Revoluci¨®n (c¨ªvica) permanente
Guatemala emite un mensaje de esperanza, ¨¦tico y democr¨¢tico para toda la regi¨®n
¡°Revoluci¨®n permanente¡± es un concepto central en Karl Marx y Friederich Engels. Es la noci¨®n seg¨²n la cual el proletariado deb¨ªa mantenerse activo para llevar el proceso revolucionario m¨¢s all¨¢ de su fase democr¨¢tico-burguesa. Fue Le¨®n Trotsky quien hizo del t¨¦rmino el punto medular en su idea de internacionalismo revolucionario, contrapuesta a la concepci¨®n de Josef Stalin de limitar la revoluci¨®n a la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Pero no se trata de la historia de la Revoluci¨®n Rusa. Todo esto porqu¨¦ si cualquiera de ellos hubiera conocido la Guatemala de los ¨²ltimos a?os tambi¨¦n habr¨ªa hablado de una revoluci¨®n permanente, aunque de naturaleza c¨ªvica. Es decir, en favor de la ciudadan¨ªa democr¨¢tica, de los derechos de las personas, de las instituciones independientes del Estado y de la probidad del gobierno.
Se trata, en definitiva, de una revoluci¨®n contra la corrupci¨®n que se prolonga en el tiempo. La misma comenz¨® en 2006 con un acuerdo de asistencia judicial entre Guatemala y las Naciones Unidas. As¨ª se cre¨® la CICIG?(Comisi¨®n Internacional Contra la Impunidad en Guatemala), a cargo de la investigaci¨®n de importantes casos de violaci¨®n de derecho.
El caso m¨¢s renombrado tal vez haya sido el de defraudaci¨®n fiscal aduanera perpetrada por una organizaci¨®n¡ªdenominada ¡°la l¨ªnea¡±¡ªque llegaba a lo m¨¢s alto del poder pol¨ªtico. La CICIG y el Ministerio P¨²blico demostraron la existencia de una amplia red de importadores-evasores dirigida desde desde la propia oficina de la Vicepresidencia. Ocurre que impunidad y corrupci¨®n van de la mano.
Ello produjo movilizaciones populares exigiendo la renuncia de la vicepresidenta?Roxana Baldetti y del presidente Otto P¨¦rez Molina. Las protestas fueron pac¨ªficas y c¨ªvicas, tan c¨ªvicas que los manifestantes barr¨ªan la plaza de la Constituci¨®n al concluir la jornada¡para volver a congregarse en el mismo lugar al d¨ªa siguiente. Ello durante semanas hasta que Baldetti renunci¨® en mayo de 2015 y P¨¦rez Molina, en septiembre. Ambos est¨¢n con prisi¨®n preventiva bajo cargos de corrupci¨®n.
Los eventos de 2015 ocurrieron en plena elecci¨®n que llev¨® a Jimmy Morales a la presidencia. Comediante de televisi¨®n devenido en pol¨ªtico, sus promesas de campa?a pr¨¢cticamente se redujeron a una: no ser corrupto. No fue poca cosa en una regi¨®n en la cual el crimen captura el Estado con demasiada frecuencia, pr¨¢ctica que garantiza la impunidad.
Claro que la compulsi¨®n a la repetici¨®n tambi¨¦n parece tener lugar en la pol¨ªtica. As¨ª es como en enero pasado el hermano y el hijo del presidente Morales fueron acusados de malversaci¨®n de fondos p¨²blicos. Pero luego la CICIG decidi¨® investigar el financiamiento electoral il¨ªcito, incluyendo la campa?a presidencial de Morales en 2015. En Am¨¦rica Latina, el financiamiento irregular de campa?as es un crimen ya casi tipificado con nombre propio: Odebrecht.
El presidente replic¨® ordenando la expulsi¨®n del pa¨ªs del comisionado Iv¨¢n Vel¨¢squez, abogado colombiano a cargo de la CICIG. La medida lo asemeja a su predecesor, P¨¦rez Molina, quien hab¨ªa intentado caducar el mandato de la CICIG. Como entonces, la lucha contra la corrupci¨®n volvi¨® a sacar a la sociedad a la calle. Y esta vez adem¨¢s produjo renuncias en el gabinete y un amparo de la Corte de Constitucionalidad invalidando la expulsi¨®n de Vel¨¢squez.
En su af¨¢n de neutralizar a la CICIG, el presidente Morales avanza en la misma, equivocada, direcci¨®n que P¨¦rez Molina. Logr¨® aprobar en el Congreso una ley para limitar la imputabilidad en los casos de financiamiento ilegal de campa?as y otra para la conmutaci¨®n de penas asociadas a dicho crimen, un evidente traje a la medida.
El Constitucional tambi¨¦n anul¨® esas leyes y la movilizaci¨®n ciudadana expres¨® su apoyo una vez m¨¢s, reflejo ambos de la soledad del presidente y la crisis pol¨ªtica en la que habita su gobierno. Y todo ello por no haber aprendido la lecci¨®n de P¨¦rez Molina y Baldatti, ni las lecciones que vienen de afuera: ante la creciente internacionalizaci¨®n de la corrupci¨®n, asimismo se internacionalizan los instrumentos para combatirla.
Guatemala emite un mensaje de esperanza, ¨¦tico y democr¨¢tico para toda la regi¨®n. La sociedad civil se?ala un camino. Los guatemaltecos de a pie se resisten a ser s¨²bditos, piezas desechables de la maquinaria de la corrupci¨®n. Son ciudadanos, reclaman sus derechos, demandan calidad institucional, tienen voz y capacidad de acci¨®n colectiva. Han iniciado una verdadera revoluci¨®n c¨ªvica, una revoluci¨®n que no abandonan, es permanente.
Lo que falta en Am¨¦rica Latina es que las ¨¦lites pol¨ªticas comiencen a darse cuenta de la realidad. Desafortunadamente, van muy por detr¨¢s de las sociedades que supuestamente representan y deber¨ªan gobernar. Y ese quiz¨¢s sea el problema m¨¢s grave de la democracia.
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