"Estamos cansados. Es s¨²per dif¨ªcil dormir"
Varios residentes en Jap¨®n ofrecen sus testimonios de angustia y sorpresa a EL PA?S trav¨¦s de las redes sociales
La naturaleza ha golpeado a Jap¨®n con toda su fuerza. El pa¨ªs asi¨¢tico ha quedado paralizado por el fuerte se¨ªsmo registrado hoy. Decenas de heridos y m¨¢s de mil muertos se han registrado por el terremoto de 8,9 grados en la escala de Ritchter.
El diario EL PA?S ha recabado testimonios de varios residentes espa?oles en Jap¨®n que cuentan los momentos de p¨¢nico vividos durante algunas horas. Ya de noche, lo que hay es miedo a las r¨¦plicas. Es el caso de Hidero Niioka, un abogado e inversor, de 38 a?os y padre de dos hijas, que reside cerca de la torre de Tokio, en el centro de la ciudad. "Son las 12.46 ya y estamos cansados. Se siguen oyendo el sonido de ambulancias y polic¨ªa en las calles. Si los temblores empeoran, cogeremos a nuestras hijas y correremos hacia la puerta". Lo peor para Niioka es conciliar el sue?o: "Es s¨²per dif¨ªcil dormir. El terreno sigue temblando y en la tele acabamos de ver una noticia de alerta roja que dice que tenemos una r¨¦plica de magnitud de 5.4, no muy lejos desde aqu¨ª", cuenta el abogado a trav¨¦s de correo electr¨®nico. "Nos han pedido que no dejemos el gas encendido y en Tokyo estamos a 3 tres grados cent¨ªgrados".
Bea Prieto, que lleva 10 a?os viviendo en Jap¨®n, cuenta su experiencia sobre el se¨ªsmo. "Nunca hab¨ªa vivido uno tan grande", asegura esta espa?ola que vive en Yokohama, relativamente cerca de la zona industrial de Tokio. "Hace unas horas se ve¨ªa humo negro desde mi balc¨®n. El primer terremoto me ha pillado en la calle, volviendo a casa del trabajo, y al principio pens¨¦ que me estaba mareando, porque no pod¨ªa andar recto. Pero cuando o¨ª llorar a unos ni?os que ven¨ªan detr¨¢s de m¨ª y gritar "terremoto", me di cuenta de que lo que se estaba moviendo era el suelo".
Otro de los espa?oles que han vivido una situaci¨®n angustiosa es David Lozano, de 27 a?os, que lleva dos a?os y medio viviendo en Tokio: "'En 65 a?os es la primera vez que he vivido algo parecido' me ha comentado un comerciante de la zona". El joven, nacido en Tarazona de la Mancha, cuenta que est¨¢n habituados a los se¨ªsmos - "Suele haber cuatro terremotos diarios en Jap¨®n, muy breves como de dos segundos"- pero este ha sido diferente: "No terminaba. Est¨¢bamos en un centro comercial yo y mi novio y nos hemos resguardado en el marco de la puerta de entrada. Los edificios se mov¨ªan, parec¨ªan de juguete". Vive en Shinjuku, una zona de negocios c¨¦ntrica, y el camino de vuelta a casa, irremediablemente, ha tenido que ser andando durante m¨¢s de una hora y media. El joven dise?ador de aplicaciones webs, a pesar del susto, ha asegurado, en el mismo d¨ªa de su cumplea?os, que est¨¢ feliz: "Estoy vivo", comenta lac¨®nico.
Alain Garc¨ªa Bariel, inform¨¢tico de 26 a?os, estaba en el gimnasio, en una planta 24 cuando las taquillas comenzaron a caerse y por megafon¨ªa empezaron las alertas para que todo el mundo se alejara de las ventanas. "La gente entr¨® en p¨¢nico. Fueron uno o dos minutos en los que todo se cay¨®". Trabaja en Tokio, "en una de esas islas artificiales en las que se construyen grandes edificios" y al principio no los dejaron salir a la calle por miedo a posibles olas gigantes y porque los ascensores no funcionaban.
Al final, tras una hora en la que las r¨¦plicas no han cesado, han podido salir y emprender el camino a casa. Ha tardado tres horas y media en llegar. "Por las calles todo el mundo va, como zombies, tratando de llegar a sus casas. Adem¨¢s, los tel¨¦fonos no funcionan y por eso todo el mundo est¨¢ muy preocupado".
Fern¨¢n Izquierdo, tambi¨¦n desde la capital japonesa, coincide en se?alar que este no es un terremoto m¨¢s en Jap¨®n: "La sensaci¨®n ha sido impresionante, los edificios altos tambale¨¢ndose, la gente japonesa de mi trabajo llorando y p¨¢lidos, ninguno hab¨ªa vivido un terremoto tan fuerte antes". Y prosigue: "El metro y los trenes est¨¢n parados. Las carreteras con bastantes coches y colas en las paradas de autob¨²s. Las calles llenas de gente que tiene que volver a sus casas andando. Una japonesa de mi trabajo tiene que andar tres horas hasta casa. Han aterrizado todos los vuelos y en la tele no sale otra cosa que el terremoto. Los tel¨¦fonos no van pero Internet s¨ª".
David Solanes Venzal¨¢ tambi¨¦n se refiere a la situaci¨®n de colapso que se vive tras el fort¨ªsimo se¨ªsmo. "Los tel¨¦fonos no van. Los trenes no van", afirma. Este espa?ol residente en Jap¨®n habla en su twitter de "un festival de r¨¦plicas". A Fernando DeMontre, que vive en Osaka, lejos del epicentro, le ha pillado en casa. Seg¨²n ha explicado a este diario a trav¨¦s de Facebook: "Me ha pillado en pijama y cuando ve¨ªa que los temblores segu¨ªan y segu¨ªan, que el edificio se combaba demasiado me he puesto los pantalones, he cogido la cartera, dinero y el m¨®vil y me he bajado las seis plantas por las escaleras. Cuando he llegado a la calle todo parec¨ªa en calma, hasta que ha salido un comerciante de una tienda de enfrente y me dice que en el norte se ha liado parda. Llevo toda la tarde delante del televisor alucinando".
Ana San Gabriel ha escrito desde Kyobashi. Se encontraba en su empresa cuando se ha producido el terremoto. "Estamos colgados sin poder volver a casa. El metro y el tren no funcionan. Hay repeticiones continuas y los tel¨¦fonos o no funcionan o se activan con alarmas. En la calle hay mucha gente andando y hay atascos de coches. El terremoto ha sido larg¨ªsimo y parte de nuestros techos se han ca¨ªdo. Los ascensores no funcionan as¨ª que las oficinas de los pisos m¨¢s altos tienen acceso dif¨ªcil. Las ventanas de algunos edificios cercanos han reventado. Pero ya hemos visto la polic¨ªa fortificando pasos elevados de peatones".
Ruy Porto, arquitecto de 28 a?os, estaba en su estudio en Tokio trabajando cuando todo ha empezado a temblar y han tenido que sujetar las estanter¨ªas para que no se les cayeran encima. "Hace dos d¨ªas hubo un terremoto y pensamos que ser¨ªa algo parecido, pero luego ha seguido y todo el mundo dec¨ªa que era el m¨¢s fuerte que hab¨ªa sentido nunca".
Lo que m¨¢s le ha sorprendido es que los japoneses no se lo han tomado muy en serio e incluso han seguido trabajando, a pesar de las constantes r¨¦plicas. Despu¨¦s de trabajar, ha tenido que regresar a casa caminando porque su bicicleta se la ha prestado a un compa?ero. "Tengo suerte porque vivo cerca del trabajo pero mi compa?ero andando tardar¨ªa siete horas en llegar a su casa". La paralizaci¨®n del metro es lo que m¨¢s caos ha producido en la capital nipona. "Hab¨ªa much¨ªsima gente caminando por las calles y atascos por todos los lados".
Rui se alegra de haber vivido algo as¨ª en una ciudad como Tokio. "Es el mejor sitio del mundo para que te pase algo as¨ª, porque el nivel de seguridad es muy alto. Un terremoto de esta magnitud en cualquier otro sitio habr¨ªa causado mucha m¨¢s destrucci¨®n".
Albert Mateo, ingeniero estructural, conoce bien Miyagi, una de las ciudades m¨¢s afectadas por el terremoto. Pas¨® dos a?os all¨ª estudiando estructuras antis¨ªsmicas. Hoy trabaja en Tokio y es en una reuni¨®n, mientras dise?aba un edificio, en donde le ha sorprendido el temblor. "El balanceo ha pasado de d¨¦bil a fuerte y, cuando cre¨ªa que era el pico del terremoto, he visto que estaba equivocado, que era s¨®lo el inicio". En el exterior, desde las ventanas, han visto edificios balance¨¢ndose, cristales temblando y una carretera elevada oscilando.
Cuando ha terminado, todos han salido del edificio corriendo. "Mi jefe ha cogido sus papeles, ha dado por terminada la reuni¨®n y se ha subido al primer taxi hacia casa. Sabia decisi¨®n, pues en los siguientes 5 minutos ya no hab¨ªa ning¨²n taxi libre y el caos era total". ?l ha tenido que usar el medio de transporte m¨¢s efectivo en un d¨ªa como hoy: sus piernas. "En las calles se ve¨ªan oficinistas comprando zapatillas de deporte y dejando sus zapatos de tacones en bolsas, prepar¨¢ndose para la gran traves¨ªa. La marabunta de gente es incre¨ªble". "Cosas como que los edificios hayan aguantado hacen valer las horas y horas de trabajo para poder dise?ar edificios seguros como los que nos han salvado", ha contado.
Informaci¨®n de Miguel ?ngel Medina, Paula Escalada, Fernando Navarro, Bel¨¦n Hern¨¢ndez y J. Losa.
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