Sexo y afecto: asignatura pendiente
El desarrollo de v¨ªnculos respetuosos es vital para evitar que el porno ¡®online¡¯ sea la fuente de informaci¨®n
A lo largo de la vida, el sexo es algo que est¨¢ siempre presente de forma inevitable. Es as¨ª desde la ni?ez. Este argumento deber¨ªa ser motivo suficiente para abordar desde edades tempranas, con total naturalidad, la sexualidad y las relaciones afectivas. La propia Convenci¨®n sobre los Derechos del Ni?o considera la educaci¨®n afectivo-sexual una parte fundamental de la formaci¨®n integral del menor. En la misma l¨ªnea se expresa la ONU, que expone en un informe detallado los beneficios que supone esta ense?anza en las aulas: se retrasa el inicio de la iniciaci¨®n sexual, aumenta el uso de anticonceptivos, se reducen los riesgos de embarazos no deseados y enfermedades como el VIH, se mejoran las actitudes interpersonales¡ Sostiene Naciones Unidas que esta educaci¨®n dota a ni?os y adolescentes de conocimientos, habilidades, actitudes y valores que los empoderar¨¢n para tener una buena salud y desarrollar relaciones sociales y sexuales respetuosas. Pero de la teor¨ªa a la pr¨¢ctica hay un trecho.
En Espa?a, la Ley Org¨¢nica de Modificaci¨®n de la Ley Org¨¢nica de Educaci¨®n (Lomloe) no otorga a la educaci¨®n afectivo-sexual el rango de asignatura espec¨ªfica, sino que considera que debe impartirse de forma transversal a lo largo de primaria, la ESO y bachillerato, en materias como Ciencias Naturales, Biolog¨ªa y Geolog¨ªa, ?tica o en las tutor¨ªas. ¡°Esa transversalidad hace que en muchas ocasiones acabe por no abordarse la cuesti¨®n¡±, lamenta la psic¨®loga Alejandra Enebral. ¡°Y como los adolescentes siguen teniendo dudas, acuden a internet¡±, a?ade esta experta. Es en este terreno abonado a la desinformaci¨®n donde los chavales acceden a la pornograf¨ªa. Algo muy sencillo, porque el 94% de los menores de 14 a?os lleva el m¨®vil en su bolsillo.
Seg¨²n un informe de la ONG Save the Children, casi 7 de cada 10 adolescentes consumen porno desde los 12 a?os. El hecho de que recurran a estos contenidos para iniciarse en su aprendizaje sexual supone una serie de consecuencias nefastas sobre sus relaciones y su desarrollo. ¡°El porno se centra en la penetraci¨®n, se minimiza la importancia de los besos y las caricias, presenta una peculiar versi¨®n de la realidad en la que el acto sexual tiene lugar fuera del contexto de una relaci¨®n de pareja, no suele mostrar la comunicaci¨®n interpersonal, y sus im¨¢genes son cada vez m¨¢s impactantes y extremas¡±, argumenta Enebral.
La humillaci¨®n como modelo
Esto hace que los chicos y chicas que ven estos contenidos puedan llegar a adoptar como h¨¢bitos cotidianos acciones, gestos y actitudes que muchas veces bordean la legalidad. ¡°Van a pensar que todos los v¨ªdeos que erotizan la violencia y la humillaci¨®n de la mujer, y que normalizan las violaciones como si fuesen una forma igualitaria de sexualidad, representan lo que es adecuado¡±, advierte la responsable de Pol¨ªticas de Infancia de Save the Children, Carmela del Moral.
Los expertos coinciden en que se debe abordar la educaci¨®n afectivo-sexual desde primaria, ya que favorece la evoluci¨®n personal del alumnado y contribuye a combatir los efectos perniciosos del porno. El problema preocupa a familias y a toda la comunidad educativa, pero la poca formaci¨®n del profesorado y el temor a que puedan surgir conflictos con algunos padres y madres hace que muchos centros escolares encaren la educaci¨®n afectivo-sexual casi de puntillas. No ocurre igual en el resto de Europa. En Suecia es obligatoria desde 1955, y desde hace m¨¢s de 20 a?os, pa¨ªses como Francia, Portugal e Irlanda, donde se top¨® con el firme rechazo de la jerarqu¨ªa cat¨®lica, ya la han sumado a sus planes de estudio.
Aqu¨ª radica otro de los principales escollos, el uso de la educaci¨®n sexual como arma pol¨ªtica. ¡°Es cierto que algunas familias se quejan cuando sus hijos reciben esa informaci¨®n en el aula, pero son muy pocas. Lo que pasa es que hacen mucho ruido, y para los colegios es complicad¨ªsimo gestionarlo¡±, admite la presidenta de la Confederaci¨®n Espa?ola de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado ?(CEAPA), Mar¨ªa Capell¨¢n. En su opini¨®n, hay que ense?ar a todos los chicos y chicas lo que hay, sin ocultarles una realidad que existe y a la que, adem¨¢s, pueden acceder por sus propios medios. ¡°El hecho de dar informaci¨®n no quiere decir que vayas a practicar una serie de h¨¢bitos sexuales que no son los adecuados. Hay que mostrarles que eso est¨¢ ah¨ª y educarlos bien para que sepan a qu¨¦ atenerse¡±, afirma.
Profesores poco preparados
El papel de las familias es clave. Tambi¨¦n deber¨ªa serlo el de los centros educativos. ¡°Pero hay carencias a todos los niveles porque los profesores, por lo general, no est¨¢n preparados para impartir esas clases¡±, denuncia Capell¨¢n. Aunque se ha avanzado desde 2020, tras la aprobaci¨®n de la Lomloe, el profesorado reconoce que hay mucho margen de mejora. ¡°Algunos docentes pueden sentirse inseguros o poco preparados para abordar temas sensibles relacionados con la sexualidad, entre otros motivos porque no ha existido formaci¨®n espec¨ªfica en los planes de estudio¡±, apunta Saturnino Acosta, miembro de la Asociaci¨®n Nacional de Profesores de la Ense?anza (ANPE).
Desde este sindicato, explican que la formaci¨®n del claustro debe afrontar aspectos espec¨ªficos que le permitan manejar de manera adecuada ¡°cuestiones complejas¡± como la diversidad y la orientaci¨®n sexual, as¨ª como la identidad de g¨¦nero. Este aprendizaje tambi¨¦n debe incluir temas como la promoci¨®n de la igualdad y la prevenci¨®n de estereotipos sexistas, la prevenci¨®n de la violencia de g¨¦nero y otras formas de violencia sexual, y el respeto a la diversidad de valores culturales y religiosos.
En muchas ocasiones, quienes dirigen las charlas y los talleres en los colegios e institutos son psic¨®logos y sex¨®logos externos. Estos profesionales, en colaboraci¨®n con los centros, exponen los contenidos adaptados a las diferentes edades de los estudiantes. Alejandra Enebral organiz¨® varios de estos encuentros en institutos de Legan¨¦s (Madrid) con el objetivo de detectar situaciones de violencia de g¨¦nero y tratar de romper falsos mitos sobre el amor. ¡°Muchos participantes se dieron cuenta de los estereotipos que ten¨ªan integrados y de que muchas de las cosas que consideraban normales en sus relaciones ¡ªcomo conocer las contrase?as de la pareja o saber d¨®nde se encontraba su novio o novia en cada momento¡ª eran signos de control y no de amor¡±, recuerda.
Avanzar en estas cuestiones implica trabajarlas en la clase, pero, sobre todo, en casa. En muchas tutor¨ªas, los alumnos confiesan que sus padres y madres no hablan abiertamente de sexo con ellos. Esto se traduce en dudas sin resolver y hace que a muchos chicos y chicas les cueste hablar abiertamente del tema en el aula. ¡°La educaci¨®n sexual que nos dan es poner un preservativo en un pene de pl¨¢stico¡±, comenta una adolescente de secundaria. ¡°Recibimos la t¨ªpica charla de tercero de la ESO, que es una, y muchas veces la mitad de la clase ya ha hecho bastantes cosas. Tampoco nos explican nada nuevo porque todos sabemos que hay infecciones de transmisi¨®n sexual y riesgo de embarazo. No te cuentan mucho m¨¢s all¨¢¡±, confirma otro alumno.
De ah¨ª que las familias deban implicarse desde el principio. ¡°Si limitamos la educaci¨®n sexual a lo puramente biol¨®gico, estamos empobreciendo el debate porque los menores no sabr¨¢n a qu¨¦ herramientas recurrir para enfrentarse a las diferentes etapas de la sexualidad en su adolescencia y juventud¡±, comenta Carmela del Moral desde Save the Children.
En su estudio (Des)Informaci¨®n sexual: pornograf¨ªa y adolescencia, esta ONG demuestra que lo habitual en Espa?a es que los contenidos afectivo-sexuales lleguen a trav¨¦s de talleres de corta duraci¨®n ¡ªde una a cuatro horas de formaci¨®n¡ª que se incorporan a otras asignaturas, sin continuidad con los a?os, y que suelen impartir personas externas o algunos profesores durante las tutor¨ªas. Muy pocas veces se trata esta materia desde los primeros cursos de primaria. El informe, adem¨¢s, insiste en que es necesario reorientar la perspectiva de muchas de estas actividades. Por un lado, falta un enfoque que contemple la dimensi¨®n afectiva y emocional de la sexualidad. Otro de los puntos d¨¦biles que resalta el an¨¢lisis es la ausencia de una ¨®ptica en igualdad de g¨¦nero y feminista. Por eso, dice Save the Children, debe abordarse la sexualidad desde cuestiones como la masculinidad, el empoderamiento femenino, la diversidad sexual y de g¨¦nero, los estereotipos¡
Apoyo del entorno cercano
Para acabar con todos los prejuicios, es necesario explicar muy bien a las familias en qu¨¦ consisten estos contenidos y c¨®mo se van a trasladar al alumnado. El psic¨®logo Pere Font dirige el Instituto de Estudios de la Sexualidad y la Pareja, y est¨¢ convencido de que hay un ¡°honesto inter¨¦s¡± por parte de docentes, padres y madres en este tema. Font constata que, desde hace a?os, la educaci¨®n afectivo-sexual ha ampliado sus contenidos. ¡°Ya hemos dejado atr¨¢s aquel modelo en el que solo se hablaba de relaciones sexuales, de preservativos y de riesgos. Es insuficiente y centrarlo solo en eso es un error. Hoy se incluyen aspectos de g¨¦nero, de diversidad, de derechos, de consentimiento, de pornograf¨ªa. Todo es mucho m¨¢s complejo que hace unos a?os, y de aqu¨ª parte la dificultad de integrarlo en el marco educativo¡±, expone.
Pese a los obst¨¢culos, el sex¨®logo propone una posible soluci¨®n para que esta formaci¨®n est¨¦ presente a lo largo de todo el itinerario acad¨¦mico (primaria-ESO-bachillerato): integrarla lo m¨¢ximo posible en las diferentes materias. ¡°Por ejemplo, en Historia se puede hablar del papel de la mujer en la civilizaci¨®n romana, o de la homosexualidad en la Grecia antigua. En otras ¨¢reas se pueden analizar letras de reguet¨®n, en Lengua y Literatura se pueden proponer lecturas donde se traten conflictos adolescentes¡ Es posible reforzarlo con acciones o talleres puntuales, pero siempre como un complemento. No como sucede ahora, que casi siempre son la actividad principal¡±, asevera.
En definitiva, se trata de avanzar hacia una educaci¨®n afectivo-sexual adecuada a las necesidades de los ni?os y adolescentes del siglo XXI. Porque aunque muchos no lo crean, son los propios alumnos quienes demandan estas clases. ¡°Es una necesidad para ellos, un deseo. Quieren tener fuentes seguras de informaci¨®n y entender realmente las cosas como son¡±, concluye Del Moral.
Ense?anza contra la discriminaci¨®n
El enfoque de la formación afectivo-sexual que se enseña en los centros educativos españoles está centrado en la heterosexualidad e “invisibiliza las diferentes realidades de las personas LGTBI”, lo que “dificulta tanto su proceso de autodescubrimiento como el ejercicio de su libertad en la adolescencia”, denuncia Save the Children. Precisamente este año, la educación va a marcar la agenda de la Federación Estatal LGTBI+. Entre otras medidas, el colectivo reclama que se cumplan los planes de igualdad en las escuelas y se defienda educar en diversidad, tal y como garantizan las actuales leyes.
Pide, además, que se incluya a las familias LGTBI+ en las agendas escolares y se implementen contenidos relacionados con la diversidad afectivo-sexual en los currículos educativos, con asignaturas optativas sobre estos contenidos de forma específica. Otras de sus reivindicaciones son la creación de espacios de diálogo y libres de LGTBIfobia en los institutos; la puesta en marcha de unidades de atención a la diversidad sexual, de género y familiar en los centros educativos; el impulso de campañas y políticas educativas antidiscriminación hacia las personas LGTBI+, así como la necesidad de impartir formación continua al profesorado sobre temas de diversidad sexual, de género y familiar. “Hay muchos menores que pertenecen al colectivo LGTBI+, y debemos trabajar para que no se sientan extraños. Quienes no lo son deben conocer que la realidad LGTBI+ existe, y han de recibir una educación sin ningún tipo de discriminación en la que todos estemos integrados”, comenta el coordinador de Educación de FELGTBI+, David Armenteros.
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