Empieza la batalla por la herencia de Mohamed Al-Fayed
Los cuatro hijos del magnate egipcio que fue due?o de los almacenes Harrods de Londres y del Fulham F.C. est¨¢n en guerra por un testamento calculado en casi 2.000 millones de euros
En el n¨²mero 74 de Westbourne Grove, una de las principales calles del codiciado barrio londinense de Notting Hill, se encuentra el restaurante vegano Farmacy. ¡°Un local maravilloso, un personal encantador, una comida horrible, de mierda¡±, sentenci¨® Marina O¡¯Loughlin en su cr¨ªtica para el diario The Guardian. Hablaba del proyecto empresarial de Camilla Al-Fayed, de 38 a?os, una de los cuatro descendientes del magnate multimillonario egipcio Mohamed Al-Fayed, fallecido a los 94 a?os el pasado 30 de agosto. Los diferentes negocios emprendidos por los v¨¢stagos de quien fuera propietario de los almacenes Harrods, el s¨ªmbolo por excelencia del lujo brit¨¢nico, han tenido resultados m¨¢s bien mediocres, a pesar de recibir una considerable inyecci¨®n financiera paterna. El verdadero proyecto empresarial de Jasmine (42 a?os), Karim (39), Camilla y Omar (35), dos hijas y dos hijos del matrimonio del millonario con la actriz y modelo finlandesa Heini Wathen (68 a?os), consiste en hacerse con la mayor porci¨®n de los casi 2.000 millones de euros en que se calcula la herencia de Al-Fayed.
Los tabloides brit¨¢nicos, siempre entusiasmados cuando la realidad tiende a superar a la ficci¨®n, hablan ya de una batalla al estilo de la serie televisiva Succession, en la que los miembros de la familia Roy luchan por el control de su imperio medi¨¢tico ante las dudas sobre la salud del patriarca. Aunque est¨¦ claro que ese relato hace m¨¢s bien referencia a los Murdoch, cuyo cabeza de familia, Rupert, que ha anunciado esta misma semana que deja a los 94 a?os la presidencia de Fox y de NewsCorp, s¨ª tuvo el poder y la influencia en la sociedad brit¨¢nica que Al-Fayed nunca pudo lograr. Lo que s¨ª consigui¨® el empresario egipcio es amasar una inmensa fortuna que conserv¨® hasta el fin de sus d¨ªas.
A su muerte, la familia habl¨® en el comunicado oficial de ¡°un padre, marido y abuelo amado, que muri¨® en paz y rodeado por los suyos¡±. Esa paz de los ¨²ltimos momentos, sin embargo, no tuvo nada que ver con los a?os previos, cuando los brit¨¢nicos comenzaron a conocer los trapos sucios entre los hermanos aireados por la prensa sensacionalista. Durante el confinamiento de 2020 sali¨® la luz la desagradable lucha judicial entablada entre Camilla y su hermano peque?o, Omar. El benjam¨ªn de la familia, al que un d¨ªa se se?al¨® como el sucesor de Al-Fayed al frente de sus negocios, decidi¨®, sin embargo, ir por libre con su empresa ESTEE, con sede en Suiza y el Reino Unido, volcada en la exploraci¨®n y colonizaci¨®n del espacio.
El 18 de mayo de aquel a?o, cuenta Omar que su cu?ado Mohamed Esreb, el empresario sirio casado con Camilla, le acorral¨® y golpe¨® durante un encuentro familiar en la finca campestre de Surrey, donde Al-Fayed ha vivido retirado las dos ¨²ltimas d¨¦cadas. Omar lleg¨® a reclamar una indemnizaci¨®n por da?os de m¨¢s de 120.000 euros. Camilla aleg¨® ante el juez que su hermano estaba drogado durante el incidente. El juez recomend¨® ¡ªcasi exigi¨®¡ª a ambos que llegaran a una resoluci¨®n privada de su enfrentamiento para evitar mayor verg¨¹enza p¨²blica y mayores costes econ¨®micos. No se sabe si el asunto se lleg¨® a resolver, pero desde entonces Omar ha acusado a su hermana de sufrir ¡°el s¨ªndrome de la hija mediana¡± y, sin nombrarla, ha dicho en alguna entrevista que se considera la v¨ªctima de ¡°una lucha de poder entre hermanos¡±. Camilla, por su parte, le ha acusado de ¡°poner completamente en rid¨ªculo el legado del padre de ambos¡±.
Los otros dos hermanos han preferido evitar cualquier comentario p¨²blico sobre esa disputa. Jasmine vive una vida tranquila en Kent, al sur de Inglaterra, con su marido, el gal¨¦s Noah Johnson, exboxeador, excampe¨®n mundial de baile de m¨²sica disco y excantante de heavy metal, y su hija. Sus intentos de convertirse en una empresaria de la industria de la moda fracasaron. Karim, que sufre una profunda sordera como resultado de la meningitis que contrajo a los dos a?os, es un gran apasionado de la fotograf¨ªa y dirige la cl¨ªnica Karim Fayen Hearing Centre, una organizaci¨®n filantr¨®pica que ofrece ayuda a las personas con problemas auditivos.
La fortuna de Al-Fayed
El empresario, propietario durante un cuarto de siglo de los legendarios grandes almacenes londinenses Harrods, as¨ª como del club de f¨²tbol Fulham F.C., fue un protagonista destacado de la vida econ¨®mica y pol¨ªtica brit¨¢nica y vio c¨®mo su hijo, Dodi, ocupaba la primera plana de los tabloides sensacionalistas a consecuencia de su romance con Diana Spencer, Lady Di, por entonces ya divorciada de Carlos de Inglaterra. Ambos fallecieron en un accidente automovil¨ªstico en Par¨ªs, el 31 de agosto de 1997, durante una persecuci¨®n en la que hu¨ªan de los paparazis por las calles de la capital francesa.
Adem¨¢s de hacerse con la propiedad de los almacenes Harrods en 1985, en ese mismo a?o compr¨® el hotel Ritz de Par¨ªs, la villa parisina donde vivieron durante a?os de exilio los duques de Windsor (el rey Eduardo VIII, que abdic¨® en favor de su hermano Jorge VI, y su esposa, la estadounidense divorciada Wallis Simpson), que estaba en un serio estado de abandono, y una finca en Escocia de m¨¢s de 26.000 hect¨¢reas. Ese a?o, adem¨¢s, se cas¨® con la madre de sus cuatro hijos. A lo largo de su vida, adem¨¢s, Al-Fayed fue propietario de lujosos apartamentos en la londinense Park Lane y en el neoyorquino Manhattan; un castillo con casi 30.000 hect¨¢reas de terreno, hasta nueve Rolls-Royce y una espectacular colecci¨®n de arte.
Afortunadamente, para sus hijos, que no comparten el entusiasmo por mantener un conglomerado empresarial tan heterog¨¦neo, la ley brit¨¢nica de sucesiones es muy favorable a convertir cuanto antes en dinero l¨ªquido los activos de la herencia, para repartir entre los herederos y as¨ª evitar conflictos eternos. Aun as¨ª, todo anticipa que la guerra entre los hermanos Fayed no ser¨¢ r¨¢pida ni poco cruenta.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.