Las consecuencias de cerrar aulas en un colegio de M¨®stoles: dejar al ni?o en casa o 45 minutos en autob¨²s cada d¨ªa
Nueve familias del municipio madrile?o no tienen plaza en el centro p¨²blico del barrio. Sindicatos y asociaciones de padres critican que la Comunidad de Madrid elimina aulas cada a?o sin criterios claros
Yessenia Ramos pasa tres horas y media al d¨ªa en transporte p¨²blico en Madrid. El recorrido para ir al trabajo es as¨ª: autob¨²s del centro de M¨®stoles a la estaci¨®n de Pr¨ªncipe P¨ªo; l¨ªnea 10 de metro hasta Alonso Mart¨ªnez; trasbordo a la l¨ªnea 5 y directa a Ciudad Lineal, Torre Arias o Alameda de Osuna, uno de los tres sitios donde limpia casas. Mismo trayecto en direcci¨®n contraria de vuelta. A esto le suma 45 minutos m¨¢s por los dos autobuses que coge cada ma?ana antes de ir a trabajar para llevar a su hija de cuatro a?os a clase. La mujer, de 26, no vive en el centro de su municipio, sino a unos seis kil¨®metros, en el barrio Parque Coimbra, y el colegio p¨²blico que tiene m¨¢s cerca de casa tiene plazas libres en segundo de Infantil. Ella y otras ocho familias est¨¢n en lista de espera y el centro ha pedido hasta tres veces a la Comunidad de Madrid que abra un aula m¨¢s, porque hay espacio para hacerlo.
¡°No tengo coche. Mi pareja est¨¢ de ocho de la ma?ana a seis o siete de la tarde en el trabajo. Estoy cansada de ir, venir, ir al colegio, volver, hacerlo todo¡ La ni?a se me duerme en el bus de ida y de vuelta, est¨¢ agotada¡±, relata Ramos. Su frustraci¨®n no es un caso aislado. Cada curso, sindicatos y asociaciones de familias alertan de una situaci¨®n similar en alguna zona de la regi¨®n: colegios donde antes hab¨ªa dos aulas para una etapa concreta y que, de un a?o para otro, se quedan sin ella; padres y madres que piden que se abra una clase m¨¢s; directores que advierten el exceso de demanda y tambi¨¦n solicitan el espacio; familias que acaban desplaz¨¢ndose para llevar a sus hijos al colegio o que se organizan y protestan hasta que lo consiguen.
Yessenia tiene que hacer un sobreesfuerzo con su ni?a para llegar al colegio porque le han cerrado la clase del que tiene m¨¢s cerca. En otros casos, la ¨²nica soluci¨®n posible es dejar al ni?o en casa. Las decisiones de cerrar clases siempre perjudican a las familias m¨¢s vulnerables: aquellas que disponen de m¨¢s medios pueden trasladar a sus hijos a otro colegio, sea p¨²blico o concertado. Sucede en M¨®stoles y en otros puntos de la comunidad. Cerrar clases puede parecer una medida aritm¨¦tica para racionalizar presupuestos y ratios en un entorno de baja natalidad cuando se hace desde un despacho con una tabla de Excel y no se atienden las peticiones de los directores, no se le pone cara a la medida. La tabla de Excel es implacable con los m¨¢s necesitados, siempre discrimina a los mismos, a los escolares que se tienen que quedar en casa o pasar hora y media en autob¨²s y llegar agotados.
En mayo, Comisiones Obreras (CC OO) elabor¨® un extenso informe que conclu¨ªa que este curso habr¨ªa 5.350 plazas menos de Infantil a Bachillerato en los centros p¨²blicos de la Comunidad de Madrid y que en Infantil y Primaria se perd¨ªan 172 aulas. A las nueve familias de Parque Coimbra, la direcci¨®n del colegio lleva dos semanas dici¨¦ndoles lo mismo. En junio, ya vieron que no habr¨ªa hueco para todos y pidieron por primera vez un aula m¨¢s. No hubo respuesta. El 1 de septiembre, lo solicitaron de nuevo y, hace apenas cuatro d¨ªas, lo han hecho por tercera vez. En el centro p¨²blico tienen aulas disponibles, les explican, porque hace tres a?os s¨ª hab¨ªa dos clases de educaci¨®n Infantil, con 15 alumnos cada una, y de un curso a otro las eliminaron.
La Consejer¨ªa de Educaci¨®n responde que el escrito de la direcci¨®n del colegio les lleg¨® este mi¨¦rcoles y que van a atender su petici¨®n de ¡°manera inmediata¡±, aunque ese mismo d¨ªa las familias, en contacto constante con el director, no ten¨ªan constancia de ello. Seg¨²n un portavoz, este centro es el ¨²nico de la zona donde se ha pedido un aumento de aulas, debido a la ¡°incorporaci¨®n en el periodo extraordinario de matriculaci¨®n de siete ni?os¡±. ¡°Hasta ahora era una l¨ªnea uno con 20 alumnos en el aula y ahora pasa a ser una l¨ªnea dos con 27 alumnos y dos aulas¡±, garantizan ahora. Para ello, tendr¨¢n que contratar a un nuevo docente.
Pero desde que comenz¨® el curso, hace 15 d¨ªas, Auutman Rabah, de 36 a?os, solo ha podido esperar. Tiene un hijo de cuatro a?os y una beb¨¦ de tres meses. ¡°Necesitamos el colegio s¨ª o s¨ª, la ruta del autob¨²s no pasa por aqu¨ª y, por horario, no la puedo llevar todos los d¨ªas¡±. Trabaja en un supermercado y, si le toca de tarde, (de 15.00 a 22.00), puede ir con la ni?a hasta otro colegio en M¨®stoles, aunque no puede acudir a buscarla a la salida. Y si le toca de ma?ana (de 8.00 a 15.00), no puede ni llevarla ni volver a recogerla. ?Resultado? Que la ni?a se tiene que quedar en casa. Lo mismo sucede en el caso de Sonia Zapata, con un ni?o de ocho a?os matriculado en Parque Coimbra y otro de cuatro en casa. ¡°El director no sabe qu¨¦ m¨¢s hacer, de cuatro a?os solo tienen una clase. En el otro colegio del barrio s¨ª hay dos, pero tampoco tiene hueco¡±. La madre se queja de que llevan 15 d¨ªas sin darles una soluci¨®n.
Mar¨ªa Carmen Morillas, presidenta de la FAPA Giner de los R¨ªos, explica que, cuando se acerca el periodo de escolarizaci¨®n, la Consejer¨ªa de Educaci¨®n se re¨²ne con las corporaciones locales y, con los datos de natalidad y del padr¨®n, entre otros, hace una estimaci¨®n de los ni?os que puede haber ese curso en cada etapa educativa. De hecho, d¨ªas antes del inicio de las clases, el nuevo consejero de Educaci¨®n, Emilio Viciana, se?al¨® en una rueda de prensa que la matr¨ªcula de tres a seis a?os hab¨ªa bajado un 2,4% y que ese descenso estaba ¡°directamente relacionado con la disminuci¨®n de la natalidad¡±. Madrid, Parla y M¨®stoles fueron algunas de las ciudades donde m¨¢s baj¨® la matr¨ªcula en Infantil entre 2021 y 2022, seg¨²n datos de la Comunidad. En Madrid hubo 777 alumnos menos; en Parla, 197; y en M¨®stoles, 190.
Por ejemplo, sigue Morillas, si en un municipio ¨Do distrito, en el caso de la capital¨D advierte una bajada de natalidad, deciden ¡°optimizar recursos y ofrecen plazas ajustadas a la baja¡±. Entonces, se eliminan aulas en distintas etapas, aunque el criterio para decidir cu¨¢les no est¨¢ claro, se?ala. ¡°Los directores se enteran porque ven que un aula ha desaparecido de su sistema inform¨¢tico. Si resulta que hay m¨¢s de 20 solicitudes [ratio m¨¢xima en Infantil], imagina 30, podr¨ªas tener dos aulas de 15. Pero luego te dicen que si hay otro centro cerca y all¨ª para 20 huecos han pedido la mitad, reubican los sobrantes de la primera aula y los recolocan donde hayan quedado vacantes¡±, indica.
Esto condiciona la decisi¨®n de las familias a la hora de escoger colegio. Isabel Galv¨ªn, secretaria general de la Federaci¨®n de Ense?anza de CC OO en la comunidad, a?ade que la ¡°disminuci¨®n de oferta en ense?anza p¨²blica est¨¢ planificada de manera sistem¨¢tica¡± y que ¡°no se elabora un mapa transparente de la demanda de plazas¡±. En los colegios e institutos p¨²blicos se reduce la oferta antes de conocer la verdadera demanda, denuncia, y las familias, al ver que hay menos plazas, no la solicitan por miedo a quedarse fuera. Entonces, escogen aquellos centros donde creen que van a tener hueco, como, por ejemplo, los concertados que anuncian ampliaciones. El resultado: la demanda s¨ª termina disminuyendo. ¡°Dicen que el 94% escoge lo que quiere, claro, no se puede escoger algo que no se oferta¡±, critica.
La baja matr¨ªcula y el sistema de asignaci¨®n de plazas est¨¢n abonando el terreno para m¨¢s problemas a futuro, afirma Sergio L¨®pez, del Sindicato de Trabajadores de la Ense?anza de Madrid. Si hay menos demanda en un colegio p¨²blico, habr¨¢ cierre de aulas y no ser¨¢ tan sencillo reabrirlas si se necesitan por un posterior repunte. ¡°Un aula que se cierra en la p¨²blica es menos oferta para las familias para el a?o siguiente¡±, dice. L¨®pez pone un ejemplo: un colegio p¨²blico tiene 40 vacantes en dos aulas, es decir, 20 en cada una. Por baja matr¨ªcula, se cierra una l¨ªnea y quedan plazas solo para 20. Al a?o siguiente, vuelven a aparecer alumnos para llenar dos aulas. ¡°El colegio puede pedir que le rehabiliten el aula. Pero, antes de pensar en rehabilitar el aula, la administraci¨®n verifica en qu¨¦ otros colegios hay cupo¡±, contin¨²a L¨®pez. Al final, unos colegios y unas zonas absorber¨¢n m¨¢s que otros los impactos de la baja de natalidad.
Hay m¨¢s riesgo de que un colegio p¨²blico absorba ese impacto, que un colegio concertado, a?ade L¨®pez. La ley de conciertos educativos en la comunidad hace m¨¢s dif¨ªcil que se cierre una l¨ªnea en un concertado, incluso si la demanda ha bajado. ¡°El concierto dura 10 a?os para todos los niveles educativos y obliga a ofertar todas las unidades [aulas] disponibles. Aunque la norma permite cerrar las aulas seg¨²n los ratios, pone limitaciones para hacerlo. Por ejemplo, por situaciones socioecon¨®micas se pueden admitir ratios inferiores e, incluso, que el Gobierno regional pueda establecer otra ratio m¨ªnima¡±, detalla L¨®pez.
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