Pablo d¡¯Ors, sacerdote y ensayista: ¡°No creer en Dios es algo muy europeo y todav¨ªa muy minoritario¡±
El escritor madrile?o, autor del ¡®best seller¡¯ ¡®Biograf¨ªa del silencio¡¯, publica ahora un libro que promueve el autoconocimiento
El sacerdote espa?ol Pablo d¡¯Ors (Madrid, 1963) se ha convertido en un hito del ensayo espa?ol con su aclamado libro sobre la meditaci¨®n y el recogimiento: Biograf¨ªa del silencio (Siruela, 2012, reeditada por Galaxia Gutenberg), que con 300.000 lectores es un best seller internacional. Cat¨®lico, fue ordenado en 1991 y, tras formarse junto a Franz Jalics, sacerdote jesuita y autor de libros espirituales, fund¨® un grupo de contemplaci¨®n: Amigos del Desierto. Su obra se ha emparentado a la de Hermann Hesse o Stefan Zweig e incluye El estupor y la maravilla, un homenaje a lo peque?o, o Biograf¨ªa de la luz, un manual religioso de la interioridad.
Ahora, el nieto del intelectual Eugenio d¡¯Ors regresa con Los contemplativos (Galaxia Gutenberg), en el que ofrece relatos que quieren ense?arnos a vivir y a morir, ¡°que, en definitiva, es lo mismo¡±, sostiene. Nos reunimos en Madrid en una cargada salita del hotel Santo Mauro poco antes de que el autor se re¨²na con una treintena de libreros madrile?os. Est¨¢ entusiasmado.
PREGUNTA. Su nueva obra aborda el autoconocimiento.
RESPUESTA. Como todos mis libros nace de la lectura de otro libro, en este caso de Ejercicios de contemplaci¨®n, de mi maestro Franz Jalics, en el que aborda lo que es la lectura interior y el poder de transformaci¨®n que tenemos los seres humanos. Sent¨ª que eso que ¨¦l contaba de manera ensay¨ªstica, como pensamiento, merec¨ªa contarse de manera narrativa.
P. ?Qu¨¦ quiere lograr con el libro?
R. Al igual que Murakami o Kundera, lo que intento hacer es una reflexi¨®n sobre la existencia humana. Venimos a este mundo para crecer y para servir. Y ambas cosas hay que hacerlas disfrutando, de ah¨ª las tres palabras: crecer, servir y disfrutar. Para ser cada vez mejor hay que conocerse, por eso la importancia del autoconocimiento. Servir, en el sentido de que no debemos quedarnos las cosas, de que tiene que haber siempre un flujo de ida y vuelta en la vida. Y el criterio de que estamos haci¨¦ndolo bien es que disfrutamos.
P. Tras esta entrevista vuela usted a Ecuador y durante el pr¨®ximo mes visitar¨¢ M¨¦xico, Miami, y luego Colombia, Costa Rica¡ C¨®mo casa esta rutina con el silencio del que habla.
R. En realidad, soy un soldado y un monje. Desde que escribo sobre silencio no paro de hablar. Y tengo una vocaci¨®n muy n¨®mada y este impulso de salir, de comunicar. Soy un transmisor, un ministro de la palabra, si nos ponemos a lo grande. Pero yo llevo el monasterio dentro, all¨ª donde estoy sigo con mi pr¨¢ctica de manera casi inalterable, medito una hora ma?ana y tarde, y lo vivo en esta realidad itinerante.
P. ?Qu¨¦ encontr¨® en el silencio?
R. El sentido fundamental de la pr¨¢ctica del silencio es el autoconocimiento. Sentarse en silencio es como ponerse ante un espejo y normalmente al hacerlo nos escapamos, nos asustamos, no nos gusta lo que encontramos. Eso es porque tenemos mucho ruido que nos desasosiega. Pero si uno consigue perseverar va transitando por distintos estados de ¨¢nimo. A lo que ayuda el silencio es a no identificarse con las emociones. Yo puedo sentir alegr¨ªa, tristeza, envidia, entusiasmo, pero yo no soy eso. Eso viene y va, pienso hoy una cosa y ma?ana otra. Tambi¨¦n, no identificarse con el cuerpo, ni con la mente. Yo no soy esta corporeidad ni esta mente radicalmente. Yo estoy aqu¨ª en este cuerpo con esta mente, pero hay algo m¨¢s all¨¢ de esto. ?Qu¨¦ es?
P. D¨ªgamelo usted.
R. Hay un parloteo interior, un di¨¢logo que tienes contigo mismo, pero tambi¨¦n hay un testigo, alguien que mira ese di¨¢logo. Ese testigo es lo que t¨² eres, ese que es capaz de, por ejemplo, ver c¨®mo te enfadas. Y eso es la conciencia. Lo m¨¢s radical.
P. Usted empez¨® a meditar a los 20 a?os. ?De qu¨¦ forma ha cambiado su percepci¨®n?
R. La pr¨¢ctica de la meditaci¨®n te ayuda a aceptar la realidad tal cual es. A respetar y a asumir. Respetar significa hacerte cargo de lo que sucede fuera, sin intervenir. Y asumir significa hacerse cargo de lo que nos pasa dentro, autorresponsabiliz¨¢ndonos. Respetar y asumir. Es decir, aceptar.
P. ?Lo logra diariamente?
R. Pues cada vez m¨¢s, francamente. Puedo decir que disfruto de una gran confianza en la vida, que para m¨ª significa confianza en Dios, en quien creo, y en m¨ª mismo y en los dem¨¢s, que en definitiva es la misma confianza. Por supuesto, soy azotado por cualquier adversidad, pero el trabajo interior ayuda a que las emociones no se apoderen de m¨ª.
P. ?Ve usted muchas diferencias entre creer y no creer?
R. Para m¨ª la gente no se divide en creyente o no. Se divide en despiertos y dormidos, quienes de alguna manera conf¨ªan y quienes no conf¨ªan. ?Es diferente confiar en la vida o no hacerlo? Para m¨ª es muy distinto. Si conf¨ªas vas con una actitud abierta.
P. ?Los no creyentes no van con esa actitud?
R. R. Si ellos conf¨ªan¡ Yo no hablo de creencia. Confianza en la vida, confianza en Dios, en uno mismo, en los dem¨¢s¡ Dios para m¨ª no es otra cosa que el fundamento radical de la confianza. ?Por qu¨¦ podemos confiar? Pensando que todo tiene un prop¨®sito de amor, que las cosas no son arbitrarias sino que obedecen a un sentido. Si piensas que la vida tiene un sentido de amor, puedes confiar; si crees que es casual, entonces es m¨¢s dif¨ªcil hacerlo. Si conf¨ªas, sabes que todo lo que te va a pasar, aunque tenga un aspecto malo, en el fondo es bueno. Esa es la diferencia fundamental.
P. Muchos abordan la idea de Dios desde el porqu¨¦ de la existencia.
R. T¨² puedes creer que estamos aqu¨ª por casualidad o porque el universo es inteligente y providente, que cuida de la humanidad, de las galaxias¡ A eso es a lo que los creyentes llamamos Dios. Es decir, la hip¨®tesis de la pura humanidad es una hip¨®tesis leg¨ªtima, y por eso hay gente que es atea o agn¨®stica, pero la hip¨®tesis de la existencia de Dios no solamente es leg¨ªtima, sino que es la mayoritaria: m¨¢s del 90% de la humanidad cree en Dios. El tema de la no-creencia es una cosa fundamentalmente europea y todav¨ªa muy minoritaria.
P. ?C¨®mo es la l¨ªnea que separa la religi¨®n de la meditaci¨®n? ?Existe?
R. La meditaci¨®n nace en un contexto religioso. Es ahora cuando ha empezado a desligarse con lo que llamamos mindfulness. Muchos est¨¢n empezando a meditar sin una fe detr¨¢s, aunque en realidad surge de contextos religiosos. Pero se puede practicar sin una fe particular.
P. Afirma usted que ve similitudes entre la meditaci¨®n y la escritura.
R. Ambas son ejercicios y tienen que ver con la escucha de lo profundo de uno mismo. Una trabaja con el silencio y otra con la palabra. Pero ambas est¨¢n profundamente vinculadas. Nosotros estamos hablando ahora, pero sobre un fondo de silencio. Es el silencio entre palabras y entre frases lo que permite que haya comunicaci¨®n.
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