No solo el portugu¨¦s: el espejo italiano tambi¨¦n es amargo para Espa?a
Roma cuenta con las presidencias del BCE, de la Euroc¨¢mara, de la Autoridad Bancaria Europea y la Representante de Exteriores
Si Portugal pone en evidencia a Espa?a con su notable ¨¦xito en la conquista de puestos internacionales (actualmente secretar¨ªa general de la ONU y presidencia del Eurogrupo, recientemente el mando de la Comisi¨®n Europea) pese a su menor tama?o, el espejo italiano tampoco ofrece una imagen favorable de Espa?a. El parang¨®n, de hecho, es doloroso para Madrid.
Roma cuenta en la actualidad con cuatro puestos de primer¨ªsima fila a escala europea: la presidencia del BCE (Mario Draghi), del Parlamento Europeo (Antonio Tajani), de la Autoridad Bancaria Europea (Andrea Enria) y la Alta Representante de Pol¨ªtica Exterior (Federica Mogherini). Los expertos tambi¨¦n se?alan el excelente posicionamiento de funcionarios italianos en el Ejecutivo comunitario.
Italia dispone de un peso pol¨ªtico superior con respecto a Espa?a debido a su mayor tama?o econ¨®mico (un PIB de 1,67 billones de euros frente a 1,11), demogr¨¢fico (61 millones frente a 46) y militar (28.000 millones de d¨®lares de gasto anual en Defensa frente a 15.000). Su historia reciente tambi¨¦n influye (30 a?os m¨¢s de democracia, miembro fundacional de la UE). Ambos elementos, sin embargo, no parecen justificar semejante desproporci¨®n de representaci¨®n pol¨ªtica.
M¨¢s a¨²n es as¨ª si se a?aden diversos factores en teor¨ªa desfavorables para Italia.
En primer lugar, la cr¨®nica inestabilidad de sus Gobiernos?¡ªsin duda un factor negativo¡ª frente a la notable estabilidad exhibida por Espa?a en cuatro d¨¦cadas de democracia. En los ¨²ltimos 40 a?os, Espa?a ha tenido seis presidentes de Gobierno; Italia, 18 (algunos de ellos han repetido en distintas ¨¦pocas).
En segundo lugar, una larga fase de hibernaci¨®n econ¨®mica con al menos dos d¨¦cadas de crecimientos raqu¨ªticos. La crisis ha golpeado duro en Espa?a, y su tasa de paro es m¨¢s elevada, pero la vitalidad de su econom¨ªa le ha permitido en t¨¦rminos globales recortar distancias en ese lapso y esgrimir durante largos periodos un vigor que Italia no tiene.
El pa¨ªs transalpino, adem¨¢s, no tiene lazos hist¨®ricos y ling¨¹¨ªsticos con ninguna ¨¢rea remotamente equiparable al enorme activo que posee Espa?a con su v¨ªnculo latinoamericano.
En t¨¦rminos geopol¨ªticos, Italia ha sabido mantenerse en un lugar m¨¢s central y con mayor aura de independencia
Por ¨²ltimo, se halla muy rezagado en cuestiones de derechos civiles en las que Espa?a ha tomado la delantera y que constituyen un poderoso factor de valoraci¨®n en los entornos liberales que siguen ejerciendo un peso importante en Europa.
Entonces, ?por qu¨¦ esa desventaja abismal en la asignaci¨®n de cargos importantes? Algunas posibles respuestas:
En t¨¦rminos geopol¨ªticos, Italia ha sabido mantenerse en un lugar m¨¢s central y con mayor aura de independencia. Con la relativa excepci¨®n de la etapa berlusconiana, Italia ha jugado con cierta inteligencia en el tablero internacional, guardando una suerte de equidistancia ante el eje franco-alem¨¢n y manteniendo intacta la confianza de Washington. Espa?a primero abri¨® un abismo con Berl¨ªn y Par¨ªs en la ¨¦poca de Aznar y la foto de las Azores, para despu¨¦s acometer un abrupto viraje con Zapatero y perder la benevolencia de Washington. En la etapa Rajoy, la marcada cercan¨ªa a las posiciones alemanas ha podido pasar factura a Espa?a, rest¨¢ndole apoyos en otros c¨ªrculos.
En t¨¦rminos pol¨ªticos/culturales, Italia parece haber producido un caudal de dirigentes con el perfil adecuado para el proscenio europeo mayor que Espa?a. Desde los padres fundadores De Gasperi y Spinelli hasta los actuales Draghi, Mogherini, Tajani y Enria la galer¨ªa es muy nutrida. Numerosos son los dirigentes que han cosechado amplio respeto en Europa, al margen de su mayor o menor ¨¦xito pol¨ªtico final. Fij¨¢ndose solo en lo que va de siglo, pueden citarse Monti, Prodi, Bonino, Letta, Napolitano, Ciampi. Todos ellos, como saben los conocedores de Bruselas, han tenido un peso relevante en Europa, en distintos roles. Entre las causas de esa constante producci¨®n de dirigentes influyentes quiz¨¢ juega un papel un sistema educativo que dista mucho de ser ideal pero que tiende a otorgar un eficaz imprimatur humanista a sus mejores mentes.
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