Reabre La Cabane, el m¨ªtico ¡®beach club¡¯ del hotel Los Monteros en Marbella

La moda y la alta cocina coquetean sin reparos desde hace algunos a?os. Entre algunos de los cocineros de mayor renombre y las marcas de alta costura se multiplican los acuerdos sin perjuicio de las aperturas de restaurantes y espacios de ocio que acometen las propias firmas en su empe?o por encontrar afinidades con la cocina y la cocteler¨ªa en sus distintas variantes. Dior, Louis Vuitton, Bulgari, Armani, Prada, Gucci, Fendi, Ralph Lauren y Dolce & Gabbana aumentan su presencia en enclaves estrat¨¦gicos en asociaci¨®n con la imagen de Massimo Bottura, Niko Romito, Yannick All¨¦no y Alain Passard, entre otros cocineros internacionales.

La reciente alianza entre el grupo Dani Garc¨ªa y el grupo Mosh, con la colaboraci¨®n de Dolce & Gabbana, con objeto de rehabilitar la Cabane, m¨ªtico beach club del hotel Los Monteros en Marbella, se suma a una tendencia en auge. En un enclave limitado por los condicionantes del modelo ¡ªpiscina, camas balinesas y m¨²sica de DJ en directo¡ª, la cocina de Garc¨ªa ahonda en recetas que se inspiran en el sur de Italia. Platos que se ofrecen en el comedor y en la terraza a pocos metros del agua en un ambiente ribeteado por los ic¨®nicos dise?os de la casa italiana.

¡°Desde que firmamos el acuerdo con Dolce & Gabbana hemos tenido clara nuestra l¨ªnea de trabajo¡±, afirma. Un reto que pasa por elaborar una cocina refinada y desenfadada a partes iguales. En cierto modo, las siete pizzas que figuran en la carta resumen las directrices gastron¨®micas del complejo. De la cl¨¢sica margherita y la de mortadela con burrata, de corte popular, a las cotizadas Muntanara (mantequilla y caviar), o la de salm¨®n ahumado y caviar, r¨¦plica de la que cre¨® en 1982 en Beverly Hills el cocinero Wolfgang Puck en el restaurante Spago. Receta correcta que llega a la mesa con los bordes algo requemados. En conjunto, propuestas para compartir, de presentaciones aparentes y precios elevados en los que sale a relucir la vena malague?a de su art¨ªfice.

La refinada ensalada de bogavante, mango y albahaca esconde un salpic¨®n del crust¨¢ceo. Y las gambas rojas curadas y peladas, excelentes, una suerte de escabeche moderno. Por su parte, el llamado Fest¨ªn Mediterr¨¢neo, guiso en cazuela donde confluyen grandes mariscos y pasta paccheri, rememora las cl¨¢sicas zarzuelas y calderetas marineras espa?olas. Tras los risottos (all¨¢ milanese; al tartufo con trufa de verano) y las pastas ¡ªbucatini alla carbonara; spaghettini alla vongole¡ª la carta concede espacio a las carnes a la parrilla, desde la hamburguesa de buey wagyu, al intrascendente rib eye de ternera entre cuyas guarniciones figura un excelente pur¨¦ de patatas.

Sugerencias que encuentran sus contrapuntos l¨ªquidos en una bodega estudiada y en un surtido de c¨®cteles creados ex profeso. Cuando la degustaci¨®n concluye, los clientes son invitados a elegir el postre en Dolci Room, espacio fashion revestido con los estampados de Dolce & Gabanna, donde se exponen postres de vitrina inspirados en los complementos de la marca: bolsos de tres sabores ¡ªpistacho, vainilla, y mango¡ª; lim¨®n a la albahaca y rosa dulce en consonancia con sus ¨²ltimas colecciones. Y a su lado, un delicado tiramis¨² servido en la cl¨¢sica cafetera italiana tuneada, o un logrado helado de pistacho.

Desde las 13 horas, momento de apertura del restaurante, hasta las 16 horas, las comidas discurren por cauces convencionales. Justo en ese instante la m¨²sica se dispara, los camareros incitan al baile y la comida queda relegada a un segundo plano. El ambiente, intencionadamente festivo, se prolonga hasta las 19 horas, despu¨¦s de que las cocinas echen el cierre a las 17,30. En s¨ªntesis, dos restaurantes en uno que han de juzgarse por separado. ¡°No servimos cenas, y los martes y los jueves la fiesta lo inunda todo a partir de las cinco de la tarde¡±, afirma Gonzalo Rodr¨ªguez, jefe de operaciones del grupo Dani Garc¨ªa. El pan cumple y el caf¨¦ es de batalla.