Por qu¨¦ no se canta en la mesa ni se abre la boca al masticar. Tres libros sobre c¨®mo nos relacionamos con la comida
Sabemos que no se habla de pol¨ªtica, pero ?por qu¨¦? Esta selecci¨®n de ensayos sacian esta hambre de conocimiento
Cuando en 2001 el historiador Xavier Castro public¨® en castellano Ayunos y Yantares. Usos y costumbres de la historia de la alimentaci¨®n (Nivola Libros y Ediciones) nos hizo reflexionar sobre qui¨¦nes somos frente a un plato, frente a una mesa y frente a otros comensales. Es cierto que aquel ensayo estaba m¨¢s centrado en Galicia, pero todo lo que en ¨¦l encontr¨¢bamos era perfectamente extrapolable a las maneras de comer en cualquier parte del mundo.
Han pasado unos a?os, y en la secci¨®n de ensayo de las librer¨ªas ya hay varios libros sobre historia de la alimentaci¨®n, pero pocos sobre maneras y modos de relacionarnos con ella. Aqu¨ª, tres imprescindibles para curiosos y estudiosos.
Los rituales en la mesa
¡°Este libro repleto de sabidur¨ªa, uno de los m¨¢s importantes que se han escrito nunca sobre alimentaci¨®n, describe las innumerables maneras en que el ser humano ha complicado el actor de comer¡±, escribe la periodista Bee Wilson en el pr¨®logo de Los Rituales en la Mesa. Or¨ªgenes, evoluci¨®n, excentricidades y significados, escrito por la historiadora y antrop¨®loga Margaret Visser (Antoni Bosch Editor).
Sin duda, es un libro fascinante, de esos para ir leyendo a peque?as dosis, saboreando cada cap¨ªtulo. Es revelador, clarificador y ¨²til. Nos hace entender nuestra evoluci¨®n (o no) como ser humano, nuestra manera de sentarnos, de ingerir la comida y de relacionarnos con otros comensales. Est¨¢ lleno de respuestas y tambi¨¦n de interrogantes. Comprendemos qu¨¦ significa sentarse en la cabecera de la mesa, qu¨¦ papel ha jugado la m¨²sica en los banquetes, qu¨¦ es ¡®comer a la inglesa¡¯ o c¨®mo hay que utilizar los cubiertos seg¨²n el men¨². Tambi¨¦n qu¨¦ debemos hacer y qu¨¦ no, para convertirnos en el perfecto comensal: ¡°Siempre nos han advertido de que durante las cenas no hay que tocar ning¨²n tema demasiado transcendente: ni la religi¨®n, ni la pol¨ªtica, ni nada controvertido ¡ªescribe la autora¡ª. No deben producirse discusiones, porque los buenos modales tienen la funci¨®n primordial de evitar cualquiera cosa que se parezca siquiera a la violencia. Un recelo m¨¢s confesable es que los jugos g¨¢stricos, y, por tanto, la digesti¨®n, pueden verse perjudicados por una cena desagradable (¡) Nadie puede ni debe hablar mucho durante la cena: todos deben conversar (¡) No se habla de negocios ni de asuntos tan t¨¦cnicos que resulten incomprensibles al resto: todos deben de participar en la charla (¡)¡±.
La propia autora explica al comienzo del libro que Los Rituales a la mesa (traducido por Dulcinea Otero-Pi?eiro) es la segunda parte de su reflexi¨®n sobre la alimentaci¨®n y las maneras que tenemos de relacionarnos con ella. Y habr¨ªa que leerse primero Much Depends on Dinner, a¨²n sin traducci¨®n al castellano, para comprender mejor el estudio antropol¨®gico e hist¨®rico de su ensayo.
Modos de comer
¡°Comemos antes de saber hablar (¡) Usamos las palabras para explicar ese mundo que nos rodea, pero seguimos dependiendo y siendo vulnerables al mundo que nos alimenta. Si las cosas van bien, tenemos con qu¨¦ saciarnos, y nos resulta natural apurar la botella de leche, la taza de caf¨¦ o el cuenco de arroz y sentirnos satisfechos. Pero nunca tenemos suficiente con lo que sabemos sobre la comida, porque el aprendizaje carece de la cualidad de la finitud¡±. As¨ª arranca el libro Modos de Comer. Un recorrido por la historia y cultura de los alimentos, reci¨¦n traducido por Ricardo Garc¨ªa Herrero y Borja Folch para RBA. El libro escrito a cuatro manos, las del historiador Benjamin A. Wurgaft y las de la soci¨®loga y escritora, Merry I. White, analiza la historia de la humanidad desde el punto de vista de la alimentaci¨®n, nuestras maneras de enfrentarnos a la comida y c¨®mo lo que ingerimos ha modificado nuestras conductas. Cada cap¨ªtulo es un delicioso pensamiento y con ¨¦l, un interrogante constante. Tal y como escriben sus autores: ¡°Consideramos que este libro es un conjunto de herramientas para el estudio de la alimentaci¨®n de los seres humanos. La comida siempre ha estado llena de futuro¡±.
Los alimentos que cambiaron el mundo
Posiblemente, nuestros antepasados no se cuestionaron que un simple tomate ser¨ªa, siglos m¨¢s tarde, no solo un ingrediente fundamental en la cocina, sino un alimento clave en la historia de la humanidad. Ni aquellos que recogieron los primeros granos de caf¨¦ imaginaron que, con el tiempo, ese fruto infusionado acabar¨ªa convirti¨¦ndose en uno de los alimentos que cambiaron el mundo. Al menos, as¨ª lo manifiesta el periodista Alex Renton en 13 Alimentos que cambiaron el mundo. C¨®mo nuestra dieta condiciona el pasado, el presente y el futuro (RBA). El libro es una adaptaci¨®n de los textos que Renton locuta en el programa The Food Programme, emitido en la BBC Radio 4. El libro es una joya, bien traducido por Beatriz Villena, para quienes buscan indagar en el ingrediente, saber la historia, la procedencia y el primer uso; y tambi¨¦n para quienes tienen inquietud por conocer c¨®mo afecta hoy en d¨ªa ese ingrediente en nuestra dieta habitual.
Cuando, antes de abrir el libro, te cuestionas cu¨¢les pueden ser los alimentos que realmente han cambiado la alimentaci¨®n y, por lo tanto, la salud y las costumbres del ser humano, lo primero que te viene a la cabeza es la patata. Y, es cierto, la patata pas¨® de ser el alimento para saciar el hambre a un producto delicatessen en la alta restauraci¨®n. Su historia abarca mundos diferentes y siglos dispares, pero ah¨ª est¨¢, sentada en la mesa de todas las cocinas del mundo. Junto a la patata, el autor, va analizando y reflexionando sobre otros elementos como el pan, la sal, el tomate, el aceite, los l¨¢cteos, el az¨²car, el pollo, las especias, el arroz, el pl¨¢tano, la soja, el cacao¡ No tiene desperdicio ¡ªnunca mejor dicho¡ª. Es el libro id¨®neo para los curiosos o estudiosos de la gastronom¨ªa.
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