El partido de Macron aprende a manejar poder y busca el salto a la UE
Castaner, delegado general de La Rep¨²blica en marcha, quiere arraigar al movimiento en los territorios y encontrar aliados europeos
No, no es un partido tradicional, insiste Christophe Castaner, delegado general de La Rep¨²blica en marcha (LREM). Es un movimiento y no un partido, dice, porque ¡°los partidos son monolitos, bloques, generalmente pir¨¢mides¡±, y su movimiento debe ser ¡°un movimiento multiforme¡± sin ¡°doctrina ¨²nica ni instrucciones¡±, una mezcla de oeneg¨¦ y confederaci¨®n de agrupaciones vecinales.
La realidad es que LREM es el partido del presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, una organizaci¨®n que querr¨ªa ser horizontal pero es m¨¢s vertical, m¨¢s centralizada y m¨¢s dependiente del l¨ªder, que ninguna otra aparte del Frente Nacional. Hoy disfruta de una hegemon¨ªa que pocos otros partidos han tenido en la historia reciente de Francia, 313 diputados de 577 en la Asamblea Nacional y ninguna voz audible en la oposici¨®n. El segundo grupo, la derecha de Los Republicanos, tiene cien. Y mientras LREM aprende a manejar el poder acumulado y afronta su primera crisis de crecimiento, prepara el complicado asalto a la pol¨ªtica europea.
Castaner, elegido jefe del partido el 18 de noviembre noviembre, recibe a los periodistas del grupo LENA en el palacete del distrito VII de Par¨ªs que alberga la sede del ministerio de relaciones con el Parlamento, cargo que ocupa. Este antiguo diputado socialista, alcalde durante 16 a?os de Forcalquier, un pueblo de cinco mil habitantes en la Provenza, fue uno de los colaboradores de primera hora de Macron cuando este ¡ªun pol¨ªtico joven, sin experiencia electoral y sin partido¡ª se lanz¨® a la incierta aventura de la campa?a para las elecciones presidenciales de 2017.
Desde el inicio, el movimiento ?En marcha! conten¨ªa todas las contradicciones de su sucesor, La Rep¨²blica en marcha: un movimiento supuestamente popular, pero con un nombre, EM!, que coincide con las iniciales del l¨ªder; un aparente experimento de democracia de base pero dedicado al proyecto de un solo hombre.
La primera crisis lleg¨® el 7 de mayo de 2017, cuando ?En marcha! logr¨® el objetivo para el que se hab¨ªa creado. Macron ya era presidente. Del frenes¨ª de la campa?a a la rigidez de los despachos; del compa?erismo del puerta a puerta y las rutas de Francia a la pompa y circunstancia de los palacetes de la Rep¨²blica: el anticl¨ªmax dej¨® a muchos marcheurs ¡ªlos caminantes, el ej¨¦rcito de militantes y voluntarios¡ª sin rumbo. ?Y ahora qu¨¦?
Los conatos de rebeli¨®n y la inexperiencia de los diputados marcan los primeros meses de LREM
¡°[El movimiento] estaba construido en torno a un hombre, Emmanuel Macron, y este hombre ya no nos pertenece¡±, dice Castaner, de 51 a?os. Macron tiene 40. ¡°La mayor¨ªa de los que lo acompa?aban se convirtieron en ministros, candidatos a las legislativas o entraron en gabinetes ministeriales¡±. ?En Marcha!, construido en torno a una persona y una misi¨®n, qued¨® vac¨ªo. Cambi¨® el nombre por La Rep¨²blica en marcha. El 18 de junio triunf¨® en las elecciones legislativas y desembarcaron en la Asamblea Nacional centenares de diputados, muchos de ellos empresarios y profesionales sin experiencia en el ring partidista. Las primeras semanas estuvieran plagadas de patinazos, ¡°lo que no quiere decir que sean malos, aunque algunos hayan podido tropezar al principio, como todo el mundo¡±, dice Castaner. ¡°?Acaso esto ha impedido que se votaron nueve textos de ley, de los cuales seis de manera definitiva? Este ritmo es casi inaudito en la V Rep¨²blica¡±.
La siguiente crisis lleg¨® en el momento de la elecci¨®n de Castaner al frente del partido. Decenas de militantes abandonaron el LREM, descontentos por lo que algunos consideraban una ¡°deriva autoritaria¡±. Castaner, candidato ¨²nico y avalado por Macron, fue elegido por el consejo nacional de 750 miembros. Todos votaron por ¨¦l, menos dos abstenciones. ¡°No vean en el hecho de que yo fuese el ¨²nico candidato un problema de democracia¡±, replica Castaner. ¡°Mi candidatura era como una evidencia. Suena pretencioso decirlo, pero me parezco al movimiento¡±.
?Aliado de Ciudadanos en Espa?a? "Es la fuerza pol¨ªtica con la que podemos pensar que habr¨¢ m¨¢s puntos de convergencia, pero no tenemos ninguna exclusiva"
Castaner es un pol¨ªtico ajeno a la vida parisina, sin el elitista curr¨ªculum educativo y profesional de la mayor¨ªa dirigentes de este pa¨ªs. Dicen que su primer dinero lo hizo jugando a p¨®quer (¡°Fui vagamente jugador, pero ya no juego¡±, comenta). Ahora tendr¨¢ que dar coherencia al potaje ideol¨®gico que mezcla a conservadores y liberales con una gran parte de la militancia procedente de la izquierda socialista, y desconfiada ante el giro a la derecha del presidente Macron. Deber¨¢ anclar al partido, que ahora carece de barones locales, en la Francia real, donde el Partido Socialista y Los Republicanos todav¨ªa controlan los resortes del poder. Tambi¨¦n en Europa, el espacio natural de un movimiento que naci¨® con vocaci¨®n europe¨ªsta, y en cuyos m¨ªtines ondeaban m¨¢s banderas europeas que francesas.
Dos fechas: 2020, a?os de las elecciones municipales francesas, y 2019, a?o de las europeas. La idea de crear un ?En marcha! paneuropeo ¡ªa imagen del movimiento que en Francia transform¨® el viejo paisaje partidos¡ª es improbable. Pero las europeas, adem¨¢s de examinar por primera vez en las urnas a Macron desde las presidenciales, son la ocasi¨®n para tejer alianzas. En Francia, con figuras ajenas al partido. Castaner cita al exprimer ministro conservador Alain Jupp¨¦ y el exl¨ªder ecologista y figura del mayo del 68, Daniel Cohn-Bendit. En el resto de Europa, identificando puntos en com¨²n con otros partidos ¡ªpueden ser varios por pa¨ªs¡ª y eventualmente uni¨¦ndose despu¨¦s en un mismo grupo en el Parlamento Europeo. A la pregunta de si, en Espa?a, su aliado es Ciudadanos, Castaner responde: ¡°En estos momentos es la fuerza pol¨ªtica con la que podemos pensar que habr¨¢ m¨¢s puntos de convergencia, pero no tenemos ninguna exclusiva y deseamos trabajar con todos los progresistas¡±.
Se ha comparado La Rep¨²blica en marcha con el RPF (Rassemblement du peuple fran?ais, o Agrupaci¨®n del pueblo franc¨¦s), o incluso con Forza Italia de Silvio Berlusconi. Un movimiento dedicado a un hombre. El peligro es la excesiva dependencia del l¨ªder; la inc¨®gnita, qu¨¦ ocurrir¨¢ el d¨ªa que l¨ªder se marcha.
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