Catalu?a encara su a?o m¨¢s complejo tras el final del ¡®proc¨¦s¡¯
La gesti¨®n centrar¨¢ el camino hasta las elecciones catalanas, con el PSC en cabeza y un independentismo que necesita ajustar su discurso tras abrazar la v¨ªa pragm¨¢tica
El momento pol¨ªtico en Catalu?a tiene los ingredientes para augurar un nuevo a?o intenso, posiblemente el m¨¢s complejo tras el fracaso de los planes secesionistas en 2017. El a?o 2024 es el ¨²ltimo de la actual legislatura y, sum¨¢ndole las elecciones europeas en junio, ser¨¢ inevitable que la din¨¢mica electoral termine por impregnar a¨²n m¨¢s los movimientos de los partidos. Ello en parte explica, por ejemplo, las pr¨®rrogas presupuestarias en el Ayuntamiento socialista de Barcelona y la Generalitat, ahora pilotada en solitario por Esquerra.
La situaci¨®n gana complejidad con PSC, Junts y ERC acompasando la pugna por liderar el Gobierno catal¨¢n y su convivencia en la mayor¨ªa que blinda al Gobierno de Pedro S¨¢nchez. En la fluidez de esa relaci¨®n, los socialistas se juegan los apoyos independentistas catalanes para seguir en La Moncloa y el secesionismo, adem¨¢s de lograr la ley de amnist¨ªa, que se cumplan acuerdos claves como el traspaso de Rodalies, los Cercan¨ªas de Catalu?a, y la mejora en la financiaci¨®n auton¨®mica.
El ¨¦xito o fracaso en esas negociaciones y en c¨®mo se capitanee el momento m¨¢s duro tras tres a?os de la peor sequ¨ªa desde que hay registros ser¨¢n determinantes en t¨¦rminos electorales. Que no se ejecutaran las infraestructuras proyectadas tras la sequ¨ªa de 2008 o los malos resultados del informe educativo PISA permiten a los constitucionalistas, especialmente al PSC, incidir en la idea de que el independentismo fue irresponsable al ¡°parar el pa¨ªs¡± por el proc¨¦s. ¡°El balance de los ¨²ltimos 10 a?os no da para triunfalismos¡±, dijo el l¨ªder del PSC, Salvador Illa, esta semana. Tras varias elecciones perdiendo apoyos, Junts y ERC se enfrentan a ajustar su discurso a la realidad de estar ya ambos en la v¨ªa posibilista del di¨¢logo. El 14 de febrero de 2025 es la fecha l¨ªmite de la actual legislatura y aunque el presidente Pere Aragon¨¨s cree que agotarla ayuda a sostener la idea de Ejecutivo responsable, nada est¨¢ escrito en firme.
Presupuestos y el socio de Collboni
Las dos principales administraciones catalanas, la Generalitat y el Consistorio barcelon¨¦s, comenzar¨¢n 2024 con pr¨®rroga presupuestaria. Pere Aragon¨¨s (ERC) y Jaume Collboni (PSC) sufren as¨ª las consecuencias de optar por gobernar en minor¨ªa. Es el ¨²ltimo a?o de legislatura en el Parlament, donde el ambiente empieza a ser preelectoral, pero a¨²n as¨ª, el republicano ve posible tener cuentas en el primer trimestre de 2024. Tanto PSC como En Com¨² Podem, con quien se pact¨® las cuentas en vigor, ya han mostrado que lo pondr¨¢n m¨¢s dif¨ªcil en esta ocasi¨®n.
Los socialistas dicen que no se sentar¨¢n a negociar hasta que no se cumpla la lista de acuerdos sin ejecutar, donde algunos ¨ªtems dependen de acciones de ministerios. Los comunes, por su parte, piden a Aragon¨¨s un n¨ªtido no al proyecto del megacasino del Hard Rock en Tarragona, cuya tramitaci¨®n urban¨ªstica figura en los pendientes del PSC. La otra posibilidad, con Junts, parece bastante remota.
La situaci¨®n de Collboni en Barcelona es m¨¢s complicada. El calendario electoral lastr¨® llegar a un pacto postelectoral r¨¢pido, pero ni el acuerdo para La Moncloa ha desatascado la situaci¨®n. El paso de los meses no ha hecho sino enquistar la soledad del alcalde, que solo tiene 10 concejales de 41, y que ahora se da hasta la primavera para elegir socio y tener Presupuesto. Los comunes y PP apoyaron al socialista para evitar que Xavier Trias (Junts) volviera a la alcald¨ªa, pero los de Ada Colau marcan distancias ahora, tras meses de instarle a elegir. ¡°Han pasado seis meses y es decepcionante la par¨¢lisis de este gobierno¡±, denunci¨® la exalcaldesa Colau en el ¨²ltimo pleno del a?o. Solo la suma con el exalcalde permitir¨ªa a Collboni tener una mayor¨ªa absoluta.
Sequ¨ªa y Rodalies
El Govern se enfrentar¨¢ en breve al que ser¨¢ su mayor reto a nivel de gesti¨®n: tras casi 40 meses sin un r¨¦gimen de lluvias normal, m¨¢s de seis millones de personas est¨¢n abocadas a restricciones en el suministro. Fracasar estrepitosamente en garantizar la llegada de agua a los hogares del ¨¢rea metropolitana de Barcelona y Girona ser¨ªa un misil contra el relato de buenos gestores sobre el cual ERC busca mantener el poder. El plan antisequ¨ªa del Ejecutivo catal¨¢n ha logrado retrasar la entrada en el estadio m¨¢s grave previsto, un logro de dif¨ªcil reconocimiento por la ciudadan¨ªa, pero que varios resbalones a nivel comunicativo han facilitado los ataques de Junts, PSC y comunes sobre la impericia del Ejecutivo.
La sequ¨ªa, sin embargo, tiene un trasfondo pol¨ªtico importante. En el imaginario colectivo a¨²n perdura c¨®mo en 2008 el Govern tripartito formado por PSC, ERC e Iniciativa capitanearon no sin zozobra una crisis de lejos menor que la actual. El plan de infraestructuras que surgi¨® como aprendizaje de una emergencia se cumpli¨® a medias por los ejecutivos de Converg¨¨ncia y de ERC. De ah¨ª que el PSC aproveche estos d¨ªas para recordar la idea de ¡°la d¨¦cada perdida¡± con el monopolio del proc¨¦s en la agenda de la Generalitat.
Contrarrestar esa idea explica, en parte, el af¨¢n de los republicanos por comenzar las negociaciones para el traspaso de los Cercan¨ªas catalanes, una contrapartida arrancada al PSOE a cambio de la investidura. Es posiblemente la transferencia m¨¢s importante de la d¨¦cada, pero tambi¨¦n la m¨¢s delicada, pues la infraestructura viene lastrada por una cr¨®nica falta de inversi¨®n y el mal servicio genera un constante malestar ciudadano. Esta carpeta y la de la mejora de la financiaci¨®n de Catalu?a ser¨¢n el centro de gravedad de la relaci¨®n entre los gobiernos. A los socialistas les interesa que esas dos operaciones, derivadas de la agenda del reencuentro de S¨¢nchez para Catalu?a, ayuden a enterrar la hegemon¨ªa independentista.
Dos elecciones
El 14 de febrero de 2025 es la fecha l¨ªmite de la actual legislatura y aunque Aragon¨¨s cree que agotarla ayuda a sostener la idea de Ejecutivo responsable, nada est¨¢ escrito en firme. Las elecciones europeas no suelen despertar mucha pasi¨®n, pero las pasadas, por ejemplo, fueron el escenario del mano a mano entre Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, con el expresident como triunfador. El PP y Vox seguramente querr¨¢n usar los comicios en clave plebiscitaria contra la amnist¨ªa, pero los partidos independentistas se enfrentar¨¢n en saber c¨®mo valora su electorado el papel en la negociaci¨®n de la investidura y, en el caso de Junts, el giro copernicano del enfrentamiento a la v¨ªa del di¨¢logo.
Las ¨²ltimas citas electorales han mostrado una ca¨ªda sostenida del independentismo y el ¨²ltimo CIS catal¨¢n, en noviembre, hasta lleg¨® a plantear, por primera vez desde que Artur Mas comenz¨® el camino del proc¨¦s, que el secesionismo perder¨ªa la mayor¨ªa absoluta en el Parlament. Eso le abre las puertas al PSC, que sigue viendo como sondeo tras sondeo se asienta su condici¨®n de favorito, pero que choca siempre con el bloqueo aritm¨¦tico de los secesionistas. Si se produce el sepelio de Ciudadanos o hasta donde llegar¨¢ la subida del PP son otras de las dudas a resolver.
Los resultados de un pand¨¦mico 14-F de 2021, distorsionado por la participaci¨®n m¨¢s baja de la serie (53,3%), dejaron muchas dudas sobre la digesti¨®n hecha por los votantes de lo ocurrido tras el fin de la intervenci¨®n del autogobierno con que se respondi¨® a lo ocurrido en 2017 y la certificaci¨®n de la p¨¦rdida de unidad independentista escenificada durante el Gobierno de Quim Torra. El fin de la pol¨ªtica de bloques que marc¨® el parlamentarismo durante el proc¨¦s tendr¨¢ en las pr¨®ximas elecciones su principal prueba de fuego.
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