La derecha francesa busca un nuevo l¨ªder para salir de la crisis
Los Republicanos, divididos ante las pol¨ªticas del presidente, se preparan para elegir al 'duro' Wauquiez
La derecha francesa, en proceso de descomposici¨®n desde la victoria de Emmanuel Macron en las ¨²ltimas elecciones presidenciales, busca un l¨ªder que la resucite. Laurent Wauquiez, un derechista desacomplejado tan adulado por sus fieles como detestado incluso por algunos correligionarios, es el favorito en la elecci¨®n convocada el 10 y el 17 de diciembre para elegir al nuevo presidente de Los Republicanos, el gran partido conservador en Francia. El problema, adem¨¢s de la fuga de dirigentes y las divisiones internas, es encontrar un espacio entre el macronismo, que abarca desde la socialdemocracia a la derecha moderada, y la derecha extrema del Frente Nacional (FN) de Marine Le Pen. El partido heredero de De Gaulle, Chirac y Sarkozy ensaya su en¨¦sima reinvenci¨®n.
La recomposici¨®n del paisaje pol¨ªtico franc¨¦s, que empez¨® hace un a?o con el ascenso fulminante de un exbanquero joven e inexperto hacia lo m¨¢s alto de la pol¨ªtica francesa, no ha terminado. Macron, de 39 a?os, gan¨® las presidenciales en mayo con un mensaje ni de derechas ni de izquierdas, y un mes despu¨¦s reafirm¨® su hegemon¨ªa con una mayor¨ªa rotunda para su partido, La Rep¨²blica en marcha (LREM), en las legislativas.
Por el camino, hundi¨® al Partido Socialista (PS), sumido hoy en una profunda crisis ideol¨®gica, de liderazgo y econ¨®mica que le ha forzado a poner en venta su sede hist¨®rica de la calle Solf¨¦rino. Y ha precipitado otra crisis, quiz¨¢ no tan sangrante, pero no menos significativa, en Los Republicanos, el partido que, junto al socialista, ha controlado el poder en Francia desde los a?os setenta.
El PS tiene 31 diputados de 577 en la Asamblea Nacional, y Los Republicanos, cien. LREM de Macron tiene 313. No es la fuerza parlamentaria exigua el ¨²nico obst¨¢culo para que los viejos partidos influyan como lo hicieron durante cuatro d¨¦cadas. Es que, adem¨¢s, carecen de l¨ªderes visibles. Los Republicanos quieren resolverlo pronto con la elecci¨®n de Wauquiez, de 42 a?os, actual presidente de la regi¨®n Auvernia-R¨®dano-Alpes, un duro que habla sin complejos de las "ra¨ªces" y la "identidad cristiana" de Francia, un pa¨ªs que, advierte, "no es un territorio abierto a todos vientos financieros y migratorios".
No lo tendr¨¢ f¨¢cil. Liderar¨¢ un partido que s¨®lo ha logrado gobernar cuando ha actuado como verdadero partido popular a la europea, en el sentido de volkspartei alem¨¢n, es decir, un movimiento interclasista y capaz de aglutinar m¨²ltiples corrientes ideol¨®gicas, desde el centro hasta la derecha dura. El general De Gaulle es el mejor ejemplo: su movimiento integraba en su origen a gaullistas de izquierdas y de derechas. Pero tambi¨¦n los son su sucesor, el RPR del neogaullista Chirac, que logr¨® sus grandes victorias cuando consigui¨® ser un movimiento transversal. O la UMP de Nicolas Sarkozy y Alain Jupp¨¦, pen¨²ltima encarnaci¨®n de la derecha antes de Los Republicanos.
El diputado Franck Riester, miembro hasta hace unos d¨ªas de este partido, disecciona ante un grupo de corresponsales en un caf¨¦ cerca de la Asamblea Nacional, los or¨ªgenes de la debacle. ¡°En la derecha ya hace a?os que no miramos la realidad cara a cara, que no extraemos consecuencias de nuestros fracasos. Perdimos en [las presidenciales de] 2007, en 2012¡¡±, dice. ¡°La l¨ªnea hist¨®rica de la derecha republicana, definida en particular en 2002 con la creaci¨®n de la UMP, que un¨ªa a la derecha y el centro-derecha, estaba derivando hacia la extrema derecha¡±.
La teor¨ªa ¡ªavalada entre otros por Wauquiez, seg¨²n Riester¡ª era que, si la derecha se acercaba a la l¨ªnea identitaria y euroesc¨¦ptica del FN de Le Pen, lograr¨ªa recuperar a antiguos votantes de la derecha que se pasaron a la extrema derecha. El inconveniente es que mientras tanto desatend¨ªa el centro, donde supuestamente se ganan las elecciones. A esto se a?adi¨® la desastrosa campa?a presidencial en 2017 de Fran?ois Fillon, un candidato rodeado de esc¨¢ndalos y tan escorado a la derecha que dej¨® v¨ªa libre a Macron para ocupar el espacio moderado. Fillon no pas¨® a la segunda vuelta; Le Pen s¨ª, para perder ante Macron. Entre las dos vueltas, recuerda Riester, no hubo un llamamiento claro de Los Republicanos a votar por Macron.
¡°Esta deriva derechista hacia una l¨ªnea identitaria, autoritaria, euroesc¨¦ptica y ultraconservadora, adem¨¢s de nuestra incapacidad para renovarnos en las pr¨¢cticas y los temas, nos ha llevado aqu¨ª¡±, resume Riester.
Los primeros meses del quinquenato de Macron han acelerado la demolici¨®n. Macron nombr¨® a responsables destacados de Los Republicanos como primer ministro (?douard Philippe), ministro de Econom¨ªa y Finanzas (Bruno Le Maire) y ministro de Presupuestos, G¨¦rald Darmanin: una opa hostil a los conservadores. Y puso en marcha medidas econ¨®micas, como la reforma laboral o la supresi¨®n parcial del impuesto sobre las fortunas, que eran propuestas tradicionales de la derecha: una opa ideol¨®gica.
La derecha se dividi¨®. Los moderados cre¨ªan que deb¨ªan apoyar al presidente, cuyas pol¨ªticas eran las que llevaban a?os defendiendo. Es el caso de Riester. Otros optaron por reafirmar lo que les diferenciaba de Macron y escorarse a¨²n m¨¢s a la derecha hasta flirtear con el FN. ¡°Recuperar electores del FN es normal, hacemos pol¨ªtica y queremos el m¨¢ximo n¨²mero de electores", dice Riester. "Pero hacerlo con las ideas del FN, con su vocabulario, sus pr¨¢cticas, ?no!¡±
Riester, expulsado de Los Republicanos, ha fundado un nuevo partido, Agir (Actuar), que buscar¨¢ su espacio entre LREM y Los Republicanos. A los 43 a?os, suena tan macroniano como Macron, pero insiste en mantener su identidad ¡°de derechas¡± en un partido distinto. Otros disidentes, como el propio ministro Darmanin o el responsable de las primarias de la derecha hace un a?o, Thierry Sol¨¨re, directamente se han unido a LREM. El primer ministro Philippe se mantiene sin carn¨¦.
Hoy el partido de Macron ¡ªni el socialista ni la derecha tradicional¡ª es el verdadero volkspartei en Francia. En otras palabras, lo m¨¢s parecido al partido gaullista primigenio.
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