El hijo de Miguel de la Quadra-Salcedo resucita la Ruta Quetzal en Galicia: ¡°Es el principio de lo que ¨¦l hubiera querido¡±
Quien fue la mano derecha del aventurero retoma su proyecto educativo con una expedici¨®n de 156 adolescentes espa?oles y el reto econ¨®mico de devolverle su dimensi¨®n internacional
??igo de la Quadra-Salcedo es el guardi¨¢n de un legado inmenso que se congel¨® de repente el 20 de mayo de 2016. Aquel d¨ªa muri¨® a los 84 a?os su padre, el periodista y aventurero Miguel de la Quadra-Salcedo, creador de la m¨ªtica Ruta Quetzal. Desde la d¨¦cada de los ochenta y durante 30 a?os, su proyecto educativo marc¨® la vida de 14.000 adolescentes de Europa y Am¨¦rica que exploraron selvas, volcanes y culturas ancestrales a ambos lados del Atl¨¢ntico, siguiendo las huellas de personajes cruciales de la historia de los dos continentes. El viaje por la pen¨ªnsula de Yucat¨¢n de aquel funesto 2016 fue la ¨²ltima edici¨®n. Tras el fallecimiento de su fundador, el BBVA cort¨® de cuajo la financiaci¨®n de un programa que por entonces precisaba cada a?o 1,5 millones de euros para hacerse realidad.
Estos a?os no han sido f¨¢ciles para el hijo menor de De la Quadra-Salcedo, que durante dos d¨¦cadas fue su mano derecha en la compleja organizaci¨®n de la Ruta Quetzal. Aficionado a la astronom¨ªa, se compr¨® un planetario port¨¢til en Estados Unidos y recorri¨® colegios e institutos de Galicia, la comunidad en la que reside, descubri¨¦ndoles a los chavales las maravillas del firmamento. Pero retomar el legado de su padre no ha dejado de rondarle el coraz¨®n y la cabeza. Hace solo cinco meses decidi¨® ¡°poner la m¨¢quina en funcionamiento para comenzar otra vez¡±. Ha resucitado el programa en Galicia con fondos de la Xunta de la celebraci¨®n del Xacobeo y con expedicionarios procedentes solo de territorio espa?ol. Su intenci¨®n es que este sea solo un primer paso: ¡°Mi padre estar¨¢ orgulloso. Hablo con ¨¦l todos los d¨ªas y s¨¦ que esto es el principio de lo que ¨¦l hubiera querido¡±.
Con un presupuesto de 80.000 euros y nuevo logo con el rostro de su padre sobre la cola de un quetzal, ??igo de la Quadra-Salcedo ha organizado un viaje que sigue los pasos de la Traslatio, el recorrido final que seg¨²n las creencias cat¨®licas realizaron los restos del ap¨®stol Santiago hasta su enterramiento bajo la actual catedral compostelana. Un total de 156 chavales de 16 y 17 a?os y una docena de monitores partieron el pasado 16 de julio de Braga y llegar¨¢n al Obradoiro el 25. Entretanto, han navegado en kayak el r¨ªo Mi?o, subido a pie al espectacular castro del monte de Santa Trega (A Guarda) y explorado el para¨ªso de las islas C¨ªes. Con la Ruta Quetzal colaboran tambi¨¦n los ayuntamientos pontevedreses de Vilanova de Arousa, Catoira, Valga y Pontecesures, que promueven este recorrido hist¨®rico bautizado como Mar de Santiago. La equipaci¨®n de los ruteros la pone la misma empresa de siempre, la espa?ola Panama Jack, que se mantiene fiel al proyecto desde 1990.
La expedici¨®n no es internacional pero, para sorpresa de De la Quadra-Salcedo, pervive ese ¡°esp¨ªritu¡± de intercambio cultural que inspir¨® a su padre. Sus miembros son muchachos de expediente acad¨¦mico brillante, procedentes de las 17 comunidades aut¨®nomas y de Ceuta y Melilla. ¡°Pens¨¦ que nos iba a deslucir no tener chicos de Am¨¦rica, pero no. Que una ceut¨ª conozca a una chica de una aldea gallega es maravilloso, porque no tienen nada que ver¡±, se?ala el director de la Ruta Quetzal. Con todo, su aspiraci¨®n es seguir el a?o que viene con otra conmemoraci¨®n hist¨®rica y, en cuanto pueda, volver a contar con Am¨¦rica. El handicap es que saltar el Atl¨¢ntico disparar¨ªa el presupuesto. Lograr financiaci¨®n es el gran reto que le queda por delante.
??igo de la Quadra-Salcedo tiene algo muy claro: la gratuidad de la experiencia para los expedicionarios es sagrada. Es la ¨²nica manera, esgrime, de que el programa ponga en contacto a j¨®venes de todas las procedencias sociales con los m¨¦ritos propios como ¨²nico criterio. ¡°Lo que no quiero es hacer imitaciones de la Ruta Quetzal en las que los chavales tengan que pagar 1.600 euros¡±, explica. Si cuando estaba su padre, los elegidos se ganaban la plaza elaborando un trabajo que era evaluado por la Universidad Complutense de Madrid, este a?o la selecci¨®n se ha basado en los expedientes acad¨¦micos por falta de tiempo. De los m¨¢s de 700 solicitantes, han obtenido un puesto los 156 con mejores notas. Todas las representantes de Canarias lucen una nota media de 10.
¡°Aqu¨ª tenemos mentes muy inquietas, y se nota¡±, expone De la Quadra-Salcedo. ¡°Est¨¢n en una edad crucial, su mente es una esponja. Quieren descubrir y vivir aventuras, tambi¨¦n aventuras intelectuales, conociendo a j¨®venes de otros lugares¡±. Basta lanzar una pregunta a los chicos y chicas expedicionarios para comprobar c¨®mo bullen. Las respuestas se agolpan sin tiempo siquiera para pedir el nombre de quien contesta. Cuentan que fueron sus padres quienes les hablaron de la figura de Miguel de la Quadra-Salcedo y su exitosa carrera ¡°en televisi¨®n¡±. Que nunca hab¨ªan dormido en el suelo ni usado ¡°la misma camiseta durante tres d¨ªas¡±. Que est¨¢n aprendiendo ¡°a valorar el agua y la sombra¡± y a admirar las diferentes culturas que conviven en Espa?a. Una de las chicas arranca una ovaci¨®n al describir con una frase la experiencia: ¡°?Yo cambiar¨ªa mi m¨®vil por una ducha!¡±.
La Ruta Quetzal ha marcado a lo largo de su historia la vida de miles de j¨®venes no solo de Am¨¦rica y Espa?a, sino tambi¨¦n de otros pa¨ªses europeos y de Filipinas, Guinea Ecuatorial o Marruecos. En ella, apunta De la Quadra-Salcedo, se han descubierto vocaciones profesionales y hasta gestado matrimonios. Fueron ruteros en su adolescencia el actual presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, y una joven dominicana que acab¨® siendo asesora de Bill Clinton. Estos d¨ªas la ¡°familia quetzal¡±, subraya, no ha dejado de mandarle mensajes de apoyo. Una expedicionaria de 1994 les ha hecho una visita y una monitora de 2012 se ha reencontrado, entre l¨¢grimas de emoci¨®n y despu¨¦s de una d¨¦cada, con una rutera de aquella ¨¦poca que ahora es... monitora.
El esp¨ªritu de Miguel de la Quadra-Salcedo sobrevuela la expedici¨®n, aunque su hijo confiesa que ha aceptado una peque?a concesi¨®n: los chavales de esta edici¨®n de la Ruta Quetzal pueden usar el m¨®vil durante 10 minutos al d¨ªa, justo antes de echarse a dormir en sus tiendas de campa?a. Su padre les ten¨ªa terminantemente prohibidos los tel¨¦fonos.
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