La reconciliaci¨®n palestina se estrella con la disputa por el poder en Gaza

El pacto de reconciliaci¨®n palestino forjado en El Cairo en octubre se ha visto comprometido por disputas de ¨²ltima hora entre las dos grandes facciones pol¨ªticas que aspiran a retener el control del poder en Gaza. Ham¨¢s, que gobierna de facto en la Franja desde hace una d¨¦cada, acord¨® en la noche del martes con Fatah, el partido del presidente Mahmud Abbas, aplazar hasta el 10 de diciembre la entrega de la Administraci¨®n a la Autoridad Palestina, que ten¨ªa que haberse hecho efectiva el viernes.

El gesto de buena voluntad del movimiento islamista que supuso hace un mes la cesi¨®n de los pasos fronterizos del enclave al Ministerio del Interior no ha tenido continuidad. La apertura de la terminal aduanera de Rafah con Egipto, prevista para el pasado d¨ªa 15, qued¨® aplazada por ¡°problemas t¨¦cnicos¡±. La decepci¨®n empez¨® a cundir entonces entre los dos millones de habitantes de la Franja, que consideran vital contar con una salida al exterior para poner fin al bloqueo ejercido por Israel. Tampoco la reuni¨®n que mantuvieron los partidos una semana m¨¢s tarde en El Cairo logr¨® despej¨® las dudas sobre la viabilidad de la transferencia de poder entre Ham¨¢s y Fatah en Gaza.

El Gobierno de Egipto, cuya tutela sobre los asuntos del enclave palestino no ha dejado de crecer en los ¨²ltimos meses, despach¨® una delegaci¨®n mediadora a la Franja para intentar que se mantuviese el calendario del acuerdo de reconciliaci¨®n, pero sus esfuerzos han resultado vanos. La Autoridad Palestina hab¨ªa ordenado el martes que todos sus funcionarios se presentaran en sus respectivos ministerios para organizar el traspaso de funciones. Pero no pudieron acceder a sus puestos.

En Gaza rige un inusual sistema de turnismo y cesant¨ªas entre los dos grandes partidos desde que Ham¨¢s se hizo con el poder por la fuerza en 2007, un a?o despu¨¦s de haber ganado las elecciones. El Gobierno de Ramala, sede de las instituciones palestinas en Cisjordania, orden¨® entonces que todos los funcionarios dejaran de colaborar con el nuevo Ejecutivo de facto islamista. M¨¢s de 40.000 servidores p¨²blicos han permanecido en sus casas durante una d¨¦cada mientras segu¨ªan cobrando su salario. Los dirigentes islamistas de la Franja, mientras tanto, contrataron a otros tantos empleados para mantener en marcha la maquinaria administrativa durante todo este tiempo.

Fueron precisamente estos ¨²ltimos funcionarios de Ham¨¢s ¡ªcuyas retribuciones no han quedado garantizadas en los acuerdos de reconciliaci¨®n¡ª quienes cerraron el paso a los funcionarios de Fatah las puertas de los ministerios. En un territorio aislado, sumido en la pobreza y con una tasa de desempleo del 44%, los salarios p¨²blicos ofrecen una rara oportunidad de supervivencia. Egipto ha aceptado el aplazamiento en la transferencia de poder solicitado por los dos partidos palestinos. Su objetivo es poder negociar un plan masivo de jubilaciones de funcionarios y obtener financiaci¨®n entre los donantes internacionales que sostienen el funcionamiento de la Autoridad Palestina.

Parece plausible que si Ham¨¢s y Fatah no han sido capaces en m¨¢s de dos meses de di¨¢logo de traspasar apenas un 5% de las competencias en la Franja y de lidiar con la gesti¨®n de una Administraci¨®n duplicada, dif¨ªcilmente lograr¨¢n salvar el escollo del control de la seguridad y de las milicias en Gaza. Los islamistas se resisten a desarmar ¡ªcomo les exige el Gobierno del presidente Abbas, a los m¨¢s de 25.000 hombres que integran las Brigadas Ezedin al Qasam, el brazo armado con el que se enfrentaron a Israel en tres guerras entre 2008 y 2014.

En medio de este clima de desavenencias pol¨ªticas, la aviaci¨®n y la artiller¨ªa israel¨ª bombardearon?este jueves posiciones de Ham¨¢s y de Yihad Isl¨¢mica en Gaza. Fue en represalia por el disparo de proyectiles de mortero, atribuido a las Brigadas de Al Quds, contra un puesto del Ej¨¦rcito en la frontera. El ala militar de Yihad Isl¨¢mica pretend¨ªa vengar as¨ª la muerte de una docena de sus brigadistas en la voladura de un t¨²nel bajo la frontera ejecutada por las fuerzas de Israel.