Cristina Ortega: ¡°Si en 2100 quieren ambientar una pel¨ªcula en 2024, deber¨¢n saber que no todas vamos como Rosal¨ªa¡±
Licenciada en Econ¨®micas, fue directiva de varias aerol¨ªneas hasta que se decant¨® por su verdadera pasi¨®n: la historia, el arte y la moda. Ha trabajado en el vestuario de series como ¡®?lite¡¯ y ¡®La Mes¨ªas¡¯ sin dejar de atender Amores Eternos, la tienda de ropa ¡®vintage¡¯ con la que empez¨® todo
Cristina Ortega (Santa Cruz de Tenerife, 50 a?os) dice de s¨ª misma que es renacentista porque le interesan muchas cosas, y fenicia porque se siente ¡°como pez en el agua en una negociaci¨®n¡±. Licenciada en Econ¨®micas, fue directiva de varias aerol¨ªneas hasta que cumpli¨® los 40 e hizo clic. Opt¨® por proyectar su verdadera pasi¨®n: la historia, el arte y la moda. Mont¨® en Madrid una tienda de ropa vintage, Amores Eternos, como la canci¨®n de Sabina, le pidieron ayuda para el vestuario de una serie, luego para una pel¨ªcula de ?lex de la Iglesia y mientras, el dise?o de los uniformes de los empleados de una cadena hotelera. ?ltimamente ha trabajado para series como ?lite, Bos¨¦, La Mes¨ªas y Camilo Superstar, pero como parece incapaz de estarse quieta, recibe a EL PA?S en su ¨²ltima criatura. Un local de 500 metros en el madrile?o barrio de Orcasitas, donde almacena unas 50.000 prendas del siglo XX, telas, muestras, libros y bisuter¨ªa que alquila para producciones audiovisuales.
Pregunta. Usted quer¨ªa hacer Historia del Arte, pero¡
Respuesta. ¡ pero pertenezco esa generaci¨®n en la que hab¨ªa que ser abogado, m¨¦dico, arquitecto. Los sue?os frustrados de nuestros padres. Me dio por hacer Econ¨®micas porque el dinero est¨¢ en todos los sitios y pens¨¦: ¡°Ya me reubicar¨¦¡±. Pero empec¨¦ a estudiar y altern¨¦ la carrera con temporadas viviendo y trabajando fuera. Estuve en Londres, Berl¨ªn y el sur de Francia. Tard¨¦ ocho a?os en licenciarme. Visitaba de forma compulsiva los museos, me encantaba conocer acerca del costumbrismo de todos esos lugares.
P. Dej¨® los despachos despu¨¦s de una carrera de ascenso en ascenso. ?Qu¨¦ pas¨®?
R. Estuve en Vueling, en Spanair, en Clickair, en LAN Chile¡ empec¨¦ como asistente de consejero delegado y de ah¨ª pas¨¦ a directora de rutas, de servicios a bordo, de pricing... Pero en 2014, cuando cumpl¨ª los 40, me di cuenta de que seg¨²n iba escalando en la empresa dejaba de ser t¨¦cnica para convertirme en pol¨ªtica. Ni me interesaba ni me compensaba. No tengo hijos, ni hipotecas, as¨ª que lo dej¨¦.
P. Lo dice como si no costara.
R. Me cog¨ª un peque?o despachito debajo de casa, me fui de vacaciones y al volver opt¨¦ por hacerme empresaria. Ten¨ªa licenciatura, m¨¢ster, idiomas y curr¨ªculum, pero opt¨¦ por proyectar mi formaci¨®n no reglada, todas las referencias visuales y el aprendizaje de mis tardes en el British Museum. Aprend¨ª algo de marketing e internet, hice una p¨¢gina web y me fui a Berl¨ªn a comprar ropa vintage para venderla online. Y cuando apenas llevaba un mes me encuentro con un art¨ªculo en una revista que dice que mi negocio est¨¢ entre los mejores de Madrid. Yo pens¨¦: ¡°?Pero si esto es un chiringo casi ilegal!¡±. Alquil¨¦ entonces un local en la calle de Santa B¨¢rbara y recib¨ª una llamada de alguien del equipo de la miniserie Lo que escond¨ªan sus ojos que me pregunt¨®: ¡°?Tienes ropa interior de los a?os cuarenta?¡±. Pens¨¦: ¡°No, pero si he comprado aviones s¨¦ conseguir ropa¡±. Poco tiempo despu¨¦s pas¨® por la tienda una directora de vestuario que me propuso trabajar para la pel¨ªcula El bar, de ?lex de la Iglesia, mi primer proyecto en el cine.
P. ?Qu¨¦ vieron en usted?
R. No he estudiado Historia ni Moda, pero s¨¦ lo que se usaba en Par¨ªs en 1942. Me interesa la vestimenta como reflejo social e hist¨®rico de una ¨¦poca, porque lo que vestimos es un reflejo de lo que hacemos. Por eso cuando me llega un proyecto cinematogr¨¢fico no me pregunto si la protagonista tiene cuerpo de pera, sino a qu¨¦ se dedica, si tiene pareja, porque quiero ayudar a crear a ese personaje en su contexto. No tiene nada que ver una mujer en los a?os cuarenta en Madrid con una en Nueva York. Creemos que todas en los sesenta llevaban minifalda y no, eso solo las modernas de Londres, porque en Espa?a segu¨ªamos vistiendo de negro y con prendas de la d¨¦cada anterior. Y si alguien en 2100 quiere hacer una pel¨ªcula ambientada en 2024, deber¨¢ saber que no todas vamos como Rosal¨ªa.
P. S¨¢queme de dudas. ?Qu¨¦ demonios es vintage y qu¨¦ no?
R. Lo vintage tiene entre 40 y 80 a?os. M¨¢s ya es antig¨¹edad.
P. Vino la pandemia y con ella la tormenta perfecta.
R. Alquil¨¦ el local en el que tengo ahora la tienda el 6 de marzo de 2020, mira qu¨¦ fechas. Y acababa de ponerse en contacto conmigo una amiga que trabajaba como directiva en [la cadena hotelera] Radisson para que dise?ara el cambio de look de los uniformes de los empleados. No sab¨ªa dise?ar, pero s¨ª gestionar proyectos y de telas, as¨ª que lo gan¨¦. Pero lleg¨® el confinamiento y me vi con cuatro alquileres, sin ingresos, sin ahorros. Me parec¨ªa amoral vender ropa en esos momentos tan dif¨ªciles, pero la gente se puso a comprar online cosas que no necesitaba porque me conoc¨ªa del barrio, y con el dinero que entraba por ah¨ª lo invert¨ªa en la colecci¨®n de los hoteles. Ahora trabajo para Radisson, Art Hotel y Park Plaza, marcas como Elizabeth Arden, vendo y alquilo prendas, acabo de terminar un proyecto para la miniserie Eric, de Netflix, con Benedict Cumberbatch¡
P. Y ahora el nuevo local, que era una imprenta desde los a?os sesenta¡
R. Aqu¨ª tendr¨¦ un espacio para dise?o de uniformes y textiles para marcas, trabajando con empresas locales y de modo sostenible. Pero el grueso es para este archivo de unas 50.000 piezas originales de todo el siglo XX.
P. Sus amigos le dicen que es hora de que deje la tienda.
R. Ya, pero Amores Eternos es mi contacto con la realidad. A los negocios no hay que ponerles coraz¨®n ni cabeza, sino tripas. A la gente le da mucha pena cuando cierran los comercios peque?os, pero estos solo subsisten si vas a ellos. Vivimos de lo que la gente consume.
P. Y muchos dicen que la ropa es cara.
R. Porque la confecci¨®n lo es. Una tela medio normal vale entre 18 y 20 euros el metro, as¨ª que un vestido requiere en tela unos 40 euros. A eso tienes que sumarle los 12 euros la hora que pagas por confeccionarlo, unas 10 o 12. Y con eso ya tienes 120 euros de mano de obra, a los que deber¨¢s a?adir gastos fijos de luz, el IRPF, el IVA¡ y ya van los 300 euros por un vestido hecho por una persona. ?A cu¨¢nto lo tienes que vender entonces? Son precios justos, porque no es caro, es lo que vale. Y entiendo que con el salario medio en Espa?a de unos 1.300 euros no puedes permit¨ªrtelo, pero tambi¨¦n es porque parece que tenemos que estar comprando todo el rato. Podemos hacerlo, pero teniendo solo un abrigo, y no queremos.
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