri¨® esta semana, aunque todav¨ªa funciona a mitad de su capacidad. Las obras en la decena de centros m¨¢s da?ados costar¨¢n 108 millones de euros, y, seg¨²n la previsi¨®n, habr¨¢n concluido en seis meses.

Hasta el viernes se hab¨ªan confirmado tres casos de leptospirosis, una enfermedad t¨ªpica en inundaciones que se transmite por las orinas de los animales, y tres de legionela. Las gastroenteritis se est¨¢n mantenido en niveles normales. No se ha detectado un aumento de casos de hepatitis A. Y el control de los mosquitos (mediante trampas) no muestra que est¨¦n actuando de vector de enfermedades, a pesar de que su presencia ha aumentado mucho debido al agua que permanece estancada, sobre todo en garajes.

¡°La gente est¨¢ haciendo casos a las recomendaciones. Beber agua embotellada, usar botas, guantes y mascarillas¡±, dice Peir¨®. La finalidad de las mascarillas no es reducir las infecciones, como en la pandemia, sino evitar la inhalaci¨®n de part¨ªculas en suspensi¨®n, procedente del polvo en el que va transform¨¢ndose el barro, que levantan sobre todo los camiones. De d¨ªa, cuando las labores de limpieza y reconstrucci¨®n est¨¢n en marcha, la calidad del aire es peor que cuando llega viento desde el S¨¢hara cargado de arena. Mientras cruza los dedos para que ninguno de los riesgos latentes acabe materializ¨¢ndose, Peir¨® a?ade: ¡°Lo m¨¢s importante ahora es el agua, que se repongan los colectores de forma que la conducci¨®n de aguas potables y residuales est¨¦n perfectamente separadas¡±.

Transporte: sin metro ni coches

El d¨ªa 28 de octubre circulaban entre Valencia y su ¨¢rea metropolitana 1,7 millones de personas al d¨ªa. 24 horas despu¨¦s, el agua revent¨® la comunicaci¨®n con el sur y 75 municipios afectados siguen observando las costuras en sus carreteras locales, aunque tambi¨¦n auton¨®micas y estatales. No queda apenas rastro de que alguna vez llegara el metro a algunas localidades. En Paiporta, las v¨ªas del tren ya no existen, la fuerza con la que bajaba el agua por el barranco del Poyo casi tumba el puente ¡ªque ha tenido que ser derribado¡ªpor el que pasaba el tren. La estaci¨®n sigue arrasada, con la caseta llena de ramas de ¨¢rbol, ca?as, pedazos de v¨ªa y de muros. La dana incluso derrumb¨® el centro de mando que serv¨ªa para organizar los viajes tambi¨¦n hacia el norte, donde ni siquiera lleg¨® la riada. Si alg¨²n forastero quisiera adivinar que por ah¨ª hace un tiempo pas¨® un tren, tendr¨ªa que hacer mucho esfuerzo para imagin¨¢rselo. Tambi¨¦n para creer que volver¨¢ a pasar, como se?alan las autoridades auton¨®micas, a mediados del a?o que viene.

Desde la consejer¨ªa de Transporte de la Generalitat aseguran que las l¨ªneas que van hacia el norte o los tramos en ese sentido del metro recuperar¨¢n el servicio la primera semana de diciembre. Debido a que el centro de mando (ubicado entre Paiporta y Picanya) fue arrasado por la riada, ahora tampoco tienen acceso normal a transporte p¨²blico los habitantes de zonas por las que la dana ni se intuy¨®. Para la movilidad en el resto de municipios, los afectados, todav¨ªa falta mucho: se han invertido ya 50 millones de euros y estiman que har¨¢n falta otros 40 millones.

La ¨²nica opci¨®n de transporte p¨²blico para estas localidades son las 27 nuevas l¨ªneas de autob¨²s lanzadera que ha puesto el gobierno auton¨®mico. Y creen que seguir¨¢ siendo as¨ª hasta al menos el segundo trimestre de 2025, se?alan a este diario fuentes de la Generalitat. Si se tienen en cuenta que solo los municipios de L¡¯Horta Sud suman unos 500.000 habitantes, cuando el estado catastr¨®fico en el que todav¨ªa se hallan muchos de ellos empiece a mejorar ¡ªahora miles no est¨¢n yendo a trabajar, ni a la escuela ni a las universidades, que permanecer¨¢n cerradas hasta diciembre¡ª, el sistema provisional puede resultar insuficiente.

A la escasez de transporte p¨²blico se agrega adem¨¢s otro problema: en las localidades afectadas es pr¨¢cticamente imposible conocer a alguien que no haya perdido su coche. O sus coches. El Consorcio de Compensaci¨®n de Seguros (CCS), el organismo que va a pagar la inmensa mayor¨ªa de las indemnizaciones, hab¨ªa registrado hasta la semana pasada 83.000 expedientes por veh¨ªculos de motor. Miles y miles de chasis que estos d¨ªas amanecen amontonados en las orillas de los pueblos para chatarra.

La Generalitat informa de que ha invertido ya 100 millones de euros para reconstruir solo las carreteras auton¨®micas. Las locales, para apoyar a los municipios, se las ha dividido el Gobierno auton¨®mico con el estatal y todav¨ªa no pueden ofrecer un c¨¢lculo del gasto. De las 18 v¨ªas auton¨®micas colapsadas el d¨ªa 1 de la tragedia, aseguran haber arreglado 16, aunque algunas est¨¢n todav¨ªa con soluciones temporales que provocan atascos kilom¨¦tricos a la entrada de Valencia en las horas punta.

Otro de los focos importantes en materia de infraestructuras es que, tres semanas despu¨¦s, hay decenas de depuradoras y tuber¨ªas (colectores) para el alcantarillado destrozadas. En una reuni¨®n entre alcaldes de las localidades m¨¢s afectadas esta semana, se quejaban de que en Aldaia, Alaqu¨¤s, Xirivella, Manises, Mislata y Picanya, las depuradoras se encuentran sin servicio, que estaban destrozadas, ¡°y se tardar¨¢ al menos un a?o¡± en recuperarlas, advert¨ªan los regidores. Desde la Generalitat responden que ya han invertido otros 100 millones de euros en obras hidr¨¢ulicas y est¨¢n tratando de resolver de manera provisional el colapso de las tuber¨ªas con unas provisionales.

Econom¨ªa: las empresas piden ¡°un Plan Marshall¡±

El sector empresarial ha sufrido un golpe de 9.365 millones de euros por la dana, seg¨²n las primeras estimaciones de la Confederaci¨®n Empresarial Valenciana (CEV). ¡°Le hemos pedido al Gobierno un Plan Marshall, tenemos que empezar ya con la reconstrucci¨®n¡±, explica a este peri¨®dico Salvador Navarro, presidente de la CEV, quien esta semana ha mantenido reuniones con Industria, Trabajo y una ¡°muy positiva¡± con el propio presidente de Gobierno, Pedro S¨¢nchez. La CEV estima, en base a una encuesta inicial que ha realizado, que en torno al 20% de los aut¨®nomos afectados pedir¨¢n el cese definitivo de actividad.

De esos 9.365 millones, la peor parte se la ha llevado el sector empresarial de agroalimentaci¨®n, con unos 3.350 millones. Femeval, que representa al sector del metal, estima unas p¨¦rdidas de 1.488 millones de euros y unas 6.150 empresas afectadas. Buena parte de los golpeados por la dana en pol¨ªgonos industriales como el de Catarroja o Paiporta eran empresas peque?as dedicadas a distintos tipos de artesan¨ªa con madera. La Federaci¨®n de Empresas de la Madera y el Mueble calcula unas p¨¦rdidas de 1.300 millones.

Por su parte, una compa?¨ªa clave para el tejido industrial valenciano como Ford no ha sufrido ning¨²n da?o por la dana. Sin embargo, la factor¨ªa, que ven¨ªa de un a?o p¨¦simo tras la firma del cuarto Expediente de Regulaci¨®n de Empleo (ERE) desde 2020 por la p¨¦rdida constante de modelos (hoy solo produce el Kuga), se ha visto obligada a parar la producci¨®n de veh¨ªculos desde el pasado mi¨¦rcoles hasta el pr¨®ximo martes, por la falta de algunos componentes clave para su actividad como los que le proporcionaba Industria Alegre, compa?¨ªa que se vio severamente da?ada por la dana.

Por su parte, el Ministerio de Industria inform¨® este jueves de que est¨¢ trabajando ¡°en nuevas medidas para ayudar a las empresas afectadas¡±. Entre ellas est¨¢ la puesta en marcha de ayudas a todos aquellos que hayan perdido su coche (o en algunos casos, varios). La CEV estima que hay unos 137.000 veh¨ªculos afectados por las inundaciones, lo que se traduce en unas p¨¦rdidas de 4.500 millones, algo de lo que se encargar¨¢ el Consorcio de Compensaci¨®n de Seguros.

¡°La principal preocupaci¨®n reside en aquellos que ten¨ªan en su coche una herramienta esencial para su actividad, como puede ser el caso de un fontanero o un electricista¡±, indica una fuente de la patronal. Si bien el Ejecutivo no ha dado cifras a¨²n de a cu¨¢nto ascender¨¢ el paquete de ayudas para los que han perdido su coche, el futuro programa de ayudas lo gestionar¨¢ el Gobierno sin intervenci¨®n de la Generalitat, al contrario de lo que sucede con las subvenciones para comprar coches el¨¦ctricos del Plan Moves III.

Agricultura: salvar la cosecha que no arruin¨® la dana

El sector agrario se ha volcado en una labor que no tiene un minuto de desperdicio: recuperar los cultivos que han sobrevivido a la gota fr¨ªa. Los trabajadores del campo explican que los elevados niveles de humedad de la zona son un caldo de cultivo perfecto para que los hongos terminen da?ando los frutos que no han sido afectados. Para llegar hasta estos ¨¢rboles, algunos agricultores como Gabriel Vela han tenido que hacer malabares con sus tractores. La mayor¨ªa de caminos y v¨ªas, en los campos afectados, han sido borradas por el paso de la riada.

Vela expone que ahora trabaja sin descanso con tres cuadrillas de nueve trabajadores para acceder a las zonas donde se pueden recoger mandarinas en fase temprana ¡°Tenemos que darnos toda la prisa que podamos, porque cada d¨ªa se estropea m¨¢s fruta y es rechazada por los distribuidores¡±, expone este agricultor, que arguye que es primordial aprovechar la alta demanda de c¨ªtricos en esta ¨¦poca del a?o. Sin caminos, sin embargo, las distancias se han multiplicado. Si antes hab¨ªa que recorrer dos kil¨®metros, ahora hay que hacer 25 para llegar al mismo punto, explica. Asaja estima que la dana ha dejado p¨¦rdidas agr¨ªcolas totales por 1.089 millones de euros en la regi¨®n.

Muchas de las explotaciones en las localidades afectadas han quedado completamente anegadas, con ¨¢rboles sumergidos en capas de lodo y escombros. En estas condiciones, los ¨¢rboles de c¨ªtricos, explica Bernardo Ferrer, vicepresidente de Asaja en la Comunidad Valenciana, terminar¨¢n muriendo por asfixia radicular. Este agricultor con cultivos en Alzira estima que, por cada hect¨¢rea afectada, cada propietario pierde una media de 12.000 euros en producci¨®n y otros 3.000 en infraestructura.

Seg¨²n Asaja, los cultivos m¨¢s afectados son los c¨ªtricos (con 192 millones en p¨¦rdidas), los caquis (54 millones), las hortalizas (24,8 millones) y los aguacates (7,2 millones). Muchos de estos sembr¨ªos se encontraban en plena campa?a de recogida, sobre todo las variedades tempranas de mandarinas y los caquis.

En respuesta, el ministerio de Agricultura ha desplegado un paquete de ayudas de 170 millones de euros para la reconstrucci¨®n de la infraestructura afectada por la riada. Y la Generalitat Valenciana ha dispuesto 20 millones m¨¢s para atender a las cerca de 70.000 hect¨¢reas afectadas, seg¨²n los datos que maneja la cartera de Agricultura. Sin embargo, Carlos Peris, de la Uni¨®n de Uniones, estima que las hect¨¢reas afectadas son al menos el doble, por lo que cree que las ayudas ser¨¢n insuficientes para salvar las cosechas de este a?o. ¡°Necesitamos maquinaria para reasfaltar los caminos y que los camiones puedan entrar para poder recoger el g¨¦nero¡±, argumenta. Adem¨¢s, el desbordamiento de los barrancos se ha llevado por delante sistemas de regad¨ªo, bombas, vallas.