¡°Simplemente empec¨¦ a mirarlos y me enamor¨¦ de los p¨¢jaros¡±, afirma el ornit¨®logo sueco Per Alstr?m
El gran estudioso escandinavo es el principal invitado del Delta Birding Festival, la feria de aves del Delta del Ebro, que acaba hoy
La 7? edici¨®n del Delta Birding Festival, la gran cita de los amantes de las aves en el Delta del Ebro, se cierra hoy domingo a mediod¨ªa con la tradicional suelta de p¨¢jaros recuperados por los agentes rurales (una gaviota de Audouin y un flamenco juvenil). La vuelta del festival tras su suspensi¨®n el a?o pasado por la pandemia es un ¨¦xito y numeroso p¨²blico est¨¢ visitando el recinto de M¨®n Natura, centro de las actividades que incluyen conferencias, exposiciones, venta de productos relacionados con el birdwatching, y experiencias como el audiovisual de paisajes sonoros del mundo que ha presentado Eloisa Matheu. Anoche el pase de la conmovedora pel¨ªcula Volando juntos, de Nicolas Vannier, basada en una historia real, congreg¨® a un centenar de personas en la plaza de la Font de Poblenou del Delta en torno a la peripecia de un chico y unas ocas. A todas horas desde M¨®n Natura y su entorno se puede disfrutar de observaciones maravillosas de aves, ya sean los omnipresentes flamencos, las garzas, el avetorillo, un ¨¢guila calzada, o el fulgurante mart¨ªn pescador que ha volado como un rel¨¢mpago azul y una bendici¨®n en la laguna al paso de mi bicicleta, dej¨¢ndome la retina anegada de melancol¨ªa por su esplendor perdido, que dir¨ªa J. A. Baker a prop¨®sito de sus halcones peregrinos.
De lo m¨¢s interesante en el festival, que hoy est¨¢ lleno de ni?os atra¨ªdos por los talleres de iniciaci¨®n y los dos simp¨¢ticos estimaocells que se yerguen junto a los concurridos (en barca) canales del recinto, ha sido la conferencia del ornit¨®logo sueco de la Universidad de Upsala Per Alstr?m, una autoridad mundial, sobre los paseriformes, el gran orden de aves que abarca m¨¢s de la mitad de las especies del mundo (m¨¢s de 6.000 de las 11.000 existentes), incluyendo gorriones, cuervos, golondrinas y aves lira. Este diario ha podido conversar con Alstr?m (Gotemburgo, 60 a?os), cuyo monumental libro sobre la evoluci¨®n de los paseriformes (publicado por Lynx) le llevan varios visitantes para que se los firme, como si se tratara de un autor de best-sellers. El estudioso, que tiene varias nuevas especies descritas por ¨¦l a las que se ha puesto su nombre, viste como para ir a observar aves en un pantano peligroso del Sud¨¢n, con una camiseta negra atravesada por la enigm¨¢tica palabra ¡°Cist¨ªcola¡± (que suena a dolencia de la vejiga pero es el nombre de un g¨¦nero de p¨¢jaros y de una empresa de tours ornitol¨®gicos) y no suelta de la mano su envidiable telescopio.
?Cu¨¢l es la raz¨®n de que la gente se sienta atra¨ªda por los p¨¢jaros? ¡°Bueno, son comunes, hay en todas partes y presentan tanta variaci¨®n, de los gorriones a los flamencos. Sus plumajes pueden ser muy espectaculares. Cantan, algunos de formas muy hermosas. Hacen cosas muy distintas: trepan, bucean, planean, depredan¡ Hay tanta variaci¨®n de formas y comportamientos. Y son f¨¢ciles de observar, algunos. Tengo la sensaci¨®n de que los insectos, otra clase de criaturas fascinantes, recabar¨ªan de la misma manera nuestra atenci¨®n si fueran m¨¢s grandes¡±.
Su compatriota Lars Jonsson a?adir¨ªa una evidencia a por qu¨¦ nos atraen las aves: que vuelan. Alstr?m r¨ªe alegremente. ¡°Lars es el mejor ilustrador de aves vivo, su trabajo es extraordinario. Y tiene raz¨®n, claro: vuelan, y mucha gente sue?a con volar. El misterio y la maravilla del vuelo de las aves, sus migraciones. ?Sabes que Linneo, el gran naturalista del XVIII, mi compatriota tambi¨¦n, cre¨ªa que hab¨ªa aves que invernaban bajo el agua de los lagos? Las ve¨ªa all¨ª y luego ya no estaban y nadie sab¨ªa adonde hab¨ªan ido¡±.
En su conferencia, Alstr?m ha hablado de ¡°el p¨¢jaro m¨¢s solitario del mundo¡±, parecido estrechamente al choch¨ªn pero en realidad sin ninguna especie relacionada viva. ¡°S¨ª, se trata de Elachura formosa, ratina moteada, le hemos propuesto su propia familia, Elachuridae, viven en el Himalaya y el sudeste de Asia, es la ¨²nica especie de su g¨¦nero y no tiene parientes no extinguidos¡±. Nos quedamos los dos pensando en silencio en la soledad de ese p¨¢jaro, hasta que me recupero y le pregunto cu¨¢l es su ave favorita. Responde que le gustan las alondras (a las que ha dedicado un libro) y, modestamente, tiene una debilidad por la Alstr?m¡¯s warbler, el mosquitero soror (Phylloscopus soror), en sueco Alstr?ms bambus?ngare, por razones evidentes.
Reflexiona el ornit¨®logo que no puede decir porqu¨¦ le interesaron a ¨¦l los p¨¢jaros. ¡°Es algo que me viene desde siempre, desde ni?o, no hubo algo especial, mis padres no se interesaban por ellos. Simplemente empec¨¦ a mirarlos y me enamor¨¦ de los p¨¢jaros¡±. ?Hay alg¨²n libro que para ¨¦l haya sido muy trascendente en su fascinaci¨®n por las aves? ?Bengt Berg? ¡°Por supuesto, su Al ?frica tras las aves de paso, pero de mencionar a alguien, sobre todo David Attenborough,; me parece el gran divulgador de la naturaleza. Crear inter¨¦s por las aves es lo m¨¢s importante para m¨ª. Si no sabes de algo no te importa. El secreto para estimarlas y protegerlas es conocerlas¡±.
Eso nos lleva a hablar de los gatos, y del debate, a menudo agrio, sobre su papel como fuerza destructiva. ¡°Es un tema complejo. Mucha gente ama a los gatos y lo entiendo, a m¨ª me fascinan especialmente los grandes gatos, los felinos salvajes como el leopardo o el guepardo. Es verdad que los gatos ferales, asilvestrados pueden hacer mucho da?o. Pero en realidad son un problema menor. El verdadero gran problema para la fauna en general y los p¨¢jaros en particular es la destrucci¨®n de h¨¢bitat, y eso es culpa nuestra. Nos estamos quedando sin bosques naturales, no plantados. Tenemos que cambiar nuestra relaci¨®n con la naturaleza, restaurar los h¨¢bitats naturales¡±. En cuanto a los gatos, ¡°no tengo una posici¨®n firme, entiendo que los gatos asilvestrados matan muchas aves, y son una plaga en islas peque?as sin control, pero tambi¨¦n lo son las ratas; insisto, los gatos no son el gran problema. Y no s¨¦ la soluci¨®n, supongo que es algo que hay que ir discutiendo¡±.
Del Delta Birding Festival, al que ya acudi¨® anteriormente, dice que es ¡°estupendo¡± como lugar de encuentro y ¡°para expandir conocimientos y despertar inter¨¦s¡±. Y a?ade se?alando alrededor: ¡°Y con todo este despliegue de aves.
?Tiene Alstr?m un ave que le obsesione?, ?hay un grial pajaril para ¨¦l, que lo ha visto casi todo en el mundo? ¡°Me gustar¨ªa ver el chotacabras cuellirrojo (Caprimulgus ruficollis), que s¨¦ que hay por aqu¨ª. Lo estoy intentando. A ver si hay suerte¡±. A?ade que tambi¨¦n hay muchas alondras en Somalia que no ha visto, pero que es m¨¢s peligroso que el Delta del Ebro. Le comento que para su pr¨®ximo libro sobre ellas pod¨ªa comentar lo de que una legi¨®n romana, la quinta (del 52 antes de Cristo al 87 despu¨¦s), llevaba su nombre, Alaudae, alondra. Se dice que por el casco con cresta de los galos que formaban parte de la unidad en sus inicios, al crearla Julio C¨¦sar. Pero a Alstr?m enseguida se le ocurre otra teor¨ªa: ¡°Quiz¨¢ porque las alondras se mueven muy r¨¢pido por el campo, y la velocidad era esencial y definitiva en las legiones romanas¡±. De repente, el ornit¨®logo y birder se queda callado y alza la cabeza, atento como un perdiguero. ¡°?Oyes? Precisamente, una alondra¡±. Juntos escuchamos el precioso canto y, desde luego, el resto es silencio.
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