El d¨ªa que Johnny Rotten se aline¨® con Trump: ?por qu¨¦ nos afecta tanto que la ideolog¨ªa de nuestros ¨ªdolos no coincida con la nuestra?
El apoyo del l¨ªder de Sex Pistols a Donald Trump ha puesto de actualidad la deriva conservadora de muchos artistas que hicieron temblar al sistema cuando eran j¨®venes. ?Pero deber¨ªa importarnos?
¡°Ser¨ªa tonto de remate si no votase a Trump. Es la ¨²nica opci¨®n sensata, m¨¢s a¨²n desde que Biden est¨¢ subiendo en las encuestas¡±, declar¨® John Lydon a la periodista de The Guardian Barbara Ellen hace unos d¨ªas. El temible Johnny Rotten de finales de los setenta, que escandaliz¨® al pa¨ªs con sus palabrotas en la BBC, el l¨ªder de The Sex Pistols que alquil¨® una barcaza para cantarle a la reina en su jubileo aquello de ¡°God save the queen / She¡¯s not a human being¡±, se ha hecho conservador. Pero no es el ¨²nico.
Maureen Tucker, la baterista de The Velvet Underground que grab¨® temas sobre los placeres que produce la hero¨ªna, sobre chaperos, camellos o sobre relaciones sadomasoquistas, es miembro del Tea Party desde 2009 y, en su momento, particip¨® en manifestaciones contra Barack Obama: ¡°He votado a los dem¨®cratas toda mi vida, hasta que escuch¨¦ lo que Obama promet¨ªa. Entonces comenc¨¦ a preguntarme c¨®mo diablos se pagar¨¢ esa ut¨®pica tierra de ensue?o¡±, coment¨® en 2011.
Otro que no se queda atr¨¢s en su discurso reaccionario es Morrissey. El exl¨ªder de The Smiths, que de un tiempo a esta parte parece haber sido pose¨ªdo por el esp¨ªritu de un viejo cascarrabias, ha apoyado el Brexit y se ha revelado como un completo xen¨®fobo. En una entrevista para Der Spiegel en 2017, afirm¨®: ¡°Quiero que Alemania sea alemana. Quiero que Francia sea francesa. Si intentas que todo sea multicultural, al final no tendr¨¢s ninguna cultura¡±, razonamiento que culmin¨® con un ¡°estoy triste porque Berl¨ªn se ha vuelto una capital de la violaci¨®n... Por las fronteras abiertas¡±.
No obstante, el fen¨®meno no es nuevo ni exclusivo de m¨²sicos for¨¢neos. En noviembre de 1977, Bruno Lomas, el ¨ªdolo salvaje de la juventud espa?ola de los 60, particip¨® junto a otros artistas en un festival en beneficio de la organizaci¨®n Fuerza Nueva. Siguiendo con la ultraderecha, en 2019 Andr¨¦s Calamaro coquete¨® con apoyar a Vox desde su perfil de Facebook, donde escribi¨® ¡°prefiero el v¨¦rtigo de los patriotas y reaccionarios, a su manera me representan m¨¢s que los moderados¡±. Por su parte, Mario Vaquerizo, miembro de las Nancys Rubias, reconoci¨® su admiraci¨®n por Esperanza Aguirre afirmando: ¡°Es la mejor y lo dir¨¦ hasta que me muera¡± y chill¨® ¡°?No creo en la izquierda!¡± en su reality de MTV. Aunque su esposa siempre ha sido m¨¢s prudente que ¨¦l en cuestiones pol¨ªticas, siempre ha resultado controvertida en ciertos sectores su colaboraci¨®n en el programa matinal de Federico Jim¨¦nez Losantos (aunque en el programa de Risto Mejide aclar¨® que nunca ha ¡°votado a la derecha¡±). Por cierto, ya que se habla de rojos, cabe recordar que Jose Luis Campuzano, ¡°Sherpa¡±, l¨ªder de una de las formaciones de Bar¨®n Rojo, lleg¨® a comentar hace unos meses en ABC: ¡°Ahora soy el facha n¨²mero uno del rock espa?ol¡±, t¨ªtulo que se habr¨ªa ganado por sus declaraciones contra la gesti¨®n de la covid-19 por parte del Gobierno de coalici¨®n del PSOE y Unidas Podemos.
Si bien hay excepciones a todo esto, como la de Enrique Villareal, ¡°El Drogas¡±, que declar¨® a El Mundo: ¡°Mi Espa?a es la de los sanitarios y no la que se envuelve en la bandera de los cojones¡±. Parece evidente que el conservadurismo aumenta con la edad y que esa evoluci¨®n no es privativa de las estrellas de la m¨²sica. ¡°Entre los cuarenta y los cincuenta a?os de edad el cerebro comienza a envejecer¡±, explica Violeta Alcocer. Seg¨²n esta psic¨®loga, el envejecimiento cerebral provoca, entre otras cosas, p¨¦rdida de plasticidad neuronal, lo que hace que ¡°nos cueste m¨¢s trabajo incorporar nueva informaci¨®n y las prioridades cambien. Necesitamos m¨¢s orden, seguridad, rutinas, previsibilidad y concreci¨®n a muchos niveles. Nuestros esquemas mentales se vuelven m¨¢s r¨ªgidos y nos sentimos m¨¢s c¨®modos, por lo general, con estilos de vida que antes consider¨¢bamos conservadores o normativos¡±. En consecuencia, concluye Alcocer, ¡°arriesgamos menos y no nos gusta ver arriesgar a los dem¨¢s¡±.
Las fluctuaciones en las carreras profesionales: un tr¨¢nsito hacia el conservadurismo
Para valorar el cambio experimentado por estos artistas es necesario determinar dos cosas: primero, qu¨¦ se entiende por conservadurismo y, segundo, qu¨¦ lugar ideol¨®gico ocupaban esos artistas en su juventud. En opini¨®n del fil¨®sofo y escritor Xandru Fern¨¢ndez, ¡°en t¨¦rminos est¨¦ticos, John Lydon es tan poco conservador como Mark E. Smith de The Fall pero, en t¨¦rminos pol¨ªticos, entramos en terreno resbaladizo. Los dos vienen de la clase trabajadora y los dos mantuvieron toda su vida una conciencia de clase muy s¨®lida. A pesar de los bandazos que dio en su vida, Lydon es un firme defensor de la sanidad p¨²blica y Smith lleg¨® a militar en alg¨²n partido de izquierdas, pero luego te salen con sus boutades. Smith defendiendo que el Reino Unido le declare la guerra a Francia y Lydon llamando ignorantes a los que quieren abandonar la UE para, dos d¨ªas despu¨¦s, declararse partidario del Brexit¡±.
En lo que respecta al lugar ideol¨®gico que ocupaban en su juventud, no est¨¢ tan claro que todos esos artistas que hoy defienden posiciones conservadoras tuvieran en el pasado convicciones de izquierdas. ¡°Puede haber casos concretos en que alguien pase de creer en la revoluci¨®n de los soviets a exaltar los valores del libre mercado pero, en general, nuestros llamados ¨ªdolos se han cuidado mucho siempre de destacarse pol¨ªticamente¡±, recuerda Xandru Fern¨¢ndez, que pone como ejemplo de ello a Joaqu¨ªn Sabina: ¡°Yo me sab¨ªa todas las letras de los discos de Sabina en los ochenta, pero, ?de d¨®nde sac¨¢bamos que fuera de izquierdas? Lo que ¨¦l cantaba pod¨ªa cantarlo cualquier cantautor de derechas. ?Que hablaba de putas y yonquis? Mira t¨², hac¨ªa realismo, un programa est¨¦tico absolutamente transversal si lo comparas con lo que cantaba La Polla Records¡±.
Una de las cosas que dificulta conocer el posicionamiento ideol¨®gico juvenil de esos artistas es que, a diferencia de lo que les sucede hoy en d¨ªa, en su momento no tuvieron necesidad de hacerlo p¨²blico. ¡°No se conocen las ideas pol¨ªticas que defend¨ªa Calamaro cuando exist¨ªan Los Rodr¨ªguez porque a nadie le importaba. Los Rodr¨ªguez interesaban musicalmente y es cuando dejas de interesar musicalmente cuando buscas ser interesante por otros temas¡±, comenta Fern¨¢ndez, que intenta encontrar una explicaci¨®n al ¡°asunto Calamaro¡±: ¡°En su caso hay un drama que no s¨¦ si llega a ser personal y desde luego ignoro por completo si llega a ser econ¨®mico, pero s¨ª se ve que es un drama est¨¦tico porque su p¨²blico, de ser hegem¨®nico, ha pasado a ser anecd¨®tico¡±.
Con esta reflexi¨®n, este fil¨®sofo y escritor pone sobre la mesa un hecho que podr¨ªa explicar ese tr¨¢nsito hacia el conservadurismo: las fluctuaciones en las carreras profesionales. ¡°Muchos artistas que evolucionan supuestamente hacia posturas m¨¢s conservadoras lo hacen cuando ya no tienen tanta capacidad de influir ni tanto prestigio. Hay iconos del pop cuya derechizaci¨®n coincidi¨® con el momento m¨¢s bajo de su carrera y luego dieron el giro hacia la izquierda cuando volvieron a tener ¨¦xito: Neil Young, por ejemplo. Otros, en cambio, se van alejando de la extrema derecha a medida que se vuelven menos transgresores, como fue el caso de Genesis P. Orridge¡±.
Simples v¨ªctimas del sistema
Tampoco hay que descartar que la deriva conservadora de los artistas responda no tanto a una transformaci¨®n personal, como a una cuesti¨®n estructural. ¡°En ocasiones, el propio sistema apuntala esta tendencia, sumando a la ecuaci¨®n ciertos privilegios adquiridos con los a?os, como resultado del ¨¦xito profesional, la fama, etc¨¦tera, que pueden dar como resultado una p¨¦rdida progresiva de los valores previos, que son reemplazados por otros m¨¢s acordes al estatus adquirido¡±, explica Violeta Alcocer.
A este razonamiento, Xandru Fern¨¢ndez a?ade los mecanismos propios del capitalismo que, si bien ¡°come de todo, y puede integrar cualquier postura, incluso las m¨¢s trangresoras en t¨¦rminos morales, en t¨¦rminos pol¨ªticos es m¨¢s dif¨ªcil colar determinados mensajes en los canales masivos. Se puede, pero a condici¨®n de estetizar tanto el mensaje, que deja de ser mensaje¡±. Esa falta de eco de los contenidos de izquierdas en los medios masivos, contrasta con la simpat¨ªa que los personajes que han evolucionado (o involucionado) de las ideas progresistas a las reaccionarias despiertan en los medios conservadores. De hecho, no es raro que esas empresas los acojan en sus tertulias y programas como si se tratase de ese hijo pr¨®digo en honor del cual hay que sacrificar el mejor de los corderos.
¡°Puede que eso suceda, pero creo que lo que se produce en los ¨²ltimos a?os es una exhibici¨®n sin prejuicios de cierto repliegue pol¨ªtico en torno a posturas no tanto conservadoras, como beligerantes con determinados ideales progresistas como el feminismo, el ecologismo o el republicanismo¡±, comenta Fern¨¢ndez, que contin¨²a su explicaci¨®n: ¡°Los implicados perciben que la sociedad va viendo esas ideas con mejores ojos y que lo que llama la atenci¨®n es justo lo contrario. Afortunadamente, el intolerante, el hom¨®fobo, el clasista es m¨¢s raro ahora que hace veinte a?os, y eso lo aprovechan algunos personajes para llamar la atenci¨®n sobre s¨ª mismos¡±.
En todo caso, y como concluye Xandru Fern¨¢ndez, una ¨²ltima hip¨®tesis que podr¨ªa explicar este curioso fen¨®meno es aquella que reduce esas actitudes a algo mucho m¨¢s prosaico: ¡°Atribuimos a algunos m¨²sicos, actores o figuras p¨²blicas una competencia pol¨ªtica que no existe y que es la simple expresi¨®n de ideas muy b¨¢sicas y, en ocasiones, muy tontas, solo que con un histrionismo importado de sus verdaderas ¡®¨¢reas de conocimiento¡¯¡±.
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